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Esther Arroyo, la diosa de oro

en Fantasías Eróticas

ESTHER ARROYO, LA DIOSA DE ORO

En el área del centro de la ciudad donde vivo hay un centro comercial de dos plantas. Una vez al año se hace un pase de modelos muy especial, ya que en lugar de ser modelos profesionales los que desfilan, son chicos y chicas de aquí que desean tener sus 15 minutos de fama, y el desfile tiene una segunda parte donde los que salen son niños pequeños, para deleite de sus padres y demás espectadores. Para tal evento el ayuntamiento siempre suele contratar a algún personaje conocido, a veces un presentador o un actor de la TV, aunque nunca cogen a un superfamoso por ser demasiado caro. El desfile nunca me importó mucho, pero cuando ese año en concreto leí en el periódico a quien habían traído de presentadora, me dije que no podía perdérmelo ni por todo el oro del mundo: ¡¡HABÍAN CONTRATADO A ESTHER ARROYO!!.

Como muchos otros, yo "descubrí" a Esther Arroyo gracias a su personaje de Alicia Rocha(a la que apodaban "Ali") de la serie de TV Periodistas, en donde su frescura y encanto hacían las delicias de mis sentidos la noche de los Martes. Poco después, cuando ya estaba enganchado a la serie, descubrí que Esther fue Miss España 1990 y que también se dedicó a la pasarela, lo cual me dejó muy sorprendido, y cuando salió en revistas como Interviú enseñando su espléndida anatomía, ya era todo un seguidor suyo, un fan de pies de a cabeza de esta andaluza que conquista a todo el mundo con una mirada alegre, un encanto arrollador y una simpatía natural que hace que cuando habla con ese acento tan suyo es todo un regalo para los oídos. ¿Se nota que me gusta mucho, verdad?.

Pues bien, llegado el día señalado(que suele ser a mediados de Julio o Agosto, no hay día fijo), me planté allí con tan mala suerte que la planta baja estaba llena de gente alrededor de la pasarela, de modo que no pude acercarme para ver a esa diosa de oro y deleitarme con su presencia. Lo intenté, de veras que lo intenté, pero la gente, cuando llega alguien famoso, son como animales rabiosos que actuasen a lo loco. Decidí abandonar mis intentonas de acercarme a la pasarela y en su lugar opté por subir a la planta de arriba y verla desde allí, apoyaba en la barandilla. Como la pasarela estaba colocada donde las escaleras mecánicas y estás no se podían usar, subí por las normales y di un buen rodeo hasta llegar a un buen sitio desde donde podía verla.

Cuando apareció micrófono en mano todos estallamos en aplausos, y ella simplemente se rió e hizo un par de reverencias, comenzado a presentar a los modelos amateurs que iban apareciendo. Se sabía el nombre de todos los que iban saliendo, era increíble como se preparaba incluso para un trabajo de un día. No se cortó a la hora de hacer algún chiste, como cuando salió una chica llamada Natalia y ni corta ni perezosa dijo "buenos chicos, mirad que guapa es Natalia…Está soltera, ¿nadie quiere ser su pareja?" ante lo cual todos levantaron la mano diciendo en voz alta "yo", lo que hizo que Natalia y Esther se rieran. En verdad fue muy divertido y yo me lo estaba pasando en grande viendo a esa mujer ejercer de presentadora, dando al evento muchísima categoría.

Y he aquí que, cuando acabó el desfile de los adolescentes, Esther dijo: "bien, ahora haremos una pequeña pausa para preparar a los más pequeños de la casa, y cuando desfilen daremos los premios a los mejores, ¡no os vayáis muy lejos que os vigilo!", bromeó haciendo reír a todos. ¡Que encanto de mujer!. Como no tenía ganas de perder mi sitio, me quedé sin moverme mientras todos iban de un lado para otro. Allí apoyado me dio por mirar abajo a ver si había alguna cara conocida(entre los chicos y chicas modelos no encontré a nadie), y tan enfrascado estaba que no me fijé en que alguien había tropezado conmigo. Cuando me giré para ver, ¡era Esther!. Con tanta gente que había dio un traspiés y serví de amortiguador.

-¡Ups!, perdona chaval.

-No, no pasa nada, no te preocupes.

-Gracias, saleroso…

Me sonrió y siguió su camino. Yo estaba estupefacto, ¡la tenía a dos metros de mí y ni siquiera me di cuenta!. La seguí mirando mientras se alejaba pasillo adelante, y como se metió en el baño. Aquello hizo que se me encendiera la bombilla de las ideas, pero al mismo tiempo que me puse cachondo pensando en las posibilidades, se me erizó la piel pensando en las terribles consecuencias que eso tendría si me salía mal: una bofetada, una capada de mis huevos, la cárcel…En 30 segundos se me pasaron mil y una cosas por la cabeza y realmente no sabía que hacer, si quedarme allí plantado o intentarlo, pero mi propio cuerpo decidió por mí poniéndose en marcha rumbo a los baños y llegando hasta la puerta del lavabo de chicas. Apenas había ruidos, con lo que deduje que debía estar sola, un golpe de suerte que ni de lejos me esperaba. Con la mano temblorosa abrí la puerta y observé que aquello estaba vacío, aunque una de las puertas estaba cerrada. ¡Esther estaba allí!.

Tenía que actuar pronto y con más prisa de lo que había actuado nunca, así que cerré con extremo cuidado para que no me oyera(y recé también para que nadie entrara y me descubriera allí, si no hubiera sido un escándalo de los gordos) y esperé pacientemente a que abriera la puerta para salir. En cuanto lo hizo la cogí de la cintura volviéndola a meter dentro y cerrando la puerta. La pillé tan desprevenida que pude darle un fuerte beso que me electrizó por lo ilícito de la situación. Que ardor, que labios más maravillosos, eran sublimes. Cálidos, frescos, húmedos…ella, evidentemente, se resistía, batallaba conmigo mientras mis manos apretaron con ganas su tremendo y fantástico culo para después recorrer sus piernas y subir a sus pechos guardados bajo aquella ropa.

-¡Suéltame cerdo!, ¡que me sueltes! ¡déjameeeeeeee!...

-No, no puedo, no quiero…¡dios, estás buenísima! ¡no tienes idea de las pajas que me hecho pensando en ti cada vez que te veía en la TV o cuando me iba a dormir!...¡¡no voy a dejar pasar la ocasión de follarte!!…

Consiguió abofetearme, pero eso no me amedrentó, todo lo contrario. Más envalentonado y enfurecido que nunca evité que se me escapara y volví a por ella con todos mis recursos. Me agarré a sus tetas para amasarlas y jugar con sus pezones mientras no dejaba de decirle al oído lo cachondo que me ponía y las fantasías que había tenido con ella, que no eran pocas. Le dije las veces que soñé que me lo montaba con ella en los baños o sobre la mesa de alguna oficina del Crónica Universal, la ficticia redacción de Periodistas. Le conté las ocasiones que miraba una revista donde salía desnuda y como tenía que encerrarme en el baño para pelármela como los monos. No me cortaba un pelo, y todo eso mientras ella intentaba apartarme con todas sus fuerzas, algo que, siendo yo más fuerte, no podía hacer.

-Que polvo tienes, que guapa eres…¡tienes un morbazo que no se lo salta un galgo!...que pedazo de tetas, que culo, que todo…

-¡Cerdo, cabrón, suéltame ya!, ¡que me dejeeeees!...

Deslicé una mano a su entrepierna y aunque intentó pararme, no fue capaz de evitar que mis dedos se metieran por debajo del tanga y llegasen a su clítoris, apoderándose de él y jugando a tocar y acariciar. Esther quería seguir luchando, pero la estaba dejando sin fuerzas, podía notarlo por como se mordía el labio inferior intentando soportar mis juegos y mis avances. A la vez que la tocaba por abajo empecé a sobarla en sus pezones empitonados, tocándolos con mucho mimo. Estaba en el punto límite para que cediera a sus impulsos y se dejara hacer por mí, pero entonces, de golpe, ¡¡frené!!.

-No estás lo bastante buena-dije con despecho-, seguramente no debes saber satisfacer a un tío como yo. ¡¡Yo soy demasiado para ti!!.

Me miró tan extrañada como enfurecida. La había picado en su amor propio y además lo había hecho a propósito.

-¿¡Que yo no sé hacer gozar a un tío!?, ¿y tú qué?, apuesto que no tienes ni idea de cómo follar a una tía como yo…¡¡SOY YO QUIEN ES DEMASIADO PARA TI NIÑATO!!...

-Eso quisieras creerte tú, guapita de cara, que yo soy todo un gigoló con las nenas, las derrito a todas. No me llaman "El Catedrático" por nada: ¡¡yo convierto a novatas inexpertas en auténticas veteranas con mi "diploma"-dije tocándome el paquete-!!.

-Ya, como que me lo creo…

-Cree lo que quieras, pero tú no me llegas a la suelta de los zapatos, no tienes nivel para echar un buen polvo…

Me puso contra la pared y presa de la rabia me pegó un beso de tornillo digno de una película XXX. Mi mano derecha volvió de nuevo a ese clítoris, tocándolo lentamente, y la izquierda se posó sobre su culo para apretarle las nalgas, cambiando de una a otra. Esther, que estaba tomando control de la situación, metió su lengua por mis amígdalas haciéndome una operación a lo vivo, a lo que mi lengua se juntó con la suya iniciando una fantástica lucha. Había pulsado el botón correcto y había provocado unas pasiones incendiarias. Me bajé la cremallera y saqué toda mi verga para que ella viera lo duro que me tenía, poniéndola entre sus piernas avanzando medio paso.

-Mira que me tienes de cachondo. ¡¡La tengo tan dura que podría partir una barra de mármol!!...

-Uuuuff como te pongo…sí que te provoco calentura chico…

Me estuvo palpando un poco, dándome unas sensaciones que rozaban el delirio. Los gemidos que lanzaba de la paja que me estaba sacando me ponían a mil por hora aunque intentaba(fingidamente) de aparentar que no era así, lo que a ella le provocaba que me lo hiciera más fuerte.

-¿¿Con que no estoy a la altura, eh??, ¡¡vamos a ver quien folla a quien!!...

Aquel desafío que me lanzó era la señal de que todo iba como la seda. Posando mi mano por encima de su tanga, lo froté sobre su vulva hasta que quedó bien mojadito y húmedo de esos jugos que ya salían tímidamente. Como un huracán nos quitamos la ropa y la puse de cara a la pared con el culo medianamente en pompa, separando las nalgas y empezando a dar enormes lengüetazos en su coñito de abajo arriba. Uuuufff que rico sabía todo eso, era gloria celestial. Sus jugos eran cremosos, deliciosos, dulzones como fresa o algo parecido. Podía escuchar como Esther gemía de gusto y notar como su cuerpo se derretía cada vez más según iba lamiendo más fuerte. La giré, levanté una pierna para deslizarla por mi espalda teniéndola bien abierta, y metí mi cabeza entre sus muslos, apretando con fuerza mi lengua contra su panocha, la cual manaba copiosamente llegado ese punto.

-¿¡Qué, quieres chupar una buena polla o tampoco sabes hacer una mamada en condiciones?!.

-¿Pero tú de que vas?, ¡¡TE VOY A HACER LA MAMADA DE TU VIDA!! ¡¡VAS A VER LO BUENA QUE SOY!!.

La lamí un poco más y después cambiando los roles fue ella quien se puso de rodillas y abrió la boca, tragándose todo mi ariete que estaba como una barra de acero al rojo vivo. Apreté los dientes aguantando la riada de sensaciones que me estaba dando y bajé la cabeza para ver como todo mi falo desaparecía en su boca. ¡¡Se la tragaba hasta la garganta!!. Madre mía, que felación, que gozada. Su cabeza iba de un lado a otro chupando y tragando haciendo verdaderas virguerías demostrando su total dominio del arte del sexo oral. Oooooooooohhh que cosaaaaaaaaaaaaa "chupa nena chupa" le decía, animándola a seguir más fuerte. Creí que iba a arrancarme la vida, que poder de succión tenía contenido en esos labios. Mis gemidos eran auténticamente viscerales a más no poder, daba la impresión de querer arrancármela.

-¡¡Vente p’acá, que te voy a follar como es debido!!.

La levanté, volví a ponerla contra la pared con las piernas abiertas rodeándome por las caderas, apunté mi verga usando la mano para no errar el blanco, y sin prisa pero sin pausa, inicié la penetración. Mmmmmmmmmm que ardor, que fuego pasional tenía en su palpitante cuca. Cuando se la hube metido del todo no me detuve para ser dulce y cariñoso, si no que empecé a follar en plan violador, con fuerza. Estaba sobreexcitado y no me podía conformar con ir en plan amante, tenía que ir a más. Nos pegamos unos besos de infarto, casi ni respirábamos mientras me aferraba a su culo para apretarlo mientras estaba follando a la reina de mis fantasías.

-Aaahh aaaaahh aaaaaaahh aaaaaahh…muévete Esther, muévete cacho aguaronaaaa…ooohh dios que coño, que tetas tienes, que pedazo de cuerpo…y me lo estoy beneficiandooooooo…pienso bañarte en lecheeeee…

-Venga…demuestra lo que sabes…¿o no puedes darme como es debido? ¿es que no sabes follar a una mujer?...

El juego de desafíos no terminaba nunca, pero no había mejor señal de que la cosa iba sobre ruedas.

-¿Y tú que?...mmmmm mmm mmmmmm…¿no sabes follar a un tío como yo?, ¿no sabes follar, niñata?...¡¡muévete más Esther, mueve esas caderaaaaaaaas…aaaah aaahhh aaaaahh aaaahh…

Un par de besos más y entonces, sin sacarla, ella pugnó por salir de esa posición y cambiar a otra mejor. Me senté sobre la taza del baño con ella encima, ¡y ella me dominó!. Teniéndome allí tomó el control con unos golpes de caderas matadores, pensé que me iba a dejar inconsciente. ¡Ooooooohh! que manera de cabalgarme tenía, estaba más salida que la esquina de una mesa y ella seguía dale que te dale, dejándome atontado con unos movimientos pélvicos que eran dignos de Las Mil Y Una Noches. Parecía una danzarina del vientre hindú. Por mi parte, la daba fuertes cachetes y pegaba mi boca a sus pezones, que en esa postura estaban a la altura justa para mamarlos a placer cuanto me viniera en gana.

-Mmmmmm mmmmmm mmmmmm mmmmmm esto es la gloria, que tetas más increíbles…y que pezones, son pura delicia…eres una diosa Esther, eres la diosa de oro…que bien follas rubia…aaaaaaahh aaaaaahh aaaaahh…venga dame, dame más Estheeeeeeeeerr…asíiiiiiiiiiiiiiiii…

-¿Qué, sé o no sé follar?...¿te gusta lo que te hago eh?...¿te guste que sea yo quien te esté follando?...

-Me encantaaaaaaaaa…cabalga jinete cabalgaaaaaaaaaaa…móntame a pelo, hazme lo que quieraaaaaaaaaaas…

Me puso la cabeza entre sus tetas y me apretó. Lamí su canalillo y ella pasó directamente de menear las caderas adelante y atrás a cabalgarme arriba y abajo, clavándose toda mi polla hasta el fondo. Joder que polvo, era mejor de lo que yo lo había soñado jamás, mucho mejor. Cuando me soltó me recliné un poco hacia atrás y vi como mi polla desaparecía por completo dentro suyo. Luego reaparecía como por arte de magia, y volvía a desaparecer. Me abracé a ella lo más fuerte que pude sintiendo sus carnes calientes y a la vez frescas, oliendo un rico olor a sexo que me inundaba las fosas nasales. ¡Era el olor de Esther que me rodeaba por completo!. Mis manos locas no paraban de recorrerla de un lado a otro. Besé su cuello, acaricié sus tetas, las lamí, recorrí la fina línea de su espalda hasta llegar al culo, recorrí sus piernas…y todo eso mientras ambos llegábamos a la recta final con unas embestidas dignas de un choque de trenes. En mi vientre empezó un cosquilleo burbujeante que iba aumentando, ella aceleró sus vaivenes y entonces, como la liberación de una larga condena de cárcel ambos explotamos aguantándonos los gritos apretando los dientes y después besándonos más hasta quedar suspirando. Fue mi orgasmo más visceral y hermoso.

-Aaaaaaaaaaaaaahh aaaaaahh aahh aahh…ooooooh dios mío…uuuuuufff que bueno ha sido…ha sido soberbio...

-Ooooooooohh ooohh oooohh oohh…¿Qué, satisfecho?...¿me vas a decir que no he estado a la altura?...

-Sí que has estado…y mucho más…ha sido fantástico, pero antes te mentí: me hice el supermacho, lo de "El Catedrático" fue pura invención para picarte en el orgullo. Sabía que solo entonces vendrías por mí…

-Míralo, si parecía tonto-se rió-…me la has dado con queso…

-Sí, pero no te quejarás: te he follado como un campeón. ¡Y de aquí no me voy sin darte por el culo!.

-Oye oye, ¡que casi es la hora de volver al desfile!, ¿¡tú que de vas!?.

No la hice caso. Me salí de ella con la polla aún rezumante de jugos, me la toqué para evitar perder la erección y sin más dilación ni preámbulos puse a Esther en posición de perro(o lo más parecido en un espacio tan reducido). No me preocupaba que aquello estuviese limpio o no, no podía ni quería perder la oportunidad en romper un culo como el suyo. Le metí dos dedos por su vulva para volver a ponerla a tono, para luego sacarlos y metérselos en la boca a fin de que probase sus propios fluidos, a juzgar por como gimió al probarlos, aquello le encantó. Teniendo en cuenta el meneo que acabamos de hacer volvimos a estar encendidos a la voz de "¡ya!". No perdí ni un solo segundo más: la enculé como debía hacerlo, sin piedad, sin compasión, y no me detuve hasta que sus nalgas chocaron con mis caderas. Esther gimió entre dientes de dolor, pero no hizo ni una queja diciendo que dejara aquello: ¡¡ella lo quería!!.

-Este culo es la gloriaaaaaaaaaaa…¿te gusta que te den por el culo eh zorrita?, ¿te gusta que te culeen verdad?...si es que en el fondo todas sois iguales: ¡lo que queréis es un tío que es dé caña de la buena!...

-¡Como sigas hablando me largo!.

¡Guauuuuuuu!. No negaré que me impresionó que me dijera eso, pero a estas alturas ya nada me extrañaba. ¿No quería que me fuera?, muy bien: entonces a culear. "Plop plop plop" comenzó a oírse cuando sus cachetes chocaban contra mis caderas, y que maravilla de sonido. Su culo prieto me apretaba cosa fina, me estrujaba como si fuese virgen. No sabía si era virgen de atrás, pero no se lo pregunté, preferí quedarme con la idea de que sí lo era y yo la iba a desvirgar ese culo que era el sueño de cualquier enamorado del sexo anal. ¡¡Ella era la reina del culo, el mundo solo era aquel pedazo de culo, su juego de caderas me hacía enloquecer!!.

-Aah aaaahh aaaaaahh aaaahh aaaahh…que culo tienes rubiales, es una joya…te daría por culo todo el día sin parar…

-Venga, a ver si tienes lo hay que tener…ooooohh ohhh ooohh oohh...demuéstrame si saber dar por el culo a una mujer como yo…

Pero que pedazo de zorrita, y parece tan dulce cuando sale por la TV…cuando en verdad era un diablo putón que folla, grita y se corre como una auténtica actriz porno, una "felactriz" en toda regla jajaajajaja. Mi polla ya entraba y salía sin problemas embatiéndola a todo trapo, me la estaba culeando como un poseso, quería correrme en su culo cuanto antes, así que aceleré mi ritmo y ella hizo lo propio para clavársela más adentro. Bajé la mano izquierda para llegar a su vulva y masturbarla a la vez que la otra se aferraba con fuerza a sus tetas, apretándolas no como para dejar marca pero sí para hacerla gemir como una gata en celo.

-Ooohh uuuuuuuuuff…ya no aguanto más…me voy a correr en tu culo, te lo voy a llenar de semen…quiero correrme en tu culoooooooo…

-Venga córrete que ya tengo que irme…córrete ya pedazo de cabrón…vamos listillo, hazlo yaaaaaaaaaa…aaaaaaahh aaahh aaaaaaaaaaaahh…

-Yaa…ya me viene…ya me corro...sí me corroooooooooo me corroooooooooooooooo…AAAAAAAAAARGGHH…

Entre la enculada que le di y la paja que le hice con mi mano Esther se corrió por segunda vez. El tiempo se me hizo eterno, y en verdad no había pasado ni una hora. Lo que hace la calentura jajaajaja. Esther se sacó el semen del culo con los dedos y se lo tragó como si fuera agua, luego nos limpiamos, nos vestimos y con cuidado salió, suspirando de alivio de que nadie nos viera. Antes de perderla de vista le dije mi nombre y ella me contestó: "Gracias, no lo olvidaré…pero que bien me engañaste cacho cabrón…manda narices como me tendiste la trampa del orgullo para hacerlo contigo", quedó reflexionando…Rauda como un cohete volvió al desfile, ya que la gente empezaba a pedir que ella volviera. Cuando salí yo del baño y me palpé para ver que lo tenía todo, quedé de piedra: con las prisas, Esther se había olvidado el tanga que me había metido sin querer en el bolsillo. Me lo llevé a la nariz y mmmmmmmmm olía a ella, olía a Esther. Me lo metí de nuevo y volví al mismo sitio donde estaba antes.

Para cuando llegó de nuevo a la pasarela, Esther cogió el micrófono: "Bueno, ¿no se me han enfadado verdad-bromeó-?...noooo, que sé que son todos muy buenos…pero una tiene sus apretoncillos, y esos no esperan a nadie-volvió a bromear tocándose el vientre y haciendo unos contoneos graciosos-". ¡Increíble!: un par de chistes y unos meneos, y se metió al público en el bolsillo. No todos pueden hacer eso, pero ella lo hizo a las mil maravillas. El resto del desfile, en el que salieron los niños pequeños, fue un cúmulo de risas y aplausos por parte de la gente y me lo pasé bomba. Durante todo el rato no podía apartar la vista de ella. ¿Realmente había pasado todo aquello no hacía ni media hora?, si no fuera por el tesoro guardado en mi bolsillo creería que todo fue una alucinación producto de mi fantasía desbocada…Cuando el desfile terminó, ella miró a todos lados y por un segundo nuestras miradas volvieron a cruzarse. Le guiñé un ojo mientras palpé el bolsillo diciéndole lo que tenía guardado, y ella hizo un gesto entre divertido y sorprendido al darse cuenta. Más tarde firmó autógrafos, pero yo tenía algo mejor para recordarla jajaa. De esto hace ya bastante tiempo, y nunca se lo conté a nadie. Además, no me hubieran creído. Era mi secreto, mío y solo mío.

Desde entonces, cada noche antes de dormir saco el tanga de mi mesita de noche y me la pelo a gusto recordando el polvo que le eché a mi diosa de oro…

¿Me vais a decir que no está de toma pan y moja?.

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