miprimita.com

Vejaciones a una buena vecina

en No Consentido

VEJACIONES A UNA BUENA VECINA

A pesar de los 2 meses que hizo que se trasladó a su bloque de apartamentos, Lola conocía a la nueva vecinita solo de vista, un angelito silencioso al que todos parecían adorar en el bloque...era una chica de diecimuchos años rubia de ojos verde oscuro, de gesto apacible y sereno que despertaba una sonrisa cuando se la conocía, y Lola, en calidad de buena vecina fue a conocerla, aunque no conseguía encontrarla en casa, pero una noche al ir a tirar la basura se la encontró en el ascensor con su enorme mascota. Debido al miedo que le tenía a los perros Lola se quedó muerta de petrificada mientras la bestia metió su cabezota bajo su batín y empezó a lamerla, mientras la vecina, que no parecía haberse dado cuenta de lo que pasaba, charlaba con ella con su vocecita melodiosa como si nada. Y aunque a Lola comenzaba a caerle muy simpática y agradable, no se esperaba que ella tuviera una mascota, lo que la hizo retroceder instintivamente. A pesar de sus muchos esfuerzos Lola no pudo evitar que la mascota la oliese insistentemente, debido a ciertas experiencias anteriores que ya la dejaron impregnada de olor a "perra"...e incapaz de pedirle a la dueña que lo aparte por la vergüenza que ello implicaba, se limitó a sonreír nerviosamente mientras notó el hocico del animal rozando sus muslos.

Aunque la sonrisa se le heló en el rostro al sentir el primer lametazo en la parte más alta de sus muslos, estuvo a punto de salirle un grito cuando la enorme lengua le empapó las finas bragas al lamerla cada vez con más audacia e intensidad, emitiendo un involuntario suspiro de alivio al llegar abajo y pararse el ascensor. Su alivio no llegó, ya que la dueña se percató de lo que ocurría y en lugar de salir del ascensor se quedó allí charlando como si no pasara nada, fijándose de reojo como su linda mascota se lo pasaba bomba lamiendo a su vecinita tímida y sumisa que se dejaba hacer debido al miedo que tenía, y eso la hizo ponerse cachonda ya que tras su carita de ángel se escondía el lado perverso y retorcido de una auténtica dominatrix.

Como no deseaba espantarla demasiado pronto la dejó pasar a tirar la basura, disfrutando al ver el pánico que Lola parecía tener a su enorme mascota, pero como quería probar sus limites la acompañó y le pidió que pasease con ella a la mascota para no tener que ir sola... disfrutando horrores al ver los apuros que Lola tenía para decidir entre su deber y su pánico, gozando de su mirada nerviosa y como sus manos (y el resto de su cuerpo) temblaba de forma incontrolable. Debido a la cortesía de la vecindad y que la chica le parecía amable, Lola aceptó pensando que ella mantendría el perro a raya, pero nada más decir que sí ella le presentó a "Rocco", un perro pura raza cuyo nombre era en honor a Rocco Siffredi(del cual la vecina era fan acérrima) y que se lanzó de nuevo entre las piernas de Lola buscando algo que parecía encantarle, pero a Lola le parecía asqueroso(a la vez que a la vecina lo encontraba sublime).

El animal era un bicho enorme, 70 ú 80 kilos de perrazo, algo desproporcionado al lado de una chica tan(aparentemente) frágil como es la vecinita, la cual, aferrada al brazo de Lola, la interrogaba acerca de su vida y esas cosas mientras paseaban a la bestia y disfrutaba de su apuro al ver como se sonrojaba cuando Rocco asomaba parte de su enorme herramienta para hacer sus necesidades. No solo se sonrojó, se quedó espantada debido al grosor y a lo roja que estaba, y entonces la vecina le dijo sin pudor que Rocco siempre fue superdotado incluso como perro, que por eso le gustó y que lo quería mucho...pero Lola apenas oía nada, solo deseaba que el bicho dejase de mirarla y de relamerse...casi casi parecía que el animal se le hubiera despertado la inteligencia y estuviera pensando una y otra vez en las cosas que le podría hacer.

Lola no podía dejar de pensar en lo que vio, ni siquiera cuando volvieron a entrar en el ascensor de regreso y Rocco volvió a meter la cabezota entre sus piernas. Esta vez, para su estupor, la vecinita no solo prestó atención a lo que pasaba si no que le restó importancia diciéndole que solo deseaba conocerla, y antes de que Lola atinase a reaccionar, él metió su manita bajo el batín...y en vez de apartar al perro lo que le apartó son las braguitas a un lado para que Rocco la pudiera lamer a placer, mientras miraba a Lola a los ojos con su más inocente sonrisa pero con la más perversa de las miradas. Después de dejar que el perro la lamiese hasta su parada la llamó antes de que se cerrasen las puertas del ascensor, y al volverse Lola todavía con el rubor y el susto en el cuerpo, la vecinita le apretó una de las enormes tetas por encima del batín y cabeceó con aprobación mientras la deseaba buenas noches con un mohín de ironía. A partir de entonces y debido a la experiencia Lola trataba por todos los medios de evitar a su vecina y al mal nacido de Rocco, ya que aquello le había parecido demasiado raro y no estaba segura de si quizá pudieran hacerle algo peor, aunque debido a la bondad que mostraba la cara de su vecina, comenzó a pensar que quizá solo fuera un juego perverso para ella y que no pasaría de ahí, por lo que bajó la guardia en la idea de que no ocurriría nada más si volvían a encontrarse.

Cuando después de 2 ó 3 encontronazos en las escaleras la vecina la llamó para ir a su casa Lola supuso que sería para charlar en plan normal, pero nada más entró vio a la vecina vestida en cuero negro, la cual cerró la puerta rápidamente y echó al candado para evitar que ella se escapara, cogiendo después una fusta y agitándola haciendo como que iba pegarla, consiguiendo intimidarla y llevarla al salón. Lola se sorprendió enormemente al ver a aquella niña con esa ropa y le dijo que si no estaba su madre(con la que vivía) mejor se iría, pero aun se sorprendió más al oírla reír y decirle que la invitación era cosa suya y que ya era hora de que se conocieran un poco mejor. Las palabras en si no eran tan elocuentes como la confianza con que la niña le apretaba una teta por encima del vestido mientras las pronunciaba. Siguió apretando un poco más para comprobar que en verdad Lola era muy sensible a cualquier tipo de tocamiento, y se lanzó de lleno a tocarla de arriba abajo a fin de calentarla un poco para pasárselo en grande con su vecina de tetas grandes y con alma de sumisa.

Intentando zafarse Lola quiso apartar a su vecina de encima, pero entre el forcejeo la ropa se rasgó un poco, quedándose desnuda de cintura para arriba y dejando a la vecina de un palmo de narices al ver semejantes tetonas, exclamando "¡¡Que pedazo de tetas, me voy a poner las botas contigo!!" y apretándoselas con fuerzas redobladas mientras la tía pegaba su boca a los pezones para morderlos ligeramente. A pesar de sus tacones altos Lola era como dos palmos más alta que la niña, además de unos cuantos kilos más pesada, por lo que decidió dejarse de tonterías y apartarla de un golpe. Debido a esa diferencia y quizás por la furia del momento, Lola fue demasiado brusca al empujarla, porque la vecinita quedó sentada en el suelo del empujón...mostrándole, para su sorpresa, que no llevaba bragas debajo de la minifalda de cuero y enseñando su pubis y su vulva humedecida. A pesar de eso, la sorpresa mayor se la llevó Lola al escuchar un ronco rugido a su lado que le puso los pelos de punta: El perro acudió raudo a socorrer a la dueña, sacando los dientes y poniendo a Lola tan blanca como la cal.

Entonces la vecina se alzó de nuevo con gesto furioso de querer vengarse y diciendo lo bueno y fiel que era Rocco, que el pobre necesitaba su desahogo, por lo que Lola sería ese desahogo si no quería pasarlo realmente mal a base de golpes y moratones. Lola, que temía bastante más los dientes de la fiera que los posibles golpes de la vecinita, se quedó quieta como una estatua de sal... viendo como la vecinita, otra vez con su cínica sonrisita angelical y su ropa salida de una película porno, se sentaba en el sofá y desde allí le decía que tendría que volver a hacerse amiga de Rocco si no deseaba salir malparada de la situación. Y, al ver que Lola no entendía lo que deseaba, le ordenó que se subiera la falda para que el animal la volviera a "oler". Lola protestó y se negó un par de veces, pero la vecina, con una furia bíblica, saltó en un segundo junto a Lola, dándole un par de severos bofetones en la cara que la hicieron saltar las lágrimas, y cuando la vecina iba a darle el tercero, Lola hizo un ademán para que parase, accediendo a la petición de ésta. La niña volvió a su sitio complacida y poniendo una pierna sobre el brazo del sillón mostrando su panocha se dispuso a contemplar el espectáculo.

Muy obediente se subió la falda hasta la cintura, y luego fue obligada no solo a quitarse las bragas si no también a abrirse su raja de par en par con los dedos...y con dos lagrimones como dos cataratas ella lo hizo empezando a ver lo que iba a pasar al ver que Rocco la volvía a oler entre las piernas, y al notar esa primera lametada en profundidad en su coño que prácticamente la transportó a un mundo de perversión y miedo como ella jamás había conocido. Aquella lametada tan fuerte solo fue la primera de muchas, tantas que la pobre Lola, incapaz de contener las sensaciones que provocaba la larguísima y áspera lengua del animal dentro de su intimidad y gimiendo y chillando como una loca debido a ello(y de paso excitando a su vecina dominadora), acabó por correrse allí mismo...enfrente de la vecinita que se masturbaba feliz en el sofá, viendo como aquella mujer jadeaba presa del incontenible orgasmo involuntario y chorreaba por sus piernas como si fueran riachuelos, volviéndose loca de placer a la vez que sus dedos entraban y salían de su propia concha a toda velocidad a fin de gozarlo lo antes posible.

La chorreada que Lola lanzó la dejó sin fuerzas allí tumbada, respirando agitadamente, casi con un ahogamiento, pero el animal seguía lamiendo de forma rítmica e insistente, y antes de ver que pasaba la vecina se le sentó encima ordenándola que se le chupara el coño o si no le provocaría unos morados que luego a ver como te los explicaba a su marido, así que Lola hundió la lengua en el coño de su ama, aguantando a la vez al perro acosador y siendo humillada como jamás pensó que una mujer de su condición pudiera serlo. Lola solo veía la sonrosada rajita de la vecinita bajo su minifalda de cuero, lamiéndola con vergüenza mientras sentía como sus manitas se adueñaban de sus abultados melones y los amasaban sin piedad, estrujándoselos, retorciéndolos y jugando con ellos a manos llenas mientras le tironeaba de los pezones para incrementar el ritmo de sus lamidas y le decía cosas tan groseras y ordinarias que Lola creía que solo podía ser una pesadilla, aunque las sensaciones obscenas e indecentes que el perro le provocaba al lamerla le decían que la auténtica pesadilla es que eso estaba pasando de verdad y que ella era la presa de un perro salido y de una pervertida a la que tenía que comerle el coño...sin contar con el insoportable dolor de sus retorcidos y estrujados pezones ni de su vulva hinchada a dolor a base de tanto lametón, por no mencionar a su pobre clítoris, tan grueso y sensible que cada vez que el perro pasaba sus colmillos por encima le enviaba como pequeñas descargas eléctricas por todo el cuerpo, que la excitaban tanto como la repudiaban. Y es que, ahora que la vecinita le sostenía los pies separados por detrás de los muslos, tenía toda la cabezota de la bestia incrustada en su intimidad...follándola, literalmente, con su enorme y rasposa lengua, mientras sus fauces se clavaban en su piel más sensible.

A tal punto de perversión llegó aquello que Lola pensaba que debía estar viviendo una mala fantasía de su cabeza o algún recuerdo de su tío de cuando era niña(el cual la convirtió en su esclava y luego en "perra" durante años)...Tan perdida estaba en esos pensamientos que no se dio cuenta de la forma que tenía de obedecer a su ama, y es que la estuvo lamiendo con tanta fuerza que la vecina se corrió en su cara empapándola de sus jugos. Ni corta ni perezosa Lola se vio obligada a lamerlos y beberlos todos(a pesar del sabor fuerte que tenía y que la asqueaba profundamente)...y después a ponerse a cuatro patas apoyando sus manos en el sofá y abriéndose de piernas todo lo que pudiera. Lo hizo inconscientemente, tumbándose agradecida sobre el sofá de cintura para arriba, con el culo en pompa y descansando sus pechos doloridos sobre los cojines...pensando, en lo poco que podía pensar después de tan copiosa corrida y posterior deleite, que no le importaba seguir sintiendo esos lametazos desde atrás si podía descansar un poco así y no tenía que lamer más a la viciosa e imparable vecinita. Y entonces, para su sorpresa, ésta se le sentó encima de la espalda.

Pensando que la vecina iba a azotarla al culo se quejó, pero como no recibió respuesta se giró, comprobando horrorizada que no era la vecina si no el propio perro quien estaba encima de ella...la vecina se partió de risa con morbosa felicidad diciéndola que desde ahora sería la puta-perra-esclava de Rocco y ella, y que gritase cuanto quisiera que nadie la oiría ni vendría a ayudarla, pero que así al menos la haría gozar escuchando sus gritos…mientras que Rocco, puesto detrás, intentaba penetrarla con su pija asomando de su forro, intentando follársela con una pasión exacerbada. Lola, agotada de los orgasmos anteriores, apenas tenías fuerzas para rebelarse...y el peso del animal, unido a los colmillos que asomaban apenas a un palmo de su oreja, lo hacían casi imposible. Aun así el recuerdo del enorme pollón apenas vislumbrado aquella noche la tenía muerta de miedo de lo que sería sentirlo dentro. Hizo un par de esfuerzos para librarse del animal, pero al recibir por toda respuesta un par de gruñidos y una real y fortísima amenaza por parte de la niña, tuvo que quedarse allí quieta, muerta de miedo por el daño que le haría ese pollón en su interior, algo que superó con mucho sus mayores miedos cuando el animal atinó y la penetró. Fue como meter una estaca de madera de tres metros que le saliera por la boca, pues se sentía como si la estuvieran reventando por dentro con la mayor polla que jamás hubiera probado su maltratado coño...y sin poder protestar el perro dio comienzo al folleteo a toda máquina, como un tren sin frenos, dando unas embestidas como para derribar una montaña con tanta brutalidad que Lola no paraba de quejarse y chillar de dolor, haciendo que la vecina chillase pero de alegría al ver semejante espectáculo que la ponía a cien.

Era algo tan inmenso que no podía ni pensar, solo chillar y jadear con el rostro ladeado, sintiendo pero sin apenas notando como la baba del perro caía sobre su mejilla y su cuello, mientras su polla monstruosa la taladraba sin piedad, y solo se oían en la casa los golpeteos del perro contra su culo y la risilla de fondo de la vecinita, que todo aquello le sonaba como música celestial, dedeándose a placer mientras insultaba a Lola llamándola puta, perra, viciosa, asquerosa, y otras cosas como "Mira que eres zorra, te gusta que te viole un perro" que la hacían sentirse muy sucia y humillada, pero no podía protestar, solo(intentar) aguantar la embestida. Poco más tarde, cuando la vecinita se corrió, se acerco junto a Lola para que le lamiera los dedos aún chorreantes de su flujo, mientras le decía al oído que si la polla de Rocco le parecía grande tenía que esperar a ver lo que era su bola para descubrir lo enorme que podía ser la pija de un perro. Luego, en plan magnánimo, se ofreció a evitar que se le formara la pelota... a cambio, eso sí, de una pequeña muestra de su amabilidad: tenía que besar a Rocco.

Semejante propuesta fue algo a lo que no pudo acceder debido al miedo que le tenía, algo que la vecina de algún modo intuía y de ahí que se lo propusiera con una risa malvada en su cara...mientras tanto las acometidas la hacían agitarse de un lado a otro como en un terremoto, su ritmo era frenético y lo pero es que ni por un segundo perdía el ritmo ni la rapidez, hasta que notó como el ritmo se hacía más potente y quiso acceder a la petición, pero ya era demasiado tarde: de repente aquello empezó a dilatarse y a hincharse como un balón de fútbol, haciendo que se le saltaran las lagrimas del dolor, y provocándole para su sorpresa un último y poderoso orgasmo que la dejó sin el aliento que ella buscaba para sus gritos de dolor. Luego Rocco se giró tan tranquilo y pareció olvidarse completamente de ella a pesar de seguir enganchados, tirando para intentar desengancharse y consiguiendo un castigo indecible para Lola, que seguía gimiendo y llorando sobre el cojín del sofá. La vecinita le dijo a la cara "te lo advertí" con un mohín de ironía, riéndose y celebrando a lo grande semejante follada a su vecina sumisa...y aún enganchados, la tipa fue donde Lola y le plantó un beso con lengua que la dejó casi sin aire para respirar, preguntándole entre risas si algún día quería repetir plato ya que parecía que le gustaba todo aquello.

Tras secarle las lagrimas y limpiarle la cara se alejó de ella, quedando Lola adormilada del tremendo stress y cansancio producido por todo el evento, a pesar de seguir aun enganchada a Rocco. Solo despertó sobresaltada al oír el ruido inconfundible de un flash y sorprender a la vecinita sacando un montón de fotos de todo el evento mientras le decía que eran para que no se olvidara de volver a visitarla los próximos días y que lo ocurrido solo era "el principio de una bonita amistad", parodiando la frase de una película antigua. Lola, con la cara roja como un tomate y con la mirada más humillada y tímida que podía poner, la miró para luego mirar a otro lado intentando levantarse para irse...entonces la vecina la ayudó, cogiéndola del pubis con fuerza y diciéndola "Es nuestro secreto, y tú eres mía. Ya volveremos a pasarlo bien tú y yo", haciendo que Lola llorase sin parar hasta llegar a casa y ducharse para limpiarse del todo intentando en vano olvidar lo ocurrido, pero era algo imposible, y lo peor era no el tener que recordar si no saber que volvería a verla y volvería a sufrir sus vejaciones: lo verdaderamente peor era lo que le quedaba por sufrir…

Mas de Ivan Sanluís

Una noche, tres historias: Viki & Toñi

Una noche, tres historias: Trini & Pili

Una noche, tres historias: Moni & Puti

Mis primeros amantes

Viendo a mi novia follada por su hijo

Una noche de perros

La hija de mi amiga/La amiga de mi madre

Mente incendiaria

Aprendiendo a ser sumisa

Intercambio de venganzas (capítulos 5 y 6)

Intercambio de venganzas (capítulos 3 y 4)

Intercambio de venganzas (capítulos 1 y 2)

Realquilados: una historia morbosa

La vida secreta de Luna Lovegood

Celda de castigo

Vida de una supermodelo

Esclavizada

Forzada en la disco

Caballo: Mi primera experiencia zoo

Caso real de abuso de ultratumba

Testigos inesperados

Karlita

El círculo de las viciosas

Hogar, aterrador hogar

Severus Snape: biografía y secretos

El estudio de papá

Infidelidad en el cybercafé

Ñoña hasta decir basta

Angel Girl X, mi juego favorito

Una familia unida: el secreto de Ale

Aprendiz de chupapollas: tercera lección

Aprendiz de chupapollas: segunda lección

Aprendiz de chupapollas: primera lección

101 usos para un par de tetas

Ir por lana...y salir trasquilada

Novia pervertida, novio vengativo

Banquete de boda

Querido diario

Aurora & Iris

Fono Pasión

Jairo, mi hermano mayor

Leire, azafata de vuelo

La fuerza del destino

De la cam a la cama

El ente: la otra cara de la moneda

Feliz aniversario: la otra boda

Una mujer decente

Puta: mi primer cliente

Visitante de dormitorio

Mi amiga, mi iniciadora sexual... mi hermana

Lucía tiene un secreto

El culo perfecto

El diablo

El último amanecer

Saboreando del fruto prohibido

Mi tío, mi consejero, mi segundo padre...mi amante

Cena pasada por agua... o no

Documento inédito sobre brujería

Brujería: la conversión

La noche que cumplí 18 años...

Regreso a casa de mis padres

Cambio de look

Papá, hazme un favor

Svetlana

Enamorarse, declararse

El Inmortal

Mi primera consulta

La bruma, de Ivan Sanluís

El descubrimiento del sexo

El amigo de mi hermana

El examen suspenso

Orgías en las despedidas de soltero

Mi hijo disfruta de mí

Linda colegiala

Destino asumido

El mejor amigo que una chica pueda tener

Carla y la puta de su hermana

Mi hermana quiere polla

Violada colegiala

La violación de Andrea

La violación de Andrea II: juego de cartas

La chica de la calle

Fono pasión

La entrevista de trabajo

La Kiosquera

Los amigos de papá

El sueño se hace realidad

La censura, ese gran invento...

El trenecito

Ranma: el Corazón de los Deseos

Una familia unida

Una familia unida: amigos con derecho a roce

Severus Snape

Zaira: fogosa a todas horas

El amor de mi vida

Quiero saber lo que el amor es

Sheena, la reina de la jungla: masacre

Lluvia

Que zorra es mi jefa

Como escribir un relato en 10 pasos

Inés, mon amour

Karlita

Blossom: placeres secretos

Willy

Me mato a pajas pensando en...

Hija pródiga

Hijo pródigo

Rita: Fuego en estado puro

Una noche con Diane Lane

Seducí a Papá

Smallville: El señor de las ilusiones

Israel, mi mejor amigo

Castigada

CSI: En casa de Lady Heather

Cabalgando a lomos de un hombre maduro

Mi novia no se deja

Feliz aniversario: el regreso

¡Señor conserje, señor conserje!

Jairo, mi hermano mayor

Nadia

Follando con mi hermano

El hombre y su casa

Diario de mi viaje a África

Elizabeth

Un regalo especial

La mujer del barco

Nene, ven con la tata

Sometiendo a mi hermanita: tercer día (Domingo)

Sometiendo a mi hermanita: segundo día (Sábado)

Sometiendo a mi hermanita: primer día (Viernes)

Follando en el ascensor

Me follé a mi hija: Apoteosis final

Me follé a mi hija: Al día siguiente

Me follé a mi hija

Sara, la puta del instituto

Esther Arroyo, la diosa de oro

Susana, la niña del ciber: El reencuentro

Feliz aniversario

Ally McBeal: polvos de oficina

Hola vecino

¡Puta, más que puta!

Foto de Leticia Castá

El saben aquel...

Mis relatos favoritos

El bultito de mis hijas

Sueños que se hicieron realidad

Edipo Rey

A Katy le gusta ser violada

Una noche inolvidable

¿Qué fue de Inma Brunton?

Mi primo del alma

La vecina de al lado

Expediente X: Los señores Devlin

Doncella, criada... y esclava

AVH: Avril Vs. Hilary

Fiesta de pijama

Yo quiero a mi hijo

Las chicas Gilmore: el invitado

Begoña: puro vicio

Todo en un día

El bultito de mi hija pequeña

Te veo en mis sueños

Viaje en tren

Lujuria en Disneylandia

Susana, la niña del ciber

En la profunda oscuridad del bosque

Bajos instintos

Aurora & Iris

Begoña: pasión inconfesable

Buffy, cazavampiros: Willow

Pizza con extra de almeja

Mi hijo, mi nuera...y yo

Ojos que no ven...

Buffy, cazavampiros: Dawn

Más allá de las estrellas

El amor de mi hermano

Cojí con mi madre

Mireia, la madre de mi mejor amigo

Buffy, cazavampiros: Joyce

Sonia, la gogo brasileña

Orgía en la casa de Britney Spears

Pamela: corrupción total

Sabrina, cosas de brujas: el perfume

SI, de Rudyard Kipling

El pony que me folló

Paulina Rubio, el volcán mexicano

Xena, la princesa guerrera: Perversiones

Verónica

Ese oscuro objeto de deseo

Follándome a Angelina Jolie

El bultito de mi hija

Embrujadas: El poder de cuatro

La vida secreta de Harry Potter

Amada por Tiziano Ferro

Amantes

La vida secreta de Ron Weasley

Sara, la guarra de mi profe

Alyson y sus amores

La vida secreta de Draco Malfoy

Follándome a jennifer connelly (Ed. Especial)

Desvirgada

Follandome a Jennifer Connelly

La historia de Mary Kay Letourneau

La vida secreta de Hermione Granger

Saúl, el semental que me desvirgó a mi también

Saúl, el semental que me desvirgó

La isabel

Juntos para siempre

Gabi, mi dulce amante peruana

Secretitos: Alicia en el jardin de las delicias

Raquel: entre la realidad y la fantasía

El pony que se folló a mamá

Mi adorado Sr. Sebastian

Mi dulce quiosquera: Un placer sin igual

Mi dulce quiosquera: Otra sorpresa

Mi dulce quiosquera: Inesperada petición

Mi dulce quiosquera: El deseo hecho realidad

Mi dulce quiosquera: Agradable sorpresa

Gemma, mi profesora particular

La dependienta: mi 1º vez con (toda) una mujer

Cynthia: lección de una anatomía precoz

Joyce

En el metro de japón

De cena con mi prima... y alguien más

De cena con mi prima