miprimita.com

Una noche inolvidable

en Zoofilia

UNA NOCHE INOLVIDABLE

-¿Estás seguro de que no quieres venirte conmigo?.

-¿Y que pinto yo en tu reunión anual de club de campo?. Además, me dijiste que estarás toda la noche y todo el día de mañana con ellas en una macro fiesta debido a que es el 25 aniversario de su fundación. Yo tengo negocios que atender. Ve sin mí.

-Muy bien, pero no montes ninguna de las tuyas Armando, que te conozco muy bien. Sabes que me enteraré. Hasta luego querido-saludó en sarcástico tono melodioso-.

-No lo haré, no te preocupes. Hasta luego querida-correspondió él-.

Se besaron fugazmente en la boca y ella subió al coche que la llevaba al club de campo. Armando, en cuanto el coche quedó lo bastante lejos, se dio la vuelta diciendo con malicia:

-Enterarte, ¡JA!, pero si ni siquiera has visto lo que tengo guardado y preparado en el piso de abajo para esta noche.

De inmediato Armando se fue al teléfono, marcando un número a toda velocidad. Los dedos volaban sobre los botones.

-Hola, ¿eres Borja?...soy Armando…sí, yo también me alegro de oírte…¿está tu madre?...dile que se ponga…sí, espero…Holaaaaaaa proeza…¿puedes pasarte por aquí?...¿que estabas a punto de salir?...perfecto, que coincidencia…sí, estoy solo durante toda la noche…del transporte yo me encargo, como siempre...eso, no tardes mucho, que te espero impaciente…¡ah!, ya verás a que es debido…sí, tengo algo muy pero que muy especial planeado…no tardes…besos…hasta ahora…

Al colgar el teléfono Armando se frotó las manos. Se fue al mueble bar, sirviéndose una buena copa de Brandy y pensando en lo que se iba a divertir esta noche. Permaneciendo cerca de la puerta, a los pocos minutos escuchó el ruido de un coche acercándose, y abrió la puerta, viendo que un taxi acababa de llegar. Cogiendo su cartera sacó un par de billetes y bajó las escaleras hasta el vehículo.

-Tenga, por la carrera-dijo-.

-Eh, estupendo-dijo al ver la generosa propina recibida-. Ya podrían cobrar así las horas. Si necesitan de nuevo no duden en llamarme.

-Claro-dijo ella, saliendo del taxi-. Seguro que ya lo llamaremos.

Cerrando la puerta del vehículo éste se largó y ambos se quedaron solos. Fue cuando ella se echó en brazos de él, dándose un largo beso.

-¡Sofíaaaaaaaa, que alegría verte!. Te he echado mucho de menos.

-¡Armando, mi amooooooor!. He estado mucho sin saber de ti, ¿por qué has tardado tanto en llamarme?.

-Itziar, que no era quien a largarse para dejarme solo. Vamos dentro, que quiero empezar cuanto antes.

-¿Y como está esa enjuta rubiales pelicorta y frígida esposa tuya-preguntó mientras iban para la mansión-?, ¿aun te sigue fulminando con sus ojos color verde botella?.

-¿Fulminarme?. Casi me atormenta. Por suerte hoy la pierdo de vista.

-¿Y a donde fue?.

-Al club de campo para una reunión anual, o eso me dijo, pero sé que irá a ver a alguno de sus amantes.

-Menuda pájara, que no sabe la joya de marido que tiene. Follando por ahí cuando tiene en su propia casa a todo un semental.

-Anda y que le den, que yo ya ni recuerdo cuando fue la última vez que me la follé. ¡Puta de mierda!.

En ese instante ella se separó de él con gesto furioso.

-¡EH, UN RESPETO!. Aquí la puta soy yo, y a mucha honra. Ella, es una zorra-replicó con gesto despectivo, casi de odio-. Yo por lo menos cobro por mis servicios; ella lo hace gratis, y si sueltas otro comentario como ese me largo ahora mismo, ¿¡ENTENDIDO!?.

-Sí, perdóname, pero ya sabes como ella me saca de mis casillas.

-Perdonado, pero que no vuelva pasar-y en ese instante entraron en la mansión y cerraron la puerta-. Nunca he entendido como diablos seguís casados.

-Por el dinero, naturalmente. Como ella es la típica pija engreída de clase alta, mientras tenga dinero para sus lujos, al resto del mundo que lo follen. De ese modo yo puedo manejar su fortuna a mi antojo al tiempo que no toco la mía para nada. Nos casamos por conveniencia más que nada.

-Aún así ella podría haberse dado cuenta de lo estupendo que eres, pero en fin, ella se lo pierde. Bien, ¿qué tienes pensado hacerme hoy?.

-Eso tendrás que adivinarlo-replicó él divertido-.

-Mmmmmmmmm…bien, juguemos a las adivinanzas…¿piensas hacerme otra vez sadomasoquismo, como la última vez?. Los moratones que me hiciste me duraron una semana, pero me encantó.

-No, no se trata de eso-contestó con parquedad-.

-Entonces…vamos a ver…¡ah, ya está!...quieres que me monte un trío, ¡no!, una orgía con algunos de tus amigos, como hace seis meses.

-No, para nada.

-Me lo estás poniendo difícil…deja que piense de nuevo…¿acaso quieres que me vuelva a follar a tu secretaria?. Ojalá fuera así, me corrí de gusto, y eso que era mi primera experiencia lésbica.

-Lamento decepcionarte. Tampoco es eso.

-¡JODER!. Pues no me rindo…mmmmmmm…¿no pretenderás que me lo monte con los adolescentes de la otra vez, ¿verdad?.

-Pues respirar tranquila-respondió entre risitas-, no se trata de eso.

-Uuuuuuufff-suspiró aliviada-, menos mal. Antes muerta que dejarme de aquellos imberbes otra vez, por poco me destrozaron.

-Venga, sigue adivinando. Ya no te quedan muchas opciones.

-¿Quieres follarme haciendo un video de porno amateur?.

-¡Eh, no es mala idea!, pero no es lo que tengo pensado.

-¡Debe ser algo muy gordo si aún no lo he conseguido adivinar!. Muy bien, déjame pensar un poco más-dijo, empezando a hacer un recuento de las opciones que ya había dicho-…¿quieres que me lo monte con unos transexuales?. Eso me pondría a mil.

-Me lo apunto para la próxima vez, pero tampoco es eso.

-¿Y un interracial con un par de negros con esos pollones de medio metro?.

-Tampoco, pero mira, otra idea para apuntar.

-Armando, me rindo-protestó haciendo una mueca de cansancio-. Ya no sé que más decir. ¿Qué has preparado?.

-Ahora lo verás. Ven al comedor.

En cuanto llegaron se encontraron con que una parte del suelo había sido acolchonada, y había un sillón al lado. Armando dio un potente silbido y se escuchó un ladrido lejano. Llegando junto a ellos apareció un hermoso dálmata que movía la cola de lado a lado, buscando subirse a las piernas de ella.

-Eso es lo que he preparado para ti. Por cierto, se llama Toro.

-¿Quieres que me lo monte con un perro-preguntó mientras le rascaba la cabeza-?.

-Sí. Quiero ver ese cuerpo serrano follado por un animal, quiero ver como te corres y como gritas, y quiero ver tu cara desencajada por la fuerza bruta de su polla dentro de ti.

-Pero que guarro eres…

-…y como te gusta eso, ¿verdad-repuso con sarcasmo-?.

-Eres un cielo-dijo besándolo-. La verdad, siempre me picó la curiosidad de ver como era esto de hacerlo con animales. Ponte cómodo, nene, que vas pasártelo bomba viendo a tu puta favorita en acción.

Armando se sirvió una copa de Bailey’s y se sentó en un amplio sofá, empezando a fumarse un Cohíbas. Ella, por su parte, empezó a desnudarse lentamente, quitándose primero la falda y la chaqueta de cuero. Después la blusa voló por los aires, lo mismo que el sujetador y las bragas. Sabiendo lo mucho que a él le gustaba, se dejó puestas las medias y las ligas. Armando señaló hacia la mesa, donde se encontraba un tarro de mermelada de fresa. Sofía abrió el tarro y se lo puso en las redondeadas tetas, embadurnándolas del todo con el potingue y sentándose en el suelo. Toro, al ver como le ponían la comida en bandeja, fue al lado de Sofía y comenzó a lamer para devorar toda la mermelada. Apoyada en el sillón, ella se dejaba hacer, gimiendo al notar la rasposa lengua quitándole toda la mermelada de fresa, ensalivando sus tetas y poniendo erectos sus pezones. Cuando se hubo acabado volvió a echársela, pero esta vez no solo por las tetas si no por su vientre hasta llegar a su vulva. Toro enseguida volvió a la faena, comiendo todo el manjar que le servían en bandeja de plata. Desde la ventajosa posición que tenía, Armando podía observar toda la escena y se estaba poniendo burrote por momentos. La dedicación del dálmata al cuerpo de Sofía era un placer más allá de cualquier previsión inicial. Incapaz de aguantarse las ganas se sacó la verga de los pantalones y se puso a masturbarse sin dejar de ejercer su papel de voyeur. Abriendo las piernas Sofía se reclinó en el suelo, mientras Toro, siguiendo el rastro de la mermelada que tan golosamente comía, había llegado a su concha y la estaba comiendo de una manera sublime, devorando no solo la mermelada sino humedeciéndola.

-Aaaaaaaahh aaaaaaaaahh aaaaaaaaaahh aaaaaaaaaahh…oh dios mío, ¡OH DIOS MÍOOOOOOOO!...es la gloria…que bueno es…joder que pasadaaaaaaaaaaaa...

-Eso es-la animó el-, ya sabía que te lo ibas a pasar pipa. Déjate llevar, que verás como Toro se divertirá contigo.

Incapaz de articular respuesta Sofía continuó echada en el suelo mientras su cuerpo era probado y degustado. Cuando se fue a dar cuenta Toro ya había acabado de lamer la mermelada ¡pero seguía lamiendo!. Eso quería decir que no estaba probando esa confitura, si no que estaba degustando los abundantes jugos que manaban de la panocha de Sofía como agua de mayo. El que lamiera con tanta devoción la ponía cachondísima, saber que incluso a los perros también los excitaba. Abriendo algo los ojos pudo ver a Armando pelándosela mientras miraba como le era practicado un maravilloso cunnilingus con lengua canina. Con sus manos separó los labios vaginales todo lo que pudo para que pudiera lamerla mejor, y el dálmata prosiguió dándole lengua de arriba abajo.

-Mira Sofía, mira como la tiene por ti. Quiero que se la chupes.

Girando un poco su cabeza observó que efectivamente una pija muy roja y brillante destacaba entre las patas del animal. Atrayéndolo hacia ella palpó con sumo cariño y cuidado la verga de aquel perro, fascinándose con el calor que tenía, y sin más dilación abrió la boca y se la tragó, dejando a Armando atónito. La felación que estaba haciendo era de miedo, pues se la notaba entregada al 100% a disfrutar de aquella experiencia, a no dejar escapar ni un solo momento. Era la primera polla animal que se jalaba, pero si por ella fuera, se tragaría una cada día, a cada hora. Nunca se imaginó que fuera tan delicioso, tan viciosamente gustoso. El darse cuenta de que gracias a su cliente favorito se había apuntado otro mérito en su carrera de puta solo hacía que se sintiera mejor aún. Sus deseos no conocían límites. Animada por el morbo siguió mamándola algo más fuerte hasta que se salió de Toro, poniéndose a cuatro patas y apoyando su cuerpo y los codos en el asiento de sofá que tenía al lado, esperando el ansiado momento en que fuera penetrada. Cuando lo sintió subirse a su espalda fue como una bendición, pero tuvo que esperar a que él tuviera la puntería de acertar en su anegada pucha. Al fin, por sorpresa, se la metió.

-AAAAAAAAAAH AAAAAAAAAAAAHH…mmmmmm por dios que maravilla…me ha llenado todo el coño jodeeeeeeeeeeeeeeerr…ooooooooohh como me follaaaaaaaaaa…me corro todaaaaaaaaaaaaaaa...

Apenas había conseguido penetrarla el dálmata ya estaba embatiéndola con su potencia animal, a un ritmo vertiginoso, incesante, ¡¡brutal!!. Su cuerpo era movido como una coctelera de un lado para otro, sus nalgas temblaban chocando contra el cuerpo de su perro favorito, su coño estaba más dilatado y lleno que nunca. La enormidad de su ariete canino era una insuperable fuerza opresora que apretaba y penetraba como si quisiera reventarla. Apoyando la cabeza en el sofá Sofía cerró los ojos para dejarse por completo y disfrutar siendo follada por Toro. Armando no paraba de pelársela, regocijándose en las caras y gemidos que su puta preferida lanzaba a los cuatro vientos. Podía incluso ver como la verga entraba y salía de ella como si fuese a cámara rápida, y en ese instante deseó poder grabarlo para verlo siempre que le diera la gana si no fuera por el peligro de que Itziar pudiera encontrar la grabación. Centrando sus ideas observó que el ritmo de la penetración le causaba envidia, pues le encantaría desgarrar así a una mujer, a la propia Itziar incluso, desgarrarla, humillarla, vejarla con toda su rabia. Sofía, mientras tanto, era una constante turbulencia de jadeos y emociones encontradas. Su placer aumentó a cotas jamás imaginadas cuando Toro se corrió dentro y notó el ardiente semen que la llenaba por dentro, chorreando tanto que se le resbalaba por las piernas.

-AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAHHH AAAAAAAAHH AAAAAHH AAAAAHH…AAAAAAAAAAAAAAAAYYYYYYY…

El tremendo orgasmo que alcanzó chocó directamente con la enorme bola que se le formó a Toro y que colapsó su vulva. Armando la ordenó no moverse diciendo que la bola iría deshinchándose poco a poco, y Sofía aguantó no por creerle, si no por creer que aquello la partiría, la destrozaría. A pesar del dolor de aquella bola dentro de ella, era la experiencia más fuerte de cuantas recordaba. Más o menos un cuarto de hora después la bola se deshinchó, y ambos, que habían quedado pegados culo con culo cuando Toro se dio la vuelta para desengancharse, quedaron libres. Ríos de semen cayeron por los muslos de Sofía, cuyas piernas flaqueaban y temblaban. El dálmata se puso a lamerse la verga y Sofía, viendo la cara de Armando, supo que había conseguido aguantar su paja todo el tiempo. Avanzando hasta él puso su cara delante de su polla abrió la boca de par en par, tragándose todo el semen de su mejor cliente, gimiendo como una loca al volver a sentirlo de nuevo en su boca.

-Que puta eres Sofía, como te quiero…

-Y yo a ti Armando. Ha sido colosal. Si me dejases me llevaría a Toro a casa para tenerlo por mi amante todos los días.

-¿Aún te quedan fuerzas?.

-¿Para que?.

-Para la segunda sorpresa de la noche. Ven, que te llevaré para que la veas, y no quiero que te limpies, que me encanta verte con el semen entre las piernas.

-¿Y Toro?.

-¡¡Toro, vete a dormir!!.

El dálmata fue hasta una esquina y se echó en una cesta con su nombre. Armando explicó que ya no se movería de allí pues estaba bien educado, así que bajaron hasta la parte baja de la mansión. Caminaron por un pasillo hasta llegar a un pequeño habitáculo que parecía una cárcel o más bien una cuadra. Dentro, para sorpresa de Sofía, se encontraba un enorme mono.

-¿Quieres que ahora lo haga con él?. Debes estar de broma.

-No, para nada. Dime algo, ¿lo disfrutaste con Toro?.

-Sí, muchísimo.

-Pues te aseguro que esto será mil veces mejor.

-¿Y se puede saber como conseguiste tener un mono aquí?.

-Digamos que tengo mis contactos en el zoo de la ciudad. El mono, que no lo había dicho, se llama Charlie. Vamos, ve a que te folle él también. Sé que no me defraudarás, y que te correrás como la puta que eres.

Las palabras de Armando estaban calentando a Sofía, y ella sabía que esa era la intención de él, calentarla para que fuera directa para que se la follara aquel simio. Entrando en la acomodada jaula fue al lado de su nuevo amante, a quien abrazó. Con una amplia sonrisa, Charlie hizo lo mismo. El roce de su cuerpo con el de ella hizo que Sofía lanzara un suspiro de pura perversión. ¿En verdad el mono se la iba a follar?. La idea la seducía, la calentaba, y sus dudas comenzaron a ser despejadas cuando contempló estupefacta como el mono se agarró a sus tetas y empezó a chupar de ellas, lamiendo sus pezones de una manera arrebatadora. Su boca era como una potente ventosa que succionaba de sus tetas como si fuese un bebé que buscase leche materna.

-Uuuuuuuuuuuufff estoy calienteeeeeeeeeeee…vamos mono cabrón, fóllate a esta hembra, gózala hijo de perraaaaaaaaaa…que viciosa soy, vaya perraaaaaaaaaa…primero un perro, ahora un mono, qué será despuéeees…aaaah aaaaahh aaaaahh aaaaaahh aaaaaaahh…

Armando esbozó la sonrisa más diabólica de su vida, pues él si sabía lo que tenía preparado para ella. Sentado en una silla cercana y con su copa y su puro continuó deleitándose con el espectáculo que le estaban ofreciéndole delante de él. Las manos de Charlie estaban jugando con las enormes tetas de Sofía de un modo increíble, parecía que realmente supiera hacerlo como los hombres. Tocaba sus pezones de color claro, acariciaba las areolas, amasaba, cogía, estrujaba, hacía de todo con aquellas soberanas y bien formadas tetas. Embriagada por la lujuria del momento Sofía se sentía la reina de la selva. Ella era Jane de la selva y Charlie su Chita particular, como si se descubriera la parte más oculta del mito de las películas. De nuevo ella abrió las piernas de par en par, aunque no estaba segura de que él lo entendiera, pero sí que lo entendió, y a la primera de cambio: se puso a tocarla en su conejo húmedo, metiendo un dedo, sacándolo, tocándola con dos o tres, luego de nuevo con uno. Por todos los santos cómo sabía follar este mono, era increíble. Parecía un maestro en el tema. Sofía se encontraba perdida, pero totalmente ida entre aquellas caricias y dedos que iban de un lado para otro poniéndola de nuevo al rojo vivo. Notó que Charlie estaba erecto demasiado tarde pues ya la estaba penetrando, cogiéndola por sorpresa. Él la cogió por las tetas y apretó con fuerza haciéndola gemir, hasta que la había conseguido penetrar y cambio las tetas por los hombros, embatiéndola sin esperar que ella se acomodase.

-Soy una puta, soy una guarraaaaaaaa…una puta barata oh dios que bien me folla el puto monoooooooooooooo…métemela Charlie métemelaaaaaaaaaaaaa…eso es, asíiiiiiiiiiiiiiii…joder que gusto, que gozadaaaaaaaaaa aaaaaaahh aaaaaaaaaah aaaaaahh aaaaaaaaaahh aaaaaaaaaaaahh…

Como si pusiera lo que acababa de decir Charlie empezó a gruñir como un poseso, follándola usando todas sus energías. El ímpetu que estaba demostrando tenía a Sofía como en órbita, sumida en un trance de lo más pervertido. Parecía como si estuviera en un sueño, pero la manera en que aquel mono se la estaba follando le decía que era una oscura y deliciosa realidad. Su cuerpo estaba siendo explorado por lo más variopinto del reino animal, y si por ella fuera probaría con todas y cada una de las distintas especies: los tentáculos de un pulpo, la furia de un león, la silenciosa serpiente metida entre sus piernas, la brutalidad de un mulo…Su mente desvariaba con las maravillas que cada uno la haría sentir, los orgasmos que la producirían cuando fuese follada(o violada, lo mismo le daba) por todos ellos. Solo quería más animales, más sexo, más polvos, más, más, máaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaass…

-AAAAHH AAAAHH AAAAAAHH AAAAAAAAAHH AAAAAAAAHH ¡¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAHH!!...

El segundo orgasmo de la noche vino precedido por los intensos bombeos del simio, así como de sus chillidos. Sofía quedó derrengada mientras notaba como Charlie se corría dentro de ella. Armando, bufando como un animal en celo, entró en la jaula y ayudó a Sofía a salir de allí, sin que Charlie hiciera movimiento alguno debido al cansancio que tenía. Ambos volvieron al comedor, y Armando puso a Sofía en el amplio sofá, mientras él se sentó a su lado.

-¿Qué tal la experiencia?.

-Eres el mayor cabrón que he conocido nunca-dijo entre jadeos y risas varias-…Me he corrido más aún que con Toro…no, no puedo más…

-Yo sé que sí. Verás, aun te queda un último asalto, pero ahora no, prefiero esperar a que hayas recuperado algunas de tus fuerzas…

-¿Aún hay más?. Armando por dios, que no soy una ninfómana insaciable. No sé si aguantaré otro asalto de estos.

-Lo harás en cuanto recuperes fuerzas, no te preocupes.

-Menudo pervertido estás tú hecho, menuda pieza. ¡Ah!, y ahora que me acuerdo, adivina a quien me follé el otro día.

-¿Y yo que sé-preguntó él encogiéndose de hombros-?.

-A Sebas.

Armando quedó unos segundos pensativo hasta que su cara se transformó en sorpresa.

-¿A mi primo?. ¿Te follaste a mi primo?. Pero si es gay.

-¿Gay?, y una leche. Lo que pasa que tiene pluma, pero de gay nada. Tiene un pollón como una catedral que me hizo ver las estrellas. Menudo repaso que me dio.

-Eres increíble proeza, realmente increíble.

-Ahora que lo dices, necesito saberlo. Hace ya cuatro años que me llamas "proeza". ¿Por qué?.

-Porqué lo que hacéis tú y las demás es una proeza-contestó en tono sorprendido-. Salís a la calle con frío, con lluvia, con riesgo de ver rejadas, vendidas, maltratadas y chuleadas por lo peor de la sociedad, y a pesar del riesgo ahí estáis. Sois heroínas por derecho propio, de ahí lo de "proeza".

-Gracias-contestó algo emocionada-. Y sí, tienes razón, corremos mucho riesgo, pero en mi caso no tengo otro remedio para sacar adelante a mi familia pues lo hago sola, y no me arrepiento de hacerlo, pues les de he dado lo mejor a mis hijos.

-Ya que hablas de ellos, Ernesto ya debe ser un hombrecito ¿verdad?. ¿Cuantos años tiene ahora, 15?.

-Sí. Mi niño ya tiene 15 añitos y es una belleza de muchacho.

-Nada, que dentro de poco va a mandar a las chicas al hospital cuando las reviente con su polla-bromeó-.

-Mmmmmmmm no lo sabes tú bien. Tiene un manubrioooo-repuso airada-…

Aquello hizo a Armando arquear una ceja mirándola con gesto interrogante. Sofía, viéndose descubierta, se ruborizó.

-¡Un momento!...¿¡TE LO FOLLASTE!?, ¿¡TE LO MONTASTE CON TU HIJO MAYOR!?.

-Yo…pues…lo cierto es que…sí-confesó-, hace un par de semanas.

-Vamos, lo quiero con pelos y señales-ordenó con apremiante y morbosa necesidad-. Cuéntamelo todo.

-Ya sabes que antes de salir suelo prepararme y vestirme en el baño y todo eso. Ernesto entró y me vio desnuda, y me empezó a decir eso de "Mamá que guapa eres", "Mamá eres muy hermosa", "estás más buena que las de mi edad", y una no es de piedra. Antes de darme cuenta me estaba comiendo las tetas mientras me lubricaba el coño con sus manos, así que me lo llevé a mi cama y me dejé que me follara. Y dada su juventud, enseguida recuperaba las energías. Total, dos horas en que mi hijo hizo con su madre lo que le dio la gana.

-¿También se corrió en tu cara?, ¿en tus tetas?, ¿le hiciste una cubana?.

-Sí, sí, y sí. Va a salir todo un pervertido, como tú.

-¿Y porqué te daba tanta vergüenza contármelo-preguntó confuso-?.

-Ay-suspiró-…es que…no sé…eso me tiene confusa…una cosa es irme con los clientes…pero tu propio hijo…eso debería hacerlo con alguna chica, una amiga o compañera de clase…creo que hice mal dejándome llevar por él.

-¡No te lamentes de nada!. ¿Disfrutaste, verdad-preguntó, asintiendo ella después-?. Pues ya está. Además, me encanta saber que desvirgaste a tu hijo. ¿Quién mejor que tú, que tanto sabes y que tanto lo amas, para hacerlo un hombre?.

-Pero creo que lo que hice fue muy degenerado-se reprochó-.

-Lo que hiciste fue darle a tu hijo el mejor momento de su vida, ¿y quien mejor que tú para dárselo?. La mujer que más lo ama, que más lo quiere y aprecia. Esto hace que te quiera cada día más.

Emocionada Sofía lo abrazó muy fuerte, susurrándole al oído un tierno "gracias". Armando esbozó una sonrisa muy emotiva.

-Dime que cosa, ¿lo harías también con Borja cuando crezca algo más?.

-Solo tiene 12 años, así que, dentro de 3, a lo mejor también lo desvirgo. Ya que lo hice con uno, no veo porqué no hacerlo con el otro.

-¡Así me gusta!. ¡Esta es mi putita predilecta!. Y si ya estás recuperada-comentó, volviendo Sofía a asentir-, ven conmigo, que falta el último asalto.

Ambos se levantaron y salieron de la mansión por la puerta trasera, yendo hacia el establo donde Armando tenía su cría de caballos. Como era verano, no hacía frío y Sofía no tuvo problemas por su desnudez. Él la miraba extasiado, admirando cada rincón de su cuerpo: su vientre liso y torneado, sus piernas firmes, sus anchas caderas, sus tetas cabeza de misil, su coño chorreante de semen animal, sus ojos verdosos, su ondulado pelo rojizo y sus rosados y carnosos labios. Al detenerse en una parte del establo, Sofía miró dentro y luego lo miró a él.

-¡Ah no, esto sí que no!. Es imposible. Yo no puedo follarme eso.

-Eso es cierto, será él quien te folle a ti-corrigió divertido-. Te digo que sí puedes. Luckystar te hará gritar como loca.

Sofía miró de nuevo, viendo al blanco caballo de crines rubias y estampa imponente. Al mirarlo otra vez, negó con la cabeza.

-Que no Armando, que no puedo. ¿Cómo me va a entrar todo eso?.

-Prueba. Para convencerte, le pondré un añadido. Si te lo montas con él, te dejo poner la tarifa que quieras, en lugar de la establecida normalmente entre nosotros.

-¿La que yo quiera-preguntó incrédula-?.

-Ajá, la que quieras. ¿O es que no hay ovarios para hacerlo-preguntó con ironía, retándola directamente y apelando a su orgullo-?.

-¿Qué no hay ovarios?, ¿¡QUE NO HAY OVARIOS-repitió enfadada-!?. Me cago en la puta, vas a ver de lo soy capaz. Vas a correrte sin siquiera tocarte del show que vas a ver.

Entró en el establo y vio al animal. Colocándose debajo de él, llevó las manos a la funda donde se ocultaba su equina hombría. Con mimo y mucho esfuerzo, Sofía continuaba tocándolo para excitarlo, sorprendiéndose cuando aquella enormidad despuntó en todo su esplendor. Medía más de 30 centímetros de largo por 4 de ancho, casi era como una tubería. Al verlo erecto añadió la lengua para probar aquella verga equina. Un sabor diferente, extraño, pero muy excitante. El animal empezó a relinchar por lo que le estaban haciendo y ella supo que aunque lo creía imposible, el jamelgo se la iba a cepillar de verdad. Armando, de pie a la entrada, se relamía para sus adentros, se excitaba imaginando la escena de ver a Sofía empalada por aquel miembro, de ver como la destrozaría. Su tranca se elevó nuevamente, y empezó a pelársela con mucha lentitud para alargar su excitación. Ella, por su parte, sabía como debía ponerse para poder soportar el peso del equino, que si bien le pareció que era algo pequeño para un caballo, lo cierto es que se alegró de que no fuera más grande. Mamándole la tranca se pajeaba con dos dedos en su coño, humedeciéndolo para prepararlo, queriendo evitar el mayor daño posible. A punto de correrse se sacó los dedos y se incorporó, apoyándose en la pared con las piernas rectas y la espalda arqueada. Luckystar se montó a la espalda de Sofía intentando penetrarla, pero le costaba atinar. Su espera se hacía insufrible pues estaba tan cachonda que deseaba que el caballo le destrozase la pucha, que la desgarrase. Necesitaba sentirse penetrada ¡pero ya!.

-¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAHH!...

Luckystar acertó en sus movimientos y la empaló. Tan grande que la tenía que no solo llenó todo su conejito, si no que medio rabo quedó fuera. Armando puso una cara de maldad indecible, de morbosa excitación, y se le puso tan dura que lanzó un largo gemido de dolor. Sofía estaba en otro mundo: la sensación de notar aquel titánico miembro penetrándola era algo que jamás hubiera imaginado. La encantaba, la fascinaba, la excitaba, la ponía a mil revoluciones por segundo. Descubriendo una parte de ella que desconocía, su dolor se convirtió en placer obsceno y maravilloso. En cuanto Luckystar se puso a embatirla, se sentía rota por dentro, salvajemente rota y visceralmente mujer. Era la mejor noche de toda su vida con diferencia.

-AAAAAH AAAAHH AAAAAHH AAAAAAHH AAAAAAAAHH AAAAAAAHH AAAAAAHH…

Sus gemidos estratosféricos elevaban la densa atmósfera sexual cernida sobre ellos. Los brutales empujones del semental tenían a Sofía complacida, la hacía sentir como una yegua salvaje. Su excitación iba creciendo más rápido de lo que ella podía sentir, y la polla la follaba incansablemente. Mete saca mete saca mete saca…ooooooohh dios que potenciaaaaaaa, que fuerza animaaaaaaaaal…se acercaba el orgasmo, ya se acercabaaaaaaaaaaaaaaaa…

-AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAHH…

Sofía se había corrido antes de tiempo y había gozado como si estuviese enloquecida, pero su orgasmo se convirtió en una cadena de ellos cuando Luckystar también se corrió y notó como una riada de semen dentro de ella. Nunca había sentido tal magnitud de orgasmos de una sola vez. Se creía morir de gusto. El semen cayó al suelo en riachuelo, mientras los muslos interiores de sus piernas quedaron empapados de semen. En cuanto el equino se salió de ella le pareció que había pasado una eternidad. Como pudo salió de la cuadra, volviendo con Armando, a quien, como la otra vez, estaba a punto de correrse, haciéndolo esta vez sobre sus enormes tetas, dejándola bañada en semen. Incorporándola la cogió de los brazos y la metió de nuevo en casa. Sofía estaba agotada.

-¿Ves como sí podías?. Eres la mejor puta que existe.

-Aaaahh aaaaahh aaaaahh-jadeaba de cansancio-…sí, he podido…madre mía que polvo…me he corrido varias veces…por dios que gozada…jajajajajaja-reía con su cara medio desencajada medio exhausta-…estoy rendida…

-Bien, lo prometido es deuda. ¿Cuánto crees que mereces por tus servicios?.

Sofía miró a uno otro lado, luego lo miró a él con cierta picardía.

-¿200 €-bromeó-?.

-¡Hecho!.

Quedando impresionada vio a Armando como éste fue a por el dinero y volvió con un sobre que le dio en mano.

-Aquí tienes, por esta maravillosa noche. Cuéntalo para ver si está todo.

Sofía abrió el sobre y al contar el dinero quedó boquiabierta.

-¡No puedo aceptarlo-dijo de inmediato-!.

-Sí puedes. Acéptalo.

-Armando, ¡¡AQUÍ HAY 500 €!!. No puedo aceptar esto. Es todo el sueldo de un mes de un trabajador.

-Te lo has ganado. 200 más la voluntad.

-Pero Itziar…

-Itziar no lleva las cuentas del dinero, eso es cosa mía. No te preocupes, no se dará cuenta, y a mí me sobra el dinero. Acéptalo.

-Armando es demasiado. No puedo…

-¡¡Acéptalo, o me acabarás haciendo enfadar!!. Cómprales ropa a tus hijos, llévalos a Disneylandia, date algún capricho, mételo en el banco, haz lo que quieras, pero quédatelo, ¿de acuerdo?.

Totalmente compungida Sofía rompió a llorar, abrazándose a él y dándole un fuerte beso de tornillo.

-Ojalá fuese yo tu mujer en lugar de esa fulana. Sería la mejor esposa del mundo.

-Sí, ojalá, pero creo que nuestra relación ya es buenísima. ¿Tú no?.

Ella sonrió y se dio la vuelta para coger la ropa, pero se la notaba agotada.

-Espera, estás muy cansada. Quédate conmigo.

-¿Y mis hijos?.

-Eso tiene solución-dijo yendo hacia el teléfono y marcando el número-…Hola, soy Armando otra vez…hola Ernesto, ¿estabas despierto?...ah que bien…oye, que tu madre se queda aquí a pasar la noche, está agotada…sí, está perfecta, no te preocupes…¿y tú que tal: sacas los estudios, tienes amigas?...estupendo, así me gusta, aprobando con notables…mejor aún, ten muchas amigas…¡ah! Felicidades por lo de tu madre hace un par de semanas…sí, me lo contó-dijo riendo-…no estoy enfadado, al contrario…venga, ya nos veremos algún día…vete a dormir…hasta luego…

-Es increíble como te quieren mis hijos. Te tienen por su padre.

-Eso me alegra. Por cierto-dijo en tono misterioso-, ¿te acuerdas de lo que te dije la primera vez que nos conocimos, hace cinco años?.

-Claro que sí, me dijiste que valía mucho para estar haciendo la calle, que merecía algo mejor.

-Pues alégrate, pues ya no tendrás que hacer la calle. He hablado con amigos y compañeros de trabajo. Acabas de ser ascendida a prostituta de alto standing, y te he proporcionado una buena cartera de clientes. En mi habitación tengo los teléfonos de algunos para que empieces. Ahora podrás darte a ti y a los tuyos una vida mucho mejor. Incluso alguno de ellos podría contratarte de secretaria para que todo sea lo más legal posible.

-¿Has hecho todo eso…por mí-preguntó sin creérselo-?.

-Sí, desde luego. Lo mío me costó, pero no me arrepiento.

-TE QUIEROOOOOOOOOOOOO-gritó echándose en sus brazos-…¿te gustaría ser mi chulo?.

-Créeme que nada me agradaría más, pero entonces ya no me verías como un cliente y amigo si no como tu jefe, y sé lo independiente que eres. No, no quiero.

-Eres el mejor hombre del mundo.

-Subamos arriba, es mejor que te duches para quitarte esos rastros de semen. Por cierto, ¿recuerdas "aquello" que siempre deseaste hacer conmigo y nunca pudiste?. Pues hoy lo harás, y no te preocupes por Itziar, no volverá hasta mañana por la tarde.

-Gracias. ¿Y recuerdas "aquello" que tú siempre querías hacerme y que yo nunca dejé que un cliente me hiciese?. Pues esta noche lo harás. Quiero que me lo hagas.

Armando puso una mueca de gloriosa satisfacción la oír aquello. Abrazados fueron subiendo las escaleras para subir al primer piso. Se miraron intensamente, besándose y acariciándose más como amantes que como prostituta y cliente.

-Armando, ¿alguna vez dejarás de ser tan bueno conmigo?.

-Nunca, proeza. Te quiero demasiado.

-Lo sabía-sonrió-. Ahora subamos, que por fin puedo cumplir mi gran deseo. Me encantará dormir abrazada a ti, en tu cama, y pasar la noche juntos.

-Sí, subamos, que yo también estoy deseando satisfacer mi gran sueño contigo. Subamos a hacer el amor…

Mas de Ivan Sanluís

Una noche, tres historias: Viki & Toñi

Una noche, tres historias: Trini & Pili

Una noche, tres historias: Moni & Puti

Mis primeros amantes

Viendo a mi novia follada por su hijo

Una noche de perros

La hija de mi amiga/La amiga de mi madre

Mente incendiaria

Aprendiendo a ser sumisa

Intercambio de venganzas (capítulos 5 y 6)

Intercambio de venganzas (capítulos 3 y 4)

Intercambio de venganzas (capítulos 1 y 2)

Realquilados: una historia morbosa

La vida secreta de Luna Lovegood

Celda de castigo

Vida de una supermodelo

Esclavizada

Forzada en la disco

Caballo: Mi primera experiencia zoo

Caso real de abuso de ultratumba

Testigos inesperados

Karlita

El círculo de las viciosas

Hogar, aterrador hogar

Severus Snape: biografía y secretos

El estudio de papá

Infidelidad en el cybercafé

Ñoña hasta decir basta

Angel Girl X, mi juego favorito

Una familia unida: el secreto de Ale

Aprendiz de chupapollas: tercera lección

Aprendiz de chupapollas: segunda lección

Aprendiz de chupapollas: primera lección

101 usos para un par de tetas

Ir por lana...y salir trasquilada

Novia pervertida, novio vengativo

Banquete de boda

Querido diario

Aurora & Iris

Fono Pasión

Jairo, mi hermano mayor

Leire, azafata de vuelo

La fuerza del destino

De la cam a la cama

El ente: la otra cara de la moneda

Feliz aniversario: la otra boda

Una mujer decente

Puta: mi primer cliente

Visitante de dormitorio

Mi amiga, mi iniciadora sexual... mi hermana

Lucía tiene un secreto

El culo perfecto

El diablo

El último amanecer

Saboreando del fruto prohibido

Mi tío, mi consejero, mi segundo padre...mi amante

Cena pasada por agua... o no

Documento inédito sobre brujería

Brujería: la conversión

La noche que cumplí 18 años...

Regreso a casa de mis padres

Cambio de look

Papá, hazme un favor

Svetlana

Enamorarse, declararse

El Inmortal

Mi primera consulta

La bruma, de Ivan Sanluís

El descubrimiento del sexo

El amigo de mi hermana

El examen suspenso

Orgías en las despedidas de soltero

Mi hijo disfruta de mí

Linda colegiala

Destino asumido

El mejor amigo que una chica pueda tener

Carla y la puta de su hermana

Mi hermana quiere polla

Violada colegiala

La violación de Andrea

La violación de Andrea II: juego de cartas

La chica de la calle

Fono pasión

La entrevista de trabajo

La Kiosquera

Los amigos de papá

El sueño se hace realidad

La censura, ese gran invento...

El trenecito

Ranma: el Corazón de los Deseos

Una familia unida

Una familia unida: amigos con derecho a roce

Severus Snape

Zaira: fogosa a todas horas

El amor de mi vida

Quiero saber lo que el amor es

Sheena, la reina de la jungla: masacre

Lluvia

Que zorra es mi jefa

Como escribir un relato en 10 pasos

Inés, mon amour

Karlita

Blossom: placeres secretos

Willy

Me mato a pajas pensando en...

Hija pródiga

Hijo pródigo

Rita: Fuego en estado puro

Una noche con Diane Lane

Seducí a Papá

Smallville: El señor de las ilusiones

Israel, mi mejor amigo

Castigada

CSI: En casa de Lady Heather

Cabalgando a lomos de un hombre maduro

Mi novia no se deja

Feliz aniversario: el regreso

¡Señor conserje, señor conserje!

Jairo, mi hermano mayor

Follando con mi hermano

Nadia

El hombre y su casa

Diario de mi viaje a África

Elizabeth

Un regalo especial

La mujer del barco

Nene, ven con la tata

Sometiendo a mi hermanita: tercer día (Domingo)

Sometiendo a mi hermanita: segundo día (Sábado)

Sometiendo a mi hermanita: primer día (Viernes)

Follando en el ascensor

Vejaciones a una buena vecina

Me follé a mi hija: Apoteosis final

Me follé a mi hija: Al día siguiente

Me follé a mi hija

Sara, la puta del instituto

Esther Arroyo, la diosa de oro

Susana, la niña del ciber: El reencuentro

Feliz aniversario

Ally McBeal: polvos de oficina

Hola vecino

¡Puta, más que puta!

Foto de Leticia Castá

El saben aquel...

Mis relatos favoritos

El bultito de mis hijas

Sueños que se hicieron realidad

Edipo Rey

A Katy le gusta ser violada

¿Qué fue de Inma Brunton?

Mi primo del alma

La vecina de al lado

Expediente X: Los señores Devlin

Doncella, criada... y esclava

AVH: Avril Vs. Hilary

Fiesta de pijama

Yo quiero a mi hijo

Las chicas Gilmore: el invitado

Begoña: puro vicio

Todo en un día

El bultito de mi hija pequeña

Te veo en mis sueños

Viaje en tren

Lujuria en Disneylandia

Susana, la niña del ciber

En la profunda oscuridad del bosque

Bajos instintos

Aurora & Iris

Begoña: pasión inconfesable

Buffy, cazavampiros: Willow

Pizza con extra de almeja

Mi hijo, mi nuera...y yo

Ojos que no ven...

Buffy, cazavampiros: Dawn

Más allá de las estrellas

El amor de mi hermano

Cojí con mi madre

Mireia, la madre de mi mejor amigo

Buffy, cazavampiros: Joyce

Sonia, la gogo brasileña

Orgía en la casa de Britney Spears

Pamela: corrupción total

Sabrina, cosas de brujas: el perfume

SI, de Rudyard Kipling

El pony que me folló

Paulina Rubio, el volcán mexicano

Xena, la princesa guerrera: Perversiones

Verónica

Ese oscuro objeto de deseo

Follándome a Angelina Jolie

El bultito de mi hija

Embrujadas: El poder de cuatro

La vida secreta de Harry Potter

Amada por Tiziano Ferro

Amantes

La vida secreta de Ron Weasley

Sara, la guarra de mi profe

Alyson y sus amores

La vida secreta de Draco Malfoy

Follándome a jennifer connelly (Ed. Especial)

Desvirgada

Follandome a Jennifer Connelly

La historia de Mary Kay Letourneau

La vida secreta de Hermione Granger

Saúl, el semental que me desvirgó a mi también

Saúl, el semental que me desvirgó

La isabel

Juntos para siempre

Gabi, mi dulce amante peruana

Secretitos: Alicia en el jardin de las delicias

Raquel: entre la realidad y la fantasía

El pony que se folló a mamá

Mi adorado Sr. Sebastian

Mi dulce quiosquera: Un placer sin igual

Mi dulce quiosquera: Otra sorpresa

Mi dulce quiosquera: Inesperada petición

Mi dulce quiosquera: El deseo hecho realidad

Mi dulce quiosquera: Agradable sorpresa

Gemma, mi profesora particular

La dependienta: mi 1º vez con (toda) una mujer

Cynthia: lección de una anatomía precoz

Joyce

En el metro de japón

De cena con mi prima... y alguien más

De cena con mi prima