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Documento inédito sobre brujería

en No Consentido

DOCUMENTO INÉDITO SOBRE BRUJERÍA

[A continuación se ofrece la traducción de unos textos antiguos encontrados en 1912 en las afueras de Munich, poco antes del estallido de la Primera Guerra Mundial. Han tenido que pasar muchos años para conocer su significado debido a la dificultad del idioma y a la calidad del pergamino tras siglos de humedad. Debido a su estado de deterioro, algunas partes han quedado perdidas para siempre. Dichos huecos se han marcado mediante puntos suspensivos entre las frases.]

Año del Señor de 1221, Stuttgart, tierras altas del reino germano [actual Alemania]. Esta es la crónica de mi ascensión a las tinieblas, y de la decisión que yo, Gretta Folgner, tomé voluntariamente y de libre albedrío, quizá la única que una mujer puede tomar en este mundo en que vivimos. Es mi decisión contarlo todo…así que, a la luz de una vela y sentada a la mesa, mientras mis hermanas duermen…plasmaré en estos pergaminos cuanto ha ocurrido para que las generaciones que están por venir la verdad. En la noche de Walpurgis, las brujas se vuelven más poderosas, y los aquelarres y conjuros tienen más fuerza debido a la cercanía entre ambos mundos, el mortal y el sobrenatural…fuera como fuera, el destino quiso que yo viniera al mundo en esta noche maldita, la misma en que he abandonado todo mi linaje para ser parte de ellas…es decir, lo que los llamados "portadores de la cruz" llaman Hexen ["brujas"].

Inka, mi hermana de sangre y carne, ungida al igual que yo, vino a mí a tomarme para su causa, salvándome de tres hombres…logrando no solo salvar al vida, si no también mi cuerpo, aquella mañana ya lejana cuando acudía al bosque a por leña con que calentar mi maltrecha casa. Estaba atenazada por el frío de aquel día de invierno y lo único que pasaba por la cabeza era partir leña para calentarme cuando aquellos tres vecinos aparecieron. Ni siquiera el sol se había puesto en lo más alto y ya apestaban a alcohol. Gregor, Mitzka y Frierich eran solo conocidos y nunca me habían parecido una mala gente, así que no desconfié de ellos…vinieron a verme borrachos diciendo que el frío les helaba y necesitaban calentar su cuerpo…que mi cuerpo podía darles calor. No sabía a que se referían, pero vi un brillo extraño en sus ojos…

Mitzka se me acercó y me rodeó por la cintura, intentó besarme con fuerza pero me negué. Me abofeteó y me tumbó al suelo. Sus compañeros me cogieron por tobillos y muñecas mientras en mi nariz estaba aquel fétido olor a suciedad y a alcohol. Noté su asquerosa boca buscando mis labios, que estaban cerrados, negados a ser besados…Se enfureció y me rompió mis vestimentas, dejándome casi desnuda. Un sentimiento de asco me invadió cuando sentí sus manos sobre mis senos, cuando su boca buscó probar de su sabor…Intenté resistirme cuanto podía, sobretodo cuando noté que sus manos ya no estaban en mis pechos si no en lo más íntimo de mi ser, frotándome…Era horrible, y no podía defenderme, estaba agotada intentando resistir, no quería que Mitzka entrase en mí, ni él ni los demás, solo deseaba que alguien viniera a salvarme…

Gregor olió mi largo pelo del color del roble, diciendo que le gustaba mucho y que pensaba hacerme mujer, que ya era hora de que alguien como él me hiciera saber lo que es un hombre de verdad…Frierich alababa el azul de mis ojos, más cristalino que el agua de un río, me decía que los mantuviera abiertos mientras Mitzka no paraba de ver y saborear mis senos, que él decía eran como la masa de un pan caliente que estuviera amasando con sus manos desnudas, que el color suave de mis pezones lo encendía más en su deseo…Hasta me tocó más abajo de mi espalda y le dijo a los demás que iban a tener más diversión de lo esperado…Los tres se reían, intentaron que bebiera pero yo torcía la cabeza y evité ingerir aquel líquido de horrendo sabor…Frierich, que me tenía sujeta por los tobillos, me ordenaba quedarme quieta para que Mitzka pudiera entrar, o de lo contrario me entregarían acusándome de bruja para que me matase el abad del pueblo….entonces una voz de mujer los llamó a los tres, ordenándoles detenerse…

Llevaba una capa que le cubría todo el cuerpo, pero por su voz, era una mujer. Freirich fue a enfrentarse a ella diciéndole que se fuera, pero la misteriosa mujer dijo que me dejaran en paz o tendrían que enfrentarse a las consecuencias. Olvidándose de mí, fueron a por ella para hacerle lo mismo, pero antes de que eso pasara ella pronunció unas palabras que no entendí señalándoles con la mano y los tres cayeron al suelo entre gritos de terror. La mujer se me acercó y me mostró su rostro, fue entonces cuando se identificó como mi hermana, que había desaparecido hacía tiempo…Inka me llevó con ella, y junto a un arroyo me hizo una oferta: convertirme en una de las suyas y evitar una vida llena de miserias, ser como ella…Padre se había esfumado hacía tiempo y Madre un día se fue y ya nunca volvió…Malviviendo como estaba, acepté la oferta de Inka de irme con ella. Cruzamos el arroyo…y ya nunca volví al pueblo.

La llegada a Haussünde [la morada del pecado] fue tétrica y siniestra. Yo, ignorante como todas las demás mujeres de estos tiempos oscuros, no sabía que ocurría y tenía miedo. Había supuesto que Inka tenía un buen hogar y un marido que la cuidara, pero ella me reveló que había renunciado a los hombres mortales tiempo atrás y solo podía ser amada por "aquellos que moran ocultos a plena vista", a los que llamaban dunkelgeists [literalmente, "espíritus oscuros"]. En la verdammthalle [sala de los malditos], corazón de aquel mundo subterráneo de cuevas y laberintos que sería mi hogar, Frau Schwarzherde [la señora del rebaño negro] me recibió con los brazos abiertos, no sin antes preguntarme si, por mi pie y mi voluntad, accedía a dejar atrás mi mundo y todo cuanto conocía en él. De rodillas y ante todas las demás, acepté…y al volver a ponerme en pie, ya era unas de las suyas para siempre.

Inka, quien me había traído, se convirtió en mi hermana y también en mi tutora en aquel reino de sombras al que me había llevado. Bajo juramento, so pena de terribles castigos si las traicionaba…ella me iría revelando secretos que los hombres con poder querían mantener en el olvido para favorecer sus intereses. Horrorizada descubrí más de lo que suponía, incluyendo...pero lo peor fue conocer el destino de Madre: llevada ante la Inquisición, fue condenada acusada de brujería. Los portadores de la cruz poseyeron su cuerpo buscando purgar al que ellos llamaban "El Maligno", luego fue torturada, escaldada, quemados los ojos con un tizón ardiente, cortada la lengua ante su negativa a pedir clemencia y finalmente quemada en la hoguera como escarnio para todos quienes intentaran oponerse a lo que ellos querían.

De mano de la mismísima Frau Schwarzherde descubrí el origen secreto de las brujas, que está vetado a los mortales corrientes: centurias [siglos] atrás, cuando la gran cruz se alzó como única soberana, sus portadores emprendieron una guerra nunca antes vista contra todo lo que, hasta ese momento, había sido admitido como parte natural del mundo: fantasmas, hechiceros, espíritus de los animales y habitantes del bosque vieron sus vidas amenazadas…y tras esa guerra, la primera sangre fue derramada: la de nuestras antepasadas. En antiguo, las primeras mujeres recibidas en el seno del reino de la magia por los altos habían aprendido el arte de la sanación y la escritura, así como en usar el poder que la madre tierra exuda para un bien común, dirigiendo (que no controlando) esa energía sagrada para ayudar a los demás. Los hombres que más tarde fueron instruidos quisieron controlar ese poder, y rechazaron las enseñanzas de las mujeres…Aunque algunos fueron buenos magos, la mayoría solo buscaban tener poder, un poder que no era suyo. Al verse incapaces de controlarlo, decidieron destruirlo, y cuando los portadores de la cruz se alzaron, la magia fue la víctima de su ira...y todo cuanto tuviera que ver con ella…

Mis hermanas terminaron de explicarme el motivo de mi presencia allí: era la Nachtseele ["alma de la noche"], la elegida para sustituir a Frau Schwarzherde cuando ella muriera debido a mi nacimiento ocurrido en Walpurgis…Era mi destino perpetuar un ancestral legado…Cuando la sangre de las ancestros se derramó, algunas dijeron de combatir, otras prefirieron unirse a sus compañeros y vivir en lo profundo del bosque donde los mortales no alcanzan a verlos aunque los tengan delante suyo…Las que se quedaron pronto cedieron a la ira y en su intención de terminar una guerra empezaron otra…ellas decidieron combatir fuego con fuego, y si eran brujas los que los portadores de cruces buscaban, brujas son lo que encontrarían. Apartadas del buen sendero tomamos el camino de la guerra y de la oscuridad, y por él seguiremos hasta el Hoch Morgengrauen [Gran Amanecer] en que mortales y criaturas del bosque compartamos mundo como así era en tiempos antiguos (aunque Hexen y Zauberer [brujos] sí somos mortales, nuestro poder nos hace pertenecer al reino de lo oculto y lo sobrenatural).

El paso final debía ocurrir en mi 19 cumpleaños. Parte de mi conversión como criatura de la noche era recibir la Segenschatten [bendición de las sombras], dando mi cuerpo a un dunkelgeist y aceptando su frío abrazo, pero debido a mi condición, solo la Gröβe Dunkelheit [Gran Oscuridad] podía mancillar mi cuerpo, de modo que mi pureza debía ser mantenida intacta. Algo verdaderamente difícil…a pesar de lo desagradable de mi anterior experiencia en el amor con Mitzka y los demás, en aquel mundo encontré a hombres, brujos al igual que mis hermanas (además de otros seres) que eran amables y atentos conmigo, demasiado…rara era la vez que no estaban junto a mí acariciándome o explorando mi cuerpo en busca de su placer, pero Frau Schwarzherde lo había dejado claramente: no debía ser mancillada, y me costó resistir la tentación de sucumbir ante la pasión de mi cuerpo, que deseaba dejarse llevar…Aquellas manos en mi vientre, en mis cuartos traseros, recorriéndome sin parar, sus besos…

Algunos, los más osados, llegaron a mostrarme el cuerpo de un hombre desnudo para que supiera como era, y admiré aquellas hombrías enhiestas, apuntándome con un ferviente deseo. Aprendí a satisfacer sus deseos con mis manos, mas no con mi cuerpo. Debía esperar y así lo hice, aunque aprendí con ellos ciertos placeres de la carne. Mi ser deseaba aprender más, pero no podía…y sin darme cuenta la gran noche llegó, la noche en que yo cumplía mis 19 años y que debía dar el paso definitivo. La verdammthalle se preparó la ocasión así como mis hermanas…y cuando todo estuvo dispuesto, fui del todo purificada en un baño de agua caliente por Frau Schwarzherde. Tras secarme fui vestida solo con su capa del holocausto, que me echó por encima del cuerpo, en un ritual que solo pasa de Nachtseele a Nachtseele. Salimos de la estancia privada, ella delante, yo detrás. Ella como quien entregaba la ofrenda a la noche. Yo como la ofrenda que era entregada a la noche…

En el centro de la verdammthalle había sido debidamente puesta la Wiegeliebe [cuna del amor] solo usada para el ritual final que concedía a las aspirantes la potestad de ser brujas por derecho propio…Frau Schwarzherde tomó mi mano y me llevó hasta la Wiegeliebe, rodeada por todas las demás hermanas, que ya estaban con los Unreinen Cánticums [Cánticos Oscuros] para invocar a Gröβe Dunkelheit. Las teas y las antorchas que iluminaban las paredes de la verdammthalle dibujaban horrendas figuras y contornos maléficos, y se sentía erizarse el vello, como un gato que siente el peligro y se encorva para defenderse…Frau Schwarzherde, tras llegar ambas a la Wiegeliebe, me quitó su capa y quedé desnuda frente a todas las demás. Con cuidado yació mi cuerpo sobre el altar y me tendió con cautela. Finalmente puso sobre mis ojos la Verband Blinde [Venda del Ciego], pues me estaba vedado mirar a mi futuro amante. Los cánticos siguieron mientras yo esperaba, nerviosa, el momento de consumar lo que Inka y las demás tardaron meses (y puede que años) en lograr.

Las hermanas, también ciegas al estar vendadas, cantaban. Yo tenía mis ojos cerrados, me daba miedo abrirlos aunque sabía que allí nada había aparte de mí, de mis hermanas y el miedo que todas teníamos, pero entonces…fue algo casi imaginado, un leve roce en mi estómago, pero sentí como si unos dedos, rugosos, largos y agrietados se posaran sobre él. Podía notar unas yemas finas pero arrugadas que me tocaban, como si de pronto algo o alguien hubiera llegado y comprobara mi piel…Oí un leve murmullo como si me susurrasen…al oído, entonces fue como si aquellas palabras que me habían dicho aplacaran los temores de mi corazón. Dejé de temblar y quedé relajada, a la espera.

Ya no eran solo un par de dedos, ahora notaba dos manos sobre mi cuerpo. Dos manos de hombre, pequeñas pero muy fuertes, tomando posesión de mí. Las noté correr por mis piernas, subiendo por mis caderas hasta llegar a mi vientre. No temí mal, pues sabía que nada malo me ocurriría. Era la escogida y estaba bajo protección, nada en el mundo podía dañarme, Él estaba conmigo y lo estaría siempre, Él me protegería…Sus manos…y entonces subieron y se posaron sobre mis pechos, los cuales acarició rudamente, no como amante romántico si no como señor de su propiedad. Una extraña excitación recorrió mi cuerpo entonces, me sentí…era una mezcla de fuertes sentimientos enfrentados, y antes de dar el primer suspiro o jade, noté como si me hicieran callar con una boca invisible que, apoderándose de la mía, me besó con pasión y me hizo enmudecer…Aquella boca cambió de lugar, la noté bajar por mi cuello y se posó sobre mis pechos…La sensación era algo nuevo para mí, nunca había conocido nada igual.

Mi dueño me iba poseyendo y probando la carne que tan voluntariamente se le ofrecía. Aquella boca que sentí se detuvo en mis pechos y los besó, colmándolos de atenciones…los cánticos seguían incesantes en tanto que Gröβe Dunkelheit iba poco a poco tomando el control de mi cuerpo, de mi mente, de mi alma…no podía hablar, mi cuerpo me traicionada, el placer que sentía era inmenso, la sensación de total entrega a mi amo era la mejor bendición de todas…En aquel momento deseé mirarle pero no me podía mover. Curiosamente me sentía ligera, como flotando en el aire…Aunque no podía tocar a mi amo, podía sentir su peso sobre mí. No era pesado, pero aún así me oprimía, era algo intenso…tan intenso como el placer mientras mis pechos se movían tocados por manos invisibles, poseídos y usados al igual que el resto de mí.

Sentí que volvían a besarme…de repente los besos cesaron, pero mi excitación no menguó. Cuando sentí una mano abriendo mi boca noté como un tirón, y pensé que algo me dolería, pero no…noté algo alargado y grande en mi boca, llenándola por completo. No sabía que era, pero me daba igual, lo deseaba, quería complacer a aquel a quien yo entregaba mi cuerpo. Debía hacerlo, quería hacerlo…y lo más importante, deseaba hacerlo. Frau Schwarzherde, dirigiendo los cánticos, entonaba cada vez más alto y yo notaba más calor. Chupé lo que mi amante me había puesto en la boca hasta que sentí que me lo quitaban y volví a respirar. Tosí con levedad, pero no me detuve por eso. Quería más, mucho más.

Aquellas manos que manoseaban mi cuerpo bajaron de mis pechos doloridos y agrietados (debido al trato dado por él) y se posaron en los muslos de mis piernas, para después apartarlas…No entendía porqué Gröβe Dunkelheit me separaba las piernas, Frau no me lo había dicho…y de pronto, en la entrada de mi gruta, noté la misma boca que me había besado en la mía, los mismos labios fuertes y duros que habían besado mis pechos y mi vientre…pero jamás supuse que en la entrada de mi gruta se podían posar…y sin embargo lo hizo y besó en lo más íntimo de mi ser. Me estremecí de pies a cabeza. Mi amante besó y besó mucho más, sus dedos iban y venían….y quizá fuera una ilusión de mi excitación del momento, pero casi juraría haber notado cuatro o hasta seis manos sobre mi cuerpo, y varias bocas al mismo tiempo…poco me importaba ya, solo quería ser la sierva de mi señor, la "Mädchen der mein Meister" [la doncella de mi amo] y ser suya en cuerpo y alma.

Entonces ocurrió: me mancilló. Fue desgarrador, brutal, carente del cariño de un amante y de la pasión de un enamorado. Di un grito que sobresalió por encima de los cánticos, pero mis hermanas debían seguir el ritual hasta el final al igual que yo…y yo no quería parar…Me empujó. Con fuerza. Me balanceaba de un lado a otro. Sentí como si algo hubiera forzado mis entrañas buscando entrar sin contar con mi deseo de dejarle pasar….sabía lo que me pasaba, entonces no supe darle un nombre pero lo sabía: estaba yaciendo con un hombre, me estaban poseyendo y de una manera que un hombre normal nunca podría. Gröβe Dunkelheit me martilleaba como un herrero martillea la hoja de una espada en su forja, mi interior gritaba de dolor y había momentos en que me sentía morir…y a pesar de eso, yo (alguna parte secreta de mi ser) lo deseaba. Estaba aterrada, totalmente aterrorizada…pero al mismo tiempo era el instante más grande de toda mi vida…Quería estar allí, con mi amo haciéndome suya.

El dolor de mi cuerpo era tan grande que ya no pude contener a mis ojos, que me traicionaron. Por fortuna, la Verband Blinde me salvó: no era del todo opaca y pude ver, vagamente, a mi alrededor...estaba en el aire, por eso no sentía la Wiegeliebe debajo mío…mi amante, dotado del poder sobrenatural, había elevado mi cuerpo y levitando tomaba posesión de mi ser…pero allí no había nadie: mi cuerpo lo podía sentir, pero mis ojos no lo veían, simplemente estaba en el aire, sostenida en la nada, mientras "algo" me poseía con infernal fervor…Cada vez iba y venía dentro de mí con más fuerza, temí que fuese a partirme en dos como a un tronco cuya madera estuviera podrida. Mi boca jadeaba, mi cuerpo se retorcía…y los instantes más próximos al final…miré a través de la venda abriendo los ojos a duras penas, sentí que mis sentidos se volvían más fuertes…y entonces lo vi…

Mezclado con el juego de sombras y de luces del techo, ayudado por aquella semi oscuridad, mis ojos comenzaron a ver una forma horrenda de ojos cóncavos y de mirada cruel, con lo que parecía ser una fila de finos dientes puntiagudos, esbozados en una sonrisa perversa. Sentí su deseo por mí, su voluntad de hacer conmigo todo cuando él quisiera. Era mi dueño, mi amo y señor, y sus caprichos eran mis leyes. Si él quería tomarme podía hacerlo, allí mismo, de aquella manera…Sus manos eran de aspecto horrendo, como chamuscadas por un incendio, y su cuerpo tenía un contorno deforme, a veces parecía abultado, y otras muy enjuto…pero sin dejar de poseerme ni por un segundo hasta que grité de dolor y placer cuando mi cuerpo llegó a sus límites y no pudo más…caí a la Wiegeliebe como si aquellos brazos que me sostenían me hubieran soltado…estaba exhausta, con mi cuerpo agotado…

Mientras estaba descubriendo lo que era el acto del amor que tantas veces yo me había imaginado, y mientras mi cuerpo era poseído y amado por Gröβe Dunkelheit, en mi mente comencé a ver…no sé lo que era, veía cosas, imágenes, al principio no tenían sentido, eran neblinosas. Según me iban poseyendo y mis sentimientos crecían, aquellas imágenes se hicieron más claras, y pude distinguirlas: eran mujeres, algunas mayores, otras más jóvenes que yo…todas ellas estaban siendo amadas como yo…veía cientos, o tal vez miles, de dunkelgeists…todos ellos, llevados por su libido, poseían a todas las mujeres que se encontraban en el mundo mortal. Algunas eran amadas por la noche, en silencio sin que maridos o familia lo supieran, ellos tomaban posesión de sus cuerpos y de sus mentes, las amaban como me estaban amando a mí…otras, por el contrario, eran brujas como yo que deseaban la unión y quedaban rendidas a sus placeres brutales y sin compasión. Sus formas eran grotescas, todas ellas distintas, abotargadas, deformes, que harían huir de terror al más valiente de los hombres…

Sus sensaciones comenzaron a ser las mías, sus placeres me inundaban, como si lo que les pasaba yo lo pudiera sentir. Como un torrente de agua caudaloso por la lluvia de primavera, a mí mente llegaban cientos de imágenes y sensaciones diversas: las de una chica joven que, poseída por dos dunkelgeists y sostenida en el aire con fuerza contra una pared, recibía en su cuerpo a las hombrías de sus dos amantes…la de una mujer mayor que deseaba un retoño e invocaba la ayuda del mundo sobrenatural para poder concebir, siendo poseída y sus entrañas sembradas por un ser de la sombra…la de unas hermanas prisioneras que pedían la libertad de la cárcel donde estaban y gracias a los dunkelgeists lograban escapar, pagándoles con su virtud a cambio de sus vidas…Era una riada de imágenes, de senos besados, tocados, acariciados por sus manos horrendas, de cuerpos retorcidos de placer y dolor…de entrañas invadidas por aquellas hombrías en actos de amor que ocurrían por todas partes…Su placer se hizo mío y mi cuerpo llegó al punto de la extenuación más grande, y cuando el éxtasis sobrevino y descubrí lo que era ser amada pensé que todo se había terminado…me equivoqué…

A mi suplicio no le había llegado el fin. De pronto fui dada la vuelta de forma muy violenta, unas manos invisibles me incorporaron sobre la Wiegeliebe, me pusieron de rodillas, con las manos sobre ella también, y quedé puesta como los animales…sin imaginar lo que me esperaba. Dos cosas pasaron de golpe: mi boca fue tomada por otra y mis extrañas posteriores fueron forzadas. Si no fuera por aquello yo habría gritado hasta quebrar mi voz…ignoraba que algo así pudiera ocurrir pero Dunkelheit así lo dispuso, quería forzarme mis cuartos traseros y lo hizo sin mostrar la más mínima piedad, tal como hiciera antes…Entonces supe que contaba con ayuda, quizá algunos sirvientes suyos traídos para la invocación…de cualquier modo, mi amo plegó en mí su deseo mientras yo me sentía arder y morir al mismo tiempo, mi amo había entrado con rudeza y me dolía, mis ojos lloraban del dolor pero no dejaba de penetrarme…y noté sus gemidos como si su cara estuviera junto a la mía, por detrás, como si lo tuviera encorvado encima de mí…Sus manos apretaban mis caderas y le ayudaban a violentar mi pobre cuerpo, dejándome en un estado más próximo a la muerte que al agotamiento…pero aún así, resistí…

La sensación de ser forzada era tan extraña y dolorosa como todo lo demás. En todo el tiempo que el ceremonial duró, mi cuerpo había sido tomado por fuerzas oscuras cuyos nombres se habían perdido en el torrente del tiempo, pero que existían y que nos ayudaban en nuestra misión. Dunkelheit me hizo suya durante más veces de la que mi mente puede recordar ahora, en que escribo estas líneas…Y al tomarme, en mí noté como si algo despertara en mi interior, como si un poder adormecido al fin saliera de su letargo. Ya era libre…y yo me sentía poderosa, fuerte. Cada vez que mi cuerpo era bendición con aquel placer me notaba más fuerte que antes, y cuando más poder tenía, más quería que mi amo me hiciera suya…así fue hasta que finalmente caí rendida y sin fuerzas en la Wiegeliebe. Frau Schwarzherde, según supe después, había sido víctima amada por mi amo y había muerto debido a su débil estado de salud, que se había agravado por la tensión del ceremonial…

Inka y las demás, una vez Frau Schwarzherde terminó la ceremonia antes de desplomarse en el suelo, me llevaron para sanarme mis heridas, pues de ellas había manado abundante sangre por la brutalidad de mi amo…recuperado mi cuerpo, mi mente y mi espíritu se han fortalecido desde entonces…y habiendo aprendido como invocar a los dunkelgeists para que acudan a tomarnos posesión, ya no necesito a un hombre mortal en mi vida, ni lo deseo tampoco, pues el amor de aquellos que moran ocultos a plena vista no puede ser igualado por ningún hombre. Ahora mi cuerpo y mi alma solo desean los seres de lo oculto con los que vivo…brujos que, al igual que todas nosotras, abandonaron el buen camino para unirse a nuestra causa…los dunkelgeists y en menor medida los poltergeists [espíritus traviesos] vienen para amarme, cuando no soy yo quien los llamo expresamente…Algunos son amorales y salvajes, e incluso con parte animal como los Fischemann [hombres peces], Wölfehob ["lobos alzados", más comúnmente licántropos], Bullenriese ["toros gigantes"; minotauros] e incluso los Pferdesprechen ["caballos parlantes"; centauros], con quienes procreamos para evitar su extinción, tal como nuestros hermanos brujos hacen con las Frauenfische ["mujeres pez"; sirenas] o las Frauenvögel ["mujeres aladas"; arpías

Hace 29 años nací como Gretta Folgner: ahora soy Frau Schwarzherde, y lidero Haussünde en la batalla contra los portadores de la cruz. He heredado todo lo que mi predecesora sabía, mi mente conoce miles de secretos, mi boca puede recitar textos prohibidos para el mundo mortal, mis ojos ven más allá de las sombras comunes, mi cuerpo recibe placeres y atenciones que ningún mortal común conoce, y mi corazón ama las sombras y la noche. Siento en mí el fuego del odio y de la ira por todas las muertes que los portadores de la cruz (así como todos los anteriores a ellos) han causado a los nuestros en su cruzada por erradicarnos de la faz de la tierra. Aunque deseo hacer el bien (al igual que todas las que me han precedido antes) no puedo, no renunciaré a la venganza…es todo lo que me queda en el alma...ellos pagarán sus crímenes contra los seres del bosque, contra nuestros hermanos y hermanas a los que torturaron y mataron…Las brujas nunca fuimos malvadas: hemos terminado siéndolo por su culpa. Yo y todas las demás (como la niña que mora en mi vientre, que espero un día ocupe mi lugar) seguiremos luchando, y un día lejano ganaremos, y reclamaremos lo que en justicia es nuestro: la completa reunificación del mundo mortal con el nuestro. Solo queremos que todo sea como antes, que los tiempos antiguos resurjan, que todas las atrocidades terminen y que ellos y nosotros vivamos de nuevo paz, como antaño había sido. Justa es nuestra causa, y someteremos a quienes nos sometieron en la victoria final. Ellos derramaron la primera sangre…nosotras derramaremos la última…

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Mi dulce quiosquera: Agradable sorpresa

Gemma, mi profesora particular

La dependienta: mi 1º vez con (toda) una mujer

Cynthia: lección de una anatomía precoz

Joyce

En el metro de japón

De cena con mi prima... y alguien más

De cena con mi prima