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Ally McBeal: polvos de oficina

en Parodias

ALLY McBEAL: POLVOS DE OFICINA

Tema central "Searchin’ My Soul", cantado por Vonda Shepard

I've been down this road
Walking the line that's painted by pride
And I have made mistakes in my life that I just can't hide.

But I believe I'm ready
for what love has to bring
I've got myself together
Now i'm ready to sing.

I've been searching my soul tonight
I know there's so much more to life
Now I know I can shine a light
to find my way back home.

Ooooohh Babyyy.
Yeeeeaaaaah.
Oooooh Yeeeeaaaah.

Ensimismada en su sillón, Ally se encontraba mirando por la ventana de su despacho con los codos en los brazos del aliento, las manos entrelazadas y los índices estirados delante de sus labios. A pesar de la mañana tan esplendida y soleada, ella parecía estar en otro mundo. Ni siquiera se dio cuenta de que Georgia había entrado en el despacho con unos papeles entre las manos.

-¿Ally?. Necesito que me eches una mano con el caso Appleton, quizá podrías…¿Ally?, ¿te ocurre algo?.

Al ver que no se giraba se puso delante de ella.

-¡GEORGIA-exclamó asustada-!. Perdón, no te había oído.

-Ally, ¿qué te pasa?. Ya sé que a veces tienes los días raros, pero verte tan ausente me preocupa. ¿Va todo bien?.

-Sí, muy bien-contestó casi en un susurro con la mirada perdida-…

Georgia frunció el ceño y fue a cerrar la puerta para luego volver con ella.

-Está bien, ¿¿qué pasa??.

-No es nada, de verdad, no quiero preocuparte…

-Ally, soy yo, Georgia. Aquí estoy, ¿vale?. Dime que te ocurre.

Ally la miró con gesto triste, luego dio un largo suspiro de resignación.

-Está, bien, te lo diré…Georgia, ¿me consideras una mujer guapa?.

-¿Qué, como?...eeh sí, me pareces guapa, ¿a que viene esto?.

-Desde que me desperté esta mañana y me miré en el espejo del baño no he dejado de darle vueltas a una idea. Me estaba mirando reflejada en el cristal cuando has entrado.

-Bueno, ¿y de que se trata esa idea?.

-¿Y si soy lesbiana?.

-¿¿¡¡COMO!!??.

Aquello trastocó completamente a Georgia. No se esperaba que Ally se encontrase en semejante diatriba moral.

-¿Tú, lesbiana?. Eso no es posible, Ally. Estuviste con Billy desde los 8 años hasta el instituto y has tenido otras parejas

-…pero ninguna funcionó-añadió ella-. Además, no he podido dejar de olvidar el beso que nos dimos cuando me libré de Fizty, ni tampoco lo del comentario que nos dijo Michael Young, el condenado a muerte de hace ya tiempo, cuando consiguió el semen con que inseminar a la mujer que amaba.

-¿El comentario?. Yo ya no me acuerdo de eso-contestó dubitativa-. ¿Qué era?.

-Que nos había imaginado a las dos juntas haciendo "eso", ya sabes.

-Aaaah, ya…¿Y eso te plantea dudas?. Me parece que estás confusa, nada más.

Sin previo aviso Ally se levantó de su sillón y besó con fuerza a Georgia, la cual, sorprendida, ni siquiera hizo el gesto de sacársela de encima. En lugar de eso ambas se abrazaron y siguieron besándose. Sin que se dieran cuenta, sus andanzas eran observadas de cerca por Elaine, quien haciendo de mirona observaba alucinada como ambas se enzarzaban en una deliciosa pugna de lenguas. Ally se extrañó al no encontrar resistencia por parte de la mujer de su ex-novio, quizá Georgia también lo deseaba. Las manos de ésta se desplazaron por las flacas piernas de Ally sintiendo la tersura de su piel y colándose por debajo de la falda. Elaine, con cuidado, cerró la puerta colocando en el pomo un cartelito de "no molestar" y se fue al baño movida por la excitación. Fue que, al entrar, casi se tropezó con Billy.

-¡¡Elaine!!, ten más cuidado, por poco me tiras.

-Lo siento Billy, es que tengo prisa.

-Yo también, he de ver a Georgia para hablar de un caso pendiente…

Elaine se giró sobresaltada. No deseaba que él viera lo que sucedía en el despacho de Ally.

-Georgia está ocupada, es mejor que lo dejes…

-Me corre prisa, antes de que el juez desestime el caso. No puedo…

Viendo que no había otra opción Elaine se lo echó contra ella para plantarle un fortísimo beso de tornillo en la boca en que casi le metió la lengua hasta la campanilla, llevándolo contra uno de los lavabos y encerrándose dentro. Lo asediaba de manera ininterrumpida para que Billy no tuviera tiempo de pensar con claridad.

-No, para, Georgia…

-Ella no está aquí, y yo tengo ganas de follar. Fóllame Billy, métemela ahora mismo.

-Pero…

-Nada de peros, ¡fóllame!.

Elaine se levantó la falda y llevó la mano de él directa a su pulpa mojada para que la explorase y tocase entre las piernas. Los dedos comenzaron a hurgarla con toda intensidad, tocándole el punto g de su cuerpo y su clítoris cada vez más firme. Billy fue incapaz de aguantar la tentación que se le había puesto en bandeja de plata y ella, sabiendo que daba tiempo a Ally y Georgia para que acabasen lo suyo, se entregó por completo para que él no sospechara nada. Quitándose el top que llevaba dejó al aire sus erguidas tetas, poniendo la cara de Billy entre ellas para que las probara. Su lengua juguetona se dedicó a comérselas largo rato, metiéndose los pezones en la boca, saltando de uno a otro, retorciéndolos con los dedos, masajeándolos insistentemente para que quedasen duros y más apetecibles aún. Perdida en su nube de lujuria Elaine no podía dejar de gemir.

Con las chaquetas y las camisas por los sueños, Ally se encontraba devorando con desesperación las empitonadas tetas de Georgia, probando el sabor que tenían, pasando la lengua por cada centímetro de su piel, por cada curva, llevando sus manos por su espalda, recorriéndola con las yemas de los dedos, trazando el fino dibujo de su columna. Georgia, completamente ida, acariciaba el pelo de Ally indicándola donde debía seguir tocándola y besándola. Alzando su cabeza ambas volvieron a besarse apretándose entre ellas pecho con pecho, notando como los pezones chocaban unos con otros. Se estuvieron tocando largo y tendido para dejarse llevar, caminando lentamente hasta quedar contra la pared. Ally, embelesada, se arrodilló ante Georgia y con paciencia y estudiada lentitud fue subiéndole la falda, acariciando los muslos de sus piernas, deslizando la media para notar la dulzura y el aroma de su cuerpo. Luego, con mayor paciencia, fue subiendo las manos para llegar a las braguitas de su compañera y ahora amante, la cual permanecía a la expectativa con los ojos como platos, esperando el momento en que Ally pusiera al descubierto su vulva palpitante.

-Ooooohh por dios Ally…no te pares ahora…no dejes que me enfríe…

-Te voy a poner más caliente que el Vesubio-proclamó lasciva-.

La declaración de intenciones puso a Georgia al rojo vivo, nunca se imaginó que viviera una experiencia límite a este nivel, y lo peor es que lo estaba disfrutando como una auténtica viciosa. Ally frotó el botoncito erótico de su rubiales compañera por encima de sus braguitas, notando como iba haciéndose más grande, más duro, y como iba mojando la tan preciada prenda, que fue desquitando con lentitud dejando entrever una panocha ligeramente entreabierta y rezumante de jugos. En cuanto llegó a los tobillos Georgia se sintió morir de placer pues Ally metió la cabeza entre las piernas y comenzó a comérselo todo con insaciable apetito. Se creía morir de placer entre las pequeñas pausas que su flacucha y pasional amante daba para beberse todos aquellos jugos. Resultó ser una auténtica devoradora de almejas que la estaba poniendo en órbita.

-Mmmmmmm mmmmmmmmm mmmmmmmm…cómemelo todo Ally, no dejes nada por lameeeeeeer…aaaaaaaaah síiiiii, asíiiiiiiii…

Georgia presionó un poco las manos en la coronilla de Ally para indicarle certeramente donde atacar su húmeda y caliente panochita. Con movimientos ligeros, casi ondulantes, la lengua de Ally iba penetrando y saliendo, se iba por los lados y luego atacaba directamente. Las expertas maniobras eran enloquecedoras y la densa atmósfera se cargaba más por momentos. Las sensaciones eran lujuria en estado puro.

Completamente desnuda para él, Elaine estaba de lo más excitada, pues no en vano Billy era uno de los hombres más atractivos del bufete, y el hecho de estar felizmente casado añadía un punto de morbo al asunto de pasárselo por la piedra. Como si fuera un señor marqués él estaba sentado en el retrete mientras veía como ella se la estaba felando como la experta mamadora que era. Tomando sus huevos en las manos los tocaba, acariciaba y estrujaba ligeramente para que él no parase de gemir con sus juegos. Abriendo algo la boca besó todo el garrote del abogado, lo palpó con los labios, lo sintió con la lengua, lo saboreó cuando se lo metió en la boca para sacarlo y volverlo a meter, haciendo con él lo que quería. Embargada por un sentimiento colosal y gigantesco de lujuria al tiempo que se la mamaba a Billy se movía de manera insinuante para que las manos de él, antes desocupadas, fueran a por su culo respingón, dando cachetadas y apretando con toda la fuerza que tenía a fin que de que ella también lo disfrutara. Sin previo aviso le metió un dedo por el orto que la hizo estremecer, estrujándole todo el miembro en la boca hasta tal punto que pensé que lo iba a dejar sin aire, incrementando con mucho los placeres de ambos.

-Mmmmmm eso es Elaine, como la mamas….eres toda una profesional…que rico lo haces…trágala toda, atragántate con ella…mmmmmmmm mmmmmmm mmmmm mmmmmmm…

Elaine, teniendo la boca rellena de polla, no podía hablar, pero a modo de respuesta puso su lengua alrededor de su glande y apretó para luego pasar la punta sobre el mismo dibujando círculo contra el reloj que colocaron a Billy en un mundo repleto de mujeres y ninfas que, como Elaine, se desvivían por darle placer.

-Tengo que probarte, tengo que comerse todo eso aunque sea lo último que haga…

La urgencia con que Billy lo había dicho le hizo ponerse en pie, coger a Elaine y sentar lo más abierta posible y poner la cara entre sus muslos, lamiéndola con desmesurada apetencia, aprovechando los copiosos jugos que fluían de su interior para darse un festín con ellos. Su sabor era dulzón, de aroma embriagador y de efecto devastador. Cualquier hombre perdería la cabeza solo con probar algo tan rico y además manaba tan abundantemente. Sintiéndose rendida a sus deseos Elaine no paraba de gemir al tiempo que la lengua de Billy iba devolviéndole el favor de antes.

Sumidas por completo en su propio universo Georgia se encontraba ahora sobre Ally, devorándola en su coño mientras ésta seguía devorándose el suyo. Literalmente estaban fundiéndose entre sí, haciéndose un espectacular 69 en el que ninguna era capaz de parar, ni siquiera para tomar un respiro. Estaban consumidas por la necesidad de satisfacerse, de gozarse como ninfómanas. El sabor de sus respectivas conchas en sus bocas era algo a lo que era imposible poner freno, aquello las llevaba por el sendero del deseo al más alto nivel, y aunque no se prodigaban una sola palabra, los jadeos y gemidos que lanzaban hablaban más alto y claro que miles o millones de palabras cariñosas. Era tan profundo como visceral. Era simplemente increíble.

-Tócame Georgia-dijo cuando acabó de lamerla-, tócame entera, jódeme viva, fóllame ahora mismo.

-Ven aquí putita, que vamos a corrernos de lo lindo.

Echándose de lado continuaron devorándose, pero esta vez se metían dedos entre ellas, explorándose, excitándose. Era una delicia sentir como los dedos entraban y salían con una facilidad pasmosa, casi iban solos como movidos por sí mismos. De tanto entrar y salir estaban brillantes como si hubieran recibido un baño de barniz. Incapaces de contenerse las ganas de en vez en cuando se los metían en la boca para probarse, a veces en la propia y a veces en la ajena. Jugaban entre ellas como si estuviesen poseídas, presa de un deseo que las iba quemando en los fuegos de la lujuria. Moviéndose a toda velocidad ambas se convulsionaban y retorcían como serpientes debido a la riada de sensaciones que acabaron, finalmente, por conducirlas al orgasmo más demente y atropellado de cuantos recordaron, dándose una caña tremenda la una a la otra.

Allí ocultos en el baño, Elaine, a quien Billy acababa de practicarle un diabólico beso negro que la había hecho contener gritos de placer, se había puesto con el culo en pompa apoyada sobre la taza del retrete, con él detrás de ella preparado para barrenarla. Apuntando su verga a aquella hinchada vulva la penetró de una sola y brutal estocada que provocó unas corrientazas de placer con cada vaivén que él generaba. Los mandoblazos de verga iban poniendo a Elaine loca de sexo, se estaba fundiendo en las manos de él. Nunca antes había tenido un polvo como ese, tan libertino y obsceno, con tanto riesgo de que fueran descubiertos. Billy, por su parte, estaba caliente a más no poder: podía notar lo lubricada que ella se encontraba y lo fácil que su miembro entraba y salía de ella. Llevó sus manos a las tetas de ella y las amasó para jugar con aquellos preciosos melones como le viniese en gana: tiró de los pezones, los aplastó, los retorció de un lado a otro, y todo mientras, curvado sobre ella la iba penetrando a la vez que le lamía el cuello. El cuerpo de Elaine estaba más que satisfecho de recibir tantas atenciones, y cada vez se encontraba más excitado. El mete saca que le estaba propinando era un viaje más fuerte que una montaña rusa.

-Aaaaaahh aaaaaaaaahh aaaaaaaaaahh…cambia al culo…por favor párteme el culo Billyyyyyyyyyyy…dame por el culooooooooooooo…

Al principio pareció no haber oído la petición de ella, pues siguió perforando su pucha con furia asesina, pero luego comprendió que estaba disfrutando unos instantes más de su coño empapado antes de cambiar de agujero. Sin darle tiempo a acomodarse, Billy se la sacó del coño para metérsela por el culo haciendo tanta fuerza que Elaine gimió de dolor, pues en verdad la estaba lastimando, pero aquello solo conseguía acentuar su excitación. Cuando finalmente se la metió del todo Elaine quedó como en estado de shock. Le dolía pero también le gustaba.

-Jódeme de una vez Billy, párteme el culo, llénamelo de semen, córrete en él…

Ni corto ni perezoso puso a Elaine en una postura algo más cómoda para cogérsela, y una vez situado como quería se ensañó con ella, castigando con severidad y odio su dilatado orto, probando aquellas nalgas de placer que estaban estrujándosela de una manera deliciosa. El culo de Elaine se amoldaba a la verga de Billy, se acostumbraba a recibir sus empujones y sus cachetadas, que resonaban como un tam-tam. El sonido y la fuerza de los cachetes en sus nalgas causó verdadero dolor en ella, pero ni con esos su excitación disminuía. Cada nuevo juego que él la hacía la llevaba al borde de la locura. Billy Thomas era un amante de mucho cuidado, un auténtico maestro en el arte de gozarse a una mujer que no desaprovechaba la mínima ocasión. Haciendo un juego de bombeo, se puso a darle lentas y profundas acometidas, luego las alternaba con movimientos rápidos, luego volvía a ir lentamente…Elaine estaba que iba a gritar de placer tan alto que la oirían hasta en la Luna. Que maravillosa verga tenía, y que manera de manejarla. Era una herramienta con unas aptitudes muy afinadas, y desde luego era la mejor enculada de su vida. Mira que ya la habían dado por el ano, y ni aún así los anteriores habían conseguido que su cuerpo se retorciera de una forma tan incontrolada como esa. Elaine intentaba pegarse a él lo más posible, quería sentirlo más íntimamente, si es que eso era posible. Entre riadas de jadeos y las últimas bruscas penetradas el ansiadísimo orgasmo les llegó como una inundación. Billy llenó el culo de Elaine de semen como ella quería, alargándolo al notar ésta como se le resbalaba por entre los glúteos, tomándolo en su mano y bebiéndolo. Para terminar le dio unas chupaditas de cariño y mimo a tan preciada barra de carne.

Echadas sobre la mesa del despacho y totalmente desnudas, Georgia y Ally estaban mirándose con cariño, besándose tiernamente mientras se recuperaban del momento que habían vivido. Sus cuerpos se relajaban y volvían a la normalidad tras entregarse al amor y a la pasión(aunque claro estaba que era más a lo segundo que a lo primero). La dulzura era sentirse piel contra piel era algo que no tenía forma alguna de decirse, solo podía sentirse: las piernas entrelazadas, las manos recorriendo el cuerpo de la otra, los pechos aplastándose entre ellos, las bocas saboreándose…cada segundo allí unidas era un éxtasis como hacía tiempo no recordaban.

-¿Repetiremos esto alguna vez-preguntó Georgia-?.

-Cuando tú quieras cariño, cuando tú quieras…

Incorporándose comenzaron a vestirse sin dejar de mirarse, de ver como iban cubriendo sus cuerpos, de ver como volvían a la realidad. Al mismo tiempo, Billy salía del baño, seguido, instantes después, por Elaine, la cual parecía estar en trance. En ese momento casi tropezó con Ling, la cual había salido del ascensor como una exhalación.

-Oh, lo siento.

-¡Mira por donde vas!.

Al mirar al ascensor, vio a René, la cual estaba apoyada en la pared con la mirada perdida, lo que hizo a Elaine mirar a Ling y luego a ella.

-¿Ha pasado algo?.

-No-contestó-, salvo que este maldito ascensor se para cada dos por tres.

El ascensor se cerró y René desapareció. Mirando a uno y otro lado, vio como Ling se dirigía al despacho de Richard y Nelle al de John. Espero unos momentos hasta que por fin vio a Georgia y Billy salir juntos, dejando a Ally sola en su despacho. En ese instante aprovechó para ir a hablar con ella.

-Oh, hola Elaine.

-Hola Ally. ¿Qué ha pasado aquí-preguntó haciéndose la despistada-?.

-No, nada-contestó negando con la cabeza-, que tengo todos los papeles revueltos, eso es todo.

-Aaah, claro, y el que te lo montases con Georgia no tiene nada que ver, ¿verdad?.

Ally la miró con una mueca de sorpresa.

-¿Cómo has dicho?.

-No disimules Ally. Os vi juntas, y estás en deuda conmigo. Si no llego a ver a Billy venir os habría pillado.

-¿Y que es lo que quieres-preguntó con algo de miedo-?.

-Que no recojas nada-respondió irónica-. Pronto volverá a estar revuelto.

Acercándose a Ally la besó abrazándose a ella. El polvo con Billy, aún habiéndola hecho gozar, no había sido suficiente, y necesitaba más, mucho más. Ally no opuso resistencia y se dejó hacer, siendo desvestida por la pícara oficinista para ser degustada como en un banquete. Al mismo tiempo, en otro despacho, Ling buscaba una salida para su calentura.

-Ling, por nada del mundo voy a hacerlo contigo ahora. Estoy trabajando, y podrían vernos.

Ésta se acercó a la puerta y echó el pestillo.

-Ya no nos molestarán. Sóbame la rodilla-ordenó poniendo la pierna sobre la mesa-.

-No, tengo trabajo, estoy ocupado para sobar rodillas y luego quedar a medias.

-No quiero llegar a medias. Lo quiero todo-susurró insinuante-.

-¿Todo, todo?.

-To-do.

-Pues vayamos a por todas, como en las carreras. Aforismo. Olvidado-se corrigió-.

-Cállate de una vez y ven por mí.

Quitándose la falda Ling se quedó desnuda de cintura para abajo, echándose sobre la mesa sin que Richard se levantase de su asiento. Lejos ya de sobar rodillas y todo eso Ling se abrió de par en par, mostrando toda su vulva y el monte de Venus para que él jugara con ello como un niño con su juguete nuevo. Empezó pasando los dedos por la chaqueta negra de cuero que llevaba, jugando a palpar por encima de ella hasta que cansado de sobar su cuerpo por encima de la ajustadísima prenda se la quitó como si quisiera hacerla jirones, tirándola por el suelo. Al verla desnuda Richard se lanzó a meter su cabeza entre las piernas, metiéndole lengua en su estrecha panocha, llevando sus labios a su clítoris para jugar con ambas cosas para darse un atracón comiéndoselo todo, y mientras Richard y Ling iban a lo suyo, Ally y Elaine ya estaban desnudas y comiéndose las tetas la una a la otra. Si bien Ally estaba alo acomplejada de tener poco pecho(en comparación con las tetazas de Georgia antes y Elaine ahora), le encantaba tener a su disposición semejantes balones con que entretenerse y pasarlo de lo lindo. Elaine, que se tocaba con fruición, notó como una mano iba descendiendo por su vientre hasta alcanzar a la suya propia, ayudando a moverla con más rapidez y frenesí. Como seña de agradecimiento Elaine le pegó a Ally varios besos de tornillo que casi la dejaron sin aliento. El juego de lengua que se estableció fue como un aprendizaje en toda regla, pues Ally descubrió que su coaccionadota sabía besar muchísimo mejor que ella. Las lecciones que le propinaba eran una delicia soberbia, preludio de lo que luego le haría en otro sitio.

Ajena a todo lo que acontecía en los otros rincones del bufete, Nelle, que acababa de desnudarse, se entregaba completamente a John. Quería ser suya, suya y de nadie más. Sabiendo que éste podría intentar huir, habría cerrado la puerta para taponar su vía de escape, y se había soltado la melena. Su juego de seducción tenía al neurótico letrado sumido en la más absoluta quietud, como si estuviera anclado a su sillón. Boquiabierto la veía bailar delante de él, contoneándose, mostrando lo que sabía hacer con su cuerpo. De haber tenido una barra fija se hubiera convertido en todo un espectáculo digno de los mejores locales de strip-tease. Sabiendo que aquello no era suficiente, lenta pero cuidadosamente fue acercándose a él, jugando al "ahora me acerco ahora me alejo" durante un rato para someterlo a la expectativa, hasta que, abalanzándose sobre él, apretó su cara contra sus tetas para que no pudiera pensar y siguiera sus más primitivos impulsos. De pronto notó como las manos de él, antes temblorosas, se hicieron firmes y se lanzaron a recorrer la línea de su espalda para después irse a todos los rincones de su cuerpo. A punto de llorar de la emoción se contuvo para no estropear el momento, y se dejó llevar para que John pudiera finalmente dar rienda suelta a sus instintos de hombre. Su boca hambrienta de ella fue probándola por todas partes, degustándola, lamiéndola de la cabeza a los pues y vuelta, posándose sobre sus coronadas cimas, recobijándose en ambas y saltando de una a otra. Tanto uno como el otro eran incapaces de hablar, solo querían perderse en el momento.

Tras la magistral lección de cunnilingus que había recibido Ling estaba ansiosa por comerse una buena barra de carne, y eso es precisamente lo que estaba haciendo, tragándose toda la herramienta de Richard hasta el fondo. La engullía, la sacaba, volvía a tragarla, pasaba la lengua, la humedecía, hacía dibujos por el tronco...Ling hacía maravillas con aquella tranca, mostrando unas técnicas que tenía a Richard anonadado. Si con el dedo ya lo ponía a tono, ahora lo tenía como una olla a presión a punto de explotar. Con cada maniobra se le ponía más y más dura, hasta tal punto que casi la tenía amoratada debido a la sobreexcitación. Ling, como si supiera lo que le ocurría, usó una mano para pelársela con lentitud al tiempo que la otra acariciaba sus huevos para relajarlos, sumiéndolo en un éxtasis de caricias constantes. Abriendo la boca volvió a engullirse el manubrio de su amante y jefe, tragándolo con dificultad debido al grosor, pero mamándolo de todos modos. El que le diera problemas la calentaba más, la ponía a tono. Subiéndose de nuevo a la mesa atrajo a Richard hacia ella.

-Richard, no puedo aguantar más. ¡Fóllame o vete al infierno!.

-Al infierno nos iremos, ¡pero follando!. ¡¡Vamos a abrasarnos!!.

Uniendo la acción a las palabras Richard se puso en posición y penetró a Ling de una sola estocada. Ésta quedó maravillada y esbozó una amplia mueca de esplendida satisfacción. Después de varios segundos de quietud Richard se puso a follarla como loco, sujetándola de la cintura y meneándola de aquí para allá. El polvo que le estaba dando era como le gustaban, salvajes, a horcajadas, a lo bestia. Mete saca mete saca, dentro fuera dentro fuera, más fuerte, más potente, máaaaaaaaaaaaaass…Estaban tan salidos y tan calientes que podrían haber fundido una viga de hierro con sus cuerpos. Los papeles de la mesa volaban en todas direcciones mientras Richard la pegaba un señor polvo de los que los dejaban jadeantes y empapados en sudor.

Volcadas la una en la otra, Ally y Elaine se devoraban las conchas afanosamente, montándose un 69 rico rico. La lengua de Ally era imposible de detener, iba dentro y fuera de la pucha de Elaine buscando sus jugos para bebérselos como una niña que devorase chocolate. Le salían tan abundantes que parecía un riachuelo desbordado en época de lluvias. Era increíble como manaba su fuente de placer. Elaine, por su parte, quedó sorprendida no solo por los jugos que Ally, si no por el sabor que tenían, mucho más dulzón y apetecible de que lo cabía esperar. Al tiempo que se comían con avaricia proferían pequeños gemidos y jadeos indicando lo mucho que disfrutaban. Usando sus dedos Ally abrió más a Elaine y hundió la lengua tanto como pudo dentro de ésta, pareciéndola que iba a sumergirse en un profundo océano de tan lubricada y mojadita que estaba. Ambas conchas eran afanosamente trabajadas, excitadas, lamidas, tocadas, saboreadas a cada instante. Las sensaciones eran cada vez más vertiginosas, más potentes, así hasta que en un fenomenal orgasmo ambas estallaron y se corrieron en la cara de la otra. Incorporándose se abrazaron y besaron, dándose el placer de saber como sabían sus propios jugos en los interminables besos que se dieron durante largo rato.

Agarrada con fuerza a la mesa, a cuatro patas y sujetándose a ella tan fuerte como le era posible, Ling aguantaba la sensacional estacada que Richard estaba propinando en su orto. El primer polvo solo había sido el preludio de una sesión de ellos como pocos podían aguantar. A pesar de los esfuerzos por relajarse el ano Ling estaba contrayendo la cara de dolor, pues el tamaño de aquella ardiente barra de carne era demasiado para su estrechez, ¡pero le gustaba!. Era un dolor maravilloso, una sensación incomparable de gozo por los cuatro costados. Todo su cuerpo se contoneaba y bailaba al ritmo incesante del martillo pilón que la estaba taladrando. Richard la sujetaba con fuerza de la cintura mientras se ponía detrás de ella, acercándola todo lo que pudiera, como queriendo sentirla al máximo. Le daba besos en el cuello, la acercaba contra él, la apretaba, la estrujaba con su cuerpo. Cada empujón era como un ariete queriendo derribar un gran portón medieval, parecía que iba a empalarla. Incapaces de detenerse tanto él como ella se lanzaron directo a la recta final a base de acometidas sin control alguno, moviéndose con fuerza y rapidez hasta que por segunda y explosiva vez gozaron entre roncos gemidos, quedando extenuados por el esfuerzo.

Sentada sobre él y agarrada a la cabecera del sillón, Nelle se movía lentamente, con mucho suavidad, penetrándose en un dulce vaivén con la verga de John. Éste, que hasta ahora había sido como un animal en celo, ahora se dejaba llevar por la acción de ella, la cual estaba en su mejor momento. Acercándose puso la cara de él entre sus tetas y apretó para que el la lamiera en el canalillo y por alrededor de la areola, lo que la excitaba mucho. En un reto que nunca antes hizo, Nelle comenzó a mirar fijamente a los ojos de John, cruzando la vista mientras se movía arriba y abajo, mientras se penetraba y gozaba con él. El duelo de miradas hacía de la experiencia algo más intenso y morboso de lo que ellos mismo imaginaban, pues, llevados por el deseo, experimentaban de forma constante. El vaivén de los movimientos de Nelle tenía a John obnubilado. Nunca nadie había hecho con él nada parecido. Era una diosa, era verdadera diosa del amor enseñándole los placeres que hasta ahora se había perdido. Ahogó los gemidos con largos y encadenados besos de rosca que casi le quitaban el aliento. Tomando algo de iniciativa, John llevó sus manos al cuerpo de ella, jugó un rato con sus tetas y luego las bajó a su terso y perfecto trasero, estrujándolo y apretando para aferrarse a él y ayudar a moverse. El "meneo de ascensor" fue haciéndose más intenso por segundos, más salvaje, más morboso….arriba abajo arriba abajo arriba abajo, dentro fuera dentro fuera dentro fuera…ya se acercaba, ya se acercabaaaaaaaaa…al fin, como un placer largo tiempo reprimido, Nelle y John estallaron al unísono y se quedaron muy quietos en el sillón, ambos sin decir nada, pero diciéndoselo todo con los ojos.

Cuando Elaine y Ally salieron por la puerta, vieron como Richard y Ling lo hacían por la suya, lo mismo que Nelle y John. Durante varios momentos hubo un enorme cruce de miradas con el ceño fruncido, preguntándose que había pasado, provocando un incómodo silencio que parecía dar la respuesta.

-Tengo trabajo-dijo Richard de golpe-.

-Y yo un juicio-añadió Ally-.

-Me espera un cliente-repuso Nelle de inmediato-.

La excusa, clara y evidente, no disipó la duda en ninguno en ellos a lo largo del día. Finalmente, en el bar, ambos se reunieron en su mesa de siempre, comentando los casos del día: Georgia ganó un caso en el que una chica había prensado los testículos de su novio con su cepo de ratones por pillarlo con otra alegando demencia momentánea; Ally también había ganado el suyo en el que un hombre había denunciado a una vidente por estafadora, lo mismo que Ling contra el director de un orfanato por desatender a los niños. Felicitándose por el día hicieron un brindis y Ally, alegando cansancio, se fue a casa de inmediato, encontrándose con René, la cual parecía muy abstraída.

-René, ¿te encuentras bien?.

-Sí…es solo que…bueno…

-¿Qué ha pasado?.

-Iba a verte esta mañana, y subí en el ascensor con Ling. Entonces éste se estropeó, Ling andaba caliente y…

-…¿¡y te lo hizo!?, ¿¡se lo montó contigo!?.

-Pues…sí…me usó como la vino en gana.

-¡Es increíble!. ¡¡Tú y Ling!!.

-No sé de que te escandalizas, tú tampoco te has quedado quieta. Me fijé en como mirabas a Elaine en el bar. Llevabas "culpable" escrito en la cara.

-Sí…bueno…eso es otra historia-repuso con timidez-…

-Ya, claro-respondió airadamente-…

-Es que hablé con Georgia esta mañana…y quise quitarme una duda que me roía la cabeza. Quería saber si yo era, si podía ser…lesbiana…y entonces…

-¡¡Quieta ahí!!. ¿¡Te lo montas con la mujer de tu ex novio de toda la vida y te escandalizas de que Ling y yo nos lo hiciéramos-preguntó anonadada-!?.

-No es lo mismo. Esto surgió, sin más…y luego Elaine nos descubrió, y para no hablar me dijo que debía hacer lo mismo…y bueno, ya sabes el resto…

-Ajá. Entonces no tienes derecho a ponerte así, tú también has hecho lo tuyo.

-Cuéntame que tal la experiencia con Ling-sugirió en tono picante-. Dime como lo hace.

-Si luego me dices como fue lo tuyo-propuso. Ally asintió con la cabeza-. Bien pues iba a verte para hablar del caso Pendleton que tenemos en un par de días. Entré en el ascensor y Ling entró cuando ya se estaban cerrando las puertas. Apenas nos miramos, pero cuando se quedó atascado no me apartaba la mirada. Yo me sentía muy incómoda, no sabía que hacer. Ella se me acercó cada vez más y sin previo aviso me cogió de las tetas, me las apretó tanto que me resentí. Quise apartarla, pero entonces me dijo "si hablas, si gimes o chillas o si protestas te dejaré tantos moratones que parecerás un obispo". Aquello me intimidó, me asustó…pero me gustó. Me sentí dominada por Ling. Me obligó a desnudarme allí mismo, a riesgo de que nos pillaran, y aunque tenía muchísimo miedo, lo hice.

»Empecé quitándome la chaqueta, luego la camisa, todo muy lentamente, como si le hiciera un strip-tease, luego deslicé mi falda y mis bragas al suelo y me quedé en pelotas delante de ella. Se quedó de piedra cuando vio el tamaño de mis tetas. Me las masajeó y mamó, se metió mis pezones en su boca, los chupó…era la primera vez que una mujer me tocaba, que me poseía…y no podía parar de disfrutarlo. Sus manos me apretaban y tocaban. Mientras me chupaba una mano bajaba por mi vientre y se detuvo en mi pubis. Me lo palpó para ver como lo tenía, luego volvió a bajar y por fin me tocó entre las piernas. Me abrí para allá en cuanto me lo mandó, y metió un dedo dentro para ver si ya estaba húmeda. Lo hizo con fuerza, y al ver que aún no estaba lubricada empezó a pajearme con dos dedos. Los metía y sacaba de mí con violencia, me sentí violada…me asusté, quise chillar, pero me besó en la boca y acalló mis gritos.

»Se puso a abusar de mí por todas partes: su boca jugaba con la mía, me forzó a usar la lengua con la suya, a enlazarla, a hacerla girar como una hélice a la vez que me estaba follando con su mano y sobando las tetas con la otra. De pronto noté que su mano libre giró para bajar por mi espalda. Vi donde iba y quise librarme, pero no pude…y antes de darme cuenta, me violó el culo. Me tenía dominada, sometida. Me había convertido en su juguete favorito, me violentaba todos los agujeros. Cuando vio lo estrecho de mi culo se puso a dilatarlo con los dedos, y mientras lo hacía me decía: "¿te gusta zorrita?, ¿te gusta esto esclava?...vamos negra gózalo, gózalo todo perra". Reconozco que me hacía sentir como una auténtica puta, pero me encantaba oírlo. Me obligo a decirle "síiiii me gusta, viólameee…quiero que me violes, que me fuerces…sigue metiéndome manoooo"…y cada vez estaba más mojada, más caliente.

»Ella no paraba de forzarme, y entonces…se salió de mí, me dejó a medias. Me dijo que si quería llegar al final y gozar tenía que hacerla correr a ella, que tenía que follármela. No me lo pensé y empecé a desnudarla a la fuerza, casi le hacía la ropa trizas. Estaba dominada por algo, no sé que me ocurría. Solo sabía que necesitaba correrme, no podía más. Me abalancé a besarla y tocarla, me ordenaba abrirla de piernas y comerme su coño, y lo hice sin dilación. Era pequeño pero jugoso, con unos labios delicados y abiertos…lo mamé todo lo que me vino en gana, lo chupé, me bebí los jugos…Mi cabeza iba en todas direcciones mientras se lo comía todo, y mis manos cogieron sus rugosos y pequeños pezones hasta dejarlos palpitantes y duros como rocas. Cambié algo de posición y los probé en mi boca, luego bajé otra vez, devorando su vulva hasta que le arranqué un orgasmo que la puso loca de remate.

»Cuando se recuperó me devolvió el favor y me puso las manos a la espalda para que no me moviese y literalmente me forzó allí mismo. Nunca me había corrido de semejante manera, me flaqueaban las piernas cuando terminó de jugar conmigo. Nos vestimos y me dijo que ya se encargaría de hacerme cosas de esas más a menudo, que le había encantado follarse a una negra como yo tan servil a la que fozar cuando y como quisiera. Luego ella pulsó el botón de parada para volver a subir porqué ella lo había parado adrede, solo entonces lo supe. Fue cuando Elaine me vio apoyada en la pared del ascensor con cara de estar medio ida, y aunque no le dije nada, seguro que algo sospecha.

-Ooooohh dioooooooooss me he puesto a reventar escuchándote, y para colmo hoy no te tenido más que relaciones con tías, primero Georgia y luego Elaine.

-¿Y fueron buenas las experiencias?.

-Georgia es una amante consumada, debe volver a Billy loco del todo cuando se lo tira, casi puedo verlos incluso como la monta a caballo o como ella lo cabalga hasta vaciarlo, y Elaine…por dios, que golfa es. Tiene un cuerpo que es para castigarlo…un culo, unas tetas, y ese coño que funde edificios cuando se abre de lo ardiente que está, es una calentorra 24 horas al día 7 días a la semana…Sería capaz de pasarse por la piedra a todo un regimiento sin siquiera mostrar un signo de cansancio.

-¿Pero ella no tiene mis tetas, verdad-dijo mostrándolas, dejando a Ally perpleja no solo por el tamaño, si no por que era la primera vez que las veía-?.

-No, para nada…las tienes grandes, pero lo tuyo es descomunal, gigantesco…

-Pues ven a comérmelas antes de que cambie de idea. ¿No querías saber si eras lesbiana?. Vamos a comprobarlo una última vez.

Ambas se desnudaron, se abrazaron besándose, y se fueron al dormitorio, echándose en la cama lascivas, calientes a más no poder. Las manos ya estaban febriles recorriendo el cuerpo de la otra, descubriendo cada recoveco, cada punto de placer. Ally se sentía en la gloria, gemía sintiendo como era explorada por las expertas caricias de su amante, que estaban prodigándose en sus pequeñas tetas, retorciéndolas con una fiereza atroz, parecía que quería destrozárselas a lo bestia. Se las estaba dejando doloridas y eso le gustaba, lo disfrutaba.

-Bonitas tetas Ally, pequeñas pero apetitosas.

-¿Y como lo sabes si no lo has probado?.

Dicho y hecho René pegó al boca al cuerpo de la enjuta letrada y empezó un festín de besos y lametones de arriba abajo, llegando finalmente a sus pezones y chupándolos con insaciable ansia. Parecía que estuviera sedienta desde hacía semanas. Su deseo era tan grande que chupaba a toda velocidad, cambiando de uno a otro a la vez que una mano comenzó a frotarla en sus nalgas, cogiéndolas y dándoles cachetes para excitarla más. El sentir como René tomaba control de ella la ponía al borde de la locura, sobretodo siendo su primer polvo interracial, pues se había dado cuenta de que Georgia y Elaine eran blancas.

-Vamos René, jódeme a base de bien, quiero que me hagas de todo. Quiero que una negra me lo haga como nunca.

-¿Te gusta esa idea?, ¿te gusta un interracial?.

-Síiiiiiiiiii…

-¡¡Pues pienso dejarte follada hasta que revientes!!.

La declaración de intenciones hizo que Ally se abriera de par en par. René dejó de chupar las tetitas de Ally y se lanzó en picado a hacerle una señora cunnilingus, pegando la boca a unos finos labios de aspecto rosado y la lengua a un clítoris que empezaba a hacer más grande y notorio. Ally no podía contener los gemidos del placer que su compañera de piso y ahora amante estaba provocándola, ¡¡y que manera de comer un coño!!. Ni Georgia ni Elaine llegaban a semejante nivel, René estaba demostrando sus aptitudes de lamedora y lo hacía a las mil maravillas.

-¡¡Cómemelo todoooooooooo!!...¡¡sí, asíiiiiiiiiiiii!!...

René redoblaba esfuerzos hasta que, sin despegar la boca del coño de Ally, se giró y abrió, poniendo su vulva al alcance de la boca de Ally. Ésta captó de inmediato la maniobra y metió dos dedos dentro de René, uno en su orto y otro en su vulva, a la vez que su lengua alcanzó su clítoris y lo frotaba de un lado a otro, usando después los dientes para mordisquearlo. El mutuo frotamiento puso a ambas histéricas, gimiendo como perras en celo mientras iban frenéticas por chupar a la otra y hacerla gozar. Parecían trenes que estuvieran sin frenos y a punto de descarrilar.

-Vamos René quiero correrme, quiero que me folleeeeess…

-¡Y tú no pareeeeeeeeess!, mmmmmmmmm por dios que rico es estoooooooooo…fóllame Ally fóllame todaaaaaaaaaaa…

-¡¡Venga negraaaaaa de mierdaaa, fóllate a esta perra!!...¡¡Soy una perra, una zorra, una viciosaaaaaaa, hazme de todooooooooooo!!...

-¡¡Hazme lo mismo lechosaaaaaaa!!, ¡¡gózate de esta negra, domíname, sométeme, mándame, fuérzameeee!!, ¡¡quiero corrermeeeeeeeeeee!!...

Su enorme necesidad de correrse se podía ver en la forma en que cada una le hablaba a la otra y en como se apoderaban de la vulva ajena, devorándola con espantosa urgencia y apremiante deseo, tocándola y hurgándola con los dedos y la boca, cambiando de uno a otro. Ambas casi chillaban de placer y entre gigantescos espasmos y estertores ambas literalmente estallaron en gritos cuando finalmente alcanzaron el tan deseado orgasmo, chorreándose entre sí y bebiéndose todos los jugos como si la vida les fuera en ello. Cayeron a la cama rendidas, pero aún necesitaban más, así que volvieron al ataque probando el beso negro y otras delicias, follándose entre ellas hasta dejarse sin aliento durante no menos de una hora y media. Cuando finalmente pararon estaban exhaustas, sudorosas y jadeantes, con una espléndida sonrisa de oreja a oreja.

-¿Qué, ya has…ya has salido de dudas-preguntó René entrecortadamente por los jadeos-?.

-Definitivamente…si no soy lesbiana, por lo menos seré…seré bisexual, porqué me he corrido tanto que he perdido la cuenta-bromeó-…uuuuffff…eres una verdadera guarra en la cama, me encanta montármelo contigo. ¿Y quieres saber algo?, tnego una ganas enormes de volver mañana al bufete…

-¿Y eso?.

-Bueno, después de todo lo que pasé ayer, he descubierto algo que antes no sabía: que me encantan los polvos de oficina…

-Jajajaajaja…pero los de casa también son buenos, ¿verdad?.

-Ummm desde luego, y no pienso dejar que esto quede aquí. Tú y yo nos divertiremos mucho de ahora en adelante-añadió con ironía-…

-Menuda zorrilla te has vuelto, quien lo diría…

-La vida es para disfrutarla, y yo pienso gozarla a tope. ¡Estoy que ardo, necesito follar con todo dios!. ¡Quiero sexo de día y de noche, con tíos, con tías, incluso con perros si se me ponen a tiro, pienso follarme cuanto se me ponga a tiro!. ¡¡Estoy deseando volver mañana al trabajo-gritó entre irónica y furiosa, mientras ambas comenzaban a tocarse otra vez presas de la lujuria-!!...

Casting(personaje/actor; de Dcha. a Izda. y de arriba a abajo):

Ling Woo(Lucy Liu)

John Cage(Peter MacNichol)

Nelle Porter(Portia De Rossi)

Richard Fish(Greg Germann)

Elaine Vassal(Jane Krakowski)

Billy Thomas(Gil Bellows)

Georgia Thomas(Courtney Thorne-Smith)

René Raddick(Lisa Nicole Carson)

Ally McBeal(Calista Flockhart)

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