El Luchador y su protegida

El joven recibió el golpe pero no se amilano, todo lo contrario volvió a atacar y esta vez de un golpe tumbo a su oponente. El otro hombre estaba muy sentido. El muchacho salió de la arena lleno de orgullo, se sentía invencible.

Una vez fuera del lugar recibió su paga, 200 pesos por la pelea de esa noche. Tomo el dinero y se marcho a tomar el subte, allí lo esperaban unos vagos, que habían apostado todo lo que tenían, en su contra. Los tres le atacaron, pero ninguno consiguió tocarlo, el luchador los golpeo y los tres quedaron en el suelo.

Tomó el subte con destino a Quilmes, una vez allí se dirigió a su casa, una como tantas del conurbano bonaerense. Un tanto derruida, pero aun se mantenía en pie. Por un momento se entretuvo buscando la llave de la puerta de su casa, cuando al fin la hallo. Se dio cuenta que la puerta estaba abierta.

Preocupado, entro muy apurado a la casa que aun estaba a oscuras. De pronto una sombra se abalanzo sobre el, ahí se encontraba la razón de todas sus luchas, el único ser por el cual daría todo.

La chica se llamaba Andrea, hace 5 años que vivía con el. La encontró sin conocimiento a una calles de ahí, y la trajo con el. Ella no quiso irse de su lado, además con el impedimento que tenia no le era posible andar con mucha libertad por el barrio. Su ceguera era bastante severa y no podía tratarse, la chica no era nada de otro mundo, no era dueña de una gran belleza, pero tenia su atractivo entre los que se podía contar unas caderas muy sabrosas que resaltaba su vestido y unas piernas firmes.

Ambos se sentaron a almorzar, la comida consistía en un guiso de lentejas con algo de carne. Mientras almorzaban, Orlando la miraba y se decía para sus adentros: "aun no se porque deje que se quede conmigo, pero ya no hay vuelta atrás". Ella dejo de comer por un momento y pregunto:

A pesar de estar sumida en la mas completa oscuridad, aun podía percibir muchas cosas. Una vez finalizado el almuerzo, el le iba a dar un beso de despedida; como siempre lo hacia. Pero esta vez la situación fue diferente, ya que ella movió la cara para que los labios de Orlando tocaran los suyos.

El hombre se aparto de ella, estaba muy sorprendido. Siempre la había tratado como a una amiga, a una hermana...pero no la veía como una mujer. Al parecer ella no opinaba lo mismo.

Dicho esto, el joven se marcho a su trabajo mas apurado que de costumbre. En el camino reflexionaba sobre lo ocurrido. Algo cambio en el interior de Andrea y porque no decirlo, ese beso lo sorprendió gratamente.

Durante la tarde, estuvo en la verdulería cumpliendo su turno hasta las 22:00hrs. Su mente vagaba, pensando y repensando su actitud. Ella lo "veía"...por decirlo de alguna manera como un hombre, pero el no la miraba como una mujer sino como una amiga.

A las 22:00hrs. Cerro la verdulería y se puso en marcha a su casa, mientras caminaba planeaba lo que haría con Andrea. Pero al comenzar la cuadra todo se trunco, la puerta de entrada estaba abierta, lo sabia por la luz que salía.

Entro en la casa, la escena era aberrante; tres tipos habían irrumpido en la casa. Uno de ellos estaba rompiendo todo, mientras los otros dos se encontraban luchando con Andrea, que muy asustada intentaba zafarse de las manos de esos hombres.

Los tres andaban con navajas, lo que aumentaba el peligro.

Orlando entro por una ventana, que rompió con la cabeza de uno de los malhechores. Como los otros dos estaban demasiado ocupados, el se acerco sigilosamente hasta los dos y luego con la navaja del tercero los degolló.

Ella se encontraba en un estado de shock, estaba aterrada y confundida por lo ocurrido. Por esta razón, cuando el se acerco ella quiso huir, la joven solo se tranquilizo con su voz:

Se fueron de su hogar, huyendo como ratas. Unas cuadras adelante, le pidió a un amigo que les permitiera pasar la noche en su casa. Como este le debía varios favores, accedió y así los dos tuvieron donde quedarse. Ambos penetraron en la casa, y siguieron a Fernando que le decía Orlando:

Andrea y su salvador fueron hacia el sótano, el siempre teniendo la mano de ella entre las suyas. Descendieron la desvencijada escalera y el comenzó a acondicionar el lugar. Luego tendió la única colchoneta que había , y con su campera le armo una improvisada cama a la joven. Luego la llevo hacia esta y le ayudo a sentarse sobre la colcha. La chica aun estaba turbada y unas lagrimas rodaban por sus mejillas. Con su callosa mano, el limpio las lagrimas del rostro de ella a la vez que le decía:

Ella se tranquilizo, entonces le pregunto:

El no quería estar cerca de ella, hasta no aclarar sus dudas. Pero todo se desvaneció en el abrazo de Andrea, eso le pareció la gloria. Hacia mucho que no daba rienda suelta a sus instintos y algo muy dentro de el quería tomar a la joven de todas las formas posibles.

Finalmente el se acostó junto a ella, pero la cosa no quedaría ahí. Ella no conforme con ello, paso su muslo dejándolo sobre las piernas de Orlando mientras con sus manos buscaba su cuello.

El se dejo llevar, por lo que comenzó a masajear el muslo de ella. Andrea empezó a besar el cuello y la cara de su chico, mientras el le sacaba la blusa como podía. Los besos continuaban, ella estaba casi asfixiándolo con sus besos, pero el no emitía una sola queja.

Ya le había quitado la blusa, al encontrarse con su brasier se lo arranco de un tirón, ella hizo lo propio con la remera de el, dejando a la vista un poco de barriga, producto de la cerveza. Orlando le subió la pollera, y pudo ver sus escasas braguitas las que retiro al tiempo que acariciaba las piernas de Andrea.

Ella se quedo quieta, sentía la respiración de el recorriendo su cuerpo de pronto se estremeció al sentir la lengua de el pasearse por sus senos, succionándolos y besándolos repetidamente. El dejo de besarla para sacarse los pantalones, pero la muchacha continuaba besándolo como si fuera la ultima noche que podría amarlo.

El se quito el interior a toda prisa, mientras besaba cada poro de la piel de su amada. Ella gemía, estaba disfrutando a tope de estas sensaciones. El mantenía su recorrido, se detuvo por un momento cuando Andrea bajo sus manos y comenzó a acariciar su polla. El muchacho suavemente masajeaba el clítoris de la excitada joven que continuaba gimiendo.

El le comía el coño a la joven, que disfrutaba como nunca de estas oleadas de placer.

Pero ella no podía controlarse, se movía como una gata en celo. El se detuvo, ella se incorporo con las manos extendidas, buscándolo. Cuando por fin dio con su cara, la tomo bien fuerte y le dijo:

El no iba a esperar una invitación, ni mucho menos...separo las piernas de ella y se situó frente a ella dispuesto a penetrarla. Y sin mas miramientos se la metió de un solo golpe, al tiempo que lamía sus pezones y acariciaba su abdomen. Con el primer envite, la jovencita no pudo contener el grito, una mezcla de sensaciones se agolpaba en su cerebro, sentía una mezcla de placer, dolor y miedo...pero esto le empezó a gustar. Ya que pronto dejo las quejas por besos y ruegos de que no se detuviera. Estos últimos estaban de mas ya que Orlando no pensaba detener su marcha...el también estaba muy a gusto dentro de ella.

Los jadeos de los dos y el sudor llenaban la habitación, ella estaba extasiada con todo lo que ocurría. El muchacho continuaba el mete saca, alternando la frecuencia de los envites; ella sentía su coño muy caliente...y en un momento un grito ahogado salió de sus labios, se estaba corriendo...el retiro su polla que estaba empapada por sus jugos, pero aun muy erecta.

Ella seguía suspirando, había disfrutado mucho con esto. Pero el quería correrse, así que la tumbo boca abajo, mientras le decía:

Sin mas, el metió su miembro en el recto de la joven; esta soltó un gritito mientras el volvió a la carga con el bombeo, pero esta vez los envites eran mas fuertes. Ella apenas podía gritar, se estaba quedando sin voz de tanto gritar. El muchacho la penetraba sin ninguna contemplación, mientras con sus manos se aferraba a las caderas de Andrea. Finalmente la polla de el termino por explotar, enviándole una oleada de calor al recto de la chica.

Terminado esto, ambos se durmieron muy satisfechos y juntos. Deseando volver a amarse muy pronto. Al día siguiente, subieron a la casa de Fernando que les pregunto:

Los conflictos seguirían, pero por lo menos ellos ahora estarían mas juntos que nunca.

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