miprimita.com

MU Capitulo 25: Entrenamiento y Sacrificio

en Otros Textos

Capitulo 25: Entrenamiento y Sacrificio

Aceros chocando, gritos y pasos... cientos, miles. Los ojos del muchacho se abrían de nuevo, no entendía nada. Recordaba haber vencido al Caballero Docrates, pero nada más. Miró hacia arriba y no podía creerlo... ¿que era eso? Se hallaba en un espacio etéreo, no había suelo ni piso alguno allí. Se paró, no podía creerlo... estaba a muchísima altura. Alguien venía hacia él, no lo creyó cuando le vio: ¿ella aquí?

Los cabellos blancos contrastaban con esa piel oscura como la noche. Los ojos de un definido tono ambarino se posaron en la figura del muchacho que no deducía nada... la elfo se acercó a él. Ya teniéndole mas cerca pudo notar que llevaba una armadura negra y que además utilizaba una lanza muy rara. La guerrero no parecía reconocerle, esta posando su mano en el hombro del individuo dijo:

Al fin puedo transmitirle a alguien más las técnicas de mi lanza.

¿Cómo? ¿Tu no eres, Circe?- Preguntó el muchacho confundido.

Jajajaja, no pensé que fuera tan famosa. Pensar que solo cometí una imprudencia enorme. Ven, sígueme. Deseo pasarte todo lo que sé- Dijo ella con visible apuro.

Pero... yo te vi en Noria, fuiste la enfermera que se encargó de cuidar de mí durante mi convalecencia. ¿Cómo es que estas acá?- Preguntó el muchacho.

Yo, ¿enfermera dices? Jamás haría algo como eso, mi único oficio es el de luchar. Lo único en lo que sobresalía mi tribu era en la guerra. Pero estando atrapada en esta realidad, nada puedo hacer. Es por eso que deseo pasarle mis conocimientos a otro. Es una suerte que tú hayas venido hasta este lugar, vamos. Debes aprender- Dijo ella.

Esta bien, enséñame- Dijo él.

La guerrero estaba complacida, finalmente su sueño se cumplía. Con solemnidad se quitó el casco y luego dándole la lanza al joven le mostraba las posiciones de combate.

Ella las hacia sin su lanza y él las repetía con el arma que se le hacia difícil de controlar... esta era mucho mas pesada que su lanza Dragón. La mujer le miraba compasiva, pero no cesaba con las explicaciones.

Sin darse cuenta fue adecuándose a esa extraña arma, se le hacia complicado por el peso pero con el tiempo la dominaría. Circe observaba atentamente cada movimiento y transición. Le corregía en detalles una y otra vez. Cuando era necesario ella tomaba la lanza y le mostraba el movimiento una y otra vez. No le dio descanso alguno, solo entrenamiento y más explicaciones.

El aprendizaje llegó a su fin, ella estaba contenta y emocionada. Finalmente el aprendiz estaba listo para la última prueba. Este sería su ultimo regalo, ahora que estaba listo debía entregarle todo lo que pudiera para vencer a cualquier oponente. Las bases ya se las había dado, lo mismo que todas sus técnicas. Solo le quedaba su vida, sonrió un momento con desidia y le dijo a Diógenes:

Bien, ahora solo puedo entregarte mi vida. Si superas este sello obtendrás una técnica definitiva. Supera este poder si puedes, confió en que lo lograrás.

¿De que estas hablando?- Preguntó él.

De esto- Dijo ella señalando con el pulgar la gema de su frente.

Que tiene que ver esa bonita gema con todo lo que me haz dicho recién- Dijo él sin comprenderle.

Bien, este es un sello creado por mi tribu. Luego de la iniciación como guerreros, a cada uno se nos creaba esta gema en la frente para evitar que todo nuestro poder salga de golpe- Explicó ella.

Comprendo, ¿pero tan terrible es ese poder?- Preguntó él.

Claro que si, nosotros para iniciarnos como guerreros debemos ser capaces de matar a un dragón negro. Y no solo eso, luego debemos devorarle para terminar con el rito- Dijo ella con algo de nostalgia.

¿Y eso era lo que les volvía inestables?- Preguntó él comprendiendo un poco mas.

Exacto, pero ahora que tu entrenamiento esta completo, no tengo mas opción que iniciarte yo misma. Perdón y hasta siempre, Diógenes- Dijo la mujer con lagrimas en sus ojos.

!¿QUÉ HACES?¡- Gritó el muchacho mientras intentaba detenerle.

La elfo golpeo con su puño el cristal de su frente, astillándolo en mil pedazos. Luego observó por ultima vez al muchacho y musitando unas palabras su entorno comenzó a latir y el aire a enrarecerse.

Lo siento mucho, fue bueno conocerte; muchacho.

Las nubes se arremolinaron alrededor de su cuerpo, un mal presentimiento embargó al chico que lanza en mano observaba el fenómeno. Con horror vio como de esas nubes negras emergía un rugido poderoso como jamás había oído. Luego, esto aumentó al ver centellear unos ojos inyectos en fuego. La monstruosa cabeza apareció por entre las nubes, mientras el resto del cuerpo del monstruo iba desperezándose de su letargo.

Un dragón negro apareció frente a sus narices, el tamaño de la bestia era inmenso. Tal era su longitud que no llegaba a ver su fin. La cabeza dirigió sus ojos hacia abajo, mirándole como una presa a devorar. Las fauces de la criatura se abrieron y con una velocidad increíble arremetió contra él. Diógenes eludió el ataque por muy poco realmente. Utilizó la lanza para clavarla en el cuerpo de la bestia, dio el primer golpe pero no pudo traspasar la dura piel de la criatura. Un movimiento de esa inmensa columna vertebral y el muchacho cayó. Pero aferrándose a una escama volvió a subirse para golpear una y otra vez el cuerpo del dragón sin resultado. La cabeza volvió a divisarle y lanzó sobre él su aliento de fuego. El joven blandió la lanza a toda velocidad para defenderse del aliento, debía acortar distancia y ni bien terminó el aliento el guerrero saltó sobre la cabeza.

El golpe fue titánico, pero al dragón no le afectó en lo absoluto. Diógenes estaba anonadado, esa criatura era demasiado para él. Sin embargo... estaba solo allí con esa aparición, no le quedaba más que pelear por su vida. Esquivó los dientes nuevamente y atacó pero sin éxito. Su mente pensaba a toda velocidad, debía existir alguna manera de derrotar a esa criatura fantástica.

La técnica avanzada esta vez funciono, giro con la lanza y utilizando todo su cuerpo golpeo con fuerza. Esta vez el golpe si lo sintió, pero sus escamas no se rompieron, La boca de la bestia se abrió y atacó de nuevo con su fuego abrasante. En ese momento la luz vino a él... como no lo había pensado antes.

En lugar de repeler el fuego, se lanzó al centro de la flama.... hacia la boca del dragón, tamaña locura e intrepidez no podía creerse. El fuego le iba quemando, pero así evitaba un daño mayor. Atacó con su lanza y por fin penetró el cráneo de la bestia. La sangre brotó de pronto de la garganta de ese dragón que comenzaba a sacudirse con violencia.

La punta de la lanza salió por unos instantes, la criatura cerró la boca atrapando al joven que volvió a atacar. La lucha se volvía intensa, ninguno de los dos iba a dejarse vencer por tan poca cosa. Una y otra vez la criatura oprimió el cuerpo del muchacho, mientras este iba desgarrándole por dentro con la hoja en punta de esa magnifica arma.

Al cabo de un rato todo cesó, la criatura escupió al muchacho de su boca, esta vez sangraba por todos lados, lo mismo que el muchacho que ya no tenía más que su piel quemada, cortada y mordida. Este sería el último ataque, el dragón herido atacó con sus flamas a ese lastimado guerrero que utilizó la última técnica. Un remolino de filos se lanzó contra ese aliento de fuego y también hacia la bestia legendaria. Ya no podían hacer mas, eso fue todo entre ellos dos. El dragón caía destazado en mil pedazos, generando una lluvia de sangre...

Diógenes despertó del sueño sorprendido al ver que el cielo se había vuelto oscuro como la noche. Una gota le sorprendió, al mirarla bien... descubrió que era sangre, todavía estaba tirado en Davias. Más allá podía ver a sus amigos peleando sin descanso contra otros enemigos. No eran los alfacrux, ya que estos también les estaban ayudando contra esos tipos. La lluvia roja comenzó a caer con muchísima fuerza, tal vez ese sueño no lo había sido tanto después de todo. Al levantarse, halló a su lado la misma lanza con la que había soñado. El dolor que sentía apenas le permitía moverse un poco, había perdido mucha de su fortaleza.

Un pie calzado en negro le sorprendió, pero mucho más cuando oyó esa voz tan conocida que le decía:

Gracias por liberarme, quédate quieto que no te haré daño. A esas dos mujeres no debo tocarlas. Ahora te despejare el escenario.

¿Tu, aquí?- Inquirió él sin creérselo.

La elfo oscura le dedico una sonrisa mientras bajaba y tomaba la lanza de manos del muchacho. Podía sentirse un poder inmenso emanar de cada poro de esa guerrero de armadura negra. Esta se agachó por unos momentos y luego desapreció al instante...

Diógenes se quedo pasmado, apenas podía percibir unos brillos que se movían rápidamente hacia el grupo de combatientes. Los vio como caían en pedazos, sangrando y sin siquiera gritar. La elfo volvió hacia el caminando y sentándose a su lado dijo:

Bien, ya no volverán a molestarte.

Que enorme poder el que tienes, Circe. Estoy asombrado- Dijo Diógenes visiblemente sorprendido.

Fue fácil vencerlos, no eran poderosos. Mi único rival es Kundum, debo cobrar venganza por los míos- Dijo ella mirando hacia un punto distante.

Esta bien, no voy a detenerte. Pero si no pudiste vencerle antes, ¿Qué te asegura la victoria ahora?- Inquirió él.

Ese es un buen punto, no lo había pensado. Yo solo se pelear, no me ocupo de los detalles- Se justificó ella.

O sea, que aún con tu poder, no fuiste capaz de idear un plan de batalla- Dijo el muchacho algo desconcertado.

EXACTO, yo solo fui a por él. Y le plante cara ahí mismo- Dijo ella con muchísimos ánimos, mientras crispaba su puño.

¿Quien eres tu?- Dijeron dos voces delante de esos dos.

Yo soy Circe, una elfo guerrero de Kalars. Mucho gusto en conocerles- Dijo la mujer mientras se paraba.

¿Elfo de Kalars? ¿Dónde queda eso?- Dijo Schekander sin entender nada.

Oí una leyenda sobre ellos hace algún tiempo. Eran parientes de los elfos de Noria, pero por la región volcánica en la que habitaban, a diferencia de sus pares tenían otra tonalidad de piel. Además de sobresalir en el campo físico mucho más que otras razas guerreras- Explico Abigail.

Exactamente, la región de Kalars fue mi hogar y mi único oficio es el de la guerra. Ese es mi mayor orgullo y única baza- Dijo la mujer mientras les saludaba.

Me alegra mucho que se conozcan mejor, ahora podemos irnos. Ya hemos conseguido que dejen libre a Abigail, así que nada tenemos que temer- Dijo Diógenes muy animado.

Lo siento, pero yo no seguiré con ustedes. Mi único objetivo es Kundum, de seguir con ustedes no podría alcanzarlo- Se disculpó la elfo.

¿Entonces nos dejaras?- Inquirió el muchacho algo desilusionado.

Si, pero estoy en deuda contigo... así que, usa este pendiente. Esto me dirá cuando me necesites- Dijo ella mientras le entregaba un pendiente con un zafiro de un azul muy bello.

Gracias y por favor, cuídate. Circe- Dijo el muchacho.

Heh, no te preocupes, yo soy invencible- Dijo la guerrero mientras se despedía de los tres.

Ni siquiera le vieron irse, ya que de un solo impulso desapareció de la vista de ellos. Se movía muy rápido para sus ojos. La elfo oscura volvía a poner una seria expresión, ese maldito estaba suelto todavía. Ahora si podría cobrar venganza, se sonrió al saberlo... pero también les deseo suerte a esos chiquillos. Algún día, esperaba volver a verles.

Continuará…

Mas de Tenchu

MU Capitulo 60: Esperanza. (Epílogo al final)

MU Capitulo 59: Viento y Oscuridad

MU Capitulo 58: Recuerdos en Ishkar

MU Capitulo 57: Sinfonía de Destrucción

MU Capitulo 56: Busqueda

MU Capitulo 55: Mortal Kombat

MU Capitulo 54: 800 Flechas

Mu Capitulo 52: Noche Salvaje

MU Capitulo 51: Caceria

Pato Criollo

MU Capitulo 50: Padre e hija

Mu Capitulo 49: Ishkar

MU Capitulo 48: Traspasando el Fin del Mundo

MU Capitulo 47: Reunión

Una Historia de Navidad

MU Capitulo 46: Por Uds. Mis soldados

MU Capitulo 45: Derrotas y Sorpresas en Kalima

MU Capitulo 44: Devolviendo Memorias

MU Capitulo 43: En la Marca del Este

MU Capitulo 42: La Marca Este

MU Capitulo 41: Avances

MU Capitulo 40: Un año después

MU Capitulo 39: Kalima

MU Capitulo 38: El Lamento de Lorien

MU Capitulo 37: ¿Que ocurrió con Abigail?

MU Capitulo 36: La espada resurge

MU Capitulo 35: Arusa el ayudante

MU Capitulo34: La Instruccion de Diamante

MU Capitulo 33: Una guerra se vuelve leyenda

MU Capitulo 32: La Orden de Caballeros Fantasma

MU Capitulo 31: Icarus

MU Capitulo 30: Preparación y despedida

MU Capitulo 29: Alas de Esperanza

MU Capitulo 28: Duelo en Tarkan

MU Capitulo 24: Duelo en Davias

MU Capitulo 23: Punto de encuentro

MU Capitulo 22: Heridas

Mu Capitulo 21: De nuevo en Davias

MU Capitulo 20: El poder de Circe

MU Capitulo 18: Secuelas y una promesa

MU Capitulo 17: La plaza del Demonio

MU Capitulo 16: Camino a Noria

MU Capitulo 15: La visita a Peleo

Mu Capitulo 14: Aparece un rival

MU Capitulo 13: La verdad de Asura

MU Capitulo 12: Aventuras en el Estadio

MU Capitulo 11: El fin de una leyenda

MU Capitulo 10: Lucha en Tarkan

MU Capitulo 9: El pasado de Peleo

MU Capitulo 8: Viajando por Tarkan con Peleo

MU Capitulo 6: Explorando la Torre Perdida

MU Capitulo 7: El Septimo piso de la Torre Perdida

MU Capitulo 5: Hacia Davias

MU (04: Guerra de Clanes)

MU (03: La tutoria de Abigail)

Mu (02: Asura, el psicopata itinerante)

MU (01: Comienza una leyenda)

Mugen: Balance

Mugen (13: Acto Final)

Mugen (12: Infierno y Regreso)

Mugen (11: Premonición y Perdición)

Mugen (10: Mente Criminal)

Mugen (9: Maldición)

Mugen (8: Exilio)

Mugen (7: Sadismo e Igualdad)

Mugen (6: Revelación)

Mugen (5: Mentiras)

Mugen (4: Misión)

Mugen (3: Revelación)

Mugen (2: Violación)

Mugen (1: Encuentro)

El guerrero (17)

El guerrero (15)

El guerrero (16)

Cambio

El guerrero (14)

El guerrero (13)

Reencuentro

Uno menos

El guerrero (12)

El guerrero (11)

La aparición de Nemesis (2)

La aparición de Nemesis (1)

Justicia sin precio

Controlandome

Historia para Clark Kent

La charla

La moza

El guerrero (7)

Mientras llovía allá afuera

El guerrero (5)

Una forma de amor

El guerrero (4)

Castigo Celestial

A ella

¿Un sueño? ¿o tal vez una premonicion?

Cambio de roles

Paso durante la semana de la dulzura

El guerrero (3)

Un encuentro inesperado

Combate durante el Crepusculo

La conocí mientras se desudaba

El Escorpión Resolana

Los dos Compañeros: El Campamento

Camino a Kanazawa, sigue la aventura...

El panzón y la niña

Mi primera vez con una marimacho

Un encuentro Increible

Sexo sobre ruedas

Una intriga, una victima y sexo

Mientras te retrataba

El luchador y su protegida

Usted sera mio

Percepción

Primer Encuentro