El Guerrero 17
En el castillo, los dos nobles miraban el cielo en la noche. Sus mujeres estaban durmiendo, pero apenas dormían ya que sabían que podían quedar viudas el día de mañana.
Les causaba admiración la simpleza con qué se lo tomaban sus maridos. Ambos estaban terminando de limpiar sus katanas, Mifune miró a su amigo de toda la vida y le preguntó:
Dime, estúpido. ¿Pelearas mañana?, tienes una joven mujer... puedes huír y vivir junto a ella lo que te quede de vida.
Ja, vamos ambos sabemos muy bien que es lo que haré mañana.
POR DEBAJO DEL CORAJE NO HAY NADA.
Jajajajajaja, tienes razón. Venceremos a ese oso chino.
Si, caerá ante nosotros.
Los dos reían en el patio, dándose de palmoteadas y golpes. Un emisario entró apresurado... un grupo de cinco hombres penetraron al lugar. Los hombres se presentaron ante los señores.
Ambos samuráis recobraron su seriedad, mientras oían las novedades que tenían los lideres ninjas. Les comentaron la táctica que utilizarían ellos en combate, Mifune asintió en aceptación. Los hombres se retiraron, y los dos lideres quedaron en silencio...
Finalmente el día llegó, esa mañana Los chinos estaban muy activos, equipándose para la batalla. Xinxiao ya estaba armado e impartiendo ordenes desde temprano. Todo tenía que estar listo, el menor error sería castigado. Los si fanes comenzaba a vestir sus armaduras.
Xung Kai se cambiaba, hoy finalmente sería el día en que lucharía contra su igual; nada podía ser mejor que eso. Una sonrisa recorría su rostro. En la otra tienda, Yuan Ming se cambiaba, mientras el emisario se cubría los ojos.
Vamos, Fei Sao. Puedes mirar todo lo que quieras, cariño.
Pe..pero. No es correcto.
No estamos en el palacio imperial, deja las formalidades para la capital.
Tienes razón.
El hombre se paró y se acerco a su dama, mientras la besaba y le acomodaba el pesado fajín que sostendría el arma de su doncella. Ella lo miró, mientras tomaba las muñequeras y él iba en busca del peto.
La dama se encontraba terriblemente calmada, Fei sao la miró... podía perderla ese mismo día. La abrazo fuertemente y ella tomó sus manos mientras cerraba los ojos le dijo:
No te preocupes, volveré a ti. Finalmente he hallado el amor, quiero envejecer junto a tí.
Por favor, no mueras en combate. Yo te estaré esperando, Yuan Ming.
Harás bien en hacerlo. Espérame que volveré por ti.
Ella termino de ponerse el peto, mientras él le alcanzaba el casco. Las articulaciones de su cuello tronaron, las manos enguantadas buscaron el rostro del emisario que sin decir nada besó a la mujer.
El silencio reinó en esa habitación, el casco quedó en su lugar pero ellos no se separaban. Una voz los sacó de su ensalmo:
Vamos, hermana el destino nos espera.
El emisario soltó inmediatamente a la dama mientras fingía hacer otra cosa. Aún tenía miedo de ese hombre, ella se rió sonoramente y mientras le daba una palmada seguía a su hermano.
En el castillo local, los dos lideres ya estaban listos. Subidos a sus corceles daban las directivas a sus huestes. Soldados corrían de un lado al otro, terminando de alistarse para la batalla a campo abierto. En el peor de los casos luego tendrían que resistir el asedio. Pero contaban con el apoyo de los clanes ninja del lugar. Al parecer, esos asesinos si representaban una amenaza.
En la aldea, incluso los ancianos se preparaban para el combate. Shiro y Karasu terminaban de repasar el plan de batalla. Jonins y Chunins escuchaban las directivas... entre ellos estaba Seiko. Un nuevo miembro se encontraba ahí también, Shimonosuke oía el plan de batalla.
Cuando la reunión terminó, todos comenzaron a retirarse. Shimonosuke estaba yéndose cuando la voz de Karasu lo llamó:
Joven, acércate un momento.
Que desean de mi.
Te dejaremos a Xung Kai. Te lo encargamos, véncelo.
No tienen de que preocuparse, venceré.
Los dos sonrieron mientras lo veían irse al campo de batalla. Los jonins se prepararon y ya a la cabecera dieron la señal de comienzo. Grupos de uniformados se desplegaron en todas direcciones dejando desierto el lugar en instantes.
A la cabecera de las huestes locales, ambos nobles esperaban la llegada de los jefes de la aldea. Shiro y Karasu se presentaron a caballo. En ese momento, todo quedó listo para la confrontación.
Cuando miraron hacia el horizonte, pudieron ver como se ennegrecía... los invasores ya habían llegado. La su Xiniao estaba al frente de las tropas, mientras los si fanes iban penetrando dentro del bosque.
Adelante iban los lideres rastreando trampas y otros artilugios que pudieran haber, no había nada... eso era muy malo. Llegaron a un claro y entonces ahí se percataron, el lugar se oscureció de repente. Habían caído en la trampa y ahora se encontraban en medio de un enorme grupo de ninjas.
El combate comenzó de inmediato, apenas tuvieron tiempo para reaccionar. El estruendo dió inicio y los ejércitos se lanzaron al ataque, los invasores lanzaron el ataque al mismo tiempo que la caballería de los locales.
Los arqueros se alistaron y a la señal dispararon sus saetas, las flechas cayeron sobre los enemigos generando bajas. Xinxiao no pudo soportar más y se lanzó al ataque, sus tropas lo emularon. Mifune y Shinmen elogiaron el comportamiento del foráneo e hicieron lo mismo.
Las cargas chocaron y los aceros mellaron su filo, la ferocidad comenzó a aumentar mientras los luchadores combatían. Muchos corceles cayeron destazados por los infantes que aprovechaban así para bajar de sus monturas a los jinetes.
Los árboles estaban erizados de espadas listas para usarse, la sangre flotaba por doquier; las espadas volaban transformándose en un bosque de filos mortales. Las armaduras caían destrozadas, los yaris se erguían con algún cuerpo sobre ellos.
Gritos y aullidos se adueñaron del campo de batalla, sin que casi se percataran de ello, comenzó a llover. Las gotas los cubrieron por completo, dándoles un nuevo enemigo contra el que pelear. El barro y el agua les impedían luchar y los hacían moverse de manera torpe.
En el bosque ninjas y Si Fanes luchaban con violencia. Seiko en su traje se enfrentaba a una mujer de armadura, se movían con gracia y velocidad. Sus armas brillaban como relámpagos en la oscuridad de la noche.
Pero multitud de cortes acompañaban a ambas mujeres, guerreros de ambos bandos luchaban a la par. Muchos caían para no volver a levantarse jamás, otros, aún sangrando y mutilados se levantaban con su brillo de vida extinguiéndose y arremetían en una ultima carga.
Los que quedaban parados, esos eran los vencedores por el momento. Sus vidas podían cortarse en un instante, sin que se percataran de ello. No había piedad ni caballerosidad, solo el hecho de matar o morir.
Objetos surcaban el aire, pocos podían evitarlos o repelerlos... se movían rápido, muy rápido tanto que casi no podían seguirlos con la vista. Pero si podían sentirse, sus esencias despedían una fuerte intención de matar.
Sombras danzaban en forma macabra, sus ojos vacíos solo presagiaban un destino: la muerte. Los cuerpos caían uno a uno destrozados, las vísceras y extremidades quedaban regadas por doquier. Gritos y miradas llenas de miedo y terror antes del golpe fatal eran lo único que podían ver los que mataban.
Un gran viento golpeo en una de las columnas de hombres, guerreros y caballos salieron despedidos. Kwan Yun estaba ahí parado como una mole sonriente, de entre las nubes de polvo dos hombres se levantaron.
Shinmen y Mifune miraron a su rival y se lanzaron al ataque....
UOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOH
El grito de esos tres se fundió en un instante, en una carrera salvaje el gigante arremetió contra los dos que venían a encontrarlo. El choque fue descomunal, los músculos comenzaron a generar presión. Las katanas quedaron detenidas por la barra de la extraña lanza de Kwan Yun.
Los tres sonreían, sabían que todo acabaría en unos instantes... cuando se separaron, ocurrió las estocadas y el corte transversal hicieron blanco. Unos pasos hacia atrás y la sangre comenzó a manar de sus heridas, los dos hombres tenían roto el peto por un enorme corte entre pecho y abdomen.
Por su parte, el gigante tenía ambas katanas clavadas en su cuerpo. Una de ellas había atravesado por completo su hombro, mientras la otra espada se hallaba ensartada en su vientre.
Los dos tigres cayeron al suelo, mientras que el gigante los miraba... estaba como desvanecido. La lanza quedó apoyada en el suelo, Shinmen miraba a Mifune que sonreía a pesar de sus heridas.
Lo vió levantarse nuevamente y desenvainar su wakisashi, quería ultimar al gigante pero este pareció despertar de su letargo y con un grito se preparo para atacar. Con un golpe de su lanza buscó atravesar por completo al anciano. La sangre saltó, Shinmen recibió el ataque de lleno mientras atrapaba la hoja con sus manos sonreía... la suerte del gigante estaba decidida.
Vio surgir detrás del anciano al verdadero peligro, pero ya nada pudo hacer. El acero se enterró en su cuerpo de forma fulminante. Su garganta fue traspasada y con ello su vida comenzaba a apagarse. Mifune sonrió débilmente y luego cayo a tierra junto a su amigo y al gigante.
Arrastrándose llegó hasta el valiente Shinmen y con un hilo de voz le preguntó:
¿Por qué lo hiciste?
¿No lo recuerdas? Te estas poniendo anciano, Mifune... Es nuestro deber ayudar a nuestros camaradas.
Luego, el tigre cerró sus ojos descansado para siempre. Finalmente una vida de luchas y perdidas llegaba a su fin de una forma honorable. Mifune volvió a pararse y con lagrimas confundiéndose con la lluvia se acercó al cuerpo de su amigo.
Al menos... debes quedar de una forma decente. Dijo el hombre mientras le sacaba de encima la lanza del guerrero chino.
Ya cerca del mar, dos siluetas se habían encontrado. Shiro y Karasu se encontraron con otros dos maestros Si Fan. El combate empezó, pero todos respetaron la pureza del combate a manos vacías.
En el bosque, Shimonosuke encontraba a su peor pesadilla. Lo vio, mejor dicho vio a su puño llegar contra su cara. El golpe lo atontó por unos instantes, desenvainó y se lanzó al ataque. No podía hallarlo, parecía haberse desvanecido entre la multitud de combatientes.
Un soldado dragón se le acercó gritando, no fue preciso mirarlo. Su espada actuó al instante y el hombre cayó muerto al piso. Otros buscaron tomar su vida, pero fue en vano... no podían contra su técnica.
En un momento vió esa armadura gris combatiendo sin prestarle atención y entonces ataco. Pero fue como si el sujeto tuviera ojos en la espalda porque lo dejó pasar de largo y con el lado chato de su espada Chien le dió un sonoro golpe que lo dejó aturdido por unos momentos.
En unos minutos, el Si fan había destrozado a muchísimos oponentes. La sangre bañaba su armadura, una sonrisa cruzaba su rostro. Fue entonces que fijó sus ojos en Shimonosuke y comenzó a acercársele.
El hombre se levantó y tomó su espada, mientras bloqueaba el primer ataque de su rival. Quedaron frente a frente, en ese momento el joven pensaba: en que me hé metido.
Vamos, demuéstrame lo que vales, muchacho. Dijo Xung Kai.
Un nuevo ataque y Shimonosuke buscó destruirle su espada con un corte al filo, pero no lo logro. Su adversario apenas sintió el golpe y lo empujó con el hombro, el muchacho estaba desconcertado. Pero pudo eludir el corte con el que pensaba ultimarlo el hombre.
Reculó y atacó con una estocada, el otro la evitó pero el joven insistía con el mismo movimiento. Tuvo que seguir retrocediendo y bloqueando, pero no podía mantenerse así toda la vida y dando un salto ganó tiempo para atacar con un corte.
Ambos se cruzaron, pero ninguno de los cortes llego... esto si que era raro. Pensó el Si Fan.
El epicentro de la batalla fué desplazándose, ahí quedaban los heridos y los mutilados buscando sobrevivir a la masacre. Sin embargo, dos guerreros se hallaban parados bajo la lluvia observándose. El guerrero chino se quitó el casco, revelándose como Yuan Ming. El ninja se sacó el obi, mostrando que también era una mujer... era Seiko.
Glosario:
Peto: Es la parte de un armadura que protege el pecho.
Espada Chien: Es una espada china de dos filos y una agudísima punta. Extremadamente liviana y agil era muy utilizada en combate por su maniobrabilidad, es el arma que van a utilizar muchos guerreros en esta historia.
Bien, ya no se los reservo mas el proximo capitulo es el definitivo. ^^