El Guerrero 18 (Capitulo final T_T)
Yuan Ming se sentó entre los cadáveres y haciéndole un gesto la invitó a emularla, luego le habló:
Dime algo, ¿por qué luchas?
Lucho para proteger a mis seres queridos. ¿Tú... tienes a alguien así?
Si, alguien espera por mi regreso.
¿Es necesario que luchemos?
No, no lo creo. En fin... Seiko Minatsuki fue un gusto conocerte.
Lo mismo digo, Yuan Ming. Me gustaría encontrarte en otras circunstancias.
Las mujeres se levantaron, sus armas descansaban en las vainas. Estrecharon sus manos y con respeto se retiraron cada una por su camino. No había necesidad de continuar, sus motivos eran igual de validos y esas personas preciosas les esperaban.
Los jonins luchaban contra esos Maestros Si Fanes, las olas golpeaban las rocas del escarpado acantilado. Los chinos se combinaban muy bien, lo mismo que los locales, igualmente... había que ponerle un fin.
Los dos hombres detuvieron sus ataques por un momento. Los si fanes comenzaron a adoptar una nueva postura de combate. Pero poco les costó percatarse de que los otros dos no se movían... solo recitaban palabras incomprensibles mientras entrelazaban sus dedos rápidamente.
Cuando finalmente cesaron, los hombres del continente estaban atónitos. Ya no había nadie frente a ellos... estaban desconcertados ¿dónde podían estar esos sujetos? Miraron hacia todos lados y no pudieron hallarlos, pero si hace unos instantes estaban ahí.
Una mano surgió desde el suelo y los enterró a ambos. Los hombres gritaron sin comprender nada. Los ninjas aparecieron nuevamente, mientras sacaban sus dagas les decían:
Ustedes son muy fuertes, tanto que nos hicieron utilizar una técnica con kuji kiri. Pero ahora, les ha llegado su fin. Descansen guerreros.
Un relámpago atravesó sus carnes, se pararon y reverenciando a los caídos se retiraron del lugar. El viento golpeaba sus rostros, alertándolos de que la batalla aún no había terminado. Comenzaron a correr hacía el lugar donde se desarrollaba la guerra.
En el campo de batalla, los dos ejércitos se batían en busca de la supremacía. Los hombres caían por todos lados, y los mosquetes ya se volvían ineficaces a esa distancia todo quedaba en el combate cuerpo a cuerpo.
Shiro y Karasu volvieron y sacando una rudimentaria bengala la dispararon al cielo. Esa era la señal para detenerse. La su Xinxiao vió la señal y comprendió, en aprobación los emulo, los soldados se detuvieron ante eso. Era como volver a tomar conciencia de la realidad... la lluvia estaba amainando.
Elijan a su mejor hombre, nosotros ya lo tenemos. Es mejor de esta forma, prefiero evitar un derramamiento de sangre mayor. Dijo el General.
Excelente, pensamos igual. Dijeron los jonins, mientras miraban a Shinomosuke.
Bien, entonces que así sea. Dijo Xinxiao.
Dos hombres se adelantaron, saliendo de entre la multitud... Shimonosuke contra Xung Kai, finalmente los rivales quedaban frente a frente.
Los hombres se miran, sus espadas entintas de sangre esperan calladas el momento de volver a volar. Shimonosuke sostiene el sable con ambas manos a la altura de su cuello, a la espera de su rival.
Xung Kai sostiene su espada Chien con la punta casi tocando el piso, la sonrisa marca el inicio del ataque mutuo. El maestro Si Fan ataca con una estocada a la cara del oponente que elude el ataque y busca partir la espalda de su rival de un solo golpe.
Lanza un corte ascendente que el chino apenas esquiva para luego contraatacar con una lluvia de estocadas. El joven retrocede rápidamente al tiempo que intenta bloquear los ataques... el Si Fan se mueve con velocidad, mientras ataca de forma interrumpida.
El momento se presenta, ambos notan esa abertura en la defensa y atacan con la velocidad del rayo cruzándose en el proceso. Un corte sobre el abdomen del Si Fan dá muestras del éxito del muchacho que se toma el cuello en un vano intento por detener la sangre que comenzaba a brotar de su cuello.
Las espadas cayeron al suelo, ya no eran necesarias además... se habían astillado en el combate. Sus puños se cierran solidamente, comienzan a correr el uno hacia el otro de forma desesperada.
UUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUOOOOOOOOOOOOOOOH
El grito de ambos se funde, los puños se encuentran con las manos conteniendo el golpe descomunal. Ambos patean buscando el costado de la cabeza pero el ataque no llega ya que ambos usan sus antebrazos para detener la pierna. Se vuelven a trenzar con sus manos, el muchacho logra llegar con un rodillazo al vientre de Xung Kai. Pero este, ofuscado responde con un violento cabezazo al que le siguen varios mas.
Sus cabezas se golpean, ambos comienzan a sangrar... sus frentes comienzan a ponerse rojas por los golpes. Shimonosuke cae al suelo, mientras el otro salta sobre él para aplastarlo. Su oponente rueda por el piso para luego barrerle las piernas, pero Xung Kai no cae, aprovecha el impulso y sosteniéndose con sus brazos vuelve a quedar parado.
Esto lo hace justo a tiempo para cubrirse del sorpresivo puñetazo que lanza el joven, esta vez es el visitante el que es arrastrado algunos metros. Se vuelven a chocar los golpes, pero esta vez el Si Fan lanza un derechazo que parece perforar a su oponente.
El joven sale despedido hacia atrás por la fuerza, pero dando un giro en el aire logra caer mirando hacía el frente. Ve una sombra sobre él, una lluvia de golpes cae sobre su cuerpo mientras vuelve a evadir y a atacar en consonancia.
En un momento su pierna llega al estomago del Si Fan que trastabilla y cae sentado, pero el joven no ataca... también se encuentra cansado. La respiración de ambos esta agitada, el sudor los baña como una segunda piel, sus miradas aún no se apagan.
Xung Kai se pone de pie y de nuevo ataca, pero esta vez el joven tomando a su rival lo proyecta utilizando sus piernas. Xung Kai cae y rueda por el piso, se incorpora y con un movimiento de su mano provoca a su agresor. Este llega hasta el hombre y lo golpea en el rostro, este responde de la misma forma.
Ambos están agotados, sus fuerzas los abandonan, ahora solo es cuestión de fortaleza y espíritu. Los golpes se suceden uno tras otro, ya no se cubren solo absorben el golpe con sus cuerpos. Sus caras y sus torsos se van amoratando por los ataques, la sangre sale con cada golpe, ninguno cede, no reculan.
Finalmente, sus brazos se cruzan en un ultimo golpe, ambos trastabillan, se tambalean y Shimonosuke cae al suelo de boca. Segundos después, Xung Kai cae de rodillas y termina en el piso. Los ejecitos se quedaron helados, el silencio pareció hacerse eterno en ese lugar.
Esos dos hombres llegaron hasta mas allá de sus limites en pos de lo que creían, por el bien de todos sus camaradas se habían esforzado. Combatieron con igual fiereza y determinación, el valor de ambos caló hondo en esos hombres que poco tenían en común.
Ambos bandos se acercan a los caídos y los alzan, mientras se retiran. Los chinos vuelven a su campamento, admirados por el valor de su campeón y respetando a su rival; lo mismo ocurre en el bando local.
Días después, en una playa alejada vuelven a encontrarse los rivales: Shimonosuke y Xung Kai. Esta vez no hay pelea, solo se despiden ya que los chinos han decidido retirarse.
Se observan bajo ese sol que esta declinando en el horizonte, las vendas cubren ciertas partes de sus rostros magullados que sonríen.
Algún día volveré por la revancha, Shimonosuke. Dice el guerrero chino.
Bien, ese día te estaré esperando para definir esto. Dice el joven.
La próxima vez, te venceré. Dice el Si Fan.
No, yo te aplastare. Dice el muchacho mientras sonríe.
Ríen de buena gana y se despiden con una reverencia, el líder le da la espalda al muchacho para irse hacia el barco. Shimonosuke se queda ahí, observando a ese solitario tigre del continente. Una mano se posa en su hombro, la viuda ha venido a buscarlo. El guerrero mira a la dama que esta vez lo mira fijamente a los ojos, sus bocas se encuentran por primera vez.
Desde el mar, logran ver como los barcos se retiran de la costa. Allí, sobre cubierta el maestro Si Fan los observa mientras a la distancia les dice adiós con su mano. Yuan Ming se va abrazada a su amado emisario mientras miran las olas del mar.
Shimonosuke se fue con Seiko, dejando el lugar para comenzar una vida nueva y de paz...
Aaaaah, abuelo. ¿Ese es el final de la historia?. Dice un jovencito de ojos penetrantes.
No, porque aún no se ha terminado esa historia. Dice el anciano.
....
¿Por qué me miras así? ¿acaso no me crees, Yoshiharu?. Pregunta el venerable vejete.
No, no te creo abuelo. Como quieres que crea que tu fuiste un gran guerrero y que peleaste contra asesinos chinos. Concluye el chico.
El anciano se sonrió y tomando su barba jugueteo unos segundos con ella. Sintió algo y se paró de repente... el joven Yoshiharu no entendía nada. El anciano le dijo:
Vamos, apresúrate a preparar el té que ya tengo visitas.
¿Cómo lo sabes?. Preguntó él.
Estúpido, ¿no te lo dije? Soy un guerrero. Contestó secamente el abuelo.
Bah, tonterías. Dijo el púber.
El vejete fue hacia la entrada de su morada y cuando abrió la puerta, ahí lo encontró a punto de golpear. Se miraron, reconociéndose y por fin el recién llegado hablo:
Ha pasado algún tiempo, Shimonosuke.
Es muy cierto, Xung Kai. Vamos, entra.
Gracias.
El hombre entró en la residencia del anciano, el nieto no lo podía creer. En efecto, alguién había llegado pero no era alguien conocido. El abuelo miró al nieto y le dijo:
Te presento al maestro Xung Kai.
Mucho gusto, señor. Dijo el joven.
No sabia que mi rival tenia un nieto. ¿aprenderás su estilo de lucha?. Preguntó el recién llegado.
Ehm.. no se que decirle.
Él ha creído hasta hoy que yo era un anciano ordinario. Dijo Shimonosuke en tono socarrón, mientras miraba despectivamente a su nieto.
Ahahahahahahahahaha, mira chiquillo. Tu abuelo fué mi igual en combate y eso no lo pudo lograr nadie en mis tierras. Pero creo que será mejor que le muestres ¿no, anciano?. Dijo el Si Fan.
Bien, lo haré. Asintió Shimonosuke.
El anciano tomó un pedazo de bambú y arrojándolo al aire lo rompió en pedazos solo con la punta de sus dedos. Xung Kai sonreía, el nieto no podía creer lo que veía.
Vamos a tomar el té, amigo que esto de hacer ejercicio ya me ha dado sed.
Heh, dejemos a los niños y recordemos buenos tiempos.
Si jejejeje.
La vida continuaba, las guerras habían terminado hace mucho tiempo y la paz reinaba en esas tierras donde tanta sangre se había vertido. Los rivales ahora eran amigos, los motivos se desvanecieron y ahora solo quedaban las memorias.
Así, finalizan las batallas de este Guerrero.
Nota del autor:
Me da gusto terminar con esta saga, aunque de veras le he tomado mucho afecto a mi obra. Sé que me he extendido mucho en la historia y por ahí en las descripciones de lugares y personajes pero creo que así podía darle un toque que nadie podría darle. Y desde ya, mis felicitaciones para quienes han seguido esta saga desde el principio; agradezco su paciencia para conmigo. Saludos, y nos vemos pronto. ^^