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Paso durante la semana de la dulzura

en Hetero: General

Paso durante la semana de la dulzura

Comenzó como una forma de fomentar el consumo de golosinas durante el invierno. Sin embargo, para los menos deseables; como en mi caso se transformo no solo en algo comercial sino en la única posibilidad al año que tenemos de ser besados por alguna mujer.

Por esta razón, para esta fecha siempre ando con algún que otro bombón en el bolsillo. La cosa es simple, uno le obsequia un dulce a una mujer y esta responde con un beso. La operación se realiza en el acto y todos quedan contentos.

Algunos ven esto como un gesto de falsa generosidad, ya que hay un interés implícito. Pero muy a pesar de lo que piensen, es sabido que en la mujer esto la hace sentir deseada y en cierta forma; atractiva. Lo mismo puede decirse con respecto al varón, porque la excusa es utilizada por ambos sexos.

Con esta aclaración hecha, ya puedo introducirlos en esta historia; una que se repite todos los años. Solo que esta vez fue diferente en algo, hubo un pequeño detalle que cambio la monótona historia.

Ese día me levante muy temprano, como todos los días tuve que irme a trabajar, el mío no es un trabajo muy bonito ni bien pago. Sin embargo me brinda muchas satisfacciones, aunque a veces me da mas de un dolor de cabeza.

Entre en la sala de profesores con la almohada pegada al cuello, estaba re dormido y encima tenia un curso bastante plaga durante las próximas dos horas. Tenia que despertarme de alguna forma y tenia que hacerlo rápido.

Repentinamente y sin que me percatara, una persona entro en la sala; su mano se poso en mi hombro y con suavidad me dio la vuelta, a continuación recibí un beso apasionado de esos que lo dejan a uno sin aliento. Ya cumplido su objetivo la chica salió corriendo antes de que yo pudiera decir algo.

Me quede ahí parado como un tonto, sin percatarme de que tenia el rouge de ella en mis labios. Afortunadamente me mire frente al espejo de la sala, ahí una vez que me vi me limpie con la manga hasta que el rouge salió. Sin darme cuenta, estaba muy ruborizado ignorando esto me dirigí al salón.

Cuando entre en el aula, ahí me los encontré hablando, gritando y tirandose papeles y toda cosa que tuvieran a mano. Una vez en mi escritorio deje todos los libros y carpetas y me pare en el frente, ahí se callaron todos y se sentaron.

La hora se paso rápido y el timbre del recreo les dio la posibilidad de salir del aula una vez mas. Era comprensible, a esa edad en lo único que pensamos es en salir y divertirnos que lindo que así sea.

Cuando me levante para salir del salón, vi que una de mis alumnas permanecía sentada en su banco. Notaba que movía sus manos con nerviosismo, por eso me acerque y le pregunte:

¿Qué es lo que te pasa?

N...no...no es nada. Me dijo la niña mientras se sonrojaba.

Como nada podía hacerse, me levante y me fui a la sala de profesores; ahí estaban todos mis compañeros de trabajo. Me quede charlando con ellos, mientras nos referíamos a nuestros alumnos y sus mañas. Ya que estaba ahí, aproveche para obsequiarle a mis compañeras con bombones, sin embargo no resulto como lo había planeado... la mayoría rechazaron el bombón, en fin ellas se lo pierden.

Karina me acepto uno, acto seguido saco el lápiz labial de la cartera y se puso una buena cantidad de rouge en los labios. Después de eso me dio un gran beso en la mejilla, automáticamente me puse colorado; es que esta mujer es muy bonita, tanto que no pensé que aceptaría.

La mire extrañado, entonces recordé lo de hoy a la mañana...no había podido ver bien a la persona que me dio el beso, podría haber sido ella. No podía asegurar nada, además no la creía capaz de tal cosa; ella es una mujer casada.

Cuando me percate y mire, todos dentro de la sala me miraban...la situación fue bastante incomoda. Por suerte el timbre que anunciaba la segunda hora toco...salvado por la campana, pensé yo.

Volví al salón y reanude la clase, como ya había explicado les dicte un trabajo practico para que fijaran lo explicado anteriormente. Una vez dictadas las consignas, los chicos se pusieron a trabajar, sabían que me llevaría los trabajos para corregirlos y traérselos a la clase siguiente.

Me quede parado, mientras recorría el salón para que si alguno de ellos tenia dificultades con el ejercicio yo podía ayudarlo. En eso estaba, una de las chicas me llamo y ahí fui yo con la clásica pregunta:

¿Donde te quedaste?

En la pregunta cinco...se me hace muy difícil profe. Me dijo la chica, mientras se rascaba la cabeza.

A ver...

Volvimos a leer la consigna y le hice buscar y razonar la respuesta mediante preguntas...esto siempre funcionaba con Emilia. La chica me sonrió y continuo ocupándose de los ejercicios. Y yo volví a mi ronda entre los bancos, controlando que trabajaran en orden.

Al acercarse el final de la clase realizamos una conclusión grupal del tema trabajo, la mayor parte de ellos participaron dando sus opiniones y conclusiones. Las ideas principales quedaron plasmadas en el pizarron y con eso di por finalizada la clase. Justo a tiempo, ya que el timbre soñó en ese instante.

Levante mis cosas y me dispuse a salir del salón, los chicos salieron como una jauría de perros corriendo una liebre. Una palmadita en el hombro llamo mi atención, allí estaba una de mis alumnas parada ante mi con la carita coloradísima; no me dijo nada... solo extendió sus manos para mostrarme el obsequio, un bombón.

Me quede mirándola extrañado, esto era algo que no me esperaba; por lo general nadie me daba algo así. Sin embargo, tome el presente de la chica y le sonreí...la joven me puso la cara, obviamente quería el beso. Ahí me encontré en un aprieto, pero salí del paso besando su cabeza.

La joven me miro a los ojos algo decepcionada, yo volví a sonreírle y abandone el edificio; otra escuela me esperaba... tenia bastante por hacer aun y recién eran las diez de la mañana, llegue por fin al otro colegio y entre en la preceptoria; allí, con unos mates bien calientes recupere el calor en el cuerpo.

Con los minutos contados prepare la clase y ya con el timbre fui camino al aula, en este curso no paso nada; los chicos son bastante tranquilos y no me trajeron ningún problema.

La clase fue tal cual la había programado y ni bien termine me fui del salón, tenia que correr, el colegio 82 quedaba en las afueras de la ciudad y solo tenia quince minutos para llegar. Tuve que correr como si la vida se me fuera en ello para llegar justo al final del recreo... agitado y todo, me lave la cara un poco e ingrese al aula.

La sensación al entrar fue horrible, treinta pares de ojos me miraban, midiendo cada movimiento que hacia...estaban muy a la defensiva. Consto hacerlos participar en la clase, pero de a poco fueron soltándose y pudieron trabajar bien.

Finalice con las clases de la mañana, los chicos se iban a sus hogares; mientras tanto yo me iba a buscar algo que comer en algún local de comida rápida. Tenia planes de almorzar algo, aunque sea para llenar el estomago.

Mis planes quedaron en la basura al ver que no tenia un solo duro en la billetera, maldije mi suerte por no haber puesto algo de dinero allí. Me quede ahí, lamentándome y arrastrando los pies fije rumbo hacia el siguiente colegio.

Tenia bastante que caminar, además era el ultimo trabajo en el dia; luego podía volver a casa y descansar un poco de tantos alumnos. Mientras realizaba la travesía a pie, observaba las calles de la ciudad; algo me recordó lo de esa mañana...ese beso tan cálido y apasionado, lo único malo fue que no pude verle bien la cara.

En eso estaba, cuando algo o mejor dicho, alguien se atravesó en mi camino; el choque fue inevitable. Ambos caímos al suelo, yo ni siquiera mire, me salió del alma:

Fíjate por donde caminas pedazo de pelot...

Uuuhn... discúlpeme, no lo vi. Respondió una voz algo aniñada.

Lo siento, de veras; pero tengo mucho por hacer. Dije mientras me levantaba para seguir mi camino.

La joven se paro, me miro e intento tomar mi manga pero no pudo; yo ya había emprendido mi camino... ella se quedo ahí, mirando como me alejaba. A mi no me importaba otra cosa mas que llegar al colegio industrial... tenia un trecho largo aun y el tiempo apremiaba.

Cuando por fin llegue a destino, casi me paro ahí mismo a bajar a todos los dioses del olimpo y otros lugares a piedrazos... estaban de paro y yo recién me desayunaba con la novedad. Cerré solidamente mi puño, tenia que descargar un poco la bronca que me embargaba... no lo pensé dos veces, golpee con todas mis fuerzas la pared granítica del edificio. Repetí esta acción varias veces, tenia tanta rabia que no sabia que hacer; cuando termine... mi puño sangraba.

Al percatarme de ello, use el pañuelo para vendarme la mano como pude; el dolor empezó a recorrer mi cuerpo. Volví a acomodar la mochila en mi espalda y me fui caminando para mi casa, estaba muy molesto y no podía hacer nada... mi andar era mas ligero, ya que por fin podría descansar del trabajo.

Llegue por fin a casa, abrí la puerta; entre en mi habitación y me cambie. Al rato salí al supermercado, tenia compras que hacer para la semana. Mientras caminaba, veía a la gente pasar, el endiablado transito que impedía mi avance hasta que el semáforo dijera lo contrario.

Me introduje en el supermercado, esa meca para el consumismo que cada día se adueña de nuestras billeteras y conciencias. Compre lo necesario para la semana y luego de pagarle a la cajera, acomode la mercadería en esas frágiles bolsitas de plástico.

Al salir del súper, me encontraba cargado de bolsas y sin muchas ganas de caminar; mire hacia todos lados y cruce la calle. En eso una muchachita qué venia caminando me reconoció y vino resuelta a saludarme....no habría tenido problema alguno en unirme a su charla, si no fuera porque se le ocurrió detenerse en el medio de la calle.

Todo sucedió en un instante, el semáforo dio la luz verde y los autos comenzaron su frenética carrera sin fijarse en nosotros, pobres peatones. Como pude la abrace con las bolsas para protegerla del choque...un Senda rojo nos embistió , afortunadamente a la chica no le paso nada; salvo unos raspones. ¿Yo?...bueno, lo mío es otra historia; quede en coma por un mes. Según los doctores me había salvado de milagro, tenia varias costillas rotas y la pierna muy golpeada; en la cabeza tenia algunos golpes, pero nada grave. Mis alumnos estaban mas que contentos, no tendrían que soportarme por un largo tiempo.

No podía quejarme, la había sacado barata y cumplí hasta las ultimas consecuencias con mi conciencia. A pesar del dolor y de la soledad de esa habitación de hospital, me sentía bien conmigo mismo. Lo único que me incomodaba un poco era la cara de lo siento de mi alumna que recién llegaba a visitarme.

Hola, pasa Micaela. Dije yo.

Hola profe,¿cómo se siente hoy?. Me pregunto ella.

Estoy mejor, gracias ¿y tu que me dices?.

Pues, aquí me ve...visitándolo mientras este aquí. Contesto la chica.

Ah...pues no tienes mucho que hacer, ¿no?. Hay cosas mejores que visitar a un profesor que esta en el hospital. Dije yo, mientras la miraba fijo.

Es...que aun me siento mal por lo ocurrido...si tan solo...

La joven no termino la frase, cubriéndose el rostro comenzó a llorar amargamente; deje que llorara...le haría bien desahogarse de esa culpa que sentía. Me quede en silencio mirándola... había cambiado tanto desde ese lunes en el aula, cuando me dio el bombón.

Ahí recordé algo, quería buscarlo; pero no podía hacerlo...así que, trate de alcanzarla con mi mano a ella. Y levantando mi voz le pedí:

Hazme un favor ¿quieres?, busca dentro de mi campera, allí hay algo para ti.

Ok

La muchacha se levanto y busco dentro del roperito donde estaba mi ropa... ahí, entre la ropa deshecha y sucia estaba mi campera ya bastante maltrecha. Ella metió su mano dentro del bolsillo y lo encontró. Me di cuenta por el cambio de su expresión, que de repente se volvió incredulidad.

Feliz semana de la dulzura. Algo tarde, pero bueno. Le dije yo, mientras le sonreía lastimosamente.

Esto no me lo esperaba de Ud. Profesor. Me dijo ella mientras secaba sus lagrimas.

Era el único bombón que me quedaba. Respondí yo.

Gracias, muchas gracias...nadie mas me ha dado algo así. Me dijo ella, algo desanimada.

Entiéndelos, aun no ven el interior de las personas...se guían mucho por el envase, aunque creo que eres bonita. Pronuncie yo.

Cuando me di cuenta de lo que dije, me percate del alcance mis palabras y su impacto en la chica. Trague saliva con dificultad, la vi acercarse a mi lecho con lentitud; interrogue su mirada. Lo que vi, me dejo helado...Micaela se acerco hasta mi y se sentó a mi lado, el corazón me latía a mil, con solo pensar en lo que ella haría.

La fémina acerco sus manos a mi rostro y mientras me decía lo mucho que había deseado esto, esos cálidos labios se fundieron con los míos en un beso inesperado. No sabia que hacer, pero ella seguía besándome sin ganas de parar...su piel era tan suave y tan cálido el contacto de sus labios.

La saque de encima mío, no era correcto lo que estaba pasando...yo era su profesor, nada mas. Lo que estaba ocurriendo era un error, un gran error. Micaela me miro, mientras paseaba sus manos por su boca. Me sentía mal, no era correcto lo que paso; pero a ella parecía gustarle este juego peligroso.

Esto no tiene que volver a pasar. Le pedí.

¿Porque?, si no es nada malo...además...Dijo ella.

No me digas mas nada, por favor. Insistí.

No me importa, te lo diré: hace mucho que quería hacer esto. Confeso ella.

.......

Y ahora que tengo esta oportunidad, no la dejare pasar. Dijo con gran resolución la muchacha.

No es lo mejor. Por favor, vete. Le rogué yo.

Micaela se paro, fue hacia la puerta pero contra todas mis predicciones; trabo la cerradura de la puerta y luego me miro. En ese momento comprendí el porque de este mal presentimiento. La alumna volvió a mi lado, mientras empezaba a desvestirse...

!No¡, !no lo hagas¡. Grite yo.

¿Que no haga que?. Me dijo ella con enfado.

No te desvistas, por favor, paremos con esto. Le pedí.

Ya te lo dije: esta oportunidad no la voy a dejar pasar. Fue su respuesta.

Todo dicho, en mi condición no podía hacer mucho y ella estaba decidida a que esto siguiera adelante. La joven comenzó a desvestirse frente a mis ojos, sus hombros quedaron desnudos, dando paso a unos pechos redondos y firmes. Luego se quito lentamente el gastado vaquero que vestía. Dejando al descubierto unas piernas bien torneadas, casi marmóreas que subían sinuosamente para acabar en unas firmes caderas de ensueño adornadas con una bombacha a rayas rojas. Con parsimonia fue despojándose de toda la ropa, hasta quedar completamente desnuda al pie de mi cama.

Tengo que reconocerlo, mal que me pese...la mujercita estaba preciosa, el cabello de tonalidad rojiza caía en ondas sobre sus hombros; unos mechones caían en su faz pero sin tapar sus encantadores ojos color verde que me miraban con fijeza.

En un momento encontré algo que podía ayudarme, el llamador (un pulsador eléctrico que avisa a las enfermeras) pero antes de que pudiera pulsarlo, ella; haciendo gala de una formidable velocidad me lo arrebato y lo rompió. Luego empezó a regarme con sus besos que impactaban en mi piel calenturienta.

Mientras tanto yo masajeaba sus preciosos pechos que ya ansiaba probar con mi boca, la chica ahora se encontraba sobre mi, regalándome sus besos que iban excitándome poco a poco. Con sus manos fue dibujando círculos en mi espalda para luego pasar a acariciar mi pecho. Un nuevo beso entro hasta el interior de mi boca, su lengua buscaba la mía y yo no me hice rogar. Nuestras lenguas se encontraron, seguimos así por largo rato; era como hornear una torta a fuego lento.

Mi erección se hizo cada vez mas notoria, ya en vez de una sabana, tenia una carpa que solo sostenía un grueso tronco. Micaela se percato de ello y corrió la sabana que me cubría, descubriendo por fin mi pene; que se encontraba ya muy erecto, tanto que me dolía. Ella se quedo contemplándolo, con algo de desconfianza acerco su mano a mi palpitante miembro; el tacto de su mano fue algo placentero...sus manos tan suaves y delicadas se paseaban por mi verga, con algo mas de confianza; acerco sus labios a mi polla y la beso. Esto era increíble, mi erección increíblemente siguió creciendo. Yo la miraba sorprendido, esto se estaba pasando, jamás hubiera pensado que algo así ocurriría.

Micaela estaba excitada, su sexo estaba muy empapado; un fino hilito de fluido se escurría por sus muslos. Sus ojos se clavaron en los míos, mientras las evoluciones y contoneos de su cabeza castigaban mi pene.

Oooh....esto es...increíble, preciosa. Decía yo entre jadeos.

Jeh, y aun no has visto nada, papito. Respondió ella, mientras pajeaba mi polla.

Volvió a chupar mi mástil con devoción, arrancándome gemidos de puro placer. La mocosa repentinamente se detuvo, se levanto y me dijo:

Ahora es tu turno.

Ok, acércate a mi. Le pedí.

Ahí voy, soy toda tuya precioso.

Posiciono su sexo sobre mi boca, y sin mas nos afanamos en un 69 de lujo...me centre en su húmeda rajita, lamiendo y usando mis dedos para proporcionarle todo el placer posible a mi ocasional amante. Mientras, ella seguía lamiendo la punta de mi glande con delicadeza; los gemidos de mi joven dependienta era como música para mis oídos. Un gemido ahogado me puso en aviso, Micaela se corría sobre mi por vez primera. Los fluidos vaginales inundaron mi boca, su sabor me embriagaba y enloquecía. Deseaba tenerla encima de mi polla en ese mismo instante, para perforarla y hacerla gozar con mi herramienta.

Ella se dio vuelta y me miro nuevamente, fue como si leyera mi pensamiento... se incorporo y siguió besándome, al poco rato se sentó sobre mis piernas; yo hice una mueca de dolor.

Esto va a gustarte. Me dijo ella, mientras volvía a tomar control de mi polla.

Poco a poco fue acercando sus caderas hacia mi polla, enterrándose mi pene milímetro a milímetro. Su ardiente coño se apodero de mi falo y con un rítmico movimiento fue subiendo y bajando sobre mi...levante mis manos y ella se aferró a las mías, mientras aceleraba el ritmo que ya era una delicia para mi sentir sus macizos y firmes muslos sobre mi cuerpo. Ella se deposito sobre mi, la abrace...ella me susurro al oído: Te haré gozar como nunca lo han hecho.

Luego comenzó a lamerme el lóbulo de la oreja, para terminar dándome un sonoro beso en la boca....su pelvis seguía moviéndose, yo ya no soportaba mas... mi polla estaba por explotar. Cuando quise hacérselo saber a Micaela, explote... mi semen se esparció por la cueva de ella, llenándola de calor. En ese momento ella arqueo su espalda, parecía que el tiempo se detuvo en esa habitación.

La jovencita quedo como en un trance, me quede contemplándola como un bobo...deseando que eso no fuera un sueño placentero del que me despertara de pronto hallándome solo en esa gélida habitación de hospital...

Al día siguiente desperté, sentía dolor en todo el cuerpo y me hallaba débil. Me pase la mano por la cara, estaba algo dormido aun. Mire hacia la mesita que había a mi lado, encontré un papel prolijamente doblado. Naturalmente, movido por la curiosidad tome el papel y lo abrí; una sorpresa me esperaba... las líneas que nunca pensaba encontrar en un papel ahora se hallaban ahora ante mis ojos:

Esta noche fue la mejor de mi vida, quiero volver a sentirte así esta noche... un beso, amor.

Sobre una esquina de la nota, el rastro de un beso dejado por un rouge de un fuerte color rojo. Me quede atónito, los recuerdos del día anterior eran algo borrosos... haciendo memoria recordé, ahí me quise matar...!me había acostado con mi alumna¡, mi temor mas grande se había vuelto realidad. Estaba por rendirme presa del pánico, en ese instante la puerta se abrió y una enfermera entro en mi habitación, su uniforme ajustado y sus esculturales piernas me dejaron sin aliento...sus facciones me recordaban vagamente a Micaela, y sin querer la llame:

¿Micaela?

¿Cómo dijo?. Pregunto la mujer mientras me sonreía.

No, disculpe; creo que la confundí con otra persona. Le dije yo.

La mujer se acerco a mi, su cara estaba muy cerca de la mía; entonces me susurro:

Me llamo Lucrecia, lindo...espero que lo de anoche se repita.

A continuación me guiño un ojo, acomodo la cama y se retiro contoneando las caderas; no sin antes tirarme un beso de despedida...

Yo me quede asombrado, no entendía absolutamente nada; ¿mi memoria me había traicionado?. En realidad ya no importaba, tenia una larga recuperación que afrontar y mucho tiempo libre para cualquiera...el nuevo interrogante ahora era: ¿podría con ella?.

Bueno, acá les dejo otro relato...espero les agrade ^^

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