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La conocí mientras se desudaba

en Hetero: General

La conocí mientras se desnudaba.

Este, puede ser como otros tantos relatos... puede ser que lo que refiera a continuación sea ficción; algo moldeado por mi imaginación o, en el mejor de los casos un hecho real, vivenciado... aun así, esta vez quiero beneficiarme con la duda.

Las luces giraban, los tonos y colores se iban intercalando en el lugar, escenario oscuro, pasarela angosta; en este medio, había una flor... una rubia platinada se contorneaba y movía en formas sensuales. Sumergida en su juego provocador, encendía el deseo y la excitación de sus espectadores, que veían en ella una especie de deidad, un arquetipo de belleza femenina. Esto tal vez, producto del alcohol; quien sabe.

Mas de uno en esos momentos deseaba tenerla en su cama, para hacerla gozar de todas las formas en que les fuera posible. Sin embargo en el estado en que se hallaban, apenas podían levantarse... los tragos y las bebidas blancas habían hecho mella, silenciosamente, como suelen hacerlo.

La voluptuosa joven seguía con su danza sensual, una vez desnuda completamente; la chica se retiro. En bambalinas esperaba su turno Tanya, una escultura color ébano... entro a escena, esa joven no me interesaba; por esto volví a ahogar mis penas en aquel vaso de whiski.

Seguí con este indoloro tormento, llame a Alberto, el barman.

Dame... otro, che. Le dije con vos pastosa.

¿Estas seguro?. Me dijo el, con preocupación.

Siiiii... vos... echa. Ac..a te..nes... dame.. m..as. Le dije, borracho.

El pobre Alberto me acerco el vaso, pero no pude tomarlo no logre diferenciarlo de los otros tres que veía. Derrame el contenido, entonces apareció el seguridad.

Estas demasiado borracho, dale veni. Me dijo el gorila mientras me tomaba del brazo.

Esta bien, esta bien... Le dije yo.

El fortachón me condujo hasta la calle, y con malignidad me empujo... caí de cara a la vereda, ahí me quede dormido. No se cuanto tiempo estuve ahí tirado, pero de pronto sentí que un liquido caía sobre mi; yo lo ignoraba completamente, un desgraciado estaba meando encima mío.

Me moví, y el otro borracho se alarmo y grito; así logre que deje de mearme. Me levante... luego de varias caídas. Salí caminando como pude, llegue hasta el oscuro callejón que había detrás del club y ahí me quede acurrucado en un rincón.

Los rayos de un nuevo día me despertaron, la primera visión fue horrenda, un moreno horrendo me miraba a la cara...

!Ey¡...tómatelas loco, que este lugar es mío.

Si, si...ya me voy. Le dije mientras me levantaba.

Volví caminando a casa, tenia varias cuadras para despertarme por completo; y es que aun no estaba del todo alerta... debe ser por eso que no me di cuenta que me robaron la billetera del bolsillo.

Por fin, hogar dulce hogar...bah, que dulce si no había nadie que me esperara, nada que hacer. Cerré la puerta de casa, y me dirigí a la cocina a prepararme algo para la resaca; abrí la heladera con el vaso en la mano.

Puse agua, vinagre, y saque un huevo al que le saque la clara y la puse en el vaso para después agregarle azúcar, revolví la mezcla y me made el trago. Sabia asqueroso, pero con eso se me fue la resaca... decidí bañarme, así me sacaba ese olor a meo que tenia encima.

Me di un buen baño con agua caliente, mientras mi mente recordaba a esa mujer...sus contoneos, la manera hechizante de moverse de esa criatura de la noche. Termine de asearme y me cambie para irme al laburo... estaría toda la noche cuidando que ningún intruso se atreviera a entrar en la fabrica.

Que tonto, de haber sabido no habría salido de casa ese día. Una vez en el laburo, comencé con la ronda nocturna... esa noche daría unas treinta vueltas en total a todo el perímetro del complejo. Trabajo aburrido y tedioso, si lo hay... pero al menos es un laburo piola y puedo aprovechar a dormir todo el día.

Sin embargo no fue así, esa noche algo trastorno todo...una persona entro al complejo, lo supe al encontrar a uno de los guardias con la garganta arrancada. Por los pasos que había, seguí la pista y me introduje dentro de uno de los depósitos de la fabrica. En medio de la mas completa oscuridad, creí distinguir una silueta... me acerque sigilosamente y sin hacer ruido, extraje mi arma... una tonfa.

Cuando fui a asestar el golpe, la sombra se volvió y nos enzarzamos en la lucha... debo admitir que peleaba de forma magnifica y mas de una vez me puso en aprietos. El tiempo transcurría, y los dos seguíamos con el enfrentamiento.

Mi oponente decidió escapar, lo seguí para detenerle pero solo alcance a sacarle la capucha con que cubría su cabeza...cual fue mi asombro al ver como aparecía una ráfaga de platinado y unos ojos azules me miraban con odio.

La deje ir... aun no podía dar crédito a lo que había visto, ¿la chica del club era una espía?. Cuando llego la policía, se llevaron el cadáver para hacerle la autopsia y yo tuve que ir a declarar a la comisaría.

Recién llegada la noche, volví a mi casa... estaba reventado por el trajín de ese día trágico para la familia de mi compañero. Cuando abrí la puerta de mi casa, un mal presentimiento me invadió... me tire hacia la calle, la puerta de mi casa quedo agujereada por un disparo de Itaka.

Con toda la calentura encima, me fui al club nocturno a buscar a esa mina; esto tenia que acabar de una vez por todas. Me infiltre en el negocio... las bailarinas se escandalizaron al verme entrar. Yo no estaba para jodas, la divise en el tocador... alistándose para salir a dar su espectáculo nocturno.

Ella me vio por el espejo, mientras se arreglaba me dijo:

¿Se puede saber que quiere?

No te hagas la inocente, vos sabes a que vine. Le dije, enfadado.

La expresión de su rostro cambio, y sus ojos azules se me clavaron como dagas.

¿Venís por el desenlace del encuentro de anoche?. Inquirió ella, con una mueca burlona.

No, solo trato de acabar con esto antes de que sea tarde. Le informe.

No pienso huir de vos...pero tengo que hacer este espectáculo, después arreglamos cuentas. ¿Te parece?. Dijo la muchacha, con calma.

Te estaré esperando aquí, no faltes. Le dije, al tiempo que le tiraba un papel con la dirección.

Ahí iré. Dijo ella.

Me dirigí al lugar del encuentro... los deseos de venganza dominaban mi mente. Me quede sentado allí, esperando, reflexionando.

Que fútiles son las emociones humanas, por momentos nos embargan y no tenemos mas cabeza que para eso. A veces solo pensamos en amar a una mujer de mil formas distintas, fantaseamos con el hecho de tenerla sumisa ante nuestros pies. Pero las cosas cambian con una acción, los sentimientos vuelven a fluir y otros toman el lugar del anterior...odio, locura, lujuria, miedo.

En estas reflexiones me encontraba cuando ella llego, vestida con el traje que no pude apreciar esa noche. El uniforme resaltaba sus curvas peligrosas, contrastando las facciones de su cara aperlada, su brillante pelo platinado y el traje negro.

La mire de arriba abajo y pensé: que pena... siendo tan linda, tal vez habría podido enamorarme de ella. Me levante y comencé por preguntarle:

¿Porque atacaste a mi compañero?

El así lo quiso. Dijo ella.

¿Como? Volví a preguntar con incredulidad.

Si... el me contrato para que lo matara; creía que su vida era una porquería y ya no tenia deseos de seguir adelante. Según el. La vida con su esposa y su hijo era un suplicio y ya no era el mismo que había sido antes. Por esto me pidió que acabara con su vida. Explico ella.

Yo no supe que decir, era algo inaudito... mi buen amigo, un tipo tan honesto y servicial... ¿se había mandado a matar por voluntad propia?. Me sentí muy mal, descolgado y de repente me invadió una gran vergüenza. Lamente haber deseado acabar con la vida de ella, sin decir una sola palabra le di la espalda y comencé a caminar hacia la puerta.

Repentinamente una mano se poso sobre mi hombro, era esta mujer que sin mirarme a los ojos dijo:

Lo lamento mucho, se que deseabas matarme... si quieres puedes hacerlo.

No, no podría hacerlo... creo que ya no hay necesidad de ello. Le dije yo, al tiempo que la miraba lleno de compasión.

¿A que se debe esto?. Pregunto ella.

No creo que tenga sentido vengar a alguien que quería morir. Le dije yo.

Aun así... ¿podemos tener un encuentro amistoso?, es que necesito alguien con quien luchar. Comento la joven.

En ese caso... luchemos. Le respondí, mientras me sacaba la campera.

Siii. No tendré piedad... !!Ahí voy¡¡. Dijo ella, lanzándose al ataque.

 

Nos trenzamos en la lucha, esquive sus patadas para tratar de alcanzarla con mi puño; pero ella, haciendo gala de buenos reflejos detuvo mi golpe. Yo bloquee su contraataque para luego proyectarla; la joven no cayo muy bien, pero volvió al ataque con bastante rapidez.

Seguimos con el combate durante largo rato, caímos rendidos los dos en el piso; estábamos agotados por el esfuerzo que hicimos. Yo me levante para dejar el lugar, entonces ella me dijo:

Gracias, por hacer esto por mi. No tienes una idea de cuanto lo aprecio.

Jeje... no fue nada, cuando quieras. Le dije yo.

¿Como te llamas?. Me pregunto.

Ramiro, ¿vos? Le respondí.

Ana. Respondió ella.

Bueno, ana... tengo que irme. Comente yo.

Abandone el lugar, estaba algo desconcertado... la realidad había sido otra; al entrar solo pensaba en pelear por venganza y salí haciendo una nueva amiga. No hay dudas al respecto, la vida aun tiene sorpresas para mi.

Volví a casa para dormir un poco, otra noche de guardia me esperaba. Apoye mi cabeza en la almohada y fue como un desmayo, me dormí hasta las 22:00 hrs. Me faltaban unos veinte minutos para entrar a trabajar.

Entre el laburo, con la almohada todavía pegada al cuello. Me quede ahí en la puerta haciendo la guardia, algo me sobresalte; alguien, o algo me toco el hombro. Cuando me di vuelta... ahí estaba ella, mirándome como si de un monito de circo se tratara.

Yo me asuste, ese era un lugar en el que jamás pensé encontrarla. Estaba con el uniforme de nuestra empresa de seguridad, yo pensé que me estaba haciendo alguna joda.

¿Que haces acá?. Pregunte.

¿Qué hago, no ves?, trabajo. Me respondió con aire de ofendida.

Pe..pero... ¿vos no estabas en el club?.

¿Yooo?, ¿en un club?, noooooo. Se hizo la horrorizada.

Ah... perdona, creo que te confundí con otra persona.

No te perdono nada, gil. Me espeto ella.

Ah... bueno, ándate a la mierda entonces. Le dije enojado.

No te enojes, lindo. Dijo ella mientras me abrazaba.

No dije nada, su abrazo me sabia a gloria. Ana se quedo pegadita a mi, pero el sueño me estaba venciendo y ya estaba cabeceando. La mire, mientras ella sonreía...

Cuando me desperté, estaba en mi casa y mas aun...¡¡en mi cama!!; alrededor de un millón de preguntas (bueno, no eran tantas ^^) se agolparon en mi cabeza. Lo ultimo que recordaba era el rostro de Ana, sonriéndome con picardía.

Todas mis preguntas, e incógnitas se dispersaron al verla salir del baño con mi bata... esa imagen aun la tengo grabada en mi mente, la forma en que camino desde el baño hasta mi habitación fue algo mágico.

Quede embobado, tenia ante mi a la mas bella aparición que un hombre podía pedir; una bailarina que mas de uno deseaba en noches de soledad y con la que muchos soñarían otras tantas noches.

Ella se tiro sobre mi cama, cuando se saco el turbante que cubría su cabeza; me encontré con que el platinado era una peluca... en realidad era morocha. Tanto mejor, ya que son mi debilidad; sus ojos color de cielo le daban un tinte extraño a su rostro que aun mantenía sus delicadas facciones.

La rodee entre mis brazos, la joven se acomodo ahí mientras me regalaba caricias en la cara con sus suaves manos.

¿Que me paso? Pregunte yo.

Jajaja... creo que nuestra pelea te dejo agotado. Comento divertida ella.

Debe haber sido eso, linda. Respondí yo.

¿Como sabias que esta era mi casa?. Le pregunte.

Eso dice en tu billetera. Me dijo, con toda tranquilidad.

Aaaah...¿que paso con mi ropa?. Volví a preguntar.

La lleve a la lavandería. Contesto ella.

Además, ahora quiero sacarme este aburrimiento. Dijo Ana, mientras comenzaba a frotarse sobre mi cuerpo.

Las palabras sobraban, me estaba poniendo muy caliente y eso era justo lo que ella quería y porque no admitirlo, yo también. Ella no cesaba sus movimientos y mi falo comenzaba a crecer, endureciéndose.

Ana lo percibía, y con un movimiento se dio vuelta y empezó a besarme el cuello primero con besitos pequeños y luego ya con lametones; luego me comió la boca de una manera inaudita...sentí su lengua buscar la mía, ignoro cuanto estuvimos así.

Yo me incorpore y lentamente fui sacándole la toalla que cubría su húmeda piel, mientras recorría cada centímetro de su cuerpo con mis caricias... ella se dejaba hacer, disfrutaba con la exploración que emprendí. Así continué acariciándola, besando sus piernas cinceladas en mármol... cuando por fin logre separar sus columnas, encontré el tesoro mas bonito de todos frente a mi.

Iba acercándome allí despacio, pero Ana se impaciento y con una mano hundió mi cabeza en su sexo... lamía y comía su clítoris con fruición, el aroma de su piel me embriagaba y mis deseos de penetrarla crecían dentro de mi mente. Las evoluciones de su cuerpo me mostraban lo mucho que estaba disfrutando y su mano me indicaba que deseaba mucho mas... seguí con mis lametones y utilice mis dedos para seguir frotando su sexo... los gemidos de ella fueron llenando la habitación, se lo estaba pasando en grande.

Repentinamente, Ana grito...se corría, sus líquidos me inundaron mientras un pequeño hilo mojaba sus muslos. En cuanto yo me pare, ella engullo mi polla y comenzó a mover su cabeza, mientras me clavaba sus ojos... viendo la expresión de placer de mi cara. Yo estaba a mil, mi polla había llegado a limites insospechados y estaba tan dura como el hierro. En cuanto se descuido, ella mordió mi polla (si mi querido lector, lo mordió. ^^) pero esta no fue una mordida fuerte; solo se trato de una leve presión pero fue suficiente para que se corriera sobre ella.

Ana se enloqueció al verse cubierta de esperma, y no pudo controlarse mas... se abalanzo sobre mi. Me apretó los hombros y me comió a besos...

Que rico que lo haces, me encantas. Decía ella.

Mmm...mmmm.

Te voy a comer todo... quiero dejarte seco. Volvió a decir Ana.

Hace de mi lo que quieras. Respondió Ramiro.

Expresión rara en un varón, si las hay pero realmente la situación lo ameritaba; no todos los días se tiene a una bailarina para uno solo... ella prosiguió con sus besos a los que yo correspondí con mil caricias.

Mi miembro resucito de entre los muertos con ganas de mas, ella se asombro al sentirlo tan duro; golpeando con insistencia para entrar a su cueva de placer. Ana aun mantenía su control sobre mi, yo no pensaba negarme a su voluntad (^^)... la chica tomo mi falo entre sus manos y con un descenso lo engullo por completo. Ella dio un respingo, se sentía colmada; sus movimientos lentos al principio fueron adquiriendo cada vez mas ritmo y cadencia.

Así papito...dame todo lo que tenes... Aaaahn, aaah. Decía ella entre gemido y gemido.

Ella continuaba su cabalgata encima mío, yo acompañaba sus movimientos ensartándola aun mas en mi tronco. Por momentos parecía que mi pene iba a salir de su vagina, pero no fue así.

Sus cabellos formaban ondas por el movimiento, el contacto de su suave y húmeda piel me excitaba aun mas. Ella tomo mis manos y con parsimonia las acerco a sus pechos para que los amasara, cosa que comencé a hacer de inmediato... su pechos suaves, turgentes y carnosos eran una delicia a mi tacto.

Ya no soportaba mas, estaba a punto de correrme nuevamente y ella aun no mostraba intenciones de bajarse de mi; todo lo contrario... aumento el ritmo de las caídas, mientras me deleitaba con la vista del bamboleo de sus pechos. Entre jadeos y gemidos me corrí dentro de su tripa, las caídas cesaron, su cuerpo se aquieto... mientras sendos chorros de esperma invadían su interior.

Ana volvió a clavarme la mirada, sus ojos exploraron los míos; parecía que quería decirme algo pero no se porque; no se animaba.... algo la incomodaba. Quise hablar, pero ella me detuvo apoyando sus dedos sobre mi boca.

Yo enmudecí, temiendo algo desconocido... aun no pasaba nada. La miraba con algo de preocupación, además ya me sentía un tanto incomodo con la posición.

¿Que pasa bebe?, ¿te asustaste?. Me pregunto Ana.

Un poco... no se que te paso. Le dije, un tanto avergonzado.

No es nada lindo, solo me sentía genial teniéndote dentro mío. Confeso ella.

...........

No sabia que decir ante semejante comentario, era algo inusual para mi... pero no tuve tiempo para desperdiciar en cavilaciones. Ya que ella se corrió sobre mi, sus fluidos me salpicaron por completo; la joven cayo encima mío y se abrazo a mi. Nos regalamos mil caricias y la bese largamente. Así nos mantuvimos hasta quedarnos dormidos...

Al otro día, cuando me desperté... las sorpresas seguían ya que ahí mismo me corrí, mire hacia mis pies y ahí la encontré tomando hasta la ultima gota de mi eyaculacion como si de un elixir se tratara. La atraje hacia mi y volvimos a besarnos, nos quedamos los dos abrazados dentro de la cama.

Che, Papito...¿hoy tenes que ir a trabajar?. Pregunto ella.

Tenemos... La corregí yo.

Jajajaja...si yo no tengo que ir a trabajar, la otra noche me disfrace. Dijo ella entre risas.

¿!Que¡?... entonces...no, no te lo puedo creer. Dije yo.

Aha... este fue mi agradecimiento. Respondió ella, feliz.

O sea que solo fue para quedar a mano conmigo. Comente.

En principio esa era la idea...Dijo ella, pero no completo la frase.

O sea que...Le tire la lengua.

Si, aunque te suene increíble...me enamore. Comento ella, ruborizada.

Para serte sincero, hace mucho tiempo que estaba enamorado de vos. Le confesé.

Lo se, desde el escenario te veía siempre mirándome a mi... a mis compañeras ni las mirabas. Después volvías a tomar. Comento ella.

Esto se tenia que dar en algún momento, me alegro de que no te hayas ido. Le dije.

No pienso irme, no todavía. Afirmo ella.

Que bueno....

La casa quedo en silencio por un rato, luego del cual volvió a haber movimiento en la casa... ambos se levantaron para ponerse en marcha con el nuevo día que había empezado sin ellos.

 

Bueno, hasta aquí el relato... otra vez, creo que se me fue la mano ^^. Sepan disculpar y dejen sus comentarios, aunque sea para gritar lo largo que quedo.

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