El Escorpion Resolana
El día se presento nebuloso, en la sierra no podía verse ni siquiera la mano delante de la cara; era muy peligroso andar por esos pagos si no se conocía el camino. En la espesa niebla comenzó a dibujarse una figura que correspondía a la de un hombreton que avanzaba por el camino traicionero.
Era Don Resolana, lo apodaban el escorpión; porque los tragos que acostumbraba tomar eran veneno puro para otro, salvo para él. Para que el lector se de una idea, su trago matutino consistía en hiel de zorrino con pimentón molido (sigun el, el pimentón era pá suavizarlo).
Salía de su campo, con rumbo al oeste. Era sabido que tenia negocios del otro lao de la montaña, hombre entero como el no le temía a las inclemencias del tiempo, eso era pá mamones.
En el camino un paisano le negó el saludo, Resolana se ofendió y se bajo de su pingo...
A usté que le pasa, maleducao; aprenda modales. Le espeto
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Así que no piensa contestar. Dijo airado el hombreton.
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Lo que paso dijpué... lo sabemos todos; el respetable Don Resolana achuro como bife e croto al pobre crestiano que no tenia la culpa de ser sordo y mudo. Desde este momento le pusieron precio a la cabeza del Escorpión Resolana, pero este se entrego para dejar tendido los huesos del comisario dispue de ensartarlo por ponerle solo cinco pesos a su cabeza.
Así aprendieron por las malas, a no meterse con un hombre tan bravo que no tenia miedo de nada.