Capitulo 47: Reunión
El temblor que se produjo por la explosión se sintió en todo el continente. El poder que había generado esa última técnica estaba en otro rango. Schekander y Abigail fueron arrastradas por la onda expansiva, no controlaban sus cuerpos. Sin embargo, dos aparecieron en su auxilio.
El lancero tomó a la blonda en sus brazos y le sacó de ese torbellino de escoria y vientos. Mientras Baiken tocaba el hombro de Schekander y la tele portaba. Ambas mujeres quedaron fuera de peligro gracias a esos dos guerreros. En pocos instantes todos aparecieron en la cueva. A pesar de hallarse algo lejos, el hechizo de Baiken seguía afectando a Diógenes.
La caverna humeda y lóbrega recibió a los cuatro. Pero, cuando se estaban acostumbrando a la oscuridad una bola de luz apareció. Kalima depositaba la esfera sobre una roca plana. Abigail y Schekander no podían terminar de creerlo, esa niña era una gran hechicera. Baiken se adelantó y besó la coronilla de la niña que se sonrojó.
Abigail encaró hacia la salida, no tenía nada que hacer allí. Diógenes le detuvo parándose ante ella. La cachetada resonó en la caverna pero el hombre no se movió. Y para sorpresa de todos, sonrió. La rubia frunció el seño y volvió a golpearle. La respuesta fue exactamente la misma.
¿Estas satisfecha?- Peguntó él.
Maldito, maldito, maldito- Dijo ella hasta que sus ojos se encharcaron de lágrimas.
Te dejé con el fin de no exponerte a los peligros que nos aguardan. Lo que hemos pasado no se compara con lo que viene. Explícales, Baiken- Pidió Diógenes.
A partir de este punto comienza lo difícil. Kalima se vuelve más peligrosa hasta que se llega a un punto conocido como el Cenote del Fin del Mundo. Allí tendremos que descender para llegar al portal que nos llevará hasta Ishkar- Les comentó el mago.
No parece tan peligroso. Es mas, diría que es casi un paseo- Dijo Schekander con sorna.
Los guerreros mas débiles que nos esperan son casi tan fuertes como las energías que sentimos hace un rato. Dijo Baiken con convicción.
En Ishkar nos espera la elite de las fuerzas de Kundum. Y por ultimo... el mismísimo Demonio Regidor- Dijo ahora Diogenes.
Ante esta información, las dos mujeres se quedaron heladas. Ellos tenían toda esa información recopilada. No había sido una decisión tomada a las apuradas. Todo fue meditado por ambos guerreros. Era mejor hacerse fuertes solos que arrastrarlas a un lugar lleno de muerte. No querían verlas morir frente a sus ojos.
Durante ese año habían pasado por miles de penurias. Vieron con sus propios ojos lo despiadada de esa lucha entre guerreros y monstruos. Comprobaron que muchas veces eran numerosos los que se abandonaban a la locura. Nada había de poético en la vida que vivían. Las epopeyas y los cantares... de esas cosas se ocuparían poetas que jamás tomaron un arma. ¿Qué sabían ellos sobre el fragor de la batalla?
Baiken sacó de entre sus petates un gastado mapa. Por su tono amarillento y su aspecto mustío el pergamino parecía deshacerse. El albino lo desplegó en el suelo y entonces las líneas cobraron sentido. Eso que ahora aparecía ante sus ojos era la ruta hacia el Cenote del fin del Mundo. Estaban a poca distancia de llegar al lugar en el que todo terminaba.
En el mapa solo se veía un gran espacio vacío que cruzaba ambas esquinas. Y allí, escrito con tinta se leía cenote. Kalima sonrió al ver con que atención miraban ese pedazo de papel. Era obvio que ya no podía hacerse nada, los engranajes del destino habían comenzado a moverse hace mucho. No era necesario leer sus mentes, ya estaban decididos.
La niña suspiró pero con un dejo de nostalgia. Se le hacía irónico, ella la hija del Demonio Regidor volvía a su tierra con los enemigos de su padre. La niña que huyó ahora volvía a los dominios de Lord Kundum. Pensar que antes habría hecho cualquier cosa por su progenitor. Pero ahora la situación se trocó, ese mago cobarde tenía un lugar en su corazón.
Schekander miró a la niña que los observaba mirar ese plano. Bajó la voz y les preguntó a ambos:
¿Qué harán con ella?
Kalima vendrá con nosotros ¿Cierto?- Preguntó Baiken esperanzado.
Creo que sería mejor dejarle atrás. Si los enemigos son tan fuertes ¿Cómo le protegeremos?- Relexionó Diogenes.
Yo le protegeré- Dijo Baiken, resuelto.
Baiken- Le dijo Diogenes, mirandole a los ojos.
Déjenlo por mi cuenta. Nadie podrá poner un dedo sobre ella- Dijo el mago seguro, mientras se golpeaba el pecho.
Aunque puedas protegerle ¿Quién te protegerá a ti?- Le interrogó Schekander.
¿Hn?- Baiken no comprendía.
Ambos serán comida de bestias antes de que se den cuenta. Los débiles son los primeros en caer. Esa es la realidad del campo de batalla, no lo olvides- Le dijo Schekander.
Esta bien, no me interpondré en tu camino. Germana- Le dijo Baiken con una sonrisa.
Bien, entonces si ya esta todo decidido. Vamos a seguir nuestro viaje- Dijo Abigail.
Vamos a hacer temblar Ishkar- Dijo Diogenes con animos.
Los cuatro guerreros se levantaron y tomaron sus petates. Kalima se paró también, Schekander le miró de reojo. Pero fue Baiken quien levantándole la acomodó sobre su espalda. La pequeña no comprendía nada, tal vez esa mujer se percató de la verdad. Lo cierto era que la berserker le veía como una carga.
Al salir de la cueva, los vientos y la tierra se habían calmado. Una espantosa quietud reinaba ahora sobre la región. Las bestias parecían haber desaparecido por completo con la explosión. Por doquier solo se veía muerte y destrucción, ese era el resultado final de ese Ultimo Dragón.
Schekander se sorprendió al ver lágrimas en su rostro. Si, su alma se hallaba triste por la muerte de su mentor. Sonrió de lado un instante y habló rememorando las palabras de su amigo:
Cuando un Guerrero Dragón llega a su ultimo nivel de poder. Es entonces que puede ejecutar la técnica más poderosa de todas. Esa técnica es el Ultimo Dragón, según las leyendas de mi pueblo. Cuando un Dragón estaba a punto de morir en un combate. Era entonces que envolviendo a su verdugo lo llevaba consigo. No había vencedores ni supervivientes. Ambos morían, esa era la forma de morir de esas bestias de leyenda.
¿Porque nos cuentas esto?- Le preguntó Diogenes.
Porque eso es lo que hizo Sigurn. Con su última chispa de vida utilizó esa técnica suicida. Ya lo había perdido todo, solo le quedaba eso- Le respondió la germana, con melancolía.
Prefirió morir vengando a los suyos antes de dejarse vencer. Mis respetos, bravo Sigurn- Dijo Abigail mientras realizaba una reverencia.
Espero algún día llegar a ser una digna sucesora- Dijo la morena, mientras caminaba.
Lo serás, amiga- Le dijo Diogenes, dandole animos.
La mujer rió sonoramente, no le parecía posible llegar a tanto. Diógenes le empujó suavemente y así comenzaron de nuevo la marcha. Les quedaba una jornada de dos días a pie hasta llegar al lugar que indicaba ese mapa. Dos días y podrían ver con sus propios ojos ese Cenote.
Mientras ellos avanzaban hacia ese lugar sin darse cuenta eran seguidos por alguien. Un oscuro personaje les vigilaba desde lejos. Hefner flotaba por los cielos a voluntad cubierto por las nubes. Tapado de las miradas de esos guerreros informaba a su Señor de los movimientos del grupo.
Ese sujeto aguzó la vista y al ver a la niña casi muere de la sorpresa. Jamás habría esperado que ella estuviera con esos sujetos. Kalima, el retoño de Kundum acompañaba a esos incautos. Pero lo que no le cerraba era que aún les permitiera seguir con vida. El alado se sonrió, era obvio traición. La propia sangre maldita se levantaba contra su progenitor. Interesante, muy interesante pensó Hefner.
Lo cierto es que la asesina más capaz de las huestes del mal era esa niña. Si, la chiquilla que ese mago cargaba en sus espaldas. A muy temprana edad fue entrenada en las oscuras artes del asesinato. Y en poco tiempo su talento innato despertó. Si, era una genio. Aunque tenía menos edad que todos en la Guardia Personal, era la segunda más capaz.
El hombre llegó hasta una escarpada montaña y sentándose en su cumbre comenzó a brillar. Su arma tomó su misma apariencia y desplegando sus alas continúo siguiendo al grupo. Mientras tanto, el Hefner original cerraba los ojos mientras se concentraba. El espía entraba en la dimensión que usaban para comunicarse. Si, allí también habría una reunión.
Diez picos montañosos sobresaliendo entre las nubes aparecían. Un cielo plomizo y opresivo recibía a Hefner. Parado sobre esa cumbre llamaba a la reunión. Uno tras otro fueron apareciendo. Estos guerreros componían la guardia personal de Kundum. Los mejores de entre una selecta elite guerrera.
Un gigante ataviado con una simple armadura de cuero apareció. En sus espaldas asomaban los filos poderosos de sus hachas. Las runas que cubrían su cuerpo daban las claras que se trataba de un guerrero nórdico. El hombre acarició su barba y luego cruzándose de brazos preguntó:
¿Qué se te ofrece, pequeño Hefner?
Tengo noticias para los nuestros. Por eso les he llamado a todos- Explicó el sombrío personaje.
Tsk, o sea que he sido el primero en llegar- Dijo el guerrero con orgullo.
En efecto, así es. Thor de Penta Gama- Le respondió el alado.
Ey, no me nombres tanto que se me gasta- Le dijo el barbudo en tono jocoso.
Siempre bromeando, monstruo barbudo- Dijo una voz femenina.
Pero si eres tú, anciana degenerada- Le dijo él mientras de daba la vuelta.
Hechicera Lemulia para ti, bruto- Le dijo la hechicera mirandole fijo.
Dejen las rencillas para después. Tiempo nos sobra- Dijeron dos voces.
Pero mira nada más, si son los gemelos Castor y Pólux- Dijo Lemulia con desgano.
Chiquillos, tiempo sin verles. ¿Cómo va eso?- Les preguntó el grandote.
THOR, AMIGO. Bien, como siempre- Respondieron los dos al unisono.
Parece que ya me han ganado de mano- Dijo una voz femenina.
Tan bella como siempre. Isis, danos un beso; muñeca- Le dijeron los gemelos con lascivia.
Al oír esa palabra, la elfo se enfureció con los gemelos. Acto seguido sacó su arco y ya estaba por dispararles. Pero Thor intervino, deteniéndole. La rubia de pelo batido se calmó, no deseaba enfrentarse a ese gigante. El barbudo sonrió y le acarició la cabeza en señal de afecto.
Vamos niña. No lo dijeron con mala intención. Perdónales- Pidió él.
Thor, chicos. Tiempo sin verles- Dijo un guerrero enmascarado.
Itagi, que gusto verte- Dijeron todos al verle.
Bien, ya era hora de que nos convocaran- Dijo una voz grave y elegante.
Fausto, parece que ya estas impaciente- Observó Itagi.
Claro que si, al menos quiero sacarle el oxido a mi bebe- Dijo el guerrero acariciando su florete.
Eso si dejo alguno vivo para ti- Dijo un guerrero armado con cadenas.
Aziel, tan engreído como siempre- Dijo Fausto con desagrado.
¿Qué noticias nos tienes, Hemiel?- Preguntó el ultimo en llegar.
Con Teneo ya estamos todos. Ahora si, cuéntanos amigo- Pidió Thor.
Allí, parados cada uno sobre un pico los nueve guerreros miraban al espía. El aludido reverenció a sus compañeros y entonces habló:
Un grupo de cuatro poderosos guerreros se dirige hacia el Cenote del fin del Mundo. Solo es cuestión de tiempo para que lleguen a Ishkar. Son dos hombres y dos mujeres. Un Caballero Oscuro que utiliza lanza. Un Maestro de Almas, aún no se que tipo de báculo utiliza. Pero su magia es buena. Una berserker que acarrea una espada gigantesca y por ultimo una arquero.
No parece ser la gran cosa. ¿Por eso nos convocaste?- Le preguntó Teneo.
Hay algo mas, la Princesa Kalima les acompaña- Dijo Hefner.
Ante esa ultima declaración, los rostros de esos guerreros formaron una expresión de asombro. Si alguién importante como ella los acompañaba necesariamente tenían que ser fuertes. Ahora se les agregaba el desafío de enfrentar también a esa mujer. En verdad esto se pondría interesante. Cada cual comenzó a reír, viendo la posibilidad de enfrentarse a alguno de esos guerreros. Los diez más poderosos comenzaban a vislumbrar una gran batalla.
Así que un guerrero que utiliza una lanza. Heh, que interesante- Dijo Itagi mientras jugaba con un mechón de su pelo negro.
Parece que ha aparecido un oponente digno- Dijeron los gemelos.
Si, me gustaría poder ver que clase de técnica utiliza- Dijo Isis pensativa.
Por mi parte, quiero ver que tan lejos ha llegado esa chiquilla de mi tribu. Seguro aún esta en el camino del Guerrero Dragón. Tendré que enseñarle el verdadero camino del berserker- Dijo Thor mientras se frotaba las manos.
Lemulia suspiró mientras se retiraba. Pensaba sobre el tiempo que llevaba sin utilizar su magia. Tal vez sería divertido enfrentarse a ese Maestro de Almas. Al menos podría divertirle un rato. A ella ya no le hería la magia elemental, así que ese mago debería esforzarse mucho para vencerla.
Isis por su parte pareció interesarse mucho en la mujer arquero. Si bien hacia tiempo venía probando sus habilidades. No encontraba un oponente digno. Tal vez esa mujer podría ayudarle a pasar al siguiente nivel. Para mayores celos de esos gemelos. Isis se acerco a Hemiel y comenzó a interrogarle más. El guerrero le contó todo lo que sabía sobre Abigail. Esto satisfizo a la mujer que sonriendo por vez primera en mucho tiempo se retiró del lugar.
Los demás guerreros se fueron retirando uno tras otro de ese lugar. La reunión había terminado. Todos ellos estaban al corriente de la situación actual, ahora debían prepararse. Hemiel volvió a abrir sus ojos, el reporte estaba concluido. Seguramente, cada uno de los que participaron de esa charla ya estarían comenzando los preparativos para recibir a esos intrusos.
Continuará...