El Guerrero 7

El andar se hacia cada vez mas dificultoso, era muy difícil transitar por esa zona escarpada y el sendero terminaba un poco mas adelante. Luego debía vagar y a tientas localizar la guarida del grupo Si Fan.

El calor comenzaba a ascender, parecía como si hubiera mil soles. El emisario se despojo de su chaquetilla, anudándola a la cintura. Un fuerte viento comenzó a soplar y el sonido que producía al pasar por entre las formaciones rocosas era como un lúgubre lamento.

Un olor llamo su atención, por ello acelero el paso. Mas adelante los vio... una fila casi interminable de picas y sobre ellas las cabezas de cientos de guerreros. Los rostros desfigurados, congelados en el sufrimiento de su muerte, alertaban sobre el peligro que aguardaba mas adelante.

El vaho nauseabundo llenaba ese paraje, con horror y asco el emisario siguió. Sabia que iba por buen camino. Mas adelante, oculto entre las piedras se encontraba un camino muy angosto. Hacia abajo, un montón de huesos secos daban testimonio de lo caro que podía resultar el error.

Paso por paso fue acercándose hasta el otro extremo del camino, lo hizo con mucho cuidado y hasta con temor. No deseaba morir y no era un guerrero, al otro lado un escalofrío recorrió su espalda. Sin darse cuenta, el lugar había cambiado; un viento suave pero gélido invadía el oscuro cañaveral que ahora se abría ante él.

Cuando quiso dar un paso, algo lo detuvo... miro con atención y vio cientos de finísimos hilos que plagaban el lugar. No era necesario ser un genio para saber que se trataba de trampas. Decidió buscar otra forma de pasar, pero no pudo encontrarla.

Solo quedaba pasar sin tocar un solo hilo, comenzó con el primero... pero aunque lo rozo una ráfaga de dardos habría caído sobre el, de no haberse corrido. La próxima vez no correría con tanta suerte.

Se tomo todo el día y toda la noche para atravesar el lugar. Cuando por fin termino, se encontró con algo que no esperaba. Sobre la misma montaña, se yerguian unos portones gigantescos, con diez portones mas chicos dentro del mismo. Tanto que no llegaba a ver donde terminaba... un poco mas allá diviso un precario puesto de vigilancia.

El emisario real se dirigió hacia el puesto, a su encuentro salió un hombre flaco con cara de dormido. Era tal la pobreza de sus harapos, que Fei Sao casi da media vuelta y se marcha; sin embargo pregunto.

El emisario de situó frente al enorme portal y sin mas ceremonias comenzó a empujar las hojas del portón. Sus esfuerzos eran en vano, las puertas no se corrieron ni un milímetro de su posición original.

Las horas pasaron, ya comenzaba a atardecer y un sudado y casi agotado Fei Sao seguía luchando contra la puerta que se negaba a abrirse. Cayo de espaldas al piso, no podía mas. Se le hacia imposible mover esa mole monolítica.

El guardia se levanto de su sitio y caminando hasta donde se encontraba el extenuado hombre; lo miro con arrogancia mientras le decía:

El hombrecito se despojo de sus harapos, dejando al descubierto su flaca contextura... a continuación cerro sus ojos, mientras buscaba concentrarse. Luego apoyo sus manos sobre las hojas de portón y para el asombro del agotado emisario abrió la puerta con facilidad.

Luego, con sumo cuidado cerro la puerta que dio produjo un sonoro estruendo al cerrarse. El guardia se dio vuelta y miro al emisario con aires de superioridad, estaba clara la diferencia.

Así, comenzó el duro entrenamiento para el pobre emisario; caso contrario no podría cumplir con su misión...

Mientras tanto, el invierno había llegado al Japón. Con esto, los planes de conquista quedaban aplazados para los chinos que optaron por descansar en el campamento durante esta época del año.

Sin embargo, los locales que si estaban acostumbrados a las condiciones naturales de la región atacaban periódicamente, aprovechando a confundirse con el entorno gracias a la nieve.

Pero aun atacando no lograban generar bajas importantes en el numero de invasores. Sin embargo, esa noche los senin planeaban infiltrarse en el campamento enemigo.

Con la víspera de la noche que ofrecía el ocaso, los ninjas se acercaban reptando por el suelo con ropajes blancos. Lo hacían con sigilo y en silencio, cerca de las toscas murallas, el chunin dio las señales convenidas para desplegarse y él se encargaría de la entrada.

Mas allá, un grupo de jonins observaban la situación. Mientras tanto, el chunin disfrazado de mendigo avanzaba hacia la entrada con el fin de distraer a los vigilantes.

El "mendigo" le rompió el cuello de un solo movimiento, mientras se pegaba a la pared a la espera de los otros extraía de entre sus harapos un par de cuchillos y una cadena. Con pasmosa habilidad se deshizo de uno de ellos lanzándole el cuchillo a la garganta, pero el segundo esquivo el objeto y lo ataco.

El ninja aprovecho el espacio del ataque y evadiendo el golpe de la lanza envolvió a su oponente con las cadenas, para terminar de ultimarlo.

Para esto, los otros dos grupos ya habían penetrado en el campamento. Comenzaban así a sabotear el armamento de los rivales y a silenciar a los guardias. Por esto, el ninja de la entrada volvió a internarse en los bosques cercanos para desaparecer.

La misión venia llevándose con éxito, sin embargo...un sonido desbarato todo. El ruido provenía de la tienda del general, algunos soldados alarmados acudieron a ver... La Su Xinxiao peleaba contra dos oponentes encapuchados a la luz de las teas.

El general estaba transformado, la ira se notaba en su rostro demudado. Una herida en su brazo daba a entender que los oponentes no eran nada fáciles. Los tres se movían con tal rapidez que los espectadores solo veían el borrón.

Uno de los hombres quiso intervenir, pero la mirada del general lo disuadió al momento; él deseaba luchar solo. Con esto, la misión de los senin se dio por abortada... ahora debían reagruparse.

En el punto convenido, el grupo se reunió. El chunin esperaba las novedades junto a los jonins. Uno de los recién llegados les informo:

Los demás volvieron a la aldea, mientras la jefa de escuadrón volvía a buscar a sus hombres. Nuevamente, escalo el muro y bajo al campamento enemigo, no necesito buscar mucho... en el descampado central del campamento vio un gran gentío y en el centro estaban sus dos subordinados luchando contra un solo hombre; los demás observaban.

Rápidamente se acerco a las caballerizas y soltó a los animales, mientras se deshacía del guardia para así utilizar sus ropas. Con el alboroto creado, los oficiales acudieron a solucionar el problema. Mientras tanto, Seiko avanzaba hacia sus hombres disfrazada de soldado dragón.

Sin decir una sola palabra se unió al combate de Xinxiao y con dos rápidos golpes desmayo a sus hombres. El general se detuvo, mientras miraba atónito a ese soldado, dio un paso y se acerco hacia él.

Seiko giro hacia el general y lo miro, lentamente deslizo el metsubishi hasta su mano; pero el movimiento no paso desapercibido para el experimentado guerrero. Sin embargo no pudo hacer nada cuando quedo cegado por los polvos.

Para cuando los hombres volvieron a donde se hallaba Xinxiao, los ninjas no estaban; sin embargo, el general no estaba disgustado. El hombretón comenzó a reírse a carcajadas mientras decía:

No muy lejos de allí, Seiko acarreaba a sus dos subalternos, mientras pensaba:

La chunin ya estaba por llegar hasta la aldea, cuando oyó un ruido. Se detuvo por un instante. El sonido se acallo, con rapidez se deshizo de sus hombres y esquivo la saeta que era para ella.

Con sus ojos diviso al agresor, este se encontraba bastante alejado... si solo pudiera avanzar un poco mas, sus saetas no tendrían alcance suficiente como para darle. Pero con los dos cuerpos de sus subalternos la dificultad aumentaba.

Escondida tras un árbol, de uno de los bolsillos saco un shuriken, mientras visualizaba a su oponente y trataba de predecir su siguiente movimiento. Solo fue un instante, el arquero disparo su flecha al mismo tiempo, ella arrojo su shuriken.

El resultado no pudo ser mas claro, el arquero cayo muerto la hoja del shuriken se clavo en su cabeza. La flecha alcanzo su hombro, aunque el dolor era insoportable tuvo que cargar con sus hombres hasta la aldea.

En la aldea la recibieron con presteza y atendieron sus heridas, todos reconocieron su esfuerzo y valor. Aunque la misión fue abortada, no hubo que lamentar perdidas. Con el vendaje correspondiente volvió a su casa a atender a su familia como la mas común de las madres.

Hasta aquí llega esta continuación, si aparecen muchos personajes y diferentes escenarios es porque no busco centrarme en un solo actor principal. Sepan disculpar. ^^

Glosario:

Los portones: Antiguamente, para poder negociar con un jefe importante debía mostrarse primeramente que se era digno de tal honor y para ello tenia una prueba por superar, caso contrario la negociación seria muy perjudicial para el extranjero.

Chunin: Es un ninja de habilidades avanzadas, generalmente eran los jefes de escuadrón. Teniendo a su cargo a varios subalternos, ninjas de habilidades algo menor y que se llamaban Genins.

Jonins: Eran los ninjas mas fuertes de todo el grupo, poseían no solo grandes habilidades técnicas sino que dominaban todas las técnicas. En general se dedicaban a supervisar a los demás. Solo entraban en acción en raras ocasiones.

Metsubishi: Literalmente "rompedor de ojos", era un objeto frágil que contenía polvos cegadores (harina, talco, viruta, astillas, etc.). Usualmente era utilizado para cegar al oponente y así poder escapar.

Soldado Dragón: Se les dice comúnmente así a los soldados de infantería china.

Lanzamiento de shuriken a distancia: Se dice que algunos hombres llegaban a arrojarlos con excelente precisión hasta una distancia de 400 mts. Para ello debían visualizar el blanco y arrojarlo con la intención de alcanzar el horizonte. ^^