El guerrero 12
Los viajeros se encontraron finalmente ante las puertas de la aldea, un relámpago surcó el cielo. Dándoles una apariencia algo aterradora, sin embargo dos personas los recibieron de inmediato. Karasu y Shiro acogieron a los recién llegados, sospechaban que la condición de los forasteros era beneficiosa para ellos.
El anciano los miró con reprobación, esa mirada revolvió los nervios de Karasu que no soportó mas y quiso tomarlo de las ropas para darle un buen golpe. Cuando estaba por levantarse, Shiro lo detuvo:
Hakuunsai Tozawa, supongo.
En efecto. Comentó el anciano, mientras se quitaba la capa.
¿El que renuncio a la jefatura de los Tengus del monte Kurama?, no puedo creerlo; creí que ya no existía. Dijo un incrédulo Karasu.
Bueno, sé que se ha hablado mucho de mi, pero si... existo para dejar en ridículo a vejetes como tu. Comentó en tono irónico el anciano.
El líder de la aldea rezumaba ira por cada uno de sus poros, cosa que el recién llegado disfrutaba indeciblemente. Pero, Shiro volvió la charla a su cauce:
¿Y su acompañante quien es?
Ah, es solo un tonto muchacho que quiere ser mi aprendiz. Hasta ahora viene realizando un buen papel. Lo traigo conmigo para pulirlo en las batallas, solo así alcanzara perfección. Comentó en su tono recio el viejo.
Como bien ha dicho, soy su aprendiz... Shimonosuke, mucho gusto. Comentó el joven en tono afable y cortes.
Mi nombre es Shiro. Comentó el interlocutor.
Podría comentarme ¿cual es la situación que están atravesando aquí?. Pidió el joven, para sorpresa de su maestro.
Jeh, directo al punto; me agrada esa actitud, chico. Lo elogio Karasu.
La situación es que tenemos a los chinos invadiendo por el norte de la isla, sin embargo, gracias al invierno están momentáneamente inmovilizados. Según nuestra información de inteligencia, sabemos que los refuerzos desde el continente están prontos a llegar. Entre ellos, vendrá una secta asesina de renombre en el continente. Comentó brevemente shiro.
¿Serán los Si- Fanes por casualidad?. Inquirió el canoso anciano.
Si, lamentablemente se trata de ellos. Dijo Karasu.
!!Excelente¡¡. Dijo lleno de animo el anciano.
Los presentes se quedaron mirándolo extrañado, no comprendían la alegría del anciano y hasta pensaron que se había vuelto loco. Tal vez tenían algo de razón, pero ese personaje era demasiado complicado como para que ellos pudieran analizarlo.
El anciano miró a su pupilo en complicidad y le susurro al oído:
Tú te enfrentaras al líder de ese grupo, esa será tu meta en esta ocasión. Si vences lograras probarme que eres un digno guerrero.
Los otros dos no entendían nada, una persona mas ingreso a la reunión. Era uno de los encargados de los huéspedes. Estaba todo dispuesto para que los extraños se hospedaran en la casa de la viuda Seiko Minatsuki.
Cerca de las afueras de la aldea, una mujer esperaba a los extraños. Estos al verla se quedaron atónitos, al ver a una dama de tal porte y belleza esperando para recibirlos en su morada.
Ella luego de hacerles una reverencia los invitó a pasar. Los dos siguieron a la mujer sin preguntas, fue hasta que se detuvo y los hizo pasar al salón de té. Una vez allí, Seiko les sirvió la bebida; sus niños dormían y entonces se dirigió a ellos:
Presentí su llegada, me gustaría saber que harán por nosotros.
Absolutamente nada, de no ser necesario. Pero mi aprendiz necesita de oponentes fuertes. Si uno así aparece, entonces entraremos en acción.
Me parece lógico, después de todo son extraños que apenas se enteran de nuestra delicada situación. Siéntanse libres en este lugar, mi casa y yo los cobijaremos el tiempo que sea necesario. Comentó la mujer, mientras terminaba su te.
Se lo agradecemos, señora. Comento el anciano en cortesía.
!Ah¡, una sola cosa mas tengo que pedirles. Por favor, no entrenen frente a mis hijos. Háganlo lejos de este lugar. Pidió la mujer.
Oh, comprendo. Así lo haremos señora. Solo le tengo una pregunta ¿por qué desea negarles el legado de su marido a esos chiquillos?. Dio en el clavo el anciano.
Creo que eso no es algo que le concierna a Ud., mis razones no tienen porque preocuparle. Respondió de manera tajante la mujer.
La dama se levanto y le mostró las habitaciones a los viajeros, luego se despidió de ellos para retirarse a su lugar de descanso. Los dos se quedaron a oscuras... así se durmieron.
El día comenzó temprano, y los ruidos de los niños al jugar y de la mujer realizando las actividades del hogar terminaron despertando a los viajeros. El anciano fue el primero en salir, ya había dejado enrollado su futón y su alumno aún dormía.
Se despidió de la dama con una reverencia y salió rumbo al bosque para entrenar un poco. No tardo en adentrarse mucho cuando vio a dos jóvenes entrenando en taijutsu, como buen maestro se detuvo a observarlos y sacó en un instante todos sus errores técnicos.
Los jóvenes luchaban sin percatarse del observador, solo les preocupaba el poder derrotar al oponente. El viejo no puede contenerse mas ante esos aprendices y larga una sonora carcajada que retumba en todo el bosque.
Los contendores se detienen y miran con enfado al anciano que no para con sus risas, uno de ellos se adelanta y le espeta:
Si te ríes, eso quiere decir que tu destreza es genial, vejete. Muéstranos.
Ok, les daré una clase gratis. Pero eso si, no quiero reclamos, si soy muy duro con Uds. Pequeños imprudentes.
Por mi esta bien, luego no te quejes si quedas mal, anciano.
El anciano rió socarronamente, mientras bajaba hasta donde se encontraban los muchachos. Una vez frente a los dos, se arremangó el kimono y sacudió su cuello que trono dos veces.
Los jóvenes se miraron, y atacaron al unísono. Pero el anciano los detuvo, al decirles:
ah ah ah, los que se tienen que pulir son Uds. No yo, pero si insisten...
Los jóvenes tomaron al anciano por los brazos y lo arrojaron al suelo, el anciano rodó para levantarse a salvo de sus joviales adversarios. Cuando levantó la vista ya los tenia encima.
Dos puñetazos y dos caídas ocurrieron, los jóvenes se miraban confundidos en el suelo; el anciano se dirigió a ellos:
Ese tipo de puñetazos tienen por debilidad el no dejar salida hacia atrás, lo exageran demasiado. Deben mantener el equilibrio ante todo, solo los empuje y ya cayeron; realmente me dan pena. Volvió a su tono jocoso.
Los dos girando con sus piernas se impulsan para incorporarse. Una vez allí, reciben un golpe en el estomago y vuelven a caer... escuchan la voz del anciano de nuevo:
Nunca, bajo ningún concepto bajen la guardia. Lo aparatoso no siempre es lo efectivo.
Ugh... eso ya lo sabemos. Comenta uno de ellos.
Y SI LO SABEN, ENTONCES PORQUE NO LO APLICAN. Bramó el anciano en un arranque de cólera.
Los dos jóvenes se miraron con congoja, ante el reto del anciano que ya iba recobrando la calma. Se pararon ambos y le agradecieron la lección, el anciano respondió a su saludo y siguió su camino por el bosque.
Subió por la cuesta, trepó otro trecho hasta encontrarse con la vista que buscaba. El viento gélido golpeo su cara y casi le hizo perder el equilibrio, pero el anciano se encaramo en las rocas y se sentó allí, mientras dejaba que sus piernas juguetearan en el vacío.
No le importaba el frío que imperaba en la región, solo tenia ganas de despejar su mente, levantó su mirada para encontrarse con ese imponente océano que se abría ante él; empequeñeciéndolo.
Cerro sus ojos, mientras oía el mar y todo su entorno... pronto vendría el momento de revelarse ante todos...
Hasta aquí el capitulo, ya falta poco para el final. Sean pacientes. ^^
Glosario:
Taijutsu: Es la disciplina del combate cuerpo a cuerpo, completándose ademas con defensas pasivas como formas de caer y de rodar al igual que formas de moverse en un terreno en forma sigilosa.