miprimita.com

Cambio

en Hetero: General

Cambio

!Eh usted¡ !Alto, Policía¡

Me sonrío y comienzo a saltar hacia los lados mientras me alejo de los disparos. Con la velocidad adquirida salto y ejecuto dos vueltas y un tirabuzón en el aire. Las balas silban sobre mí, es divertido y salvaje al mismo tiempo no me arrepiento de esto; es la vida que escogí.

La calle esta atestada de gente, mas a mi favor- pienso mientras huyo.

Me salen al encuentro un grupo de agentes del FBI y la CIA, salto sobre ellos para luego rodar y continuar mi huida. Los hombres se quedan ahí parados con sus armas como unos monigotes inútiles. Uno de ellos me dispara, tiene suerte de que ya me halle lejos porque me da.

El pedazo de plomo incandescente penetra mi carne destrozando tejido. El dolor comienza a punzar en mi hombro. En ese instante desaparezco en una calleja y entonces te encuentro...

Una bonita novicia de ojos azules y ceñido uniforme de instituto católico me mira entre asustada y sorprendida, presiente el peligro. Me mira y nota el balazo en mi hombro y la sangre regándose entre mis dedos yo le sonrío y la tomo de los hábitos mientras la empujo contra la pared.

Ayúdame o soy hombre muerto. Le digo con una súbita calma.

Pero ¿por qué yo?. Preguntas.

Por que sino también morirás. Le digo mientras inserto mis dedos en su carótida.

Urrrgh...esta...bien... ayudare.

La solté, terminando con su tortura me abandone a ella mientras me alejaba del peligro; me llevas hacia una catedral monumental. Una vez allí, damos un rodeo mientras intentas que nadie me vea. Luego me introduces hasta llegar a una pequeña construcción cerrada con un pesado portón de hierro.

Sacas una llave de entre sus ropas y abres, luego entramos mientras te cerciorabas de todo. El recinto era sombrío, solo lo iluminaba una minúscula ventana y unas velas gastadas.

Me siento en el suelo mientras me desvisto rápidamente para inspeccionar la herida. Te apartas de mi lado, me miras algo ruborizada en eso te pregunto:

¿Como te llamas?

Ana Maria. Comentaste.

Ven y aprieta fuerte mi hombro por favor.

Obedeciste, el dolor era terrible pero era necesario extraer ese pedazo de plomo. Saco de mi bolsillo una pinza y la introduje dentro del agujero. Las manos me tiemblan por el grado de sufrimiento, ese instante parecía que me iba a desmayar pero pude sentir el objeto y dando un tirón lo arranco de mi interior.

Grite y un poco de sangre mano de la herida, me quede quieto mientras volvía a respirar con normalidad. Te paraste frente a mí e intentaste patearme, mala jugada mocosa. Pensé mientras tomaba tu pie y lo atraía hacia mi, desequilibrándote. Caíste mal, dándome el tiempo suficiente para rodear tu cuello con mi brazo, asfixiándote.

¿Es que no te han enseñado nada sobre hospitalidad, niña?. Te pregunte.

No la hay para quien la pide de mala manera. Dijiste.

Jeje, eso es cierto. Pero eso no te impide hacer el bien. Lapide.

No respondiste, se te estaba terminando el oxigeno por eso solté la llave con que te aprisionaba. Te tomaste el cuello y luego te incorporaste.

Eres extraño ¿por qué te hirieron? Quisiste saber.

Fácil, acabo de matar a un hombre importante. Conteste.

Entonces eres un asesino. Concluiste.

No siempre, pero podrías decir que si. Afirme.

Entonces eres malvado. Dijiste tu.

¿Y que sabes tú de mi para asegurarlo?. Te dije, con algo de ira.

No es necesario que lo sepa, puedo sentirlo. Me respondiste.

Es posible pero entonces ¿Por qué me ayudaste?. Te pregunte.

Porque soy buena. Contestaste.

Pero el ayudar a un asesino ¿no te hace mala?. Inquiri.

No. Dijiste, muy resuelta.

Ok, me quedare aquí puedes irte no me moveré. Te asegure.

Gracias.

Desaparecí tras la puerta de esa presencia inquietante, mi ropa tenia impregnada algo de su sangre la que limpie con mi pañuelo. Me fui a clases, llegaba tarde pero no importaba. El sentir a ese hombre cerca de mi me hacia sentir rara. Llegue al edificio y extraje mis cosas del casillero que tenia asignado. Corrí por los pasillos y me introduje a hurtadillas en la clase.

Llega tarde señorita Vercetti. Me retó el profesor.

Disculpe, es que..

Nada de excusas, a su asiento. Interrumpió.

Me fui a mi asiento en el fondo de la clase, agregándome así al grupo de alumnos de su aburrida clase de religión. Es realmente pedante escucharlo hablar sobre amor al prójimo, cuando de acción jamás ha hecho nada. Las palabras quedan muy bonitas en la boca de cualquiera, pero quedaría mejor aun si lo pusiera en practica de verdad.

Me quede pensando por un momento en decirle mi punto de vista, pero no me pareció productivo. No cuando la persona es solo un presumido arrogante. Una de mis compañeras me pregunto por lo bajo el porque de mi retraso, solo me limite a decirle que tuve cosas que hacer.

Cuando termino la clase, me dirigí de nuevo hacia la catedral. Tenia que hacer la limpieza en el lugar. Es mi deber como novicia y además parte de mi entrenamiento para llegar a monja. Barrí el lugar para luego limpiar una por una las figuras que adornan el interior del lugar.

Cerca del final del día el apareció, ese que aparece tan digno predicando el mensaje de los evangelios. Sin que nadie sepa que por las noches aprovecha la lujuria de la madre superiora y otras monjas para corromperse.

Personalmente a mi me da asco tenerlo cerca mío. Pero parece provocarle verme limpiando porque se me acerca con intenciones de manosearme y besarme. Me zafo y huyo, él no me sigue porque cree que algún día voy a ceder. Tomo un pan y una jarra con agua, me voy a ver al asesino...

El portón se abre y ella penetra nuevamente en la sombría habitación. Me sonrío al verla, trae alimentos para mi. Realmente me sorprende su bondad, yo pensé que iba a delatarme con la policía.

Me alcanza las cosas y yo las tomo con desesperación, me parecen los manjares mas sabrosos que he probado en mucho tiempo. Seguramente sea por el hambre que tengo, pero devoro el alimento.

A pesar de ello, me percato de la manera en que sus ojos me devoran con curiosidad; me detengo por un instante y la miro. Esto la descoloca, la pone en evidencia. El se sienta frente a ella, esto la asusta; las pupilas de él miran dentro de las suyas.

¿Que me harás?. Pregunta ella temerosa.

No le respondo, mi mano acaricia su rostro para luego quitarle suavemente el habito que cubre su pelo. Me miras furiosa a la par de asombrada, mientras las ondas de tus cabellos salen a relucir.

Puedo sentir como quieres huir, tus latidos se aceleran tu mirada se vuelve inestable e intentas golpearme por mi osadía. Bloqueo tu golpe y tomo tu mano, mientras esquivo el otro golpe atrapándote.

Quedo sobre ti, me río y entonces te lo digo:

Podría hacerte mía en este momento, pero has sido buena conmigo por eso solo me iré.

Me levanto y juntando mis ropas comienzo a caminar hacia el portón, pero entonces tu voz me detiene:

Quiero... quiero que me tomes ahora, extraño.

Me detengo y cierro la entrada me doy la vuelta y me acerco a ti. Me quito el pantalón y me llego a tu lado. Te quito los hábitos, dejando a la vista tu suave y pálida piel. Mis manos tocan tu piel, recorriéndola palmo a palmo te beso sin prisa.

Tus labios son tan cálidos y suaves, me quedaría toda la eternidad con ellos. Me rodeas con tus brazos, acaricias mi espalda, mientras yo hago lo propio con tus pechos pequeños.

Lamo y beso las areolas, arrancándote gemidos de placer que me inspiran a continuar con mi labor. Mi mano baja hacia tu sur, uno de mis dedos comienza a introducirse lentamente en tu clítoris.

Aaaaaaaah...ahahaaaaaaah

Ssh, que falta lo mejor.

Sigue, sigue por favor.

Lo haré, no lo dudes por un segundo.

Así, lubricándote bien, introduzco poco a poco mi miembro en el interior de tu cueva mientras siento como te estremeces. Te colmo por completo, mientras empiezo a bombear con fuerza. Te aprietas contra mi cuerpo deseando sentirme tanto como yo.

Me acuesto en el suelo y te sientas sobre mi pene mientras gozas con el, yo intento abandonarme. Para no sentir el dolor de mi herida, solo quise sentir el placer de tu cálido coño envolviendo mi miembro.

Me incorporo y me agarro de tu cintura, mientras aumento el ritmo hasta correrme dentro de tus entrañas. Te deposito en el suelo, te beso nuevamente deteniéndome en tus ojos y en tu boca.

Sonríes, tus ojos azules se pierden en los míos; te abrazas a mi. Luego de un rato hablas:

¿Qué vas a hacer ahora?

Tengo que irme lejos que aquí, estoy siendo muy buscado seguramente.

¿A dónde iras? ¿Puedo ir contigo?

Aún no lo sé, pero no te preocupes que tu siempre vendrás conmigo.

¿Como harás, si eres tan buscado?

Siento recurrir a esto, pero debo tomar tu cuerpo para escapar.

¿Cómo dices?

Haremos un cambio, mi cuerpo por el tuyo.

No se, me parece imposible.

Jeh, si quieres no lo hacemos.

Esta bien, estoy cansada de mi vida.

Bien, entonces mírame fijamente a los ojos.

Sus ojos me marean, pareciera como si diera mil vueltas. Me parece como si flotara en el éter, como si ya no tuviera cuerpo. De pronto un agudo dolor me vuelve a la realidad, mi hombro me duele. !¿Cómo, mi hombro?¡ Me miro y efectivamente hay un balazo en el. ¿Qué, qué esta pasando?

Me veo levantarme y mirarme a mi misma. Me sonrío y entonces me escucho hablar:

Gracias preciosa, siempre me acordare de ti.

Es...espera. Explícame.

Tengo que irme, hay mucho por hacer; bonita.

Pe...pero. entonces esto significa que...

Tal y como lo piensas, ahora será mejor que nos vayamos.

¿Como? Pero ahora yo seré buscada, perseguida y quizás me maten.

Si, es lo mas probable. Fue por eso que tome tu cuerpo, así no seré descubierto.

Yo..yo no quería esto !¿por qué me has hecho esto?¡. Dices mientras comienzas a llorar.

No te pongas así, es lo que elegiste al dejarme actuar. Estos solo son los resultados. No desesperes puedes vivir en mi cuerpo.

Nooooo, lo siento pero no puedo, no puedo.

Te abrazo consolándote por unos momentos, me da pesar verte tan mal y entonces te digo:

¿Prefieres morir tranquilamente?

En tus labios saben tan bien esas palabras. Si, por favor, hazlo... libérame.

Lo siento, de veras lo siento. Esperare tu perdón.

Ya lo tienes, amor.

Te acercas a mi, hay lagrimas en tus ojos y con dulzura apoyas una de tus manos detrás de mi cabeza. Mientras me besas, despidiéndome; veo tus rizos caer con hermosura sobre mi rostro. Luego, mis ojos se dan vuelta quedando blancos mientras tu terminas de arrancarme la garganta.

La sangre vuelve a manchar tus manos, es la misma sensación pero ahora se siente distinto. Las lagrimas en tu rostro te sorprenden, pero en tu interior sabes a que se deben. Tomas tus hábitos y te marchas, a seguir esa vida que has elegido. Te deshaces de la llave arrojándola al rio, y luego comienzas a correr... suerte, mi vida.

Mas de Tenchu

MU Capitulo 60: Esperanza. (Epílogo al final)

MU Capitulo 59: Viento y Oscuridad

MU Capitulo 58: Recuerdos en Ishkar

MU Capitulo 57: Sinfonía de Destrucción

MU Capitulo 56: Busqueda

MU Capitulo 55: Mortal Kombat

MU Capitulo 54: 800 Flechas

Mu Capitulo 52: Noche Salvaje

MU Capitulo 51: Caceria

Pato Criollo

MU Capitulo 50: Padre e hija

Mu Capitulo 49: Ishkar

MU Capitulo 48: Traspasando el Fin del Mundo

MU Capitulo 47: Reunión

Una Historia de Navidad

MU Capitulo 46: Por Uds. Mis soldados

MU Capitulo 45: Derrotas y Sorpresas en Kalima

MU Capitulo 44: Devolviendo Memorias

MU Capitulo 43: En la Marca del Este

MU Capitulo 42: La Marca Este

MU Capitulo 41: Avances

MU Capitulo 40: Un año después

MU Capitulo 39: Kalima

MU Capitulo 38: El Lamento de Lorien

MU Capitulo 37: ¿Que ocurrió con Abigail?

MU Capitulo 36: La espada resurge

MU Capitulo 35: Arusa el ayudante

MU Capitulo34: La Instruccion de Diamante

MU Capitulo 33: Una guerra se vuelve leyenda

MU Capitulo 32: La Orden de Caballeros Fantasma

MU Capitulo 31: Icarus

MU Capitulo 30: Preparación y despedida

MU Capitulo 29: Alas de Esperanza

MU Capitulo 28: Duelo en Tarkan

MU Capitulo 25: Entrenamiento y Sacrificio

MU Capitulo 24: Duelo en Davias

MU Capitulo 23: Punto de encuentro

MU Capitulo 22: Heridas

Mu Capitulo 21: De nuevo en Davias

MU Capitulo 20: El poder de Circe

MU Capitulo 18: Secuelas y una promesa

MU Capitulo 17: La plaza del Demonio

MU Capitulo 16: Camino a Noria

MU Capitulo 15: La visita a Peleo

Mu Capitulo 14: Aparece un rival

MU Capitulo 13: La verdad de Asura

MU Capitulo 12: Aventuras en el Estadio

MU Capitulo 11: El fin de una leyenda

MU Capitulo 9: El pasado de Peleo

MU Capitulo 10: Lucha en Tarkan

MU Capitulo 8: Viajando por Tarkan con Peleo

MU Capitulo 6: Explorando la Torre Perdida

MU Capitulo 7: El Septimo piso de la Torre Perdida

MU Capitulo 5: Hacia Davias

MU (04: Guerra de Clanes)

MU (03: La tutoria de Abigail)

Mu (02: Asura, el psicopata itinerante)

MU (01: Comienza una leyenda)

Mugen: Balance

Mugen (13: Acto Final)

Mugen (12: Infierno y Regreso)

Mugen (11: Premonición y Perdición)

Mugen (10: Mente Criminal)

Mugen (9: Maldición)

Mugen (8: Exilio)

Mugen (7: Sadismo e Igualdad)

Mugen (6: Revelación)

Mugen (5: Mentiras)

Mugen (4: Misión)

Mugen (3: Revelación)

Mugen (2: Violación)

Mugen (1: Encuentro)

El guerrero (17)

El guerrero (16)

El guerrero (15)

El guerrero (14)

El guerrero (13)

Reencuentro

Uno menos

El guerrero (12)

El guerrero (11)

La aparición de Nemesis (1)

La aparición de Nemesis (2)

Justicia sin precio

Controlandome

Historia para Clark Kent

La charla

La moza

El guerrero (7)

Mientras llovía allá afuera

El guerrero (5)

Una forma de amor

El guerrero (4)

Castigo Celestial

A ella

¿Un sueño? ¿o tal vez una premonicion?

Cambio de roles

Paso durante la semana de la dulzura

El guerrero (3)

Un encuentro inesperado

Combate durante el Crepusculo

La conocí mientras se desudaba

El Escorpión Resolana

Los dos Compañeros: El Campamento

Camino a Kanazawa, sigue la aventura...

El panzón y la niña

Mi primera vez con una marimacho

Un encuentro Increible

Sexo sobre ruedas

Una intriga, una victima y sexo

Mientras te retrataba

El luchador y su protegida

Usted sera mio

Percepción

Primer Encuentro