miprimita.com

Cambio de roles

en Dominación

Cambio de roles

A principios de año y gracias a la intervención de Diox logre obtener un trabajo. Mi primer trabajo, tendría que atender un cyber café durante ocho horas; lo mejor de todo era la paga y los días libres que tendría.

Mi idilio duro hasta que me entere de un pequeño detalle...el horario era rotativo así que a veces le tocaría a la mañana, a la tarde o a la noche. Pero no me desanime y decidí probar suerte con este trabajo.

Ese primer día me toco estar toda la tarde atendiendo, me senté en la silla y me dispuse a controlar todo. Al rato un grupo de chicos apareció.

¿Tenes maquinas?. Me pregunto uno de los pibes

Si, ¿cuantas queres?. Le pregunte

Somos ocho. Contesto

Le habilite las maquinas y esos muchachitos se sentaron a jugar en un mundo de fantasía que los hacia olvidar la realidad....los minutos se hicieron horas y conforme pasaba el tiempo, mi aburrimiento crecía.

Me puse a pasar música, para matar el tiempo; pero solo pasaba pura marcha o pop. Personalmente no me gusta la marcha, se me hacen un montón de ruidos tratando de parecer música.

Al rato ya estaba harto de esa basura, pero no podía poner Linkin Park o Ramnstein en el local y mucho menos Rob Zombie. Así que, me decidí a mirar pasar a la gente por la calle; vi ancianos achacosos caminando con lentitud, hombres maduros apresurados, agobiados por la tiranía de un reloj que consultaban cada diez segundos. También vi niños de ojos curiosos, escrutadores y brillantes que pasaban corriendo, observandol0o todo maravillados. Además vi mujeres y chicas pasar, algunas eran unas autenticas diosas de andar delicioso... otras, ni siquiera se acercaban a las anteriores.

En eso, los jóvenes vinieron a pagar; habían pasado cuatro horas en las maquinas. Yo les cobre y los chicos desaparecieron entre la gente. Otra vez el lugar quedo solo...¡Al fin!, pensé yo y movido por vaya uno a saber que, agregue una lista completa con temas de mis grupos preferidos.

Puse el volumen un poco mas alto, mientras tarareaba las letras y luego las silbaba. Muy absorto me encontraba en lo mío, tenia los ojos cerrados.

Me descuide y por eso ligue un susto. Solo escuche un golpe sobre el mostrador, una voz suave pero quemante me pregunto:

¿Me das una maquina?

Del susto me caí de la silla, los Cds. y sus cajas se me adelantaron en llegar al piso. Volví a incorporarme en el acto, mientras miraba nerviosamente hacia todos lados con cara de sorprendido.

Cuando por fin enfoque hacia el frente la vi, mejor dicho; me encontré con su cintura... seguí subiendo con mi mirada hasta llegar a su cara, ahí me lleve el susto mas grande, se las describiré en detalle para que la imagen sea lo mas fiel posible.

Las pupilas de sus ojos despedían un inquietante color rojo de un definido color sangre, una nariz recta...tez oscura, sus labios eran abundantes y carnosos pero pintados con un labial negro que hacia juego con su vestimenta y su revuelta cabellera azabache. Sobre su cabeza una gorra de cuero completaba el conjunto; ocultando con su sombra la mayor parte de un tatuaje hawaiano, de esos que van en la cara.

La pregunta volvió a repetirse, mientras mi temible interlocutora me clavaba sus ojos.

S...si, si...ahí te la abro, cualquier cosa preguntarme. Fue mi respuesta.

La tremenda mujer se sentó en la silla que lanzo un sordo quejido, al rato el negocio comenzó a llenarse de usuarios indiferentes a la presencia de la mujer...hasta ahora todo venia sin novedades.

La mujer se dio vuelta y me llamo, ante lo cual respondí presuroso a su llamado. Luego de realizar una mueca inquirió:

¿Como me hago una cuenta de correo electrónico?

Rápidamente comencé a explicarle como tenia que hacer, ella me miraba atónita, en eso me interrumpió con un:

Entonces ayúdame.

No podía negarme, era mi trabajo; así que comenzamos con la creación de la cuenta...inconscientemente la rodee mientras controlaba el mouse y el teclado al mismo tiempo. Sentí como me olía, restándole importancia a la pantalla; me miro con fijeza mientras paseaba su lengua entre sus labios con lascivia.

Yo, totalmente ajeno a esto; continuaba con la operación hasta llegar al formulario que ella debía llenar.

Completa este formulario y después me llamas. Le dije.

La mujer asintió y se afano en terminar con ese molesto formulario, volvió a llamarme; a mi no me quedo otra mas que acceder a su pedido. La voz de la morenaza cambio de tono, ahora se torno aterciopelada e invitante...seguimos completando los pasos que faltaban, mientras lo hacíamos ella poso su mano sobre la mía.

Me quede atónito ante la situación, tímidamente retire mi mano y busque mantener cierta distancia. Ni bien termine con su cuenta volví a mi lugar, con millones de dudas sobre esto.

Por suerte solo quedaba media hora para que finalizara mi turno y así podría salir de este lugar que ya se me hacia incomodo. En mi casa me esperaba la vieja con un buen guiso de lentejas y una bolsa de pan para acompañar... me encontraba ahí añorando el hogar, la querencia y el guisito de la nona; la alarma del reloj me alerto. Era hora de volver, mi turno ya había terminado y por fin llego mi relevo.

Carlos era un tipo con una cara de agrandado que solo verlo daba asco, pero en contrapartida era dueño de un físico privilegiado; por lo que su arrogancia estaba mas que justificada y por eso escapaba por sus poros.

Agarre mis cosas y salí lo mas rápido que pude de mi lugar de trabajo. Ya estaba en la calle, es ridículo y puede sonar hasta estúpido(si...suena estúpido ^^) pero había extrañado la calle; caminar esquivando teresos(heces de perro ^^) dejados por esos caninos caritativos y pozos de esos que adornan nuestras veredas. Andaba todo emponchado por los fríos que nos visitan este invierno, que no seria para tanto si no fuera por los vientos que castigan constantemente la ciudad.

Pase varias cuadras caminando, prefería calentar el cuerpo caminando antes que volver todo apretujado en el 515 A hasta mi casa. De pronto mis cavilaciones se vieron interrumpidas, vi una sombra cernirse sobre mi...luego sentí un golpe en la nuca, todo se puso negro y yo caí al piso como un cuerpo inerte.

Cuando mis ojos volvieron a abrirse lo primero que vi fue el techo de una casa normal, quise moverme paro unas esposas me lo impidieron. Esta situación empezó a preocuparme, aun no había visto nada.

¿Donde estoy?¿Qué hago aquí?. Pregunte alarmado.

No hubo respuesta, seguí llamando y gritando; la desesperación me estaba superando. Mi mente ya deliraba, mostrándome escenarios posibles y sus causas, esto me enloquecía todavía mas. Hacia memoria tratando de recordar algún suceso que fuera la causa de esto, pero no pude hallarlo.

Mi desesperación crecía, sin embargo todo ceso al escuchar unos pasos acercarse hasta donde me encontraba. Yo estaba a la expectativa...quería ver el rostro de mi captor, nunca me arrepentí tanto de mis deseos.

Frente a mi ella apareció, en su rostro un aire de superioridad enaltecía su presencia. Me quede helado, la morenaza me clavo sus pupilas rojas y yo comencé a temblar. Su presencia era inquietante en todo el sentido de la palabra.

Levanto su mano y la acerco a mi rostro, yo estaba como hipnotizado por ese tono tan poco usual en sus ojos. Silenciosamente ella empezó por sacarme la remera del cuerpo, luego bajo mis pantalones hasta las rodillas...hizo lo mismo con mi ropa interior. Quede completamente desnudo ante su presencia.

Ella me miro fijamente y se alejo unos pasos de mi. Luego hablo:

¿Quieres tenerme?

No. Conteste.

El rostro sereno de la muchacha se demudo y acto seguido me dio un puñetazo con todas sus fuerzas, cuando retiro su puño de mi cara volvió a repetirme la pregunta:

¿Queres tenerme?

Si. Conteste esta vez.

Esta vez los puñetazos llovieron con furia sobre mi cuerpo, tal era la fuerza que mi cuerpo comenzó a llenarse de moretones. Yo estaba mas que desconcertado, había elegido la otra opción para la pregunta y el resultado fue peor que la primera vez.

Rato después ella detuvo la paliza que me estaba dando, mi cara ensangrentada y nublada visión hacían que la viera triple. Volví a mirarla confundido, mire nuevamente su rostro tan espeluznante y aterrador. Sus ojos color sangre se clavaban en mi, me asombre aun mas al ver que sus pupilas comenzaban a girar; era algo inaudito.

El horror hizo que una corriente circulara por mi espina, tenia escalofríos y no era para menos... la mujer me saco las esposas pero no estaba libre, aun estaba a merced de su voluntad. Con una de sus manos me tomo del cuello y me levanto, mientras con toda tranquilidad me volvía a preguntar:

¿Queres tenerme?

Me quede en silencio, no quería responder por miedo a una nueva golpiza; ella parece que lo noto ya que se me acerco y mientras me acariciaba el pelo me decía:

Vamos, no tengas miedo; no va a pasarte nada.

Es que no se que contestarte. Le dije.

¿Es que no te gusto?. Inquirió ella.

Antes quisiera saber como te llamas. Pedí yo.

Me llamo Tamara ¿y vos?. Pregunto la mujer.

Yo soy Manuel. Respondí.

Ok, ahora vas a ser mi esclavo. Me dijo ella, mientras me sonreía.

¿Como?

Pronto lo veras, pequeño. Dijo mientras me daba un beso en la mejilla.

Yo me quede tieso, no sabia que hacer y no me animaba a imponerme por la fuerza ya que sabia con solo mirarla que era superior a mi en ese aspecto. Ella me empezó a besar con parsimonia y sin ninguna prisa pasaba sus manos por mi cuello y mi pecho. Sus labios se pasearon por toda mi anatomía, como degustando un manjar. El contacto de su cálida piel y la suave presión de sus labios me estremecía.

Tamara pareció darse cuenta y siguió con los besos para luego sumarle caricias de lo mas excitantes. Realmente esto era desconcertante, no hacia mucho me había llenado la cara de aplausos y ahora la mujer solo se dedicaba a besarme y acariciarme con la mayor de las dulzuras.

Mis sentidos se dispararon y una enorme erección empezó a abrirse paso. Mi falo estaba sumamente hinchado mientras apuntaba al techo. La calentura que tenia era insoportable, a esta altura deseaba follarla con locura. Y no es que fuera fea, pero su cara me aterraba, la mujer se detuvo; se había percatado de mi evidente erección.

Me miro inquisidoramente con sus rojas pupilas, su expresión fue cambiando de a poco para tornarse cada vez mas amenazante. Tuve un mal presentimiento cuando vi arrugarse su cara de ira. Efectivamente, la golpiza nuevamente volvió a cobrar protagonismo; esta vez termine en el suelo mientras una exaltada Tamara me pateaba.

Nunca vuelvas a hacer eso a menos que yo te lo ordene. Gritaba ella.

Sus golpes fueron cesando, tanto en frecuencia como en intensidad. Sentí su pie refregarse sobre mi estomago, nuevamente volvió a dirigirme la palabra.

Solo follaras cuando yo te lo ordene y lo harás conmigo, sin importar el lugar. ¿Entendido?.

Si...

Si ¿QUE?. Inquirió ella.

Si...ama...Respondí resignado.

Así esta mejor. Dijo ella, mientras sonreía triunfante.

Así quede sometido a su voluntad, mi afirmación era como un potente afrodisíaco para ella; que sin dudarlo un segundo se abalanzo sobre mi... las caricias se reanudaron sobre mi maltrecho cuerpo. Cuando llego a mi pene, lo tomo con dulzura y comenzó a lamerlo como si fuera una paleta; para después engullirlo con sus carnosos labios que presionaban el cuerpo de mi hinchado falo. Este crecía dentro de su boca, ella parecía disfrutarlo; por lo que aumento el ritmo de sus cabeceos.

Cuando retiro sus labios de mi polla, me miro con deseo y lujuria... algo diferente había, no tenia maldad en su mirar. Me pidió que la acompañara, yo la seguí...para mi sorpresa, entramos en su habitación. Que contra todas mis predicciones era un cuarto muy acogedor, lleno de peluches y con colores vivos. Una cama bien estirada y bien perfumada, me miro... en su cara vi felicidad.

Espérame acá, ahora vengo. Me dijo ella, mientras desaparecía detrás de una puerta.

Ok, aquí estaré; ama. Respondí yo.

¿Cómo dijiste?. Inquirió ella.

Ama. Conteste.

Nooo, no me digas así; me haces sentir incomoda. Contesto ella.

Me quede de una pieza, me hallaba totalmente desconcertado...hace unos minutos era una fiera y ahora nada que ver. Paso el rato y ella no volvía, a mi me empezó a dar frío... es que estaba desnudo ahí sentado en el sillón y aunque hubiera querido usar mi ropa, ya no servia, Tamara la había hecho jirones.

Tanta espera al fin tuvo sus frutos, la puerta volvió a abrirse y una persona muy diferente emergió de allí. No parecía la misma que un rato antes había fregado sus botas con mi cara, era algo fuera de lo común.

Ahora aparecía ante mi con el pelo suelto, su ondulado pelo azabache caía cubriendo sus hombros, extendiéndose casi hasta su cintura. Sus ojos café eran muy brillantes, ni comparación con la mirada de antes, los labios carnosos y generosos ahora relucían con su color original. La tersa y reluciente piel de esa beldad de ébano invitaba a pensar cualquier barbaridad.

Ella extendió su mano hacia mi, me acerque y la tome de la cintura. Tamara no dijo nada, solo me sonrió y nos besamos. Rodeo mi cuerpo con sus brazos, mientras la llenaba de besos iba desnudándola con paciencia...casi conteniendo mis ansias. Tamara se dejo hacer, solo gemía con mis acciones; allí tumbada en la cama.

Su corpulencia era tal, que por un momento me dio miedo...pero viéndola así, me anime a seguir con esta especie de calentamiento. Saque con delicadeza sus bragas y luego me afane en comerme su cono con mis labios lamía su coño.

Aaaaaaaaaaah, mas adentro, mas adentro. Pedía ella.

Seguí con mi labor, que ya estaba dando sus frutos...Tamara amasaba sus pechos, estaba tanto o mas caliente que yo. Cuando quise dejar de lamer su clítoris, su mano me volvió a lugar delicadamente. Ahora no solo use mi lengua, me ayude con mis dedos; introduciéndolos rítmicamente dentro de su coño.

Los gemidos de la mujer aumentaron, mi temor era que alguien viniera y nos pillara, pero nada de eso paso.

Estamos solos, papito. Me informo ella.

Ok, entonces no me hago problema. Conteste.

Finalmente su cuerpo colapso, el calor la invadió y sus fluidos cobraron protagonismo acompañado de un sonoro gemido de placer. Saboree un poco de ese liquido maravilloso y luego fui recorriendo con mi lengua y mis manos cada rincón de su cuerpo. De pronto, se levanto y de un tirón estaba junto a ella. La mire, una de sus manos comenzó a acariciar mi palpitante miembro.

Mi mástil estuvo listo y duro en un santiamén, con una gran facilidad se situó encima mío; y ahí me empezó a dar miedo de solo pensar en tener a semejante mujer encima. Esto se volvió realidad al verla descender poco o poco engullendo mi pene, con suavidad movía sus caderas... yo acompañaba el movimiento con mis manos sobre sus muslos.

Era casi delicioso el vaivén que llevábamos, se acerco a mi y nos fundimos en un beso. El movimiento cobro velocidad, sus pechos grandes y macizos subían y bajaban de forma casi hipnotizante.

Tamara se retiro de encima mío y a continuación se quedo en cuatro arriba de la cama, un instante antes de penetrarla, la chica dejo una de sus piernas hacia atrás. Sin mas contemplaciones inserte mi falo en su cueva, acometí con todas mis fuerzas...sus jadeos me instaban a seguir con mis embestidas.

Aumente el ritmo, mi amante ahora solo soportaba todo lo mío...me encantaba tenerla así, no era opresivo y hasta se hacia placentero. Ya no aguantaba mas, me corría en su interior y nada podía hacer...mi semen colmo por completo su interior, Tamara se quedo inmóvil; mi calor invadía su ser.

Cuando retire mi pene de su interior, ella se abalanzo sobre mi; pude sentir los acelerados latidos de su corazón. A pesar de estar casi sin aliento, abrace a Tamara... su sedosa piel era una delicia a mi tacto. Así me quede con ella hasta que girando quedo a mi lado, ninguno de los dos dijo una sola palabra. Aunque yo tenia una montaña de dudas y preguntas sin una sola respuesta.

Aaaaah, ¿sabes algo, Manuel?. Comenzó ella.

Decime...

Es la primera vez que traigo a un hombre a mi habitación.

Naa, me estas cargando. Dije incrédulo.

De veras, eres especial...sino no te habría traído aquí. Afirmo la chica.

Ehm...Gracias. Dije con algo de vergüenza.

No tienes porque, todo lo hiciste solito. Me dijo, mientras acariciaba mi pelo.

Ahora...¿era necesario tanto golpe? Inquirí yo.

Creo que no, pero me gusta que todos crean que soy así. Comento divertida.

O sea, que en realidad eres así. Concluí.

Si...en la intimidad y solo con los que amo. Dijo Tamara.

Ah...¿o sea que afuera seré tu esclavo? Pregunte.

¿Alguna objeción? Me consulto, mientras me miraba con seriedad.

No, ninguna mientras pueda tenerte así. Dije mientras volvía a abrazarla.

No hubo respuesta, pero no fue necesaria...su rostro lo decía todo, realmente no interesaba lo mal que la pasara desde ese momento. En el fondo sabia que ella era toda para mi, al menos tengo esa certeza.

Espero les agrade este relato, quedo un poco raro y con un final algo loco. ^^

Mas de Tenchu

MU Capitulo 60: Esperanza. (Epílogo al final)

MU Capitulo 59: Viento y Oscuridad

MU Capitulo 58: Recuerdos en Ishkar

MU Capitulo 57: Sinfonía de Destrucción

MU Capitulo 56: Busqueda

MU Capitulo 55: Mortal Kombat

MU Capitulo 54: 800 Flechas

Mu Capitulo 52: Noche Salvaje

MU Capitulo 51: Caceria

Pato Criollo

MU Capitulo 50: Padre e hija

Mu Capitulo 49: Ishkar

MU Capitulo 48: Traspasando el Fin del Mundo

MU Capitulo 47: Reunión

Una Historia de Navidad

MU Capitulo 46: Por Uds. Mis soldados

MU Capitulo 45: Derrotas y Sorpresas en Kalima

MU Capitulo 44: Devolviendo Memorias

MU Capitulo 43: En la Marca del Este

MU Capitulo 42: La Marca Este

MU Capitulo 41: Avances

MU Capitulo 40: Un año después

MU Capitulo 39: Kalima

MU Capitulo 38: El Lamento de Lorien

MU Capitulo 37: ¿Que ocurrió con Abigail?

MU Capitulo 36: La espada resurge

MU Capitulo 35: Arusa el ayudante

MU Capitulo34: La Instruccion de Diamante

MU Capitulo 33: Una guerra se vuelve leyenda

MU Capitulo 32: La Orden de Caballeros Fantasma

MU Capitulo 31: Icarus

MU Capitulo 30: Preparación y despedida

MU Capitulo 29: Alas de Esperanza

MU Capitulo 28: Duelo en Tarkan

MU Capitulo 25: Entrenamiento y Sacrificio

MU Capitulo 24: Duelo en Davias

MU Capitulo 23: Punto de encuentro

MU Capitulo 22: Heridas

Mu Capitulo 21: De nuevo en Davias

MU Capitulo 20: El poder de Circe

MU Capitulo 18: Secuelas y una promesa

MU Capitulo 17: La plaza del Demonio

MU Capitulo 16: Camino a Noria

MU Capitulo 15: La visita a Peleo

Mu Capitulo 14: Aparece un rival

MU Capitulo 13: La verdad de Asura

MU Capitulo 12: Aventuras en el Estadio

MU Capitulo 11: El fin de una leyenda

MU Capitulo 9: El pasado de Peleo

MU Capitulo 10: Lucha en Tarkan

MU Capitulo 8: Viajando por Tarkan con Peleo

MU Capitulo 7: El Septimo piso de la Torre Perdida

MU Capitulo 6: Explorando la Torre Perdida

MU Capitulo 5: Hacia Davias

MU (04: Guerra de Clanes)

MU (03: La tutoria de Abigail)

Mu (02: Asura, el psicopata itinerante)

MU (01: Comienza una leyenda)

Mugen: Balance

Mugen (13: Acto Final)

Mugen (12: Infierno y Regreso)

Mugen (11: Premonición y Perdición)

Mugen (10: Mente Criminal)

Mugen (9: Maldición)

Mugen (8: Exilio)

Mugen (7: Sadismo e Igualdad)

Mugen (6: Revelación)

Mugen (5: Mentiras)

Mugen (4: Misión)

Mugen (3: Revelación)

Mugen (2: Violación)

Mugen (1: Encuentro)

El guerrero (17)

El guerrero (16)

El guerrero (15)

Cambio

El guerrero (14)

El guerrero (13)

Reencuentro

Uno menos

El guerrero (11)

El guerrero (12)

La aparición de Nemesis (2)

La aparición de Nemesis (1)

Justicia sin precio

Controlandome

Historia para Clark Kent

La charla

La moza

El guerrero (7)

Mientras llovía allá afuera

El guerrero (5)

Una forma de amor

El guerrero (4)

Castigo Celestial

¿Un sueño? ¿o tal vez una premonicion?

A ella

Paso durante la semana de la dulzura

El guerrero (3)

Un encuentro inesperado

Combate durante el Crepusculo

La conocí mientras se desudaba

El Escorpión Resolana

Los dos Compañeros: El Campamento

Camino a Kanazawa, sigue la aventura...

El panzón y la niña

Mi primera vez con una marimacho

Un encuentro Increible

Sexo sobre ruedas

Una intriga, una victima y sexo

Mientras te retrataba

El luchador y su protegida

Usted sera mio

Percepción

Primer Encuentro