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Ireneo queria mucha -nafta-

en Jovencit@s

IRENEO QUERIA MUCHA "NAFTA"

El culito de Ireneo era insaciable, después que le llené el tanque de "nafta" bajo el Cerro San Antonio como él me lo había pedido, cada vez quería más y más, mi "tanque de nafta" siempre andaba vacío, pero el de mi moto siempre estaba lleno porque él me lo llenaba en la Estación de Servicio y me cobraba de menos ya que a otros les agregaba lo que me daba a mi.

Era un buen trato, sin haberlo planteado mi "nafta" a cambio de la suya para mi moto.

La única vez que fui a su casa me recibió en su habitación, su abuela estaba en la cocina preparando la cena, estuvimos como dos horas encerrados allí lamiendo cada centímetro de su cuerpecito rosadito y tibio mientras él me hacía lo mismo concentrándose en su parte favorita: mi pija, que estaba terriblemente dilatada, dura y deseosa de expulsar la "nafta" en cualquier momento, la chupaba tan deliciosamente que casi me hizo acabar dos veces en su boca, pero por suerte me aguanté y no lo hice una segunda vez porque quería guardarla para su culito que también estaba desesperado por recibirla.

Después de un rato de descanzo le metí la verga de a poco utilizando nuevas posiciones que nos iban excitando cada vez más, con tanto ímpetu le lastimé un poco los pliegues de su ano con tantas metidas a toda velocidad, pero a él a pesar del dolor esas violentas empujadas contra su interioro lo enloquecían cada vez más por lo que terminé sentado sobre la alfombra con el arriba mío empalado hasta lo más profundo de su ser.

Gocé como loco al tenerlo así clavado en mi pija dura, podía sentir como su esfínter se contraía aceleradamente con cada expulsión de esperma que salía de mi verga al tenerlo sentado sobre mí.

Sin moverse Ireneo gritaba como loco de dolor y de placer y me decía cosas increíbles como:

-Nuca creí que se pudiese gozar y sufrir al mismo tiempo!!!

Ni le importó que le hubiese roto los pliegues y que estos le ardiesen y le sangrasen.

En eso apareció su abuela, no sé si fue que oyó los gritos de su nieto o fue porque demorábamos mucho en salir o porque tenía la cena pronta, la vieja entró y nos encontró en el piso de su habitación con ese culito rosadito y caliente traspasado por mi pija bien dura, la abuela de Ireneo se puso malísima corrió a la cocina y me echó a escobazos diciendo que ella no quería tener un nieto puto.

No volví más por allí por temor a que la vieja me echase otra vez a golpes de escoba.

Pero Ireneo que era un buen chupador de pijas, le tomó el gusto a sentirla un buen rato dentro de su anatomía y cada vez hacía lo imposible por encontrarse un rato conmigo aunque más no fuese para que le llenase su tanque con mi caliente nafta, la cual no desperdiciaba ni una gota porque me pedía que no acabase antes de que estuviese toda enterrada allí en sus profundiades para que no se escapase ninguna "gotita" de su líquido favorito.

Realmente al mes de cogerlo todos los días me tenía un poco aburrido, no porque su culito no apretase lo suficiente, porque en un mes de perder su virginidad anal todavía no estaba tan dilatado como para no hacerme gozar sino porque a esa edad y aun ahora me gustan las experiencias nuevas.

Por esa razón le hablé de él a un amigo mío que vivía por allí, éste al oir la propuesta puso una cara de morbo impresionante y aceptó cogerlo delante mío.

Me encantaba la idea de verlo penetrado frente a mi por otra pija que era de mayor tamaño que la mía.

A Ireneo le encataba mi verga, sentirla dentro de sus entrañas le fascinaba y como temblaba cuando sentía que la "nafta" estaba saliendo dentro de su colita!!! Gemía y se agitaba de una forma fenomenal cuando eso sucedía y me agasajaba con unas contracciones que aun podía hacer su esfínter nuevito.

Después de haber hablado con el Coco se lo dije a Ireneo, con un poco de temor y de vergüenza ante mi insistencia aceptó.

Le dije que me andaba rondando en la cabeza la idea de verlo penetrado por una verga que no fuese la mía y que quería ver que sucedería.

El Coco estaba solo en su casa porque sus padres habían ido al casino y aprovechando la oportunidad pasé por la Estación de Servicio a buscar a Ireneo.

Coco que era más audaz fue el primero que se desvistió y le ofreció su verga enorme para que Ireneo se la chupase.

Coco había tenido unos encuentros conmigo pero solamente hicimos unos memorables 69 porque no quiso que lo cogiese y yo tampovco lo dejé que me lo hiciese a mi.

Realmente su verga era grande, ahora no sé si me parecería tan grande, con todas las que he visto, disfrutado y que me han lastimado en los últimos treinta años...

Ante el asombro de Ireneo al ver esa pija tan enorme colgando hacia abajo terminamos en bolas los tres.

Coco se sentó sobre la cama y con su mano le hizo un buen trabajo a su pija hasta que ésta comenzó a pararse ante nuestra mirada fija en ella.

A lo que empezó a crecer Ireneo no se aguantó más y se colocó entre sus piernas abiertas y comenzó a besar esa cabeza violácea que cada vez adquiría más grosor y dureza por las lamidas y luego succiones que la boquita experta de mi amigo sabía hacer.

Ireneo quedó con la cola en alto y su cabeza metida entre las piernas del Coco.

-Seguí chupando....guachoooo divinoooo!!! dale que te la voy a meter toda en tu culito casi nuevooo...!!!

Esas palabras o algo parecido le decía Coco mientras yo le separaba las nalgas rosaditas, suaves como la seda y tibiecitas, que gozo me daban esas nalgas tan calentitas!!!

Hoy lo recuerdo y me excito con el recuerdo de tanto tiempo qur aun no se ha borrado de mi memoria esas nalgas tan suaves y calentitas!!!

Ireneo no podía gemir porque tenía la boca muy ocupada y su culito con cada extímulo de mi lengua cada vez respondía con contracciones y agitaciones.

Cuando estuvo listo para ser penetrado le dije que lo haría yo primero porque la verga de Coco podría lastimarlo y de paso yo prepararía el terreno.

Me acomodé atrás suyo y con mi verga totalmente dura y chorreante en la mano la fui acercando a ese culito en alto y finalmente apoyé la punta del glande allí.

Con un mes de entrenamiento estaba bien educado, había aprendido bien la lección y con el sólo contacto de mi carne este se abrió dando paso al órgano que le daría mucho placer.

Ireneo seguía disfrutando de la verga del Coco que a esas alturas le llegaría a la garganta porque Coco gemía mucho y le deía que parase porque quería guardar la leche para descargarla en su colita.

Cuando mis huevos tocaron los suyos sentí que su esfínter anal latía mucho y sus bolas subía y bajaban.

Ireneo gimió muchísimo.

-AAhaaaaaaaahhhhhhhyyy..!!!!

Miré y vi que Ireneo tenía la cabeza levantada y daba ese alarido de una forma epectacular.

Mi cuerpo aceleró los movimientos y mi verga empezó a ir cada vez más profundo en ese culito que mis manos sentían tan suave y tibiecito.

Coco quedó mirando muy impresionado de la forma en que había gozado Ireneo y como sus manos estaban empapadas de una leche muy blanca y cremosa.

-Uyyyyyyyyyyyyy.....

Fue lo que exclamé yo al sentir que también me iba a descargar dentro de Ireneo.

-Dale!!! metémela más, no quiero que tu "nafta" se salga para afuera de mi culoooo!!!!

-Donde querés que te la meta, si ya la tenés toda adentroooo..!!!

Entre protestas y pedidos le largué toda mi "nafta" en las profundidades como a él le gustaba.

De a poco me fui retirando de su interior, mi pija estaba chorreante de semen y algún hilito marrón había extraído de dentro de su culito.

Coco dijo que ahora le tocaba a él explorar esa "caverna" llena de cocolate!!!

Reímos, le cedí el lugar a mi amigo que hacía rato que estaba de verga dura, pero por temor a eyacular antes de cumplir su objetivo ni siquiera se la tocaba para no terminar con sus manos llenas de la "nafta" que tenía que poner en el tanque de Ireneo.

Ireneo quedó boca abajo con su culito hacia arriba, el Coco besó las nalgas rosaditas comentando lo suaves que eran y procedió a agarrar su verga con la mano para encaminarla hacia la cuevita que la recibiría.

-Que bien lubricado lo dejaste!!! Acá hay un entrevero de saliva, leche, precum y hasta mierda de este guacho.

Hay de todo aquí dentro!!!- Mientras Coco comentaba eso antes de introducirla, Ireneo ya me había limpiado la poca leche que aun colgaba de mi uretra con una deliciosa lamida, que lamentablemente no fue suficiente para hacérmela parar nuevamente.

-AAhaaaaaaaahhhhhhhyyy..!!!! me lastimás!!! pero seguímela metiendo que me gustaaaa..!!! Ireneo se quejaba pero como disfrutaba, Coco siguió con su camino hasta el final del recto del nuestro amiguito.

Yo estaba en la gloria, me encantaba la idea de verlo penetrado por otro enfrente mío mientras me la mamaba y oírlo gemir de dolor al sentir que se la metían.

Mi verga que instantes antes no quiso obedecer a los estímulos de la lengua de Ireneo al verlo ensartado y al oírlo gemir de esa forma tan dolorosa se puso tiesa en un santiamén y la fui acercando a su boca para que la mamase mientras miraba como la enorme verga del Coco entraba y salía de su culito.

Por unos instantes dejó de chupármela para ocuparse de quejarse, a pesar de toda la lubricación que tenía su recto le dolía pero le gustaba.

Mis manos sostenían mi pija dura y su cabeza obligándolo para que siguiese mamándomela hasta que sentí que una nueva eyaculación se aproximaba y la empujé justo a tiempo para que la "nafta" cayese directamente por su garganta.

El Coco empezó a gemir de una forma estrépitosa y nos dimos cuenta de que comenzaba a expulsar dentro del culito de Ireneo una gran cantidad de "nafta".

-No la largués toda dentro... Sacala quiero ver como te la chupa y prueba tu "nafta".

Ante mi apresurado pedido el Coco me obedeció y sacó una pija muy sucia del culito de Ireneo, claro al ser más larga que la mía había penetrado más profundamente y se había encontrado con el contenido de los intestinos que la habían hospedado.

Con cara de asco, esa verga casi completamente marrón la acercó a la cara de Ireneo y le ordenó limpiarla.

Muy asustado lamió la leche que chorreaba pero nada más, vi como en su boca se mezclaban los restos de mi "nafta" con los de la leche del Coco y al instante oímos el sonido que hizo su garganta al pasar esta por allí.

Quedamos muy agotados, por un rato tirados en la cama hasta que el Coco se levantó a lavarse porque de su pija emanaba un olor impresionante por todas las mezclas de sustancias que tenía adherida en esa zona.

El culito de Ireneo parecía una flor abierta, todos sus pliegues dilatados, enrojeciods, algunos lastimados y con gotitas de sangre, pero él se encontraba feliz y con su "tanque" repleto no sólo por mi nafta sino por la del Coco también.

Lo repetimos unas cuantas veces más en los días de vacaciones que aun me quedaban en Piriápolis pero nunca más con la comodidad de una cama ya que no se nos brindó nuevamente la oportunidad de tener una cama para nosotros tres.

Yo volví a Montevideo en Marzo y el Coco se quedó una semana más llenándole el "tanque" a nuestro amiguito.

Un día desesperado se apareció Ireneo en mi casa y se quedó a dormir, bueno eso es lo que no hicímos, le llené el tanque varias veces en esa noche pero no pude satisfacerlo plenamente porque su "tanque" necesitaba vergas más gradnes que la mía...


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