EL "CASI" SUEGRO DE EPIFANIO
Como ya conté en otro relato hace unos diez años tuve que ir a dar clases en la
UTU de Mercedes donde conocí a Epifanio.
El daba clases allí de tallado de muebles y yo de la historia del mueble, sobre
los diferentes estilos y todo lo relacionado con la evolución del mobiliario.
Todos los sábados iba hasta allá y luego de dar las clases alrededor del
mediodía tomaba el ómnibus que me traería nuevamente a Montevideo, la cual fue
mi rutina de todos los sábados de ese año..
Un sábado Epifanio me invitó a almorzar en su casa y fui para conocer a sus
padres, hermanos y demás componentes de su familia La reunión fue muy placentera
por lo cual su familia me entretuvo lo suficiente como para que perdiese el
ómnibus y dado que ese día tenía otro compromiso en Montevideo no podía esperar
un par de horas hasta que saliese otro ómnibus.
Epifanio al verme tan intranquilo y preocupado por lo que me había sucedido se
acordó que su futuro suegro estaba por venir a Montevideo y fue hasta su casa a
ver si todavía no había salido y si podía traerme con él.
El suegro se llamaba Rufino, era camionero y recién había llegado de Buenos
Aires con un cargamento que debía entregar en Montevideo, estaba terminando de
almorzar e inmediatamente saldría por lo que no puso ningun inconveniente en
traerme con él.
Rufino quedó muy contento de que alguien lo acompañase, por lo menos tendría con
quien conversar y a alguien que le cebase mate mientras el conducía.
Era un tipo de unos 48 años, regordete, muy blanco a pesar que la abrigada ropa
de lana cubría totalmente su cuerpo podía notarse su blancura por los pocos
espacios de piel que quedaban sin cubrir.
Lo esperamos en la puerta de su casa y cuando terminó su almuerzo salió,
Epifanio nos presentó e inmediatamente pusimos rumbo a Montevideo.
Mientras conducía iba tomando mate y hablando del frío, del tiempo y de lo que
le había sucedido en su trayecto desde Buenos Aires hasta su casa.
Pasaron los kilómetros y el tiempo muy apresuradamente, en realidad el tiempo
pasa siempre igual pero con la charla tan entretenida se hizo más corto hasta
que Rufino dijo que había tomado mucho mate y que necesitaba bajarse a mear
porque no aguantaba más las ganas que tenía de hacerlo.
La carretera estaba vacía, detuvo momentáneamente el camión, se bajó y al borde
del camino se puso a orinar, por supuesto que yo no vi nada porque se puso de
espaldas al vehículo y un poco más atrás de la cabina.
A los pocos minutos regresó diciendo:
-La puta que lo parió!!! Que frío tremendo hace!!! Se me congeló la
"tamanguana".
Yo muy inocente le pregunté, que era eso.
Se rio y me dijo que la "tamanguana", era la pija, la verga o como le llamen en
Montevideo.
Reímos los dos y siguió la marcha, pero a los pocos metros empezó a pellizcarse
la bragueta diciendo que le dolía la tamanguana que se le había enfríado mucho
hasta que no aguantó más detuvo el camión y la sacó para afuera de su pantalón.
Entre sus dedos pude ver una cabecita violácea, parecía un ñoqui morado-azulado,
realmente se le había congelado la pija en los pocos minutos que había durado su
meada al borde de la carretera!!!
Comenzó a apretarla y a masajearla para tratar de que la circulación sanguínea
retornase a su órgano en estado insensible y calamitoso, pero éste no respondía
a todos los estímulos que intentaba Rufino para revivirla.
Finalmente sacó un pañuelo y me dijo que lo mojase con agua caliente de la que
había en el termo qe se iba a envolver la tamanguana con el pañuelo caliente a
ver si se le pasaba la extraña sensación de congelamiento que sentía allí.
Hice lo que me pidió y no voy a negar que mi pija estaba medio en acción, no
porque me interesase Rufino sino porque la situación de estar en un camión en
medio de la carretera con un tipo de esas características me excitba y el morbo
de algo nuevo tenía la culpa de mi estado de semi-ereccióon que por supuesto no
se lo revelé a Rufino por temor a que se enojase.
Envolvió esa miniatura en el pañuelo y arrancó nuevamente porque no podía perder
tiempo, él tenía un horario que cumplir para entregar su mercadería a tiempo.
Mientras conducía se iba apretando el pañuelo, parecía que se estaba pajeando
por la forma en que trataba de hacer que el torrente sanguíneo de su verga
volviese a la normalidad, pero en una maniobra brusca que hizo para controlar el
camión tuvo que soltar la tamanguana porque necesitó las dos manos para
conducirlo.
-Omar, agarramé la tamanguana y aprétala como lo estaba haciendo yo, haceme ese
favor porque necesito las dos manos libres para controlar este camión de
mierda.!!!
Quedé petrificado y sin saber que hacer, este tipo desconocido me pedía que le
hiciese una especie de paja, pero todo sea por la salud del conductor y por qué
no el morbo me desesperaba y quería difrutar algo a pesar de los nervios que
tenía por llegar a tiempo al compromiso que me aguardaba en Montevideo.
Cuando agarré el envoltorio el pañuelo todavía estaba hámedo y tibio por el agua
caliente, pero la minúscula cabeza de su pija ya no era tan minúscula!!!
Con los masajes que le había hecho Rufino y con la calidez del agua que empapaba
el pañuelo había revivido en forma asombrosa!!!
Empecé a apretarle el glande con los cinco dedos haciéndole una especie de
paragüita mientras él seguía comodamente manejando sin inmutarse de que un
hombre lo estuviese pajeando.
Su verga creció dentro de mi mano, la mía dentro de mi pantalón y yo cada vez me
ponía más nervioso por lo que estaba sucediendo allí dentro de la cabina de ese
camión.
Estaba muy lindo ese lugar porque la calefación estaba encendida y no se notaba
el frío que espantosamente enfríaba el aire exterior.
-Guachooooo!!! Que bien que pajeas!!
Rufino me dijo eso y al instante detuvo el camión.
Agarró mi mano que aun seguía apretando el glande de su pija, la retiró,
desenrolló el pañuelo y ante nuestro asombro aprareció una colorada cabeza de
tamanguana totalmente caliente y palpitante.
Rufino me miró a los ojos y como suplicante me dijo:
-Chúpamela!!! No aguanto más de congelada a recontra- caliente, con tanta paja
me hiciste calentar.
Bajé la cabeza y el cuerpo, puse mi boca entre sus piernas y comencé a lamer ese
enorme hongo el cual jamás me hubiese imaginado que ese ñoqui diminuto podía
transformarse en eso!!!
Era pura cabeza, en realidad su pija era corta pero enormemente cabezuda.
Mintras lamía el me pasaba la mano por la cabeza tratando de empuajarla hacia
abajo para que me la tragase toda.
Así de a poco lo fui haciendo, pero era tan cabezona que dentro de mi boca no
podía moverse y no podía chupar con facilidad.
Los gemidos y las palabrotas salieron de la boca y de la garganta de Rufino con
mucha agitación hasta que me dijo que parase porque quería ponerse más cómodo.
Se quitó los pantalones y el canzoncillo al mismo tiempo yo hice lo mismo,
cuando estuvimos en bolas los dos miró mi verga que estaba el máximo y me dijo:
-Que grande la tenés!! La usas o es solo de adorno?
-Por supuesto que la uso. Querés probarla?
-No gracias! No soy puto para que me cojan....
Iba a protestar diciédole que yo tampoco lo era pero que me gustaba de vez en
cuando hacer alguna cosa... pero no me dio tiempo a decir nada se acostó sobre
el asiento y me acomodó como para hacer un 69, pensé no es puto pero la chupa,
da igual hacemos un 69 y seguimos.
Me subí arriba suyo, comencé a lamer el hongo nuevamente mientras mi culo
apuntaba directamente a su nariz, me agarré la pija y nuevamente comentó:
-Que cacho de tamanguana!!!!
Le dije que me la chupase, no contestó nada y mientras mi boca descendía por su
verga empecé a sentir una cálida humedad acompañada de lamidas en mi ano.
Fuen tan suave al principio que me dio la sensación de que la lengua de un gato
lamía mi culo, mi nariz estaba pegada a sus pendejos cuando sus dedos comenzaron
a introducirse en mi entrada posterior, que placer me estaba dando el
camionero!!!
Donde habría aprendido esas técnicas? Por supuesto que con su mujer no!!! En las
carreteras quien sabe quien le enseñó a hacer eso??!!
Mi esfínter latía cada vez más con esos dedos girando, entrando y saliendo allí
dentro, su verga comenzó a latir precipitadamente dentro de mi boca por lo cual
creí que en cualquier momento se derramaría allí mismo.
Pero no sucedió eso, Rufino sacó sus dedos de mi interior y con la otra mano
agarró su verga por el poco tronco que tenía y al mismo tiempo levantó mi boca y
la sacó de ella.
-Ponete boca abajo que te llego la hora!
Yo me imaginé lo que sucedería, pero sus dedos me habían excitado tanto que no
podía negarle nada y lo obedecí.
El se puso al borde del asiento y yo boca abajo como me lo había indicado quedé
con la cabeza sobre el asiento casi contra mis rodillas y el culo en alto.
El al verlo comenzó una furiosa lamida mientras con una manos recorría mi verga
desde atrás y la apretaba tanto 7a su mano haciéndome doler al mismo tiempo que
mi verga palpitaba cada vez más por la excitación que recibía desde la raíz
hasta el glande donde se detenían sus apretujones.
Me hizo bajar un poco el culo porque a esa altura su verga no llegaba y no podía
estar de pie en el camión, así lo hice y pude sentir esa verga que antes estaba
congelada que ahora quemaba apoyada en mi entrada posterior.
Sentí la punta del glande cuando comenzó a entrar, pero no pasó de allí mi
esfínter se negaba a dejar pasar a ese invasor tan grande.
-Ponete saliva en la cabeza de la pija!! Así casi seca no me va a entraaaar..!!
Rufino obedeció mi pedido y una gran cantidad de saliva chorreó desde mi agujero
hasta mis bolas, lo poco que no cayó hacia abajo fue introducido por sus dedos y
nuevamente apoyó la cabeza de su tamanguana que ahora si entró hasta más de la
mitad.
-Ahhhhhhhh!!!! Ayyyyyyyyyyyyyyyyy..!!!!! Me dueeeeeele haceeelo más
despaaacio.....
La sacó otra vez, puso más saliva y de un empujón me metió toda la cabeza, pude
sentir el borde del hongo que se abría paso hacia mi interior.
Creí que me iba a morir o desmayar porque el dolor fue muy intenso pero no podía
hacer un movimiento hacia adelante para que se saliese porque Rufino estaba muy
pegado a mi sobre mi cuerpo. Debajo mío estaba el cuero del asiento así que por
ahí no había lugar para disparar, tuve que aguantar sobre mi cuerpo mas de 90
kilos y dentro de el una verga enorme, bueno verga no cabeza de verga que no es
lo mismo.
Suspiraba, gemía, me quejaba todo al mismo tiempo mientras Rufino hizo fuerza y
me metió todo el resto que quedaba fuera de mi , que por suerte eran pocos
centímetros.
Me sentí como empalado, la dejó allí hasta que sintió que mi recto se contraía y
en ese momento empezó un mete y saca fenomenal el cual me hizo ver las
estrellas, los planetas y todo el espectro celeste al mismo tiempo.
Mi verga estaba chorreando pre-cum y colgaba hacia abajo del asiento le pedí que
me la agarrase y así lo hizo.
Con cada metida que me daba tiraba de mi pija como si fuesen las riendas de un
caballo, creí que me iba a rasgar el prepucio de los tirones tan violentos que
le daba hacia atrás.
-Que dura la tenés hijo 'e putaaa!!! si yo fuese puto esto tan lindo estaría
todito dentro de mi culo!!!!
-Y...si querés probarla, nadie se va a enterar....
Estábamos en eso cuando oímos la bocina de un camión, Rufino miró y gritó:
-La puta que lo parió!! Justo ahora tenía que pasar el Manuel!!
Espero que no haya visto lo que hay abajo mío, sino va a decirles a todos que
soy puto y voy a ser la mofa de los demás camioneros....
El otro camión siguió hacia Mercedes y Rufino con la rabia que le dio ese
encuentro la descargó en mi interior, dándome unas metidas violentas hasta que
se desplomó sobre mi y sin moverse descargó dentro de mi recto una gran cantidad
de semen que calculando las contracciones interminables que su verga dio contra
mis paredes intestinales debía ser mucha cantidad.
Rufino quedó unos instantes sobre mi con la verga que cada vez se contraía más
dentro de mi cuerpo hasta que finalmente mi esfínter con dos o tres
contracciones la expulsó hacia afuera.
El piso del camión quedó todo mojado por mi leche y por gotas de sangre porque
los tirones que me dio la mano de Rufino en mi verga no lubricada lo suficiente
lastimaron un poco la piel que la recubre y de allí salieron gotitas de sangre.
Cuando se recuperó se sentó en el asiento y me dijo:
-Que cojida!!!!! Años que no gozaba de esta manera!! Lastima que al idiota del
Manuel se le ocurrió pasar cuando estábamos en plena faena.....
Siii.... Me hiciste gozar mucho... Sos un animal.....
Cuando se inclinó hacia adelante vio el "obsequio" que había en el piso de su
camión.
-Y eso es sangre?
Me miró la pija y vio las pequeñas lastimaduras que me había producido tanta
tirantez, luego abrií el botiquín y me dio una crema que tenía allí para
emergencias.
Me encremé la pija, luego nos vestimos y continuamos viaje hacia Montevideo.
Me dejó en la Avenida Agraciada y siguió viaje hacia el centro donde tenía que
entregar su cargamento, pero al despedirse me dijo:
-Si alguna otra vez necesitas que te traiga a Montevideo, avisame que lo haré
con gusto, después de la inolvidable tarde que me hiciste pasar no puedo hacer
otra cosa que repetirla...!!
Me despedí de él y llegué a mi compromiso con un poco de retraso dado que esa
parada inesperada nos había retrasado mucho, pero igual llegué un rato antes que
si hubiese viajado en el ómnibus.
Con mi amigo cenamos en un restaurant y luego fuímos a su casa donde nos besamos
muy apasionadamente hasta que mi amigo intentó un 69 y al verme el culo tan
abierto exclamó:
-Que te pasó por acá!!!
Tuve que contarle lo que me había sucedido con Rufino, lo cual lo excitó
muchísimo a medida que le iba contantdo lo que había pasado en ese camión.
Pero yo estaba en inferioridad de condiciones el culo no lo podía usar y la pija
estaba lastimada por lo que nos tuvimos que conformar con un medio 69.
La boca la tenía bien así que se la chupé a mi amigo hasta que se derramó sobre
mi pecho y yo me derramé sobre el suyo porque la única parte que podía chuparme
era el glande que no había sufrido lesiones.
Hoy diez años después al reencontrarme con Epifanio, recordé a Rufino y al
preguntarle por él me dijo que como hacía tiempo que no iba por Mercedes no
sabía mucho de él, pero que estaba bien.
Otro día cuando intimé con Epifanio y sucedió lo que relaté en "Epifanio,
tallador de muebles", le conté a Epifanio lo que me había sucedido con su "casi"
suegro.
Quedó muy extrañado de que hubiese sucedido eso porque Rufino no tenía esas
"costumbres" al menos en el pueblo nunca se comentó nada de que le gustasen los
hombres.
Epifanio recordó que hubieron habladurías de que el Manuel comentaba que cuando
el se cruzó una vez en la carretera con el camión de Rufino éste le estaba dando
por el culo a una mujer que no le vieron la cara...
Deduzcan ustedes quien era la afortunada??!!!
Reímos mucho con Epifanio cuando éste se dio cuenta que no eran chismes de
Manuel, que había sucedido, pero que no era una mujer como supuso el otro
camionero.
OMAR
Como siempre espero comentarios en
omarkiwi@yahoo.com