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Juan de Colonia del sacramento (día 2)

en Gays

JUAN DE COLONIA DEL SACRAMENTO-DÍA 2

En el restaurante del hotel me tragué todo el desayuno que me pusieron delante devorándomelo todo rápidamente, no sólo porque estaba apurado sino porque realmente lo sucedido en la noche anterior me había dejado tremendamente hambriento.

Por suerte llegué a la cita con Juan unos minutos ante de las 11 AM, él todavía no había llegado por lo que tuve que esperarlo unos diez minutos aproximadamente.

Ya me estaba impacientando porque pensé que no vendría porque se había arrepentido o tal vez no vendría porque había quedado como yo totalmente agotado y por esa razón estaría plácidamente descansando en su cama.

No tenía ninguna forma de comunicarme con él más que el E-mail, porque no me había dado su celular, su dirección, ni su apellido así que me dije si no aparece en diez minutos más me voy solo hasta Carmelo, porque no iba a desperdiciar mis tres días en ese lugar por un pijudo que me dejase plantado.

Mis sospechas fueron infundadas porque mientras me preparaba para irme lo vi aparecer desde atrás de la Plaza de Toros con una ropa muy veraniega y por lo que delataba su brillo su vestimenta era completamente nueva.

Me saludó dándome la mano y disculpándose por el retraso porque había tenido que ir hasta el centro por un llamado de su empresa que le instaba a presentarse el lunes a las 13 PM en la central de Buenos Aires.

Me dijo que siguiese por la Ruta 21 hasta que ésta fuese cruzada por la Ruta 55 y que allí me indicaría porque había que doblar hacia la izquierda para ir al Parque Anchorena donde me haría conocer ese magnífico predio con la Quinta Presidencial.

Así lo hice siguiendo sus indicaciones y conversando de cosas que surgían por las rutas o de cualquier tema que saliese al paso.

De entre sus cosas sacó un termo y un mate ofreciéndome compartirlo con él, pero como no soy adicto a esa bebida no acepté por lo que fue tomándolo solo mientras conversábamos hacia nuestro destino.

Aunque traté de indagar sobre su vida, solamente pude extraerle la información de que trabajaba en una importadora argentina con sucursal en Colonia pero no me dio explicaciones de que cosa importaban ni ninguna otra pista de que era lo que hacía allí.

Al rato de ir conduciendo comencé a sentir molestias en el ano debido a que hacía mucho rato que estaba apretándolo contra el asiento del coche, pero esa no era la causa real que me causaba esas molestias y yo lo sabía muy bien.

Por la xilocaína Juan pudo dilatármelo maravillosamente para luego introducir su esplendorosa verga pero al finalizar el efecto anestésico los tejidos resentidos se manifestaron provocándome un fuego muy intenso en todo el interior de mi recto acompañados de una hinchazón bastante grande.

Aunque al bañarme sentí algo fuera de lo normal no le di importancia porque me imaginé que al pasar el efecto algo sucedería, pero en ese momento no pude sospechar que iba ser tanta la molestia la cual fue agudizada por el continuo roce de mi ano con calor del asiento.

En las inmediaciones del parque me dijo que detuviese el coche porque quería orinar ya que casi se había bebido el litro de agua caliente que había llevado en su termo.

Era un lugar bastante solitario donde detuve el auto para que bajase mi acompañante y como yo también tenía le vejiga llena de líquido por los jugos del desayuno que había tomado en el hotel, lo seguí hasta un árbol donde se puso a orinar mojando toda la tierra alrededor de ese centenario poblador de los campos uruguayos.

Después de la micción se sacudió la verga para escurrir los restos de orina mientras yo lo contemplaba a plena luz del día ya que el recuerdo de su magnífica verga estaba dentro de mi recto pero no en mis retinas dada la mala iluminación que había en la Plaza la noche anterior.

Esa visión de ese glande tan rosadito me excitó por lo que le dije que quería vérsela en su totalidad para tomarle una fotografía como recuerdo.

Se negó rotundamente a que le tomase fotografías pero no tuvo ningún inconveniente en dejarme ver su pija en todo su esplendor por eso se quitó el short que aun cubría sus bolas y luego se sacó la remera ofreciéndome un divino panorama el cual lamento no haber podido inmortalizar en una fotografía.

Su verga bobona entre sus manos era un manjar irresistible para cualquier catador de este tipo de carnes, por eso sin ningún preámbulo me agaché al lado suyo para comenzar a lamérsela desde los pendejos hasta el agujerito uretral y cuando logré que la erección estuviese muy firme me puse a contemplar esa obra de arte natural que la noche antes había menospreciado creyendo que no tenía los 25 cm que me había dicho mi amigo por el chat..

-La puta que es larga!!!

Exclamé asombrado.

-De que te extrañás si anoche la viste y la tuviste mucho rato adentro de tu orto?

-Si... pero allí estaba muy oscuro.. No sé como me entró todo esto!!! Bueno, así tengo el culo de hinchado y caliente como una brasa.

Me pidió que me sacase el short porque quería visitar otra vez mis profundidades con las cuales había gozado intensamente la noche anterior descargando allí su reserva láctea para luego irse a dormir plácidamente en su cama solitaria.

Su verga estaba tan hermosa a la luz del día que accedí a su deseo, aunque no quería que me penetrase porque temía no poder aguantarla nuevamente por la inflamación que me había dejado con la cogida de la noche anterior que fue bastante prolongada haciéndome tener su verga dentro de mi culo por varios minutos de incesante fricción contra las paredes de mi recto.

Me hizo poner frente a un árbol luego se agachó tras de mí y separándome las nalgas con sus manos se puso a besar mi agujero, hasta que su lengua traviesa comenzó a distenderlo no se dio cuenta del calor que manaba de mis entrañas no cesó de darme placer de esa forma.

-Tenías razón tu orto arde!! Siento el fuego salir de él!!!

Abandonó su labor quejándose de que le había trasmitido el calor a su lengua entonces me di vuelta quedándome frente a él, que al verme de verga dura me dijo:

-Podemos hacer otra cosa?

-Y... Qué proponés?

-No sé... por lo menos chupámela así me hacés acabar porque siento que la leche sube desde mis bolas hasta el agujero de mi pija y baja porque nos se anima a salir porque el estímulo no es suficiente para lograrlo.

Le dije que se acostase sobre el pasto para poder ponerme a horcajadas sobre él, así de se forma comencé a lamerle el glande dejando ante su vista mi botoncito irritado y mis bolas colgando a muy pocos centímetros de sus labios.

Juan comenzó a sentir el cosquilleo característico del placer cuando mis labios lamieron su frenillo por eso empezó a masturbarme, supongo que con sus ojos puestos en mi ano y oliendo mis bolas que con la bajada de mi boca sobre su pija éstas quedaron depositadas sobre sus labios.

Su excitación aumentó cuando su falo estuvo casi todo dentro de mi boca porque era imposible trágamelo todo, pero lo más increíble sucedió cuando no pudo más contener su placer y comenzó a lamerme las bolas, primero tímidamente para luego acelerar sus lamidas las que continuaron por mi escroto para terminar en la base de mi verga.

Aunque nunca me había aclarado abiertamente que también era pasivo o mamador me di cuenta que no estaba muy acostumbrado a esas cosas, pero ya que tenía la batalla medio ganada arqueé mi cuerpo hacia arriba hasta que con mi mano empujé mi verga depositándola sobre sus labios entreabiertos.

En los continuos chateos se pajeaba diciéndome cosas calientes como que me la metía o que quería que se la chupase, pero nunca me había dicho "la siento adentro" o "metémela ya", siempre atacaba él por eso y porque necesitaba que me la mamasen intenté excitarlo al máximo para lograr que lo hiciese.

Cuando sintió en su lengua el fuego que manaba desde mi glande trató de apartar mi pija de su boca pero con tanta mala suerte para él le gané de mano metiéndole media verga dentro de su semi cerrada abertura igualmente él me hizo sentir la fuerza de sus dientes al tratar de mordérmela con ellos.

No tuvo otra solución que aflojarse pero como el placer que recibía a través de su verga era mucho se abandonó al placer chupándomela torpemente pero sin protestar.

En unos momentos más sentí que no podía aguantar por mucho tiempo ese palo rígido dentro de mi boca por eso lo saqué cuando comenzaba a contraerse y a aflojarse como señal de una eyaculación inminente, pero yo quería algo más que hacerlo acabar dentro de mi boca o con mis labios por eso le levanté las piernas y sin darle lugar a alguna negativa le di unas rápidas pero efectivas lamida en su orto.

Le habrán encantado porque volvió a meterse mi pija en su boca y casi instantáneamente pude sentir dentro de mi mano como su verga latía aceleradamente para luego expulsar unos fuerte chorros de semen los cuales se estrellaron contra su vientre.

A través de mi lengua pude sentir como latía su ano cada vez que su verga se contraía para expulsar un nuevo disparo de leche caliente, por eso no pude dilatar más mi disfrute derramado mi semen dentro de la boca de Juan que con todo ese inconmensurable gozo que estaba recibiendo en su ano ni se dio cuenta de que mi verga se vació dentro de su garganta.

Cuando pasó el clímax y reaccionó ya era demasiado tarde porque el esperma se había deslizado por su garganta escondiéndose en las profundidades de su estómago sin que él pudiese hacer nada para rechazar la bendición lechosa que le acababan de regalar mis cojones.

Aun jadeantes nos vestimos la poca indumentaria veraniega que nos cubría, porque ya había pasado el mediodía y yo quería conocer el Pague Anchorena antes de seguir nuestro viaje hasta Carmelo.

Por suerte él conocía a un guardia del parque porque había llevado a algunos clientes a visitar ese lugar por eso éste nos dejó pasar haciendo de cicerone pero sin demostrar mucho interés en mí, supongo que como Juan es tan "tapado" el guardia con seguridad ignoraba su condición de gay.

Habíamos quedado muy hambrientos después del fabuloso polvo que nos habíamos echado antes de llegar al Parque, pero como se nos hizo tarde y no llegábamos a tiempo a Carmelo para hacerlo allí me dijo que me desviara hacia Conchillas donde almorzamos unos pescados muy sabrosos.

Pasamos por la Calera de las Huérfanas pero no nos detuvimos porque se hacía tarde para llegar a nuestro destino donde finalmente arribamos alrededor de las 16 horas y al llegar bajamos del auto para caminar a orillas del Arroyo de Las Vacas donde de buena gana me hubiese dado un chapuzón pero no lo hice por no tratarse de un lugar tentador.

Recorrimos el lugar mientras Juan me iba informando sobre todos los sitios que estábamos viendo hasta que alrededor de las 8 de la noche nuestros estómagos nuevamente volvieron a reclamar alimentos.

No sé sí fue porque nuestras vesículas seminales habían quedado exhaustas o quién sabe por qué ignota razón sentimos esa necesidad de comer si hacía unas pocas horas que habíamos almorzado en Conchillas pero el estómago mandaba y por eso había que satisfacerlo.

Una regia cena de pastas caseras regadas con vino tinto del lugar fue nuestra cena toda, esa combinación sació nuestro voraz apetito pero al finalizar nuestra opípara comida nocturna ya eran como las 9,30 de la noche por eso decidimos volver para llegar a Colonia del Sacramento antes de la medianoche.

Pero nuestros planes fueron alterados por el destino dado que a los pocos kilómetros de haber abandonado Carmelo sentí unos tremendos retorcijones en el estómago y por eso tuve que detener el auto para mandarme una regia deposición al borde la carretera mientras Juan permanecía sentado dentro del auto sin siquiera suponer que había expulsado tanta cantidad de desperdicios.

Ignoro si los pescados me cayeron mal o mis intestinos estaban demasiado llenos como para ocurrirme ese percance en el camino, pero como no tenía papel a mano me limpié con un pañuelo dejándolo con mi obsequio al borde de la carretera.

Al volver al coche encontré a Juan roncando seguramente agotado por el viaje o tal vez ese sopor se debía a la comida que tan ávidamente habíamos devorado en ese restaurante.

Seguí viaje con mi acompañante en ese estado hasta que sus incesante movimientos, jadeos así como otros ruidos que provenían de su persona llamaron mi atención más de lo habitual y por eso me puse a mirarlo de reojo sin descuidar mi atención en el volante.

Me di cuenta de que Juan estaba teniendo algún sueño erótico porque sus ruidos y movimientos fueron acompañados por un incesante fregado de su verga la cual estaba tiesa por el bulto que armaba bajo su short.

Su mano se metió por la pierna del short pero no pudo sacarla por ahí para pajearse a voluntad porque una verga de esas dimensiones y en ese estado era imposible que pasase por una abertura tan estrecha.

No le di mas importancia y seguí conduciendo hasta que mi acompañante se despertó diciendo que tenía los labios secos, por suerte por allí había una gasolinera donde pudimos comprar dos latas de refresco cola con las cuales saciamos nuestras sed porque yo también estaba sediento y aproveché la parada para satisfacer mi necesidad de líquido.

Al poco rato de haber emprendido nuevamente la marcha Juan muy nervioso y vacilante me dijo entrecortadamente mientras me mostraba su pija erecta:

-Omar....Me gustó mucho cuando hoy me chupaste el orto.....Mirá como tengo la verga.....Estoy tan caliente que quiero.....que me lo chupés otra vez......

¡Realmente la tenía en todo su esplendor, quien hubiese pensado que esa verga en las 24 horas que nos habíamos conocido había escupido tantas veces y aun tenía más leche para descargar!!!!

-Querés que detenga el auto para hacerlo entre los pastos... escondidos de la carretera para que no nos vea ningún auto que pase por acá?

Mientras seguía manoseándose la verga me contestó:

-¡En cualquier lugar! No puedo aguantar más necesito acabar porque estoy por estallar...

Y era cierto su verga entre sus manos estaba con la cabeza morada y totalmente empapada de precum por eso salí de la Ruta 1 para estacionar en un camino vecinal que había muy cerca y bajé el asiento del coche.

Me desnudé completamente mientras él hacía lo mismo y poniéndose con las rodillas en los hombros me ofreció el culo para que le hiciese el mismo tratamiento que había hecho antes de almorzar.

Cundo lo conocí parecía que no daba el culo pero al ir conociéndolo más se estaba animando a más cosas pero al ir lamiendo su abertura y sentir como su verga crecía latiendo incesantemente en mi mano me excitó muchísimo por eso decidí penetrarlo.

Ni idea tenía si iba a ser rechazado o como lo tomaría mi acompañante pero igualmente me tiré el lance por las dudas porque como dicen "si no se arriesga no se gana".

Los gemidos de Juan habían aumentado grandemente y cada vez me pedía desesperadamente que metiese más mi lengua porque estaba disfrutando inmensamente por eso me atreví a meterle un dedo para luego ir agitándolo dentro sin que él lo rechazase.

-Ahhhhhhhhh.............huuuuuuuuuuuyyyyyyyyy.......................

Esos incesantes sonidos inundaban el espacio dentro de mi auto pero cuando llegué a introducirle tres dedos Juan me dijo:

-Paaaaaráaaaaaaaaaaaaaa... estoyyyyyyyyy por acabaaaaaaaaaar......

Detuve toda la "Operación Juan" porque no quería que eyaculase antes de que pudiese cogerlo por eso abrí la guantera del coche y de allí extraje una caja de condones y el dilatador con xilocaína para proceder a lubricarlo con ese gel milagroso.

Al ver lo que había sacado de la guantera exclamó mientras yo me ponía en los dedos para untarle su ano con ese gel:

-Qué vas a hacer!!!!

-Ponerte la xilocaína para que no te duela...

-Nooooo, nooo quiero que me cojas!!!

Por el tono suplicante de su voz me di cuenta de que su cerebro no quería que lo penetrase pero su ano lo deseaba porque al tocarlo con el dedo untado en el gel éste dio paso libre para que se lo metiese lo más adentro posible.

De ahí en más todo sucedió normalmente me puse un condón untándolo después con más gel y luego acerqué mi verga lo más posible a su culito expectante.

Juan seguía con las piernas en alto con los ojos cerrados temiendo que le doliese pero una vez que mi glande golpeó la puerta de su capullo éste se abrió como por arte de magia para recibir al visitante.

Nunca hubiese creído que el tipo que había conocido unas 24 hors antes gimiese, patalease y me atrajese contra su cuerpo con todas sus fuerzas para que la penetración fuese lo más profunda posible.

Eso es lo que sucedió una vez que más de la mitad de mi verga hubo pasado por su esfínter, Juan se descontroló de una manera increíble, besándome apasionadamente, pasándome su saliva dentro de mi boca con toda naturalidad, apretándome las nalgas para que mi pija no se saliese de su culo como, si fuese posible que con la dureza que tenía se pudiese escapar de ese cálido anfitrión.

Aceleré las embestidas porque me excitó muchísimo ver como respondía el tipo que no había dado ninguna señal de que pudiese penetrarlo porque hasta ese momento se había portado como activo y recién estaba liberando sus deseos reprimidos.

Entre jadeos me clavó las uñas en las nalgas arrancándome sangre, pero al mismo tiempo pude sentir como se contraía su esfínter y mi vientre quedaba todo mojado porque había acabado explotando en una cantidad de movimientos impresionante e increíbles.

Cuando sentí toda esa manifestación del placer que le había dado moví mi verga hacia afuera casi sacándosela toda pero entre balbuceos me dijo:

-Metémela otra vez!!! Quiero tenerla adentro porque siento que mi verga quiere expulsar más lecheee.....

Era increíble con toda la leche que había eyaculado y que aun quisiese expulsar más!!! Pensé que tendría esa sensación pero que no podía tener otra eyaculación a continuación de la primera...

-Clávamela toda!!!!! Por favor!!!!

Cuando de un empujón se la mandé toda hacia adentro comencé a eyacular sintiendo un gozo indescriptible porque mi semen no cesaba de salir, pero lo más increíble fue que de su verga salió otro torrente de espeso semen quedándonos casi sin respiración por la agitación del momento tan intenso que estábamos viviendo.

De buena gana me hubiese quedado a dormir allí porque realmente había quedado exhausto, jamás me hubiese imaginado que el tipo que había conocido en el chat el cual decía tener 25cm de verga era un semental de primer orden que siempre andaba caliente.

No puedo imaginarme como se las arreglará para satisfacer sus instintos, ya que va unas dos veces por semana a Buenos Aires tal vez gaste su sueldo en prostitutos de allá porque en su ciudad no quiere delatarse haciendo público su predilección por los hombres.

Después de habernos repuesto de tan agotadora sección de sexo, emprendí la marcha hacia Colonia donde arribamos en unos cuarenta minutos porque con el cansancio que tenía no estaba para conducir muy deprisa en esa noche bastante oscura.

Como siempre lo dejé en la Plaza de Toros y al despedirnos le dije que al otro día volvía para Montevideo y luego le pregunté sí lo vería antes de irme.

-Mañana vienen mis tíos a almorzar como todo los domingos, pero me encantó tanto esa cogida que me diste que les voy a decir que el cliente de Buenos Aires que acompañé estos dos días se va mañana y que tengo que despedirlo...

-Entonces vengo a buscarte alrededor de las 10 AM?

-Nooo! Tengo que almorzar con ellos, mejor vení cerca de las dos de la tarde.

Nos despedimos con un incendiario beso de lengua, luego mi anfitrión se bajó del coche tomando rumbo hacia su casa que supongo que no estaría muy lejos del lugar donde siempre nos encontrábamos.

OMAR

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