miprimita.com

El tipo que vive a la vuelta del cine porno

en Gays

EL TIPO QUE VIVE A LA VUELTA DEL CINE PORNO

Por culpa de este frío tremendo que está azotando Uruguay y supongo que todos los países del Plata están siendo castigados por este clima invernal no me da ganas de salir en busca de alguna verga que mamar o de algún culo que penetrar.

A pesar del frío reinante el sábado último me levanté con unas ganas impostergables de mamar alguna verga, por eso me vestí lo más arropadamente que pude para poder salir de mi casa y me dirigí a un cine porno que hay en el centro de Montevideo a pocas cuadradas de mi cálido y confortable depto.

Por suerte ese día habían prendido la calefacción y el ambiente estaba bastante agradable a la hora del mediodía, que fue la hora en que entré a ese oscuro recinto en busca de algo que me sacase la excitación ya que me había ido sin siquiera almorzar.

Entre las penumbras de la sala me ubiqué en la ultima fila, luego de haberme sentado saqué mi verga para afuera de mi bragueta y comencé a acariciarla hasta que se me puso dura, hecho que aproveché para cubrirla con un condón con la esperanza de que apareciese algun benevolente espectador que se compadeciese de mi calentura y me ayudase a disiparla sentándose sobre ella.

Las escenas de la película que aparecían en la pantalla eran muy eróticas cosa que aumentó mi excitación hasta el punto de que mi mano aumentó la presión sobre mi verga haciendo que algún gemido casi inaudible fuese expulsado desde las profundidades mi garganta.

Con el entusiasmo de la película y de manosear mi pija no advertí que en la misma fila en que yo me había sentado pero más al medio había un tipo que me observaba.

El sonido de los gemidos de la película era muy alto pero igualmente pude oír el ruido de una cremallera que se abría a toda velocidad por unas manos nerviosas y ávidas de extraer desde algun recóndito escondrijo un pedazo de carne colgante capaz de darle placer mientras observaba mi mano y oía mis gemidos.

Supongo que cuando advirtió que yo había notado sus movimientos aceleró su mano sobre su verga y a los pocos segundos se fue corriendo de asiento quedando a una butaca de donde estaba yo.

Como yo lo ignoré el tipo nuevamente se levantó para sentarse al lado mio, habrá notado que no lo rechazaba porque no me fui cuando él se acercó por eso tomó coraje ubicándose a mi diestra.

Lo miré de reojo y a los pocos instantes pude sentir su mano escudriñando mi pierna en busca de mi verga cubierta por el condón.

Cuando su cálida mano llegó a mí verga se prendió de ella acariciándomela primero muy suavemente para luego acelerar los movimientos pajeándome a mucha velocidad a la vez que me decía al oído..

-Tan caliente te puso esta película que te pusiste un forro para no largar tu leche sobre el piso?

No le contesté nada simplemente sonreí como asintiendo a su pregunta, no me iba a andar con explicaciones de que ya me había aprontado para algo de sexo movido.

Mientras él jugaba con mi pija yo estiré mi mano hasta que pude encontrarme con la suya que era un pedazo de carne corto, pero espantosamente grueso y a esas alturas ya estaba muy caliente y babeante de precum.

Como yo me había despertado con la imperiosa necesidad de tener un trozo de carne caliente dentro de mi boca, sin mediar palabra me agaché entre las butacas y me puse a saborear su glande caliente y duro como una roca.

Tuvo que abandonar mi pija porque al estar agachado entre sus piernas él no podía tenerla entre sus manos, pero en cambio estas fueron a parar detrás de mi cabeza apretándola contra su pelvis para obligarme a tragar todo su corto instrumento.

Yo estaba en la gloria saboreando ese rico caramelo que con tantos agasajos linguales comenzaba a latir muy aceleradamente dentro de mi boca transmitiendo esos movimientos a mi lengua la cual disfrutaba con esos latidos calientes que expulsaban precum en inusitada cantidad.

El tipo comenzó a gemir muy rápido demostrándome que le gustaba y casi inmediatamente me dijo:

-Pará!!! Me vas a hacer acabaaaarrr.......!!

-Hácelo!!!

Fue la única palabra que pude susurrar al abandonar su verga por unos instantes dejándola al lado de mi boca para poder decirle esa monosílaba palabra.

Sin poder creer que el tipo se había excitado tanto, aunque los latidos de su verga sobre mi lengua lo demostraban esa verga comenzó a expulsar unos largos chorros de leche los cuales pasaron zumbando cerca de mí boca para depositarse en la parte de atrás del respaldo de un asiento de la fila delantera.

Luego de esa eyaculación el tipo quedo más calmado pero en cambio yo no había saciado mis ansias de verga ya que la mía permanecía aun dura fuera de mi bragueta.

Él rompió el silencio diciéndome:

-La chupás muy bien, pero me quedé caliente!

-Ahora chupámela vos porque aun la tengo dura y quiero acabar...

-Me gustaría hacer algo más... Que te parece la idea?

-Buena, pero donde podemos ir. ?

-Vamos a mi casa, yo vivo acá a la vuelta del cine.

-Vivís solo?

-No, vivo con un compañero de trabajo pero a esta hora está en el laburo.

Como pude guardé mi verga dura entre mis ropajes, pero antes de guardarla me saqué el condón y lo tiré al piso del cine, total allí aparecen muchos uno más no se iba a notar.

Entramos a un vetusto edificio de la calle Soriano donde me dijo que vivía con su compañero de depto. y al traspasar el umbral cerró con llave y luego cuando nos dirigíamos a su habitación oímos rudos provenientes del cuarto contiguo.

-No te preocupes por esos gemidos debe ser Sebastián (mi compañero de trabajo), seguramente salió antes del laburo porque consiguió algún "chongo" que le haga lo mismo que nosotros vamos a hacer en mi pieza.

Lejos de preocuparme me dio morbo saber que en esa otra habitación estaban disfrutando como suponía que íbamos a hacerlo nosotros en unos momentos más adelante.

No dije que el tipo era cuarentón, más bien gordito, de cabello negro, de cara achinada o mestiza probablemente del norte del país pero afincado en Montevideo desde muchas décadas atrás por eso había perdido casi todo su acento norteño.

En cuanto entramos al dormitorio cerró con el pasador para prevenir interrupciones molestas, eso dijo e inmediatamente nos sacamos toda la ropa porque pesar de que era un edificio viejo tenía calefacción y allí no se sentía el gélido frió que estaba azotado Montevideo.

Diversilino que así dijo llamarse abocanó mi verga en un santiamén, luego lo imité haciendo un 69 muy rápido en el cual su pija demoró bastante en levantar cabeza seguramente agotada por la impresionante eyaculación que lo había hecho gozar en la oscuridad de ese cine.

Me puso boca abajo para poder chuparme el orto con toda comodidad, luego colocó una almohada la cual acomodó bajo mi vientre y una vez que la dilatación fue suficiente se puso un condón y me penetró haciéndome doler por lo extremadamente gruesa que era su arma.

Por suerte era corta y solamente me hizo doler el aro exterior de mi esfínter porque con cada embestida que Diversilino daba me hacía gozar intensamente hasta tal punto que le dije que tomase mi verga con su mano y que me pajease a toda velocidad.

Gemimos bastante porque disfrutamos mucho los dos, pero entre eyaculaciones y gemidos no nos dimos cuenta que alguien golpeaba la puerta.

Era Sebastián que ya había terminado su placentera encamada con el tipo que nunca vi y al oír tremebundo escándalo en la habitación de su compañero quería saber que sucedía allí.

Pensé que Diversilino le gritaría desde la cama que no sucedía nada pero en éste en cambio se levantó y abrió la puerta.

Sebastián también estaba en bolas porque había ido despedir a su amigo, que por lo que noté le hizo un Servicio Express yéndose inmediatamente.

Entró al dormitorio con la mayor naturalidad viéndome a mi sobre la cama que con mis manos trataba de ocultar mi verga desfalleciente.

Nos presentó con su amigo y este al darme la mano me dijo:

-Que linda verga que tenés!

Me la pudo ver porque tuve que soltarla para poder darle la mano, atendiendo a su atento saludo pero como tenía la mano mojada por la lechada que había tenido ayudado por la mano de Diversilino le mojé sus dedos con el néctar que él no supo desperdiciar ya que llevando sus dedos a su boca lo paladeó exclamando:

-¡Que buena que está!!! Recién expulsada de esas bolas redonditas...

Sebastián era más joven que su amigo aparentaba unos treinta y cinco años, delgado, bastante más blanco que Diversilino y con un cabello castaño muy ondeado el cual se repetía en su tórax y pubis descendiendo hasta allí en ensortijados bucles muy excitantes.

Sin siquiera intimar más en alguna conversación me tomó la mustia verga con sus manos y luego de olerla exclamó:

-Que lindo aroma a leche fresca tiene tu pija!!!

Diversilino con los dos polvos seguidos que se había echado había quedado cansado y satisfecho pero yo aun no me había calmado, quería más sexo y aun tenía ese descontrolado deseo de penetrar a alguien que me había perseguido toda la mañana por eso lo dejé que me la chupara sin poner reparos a su osado proceder.

Me dejó la verga espléndidamente limpia porque luego de lamerla para extraer todos los jugos que por allí se habían deslizado procedió a lamerme las bolas en busca de algún otro vestigio del néctar que lo hacia disfrutar enormemente.

Mi verga no respondía a todos su agasajos linguales porque había quedado exhausta pero mi chupador igualmente no se dio por vencido dejándola a un lado y sentando en la cama me confesó que su acompañante no lo había hecho gozar mucho.

Confesión que me extrañó porque los gemidos que habíamos oído al pasar demostraban lo contrario de lo que decían sus palabras.

Al rato mi verga respondió a los estímulos bucales que nuevamente Sebastián le prodigó a troche y moche, cuando logró que mi organismo le obsequiase con una buena erección, cubrió mi pija con un condón y muy cómodamente se sentó sobre ella.

Ignoro si su esfínter anal era tan dilatado o mi antecesor tenía una verga extremadamente gruesa porque le entró sin ningún tipo de dificultad y luego de que todos mis veinte centímetros estuvieron insertados en su recto él muy cómodamente comenzó a cabalgarme.

Diversilino miraba pero a pesar de que se manoseaba la verga y la apretaba a todo pulmón no logró una tercera erección pero igualmente se puso chupar la verga de su compañero que muy plácidamente revoleaba su culo sobre mi pija cabalgándome a gran velocidad.

A los pocos minutos percibí que su esfínter se contraía dándome el aviso de que su inminente eyaculación se estaba por producir dentro de la boca de su compañero por eso mi penetrado amigo aceleró la cabalgata logrando extraer otra basta ración de mi leche dentro de su recto.

Diversilino se dio cuenta de lo que sucedía porque la verga que tenía dentro de su boca comenzó a latir desaforadamente por eso abandonó la mema que estaba haciéndole a su amigo y termino pajeándolo para que toda su pequeña descarga cayese sobre mi pecho.

Seguramente el otro tipo le había extraído casi hasta la última gota de leche por eso sus bolas expulsaron tan poco néctar sobre mi vientre, pero yo en cambio gocé muchísimo porque a pesar de que Diversilino me había pajeando cuando me la estaba clavando no había podido vaciarme las vesículas seminales.

Quedé satisfecho había logrado saciar ese desesperado deseo de estar con alguien por eso cuando terminamos muy agotados me vestí y me fui para mi casa.

Pero antes pasé por la confitería de la calle Ejido donde me compré un reparador almuerzo el cual comí solito en mi comedor diario después de haberme bañado y aseado de los restos de tan extenuante encame.

Luego de almorzar me fui a dar unas clases porque ese sábado a la cuatro de la tarde tenía que explicar la Revolución Francesa a unos alumnos del vespertino.

Y a la noche dormí muy satisfecho sin salir a buscar nada en esa noche de frío polar que aun sigue azotando Montevideo.

OMAR

Espero comentarios y fotos como siempre en omarkiwi@yahoo.com

Mas de omarkiwi

El brujo de los puros

Jugando con la botella

En un hotel cercano a Shangrilá

Se concretó en Villa Mercedes

Olegario lo conocía

Glazo me llevó a la plata

Sorprendi a Glazo con un travesti

Víspera de nochebuena

En el festival de rock de Durazno

En el cumpleaños de Olegario

Hugo C. & Julián O.

Primero de mayo en concordia

El oficinista de concordia

El viejo de las tetas grandes

Me los presentó Marcelo

Polvo rápido con el policía bisexual

Juan de Colonia del sacramento (día 3)

Juan de Colonia del sacramento (día 2)

Juan de Colonia del sacramento (día 1)

Me lo contó Marcelo

Pierre, Cristina y yo

El ex-imberbe me reconoció

Pajeando a mi primo Alarico

El tío Marabú

Xeripé, sargento del pelourinho

Benicio, el mozo de Recife

Rodrigo me hizo perder el arraial d´ajuda

Mario Cezar, recepcionista de Río de Janeiro

Mala noche pasó Carlos Francisco

Un lujanero llamado TIMOTEO

Trío con jerónimo en un cine porno

El debut de Eduardo

Valentin me invitó a su casa

Al borde del arroyo con el bodeguero

Lo conocí por internet

El policía de Luján

Un empresario en la calle malabia

Un empresario en el Hilaria Elisabeth

Valentín casi me lo entregó

Valentín limpia de todo

El policia bisexual me visita

Bajo el puente del parque rodó

Al fin localicé al policía de la tormenta!

El sobrino de mi cuñada

El malabarista del parque Roosevelt

Trio en la casa en construcción

El policía de la tormenta me reconoció

Una mariposa en un concierto

Con tres imberbes en Kibon

Follada con un nudista en chihuahua

El novio de la hija de la portera

La hija de la portera, su novio y yo

Los fracasos de Marcelo

Me lo contó Ricardo

Cumpleaños feliz con la ayuda de Salustio

Con mi vecino Salustio

El flaco del 333

Aventura solitaria en el rio Santalucia

Radamés después de la lluvia dorada

Radamés y la lluvia dorada

Hugo desapareció!

El peluquero del pene corto y cabezudo

Jalada con un espectador

Sara volvió de Canadá

El jardinero cambia de punta

Un guardia de seguridad me paga un favor

Moreno, delgado y con una verga normal

Otro hetero que cambió de bando!!!?

Fiesta para tres vergas

Trio con pierre y su chica

Oftalmólogo limpito

El jardinero de punta gorda

El policía del cementerio me llevó a la comisaría

Que pene! (el del chico del cyber)

Un anuncio en el baño de la terminal de omnibus

Me quedé otro rato en el cine porno

Un soldado con un cartel que decia melo

Otra aventura en un cine porno

Quien era el marido de Rosalia!

En la carpa de Yi y Canelones

El padre del vidriero

Día del patrimonio en el cementerio

Me fuí tras el culo de un policía

El mecánico del club

El albañil de Artigas

El policia bisexual y mi portero

Mensaje de agradecimiento

El medico de la mutualista

Oselmo, el taxista que la probó y la adoptó

Nahuel antes se llamaba Bibellco!

Un enfermero apodado coco

El debut de coco el enfermero

Jugador de basket, amigo y algo mas...???

Con nimedes entre los arbustos

Mi primo reynaldo, el camionero y yo

El guarda del 125 cabalga

Virgen a los 58!

Reencuentro con el policia bisexual

El muchacho del minimercado

El cuidacoches de Atlatida

Santiago su mujer y su cuñada

Guillermo un dentista conocido como -La Guillota-

Bibelico me hizo gozar sobre una mesa

Ya no quedan masajistas como los de antes

Un joven de 18 años

Acosado por mi primo

Al taxista Mario lo conoci en un cumpleaños...

Un profesor hetero!

Una chupada en el parque batlle

Recordando al negrito Luis

Audacia o descaro

Fantasia hecha realidad

A Serafin se lo rompieron en un cine porno

Bajita y tetona

Xavier me invitó...

Un lector que firmaba Geejay

Don Roque, el suegro de mi primo Reynaldo

Inesperado amante en un crucero

Marcos el muchacho del gimnasio

Juan Manuel, el hijo de un amigo de mi cuñado

Nestor me sedujo con su croissant

Rubio, velludo y transpirado

Casi fui testigo de una violación

El cuidacoches y el marinero

Pajas con Ulises

Osvaldo el lamepies

Eniwe, director teatral

Experiencias en los bares

Ireneo, quería muchisima mas -nafta-

El portero de Roberto

Los instaladores de telefonos

Vendiendo enciclopedias

El chico del bar

El truco del slip

Walmir, el guia curitibano

Tormenta rumbo a Santa Teresa

El amor de -los ratones-

En el baño con Dario

Casa con piscina

Mi primera y última vez en un sauna

Ireneo queria mucha -nafta-

Ireneo queria mi -nafta-

El -casi- suegro de Epifanio

Placenteras asaltantes escandinavas!

Federico, el hermano de Andrés

Panchos con mostaza

El fisicoculturista de la tanga turquesa satinada

Yazifar, el sastre

Anonimo

Homenaje a Daniel (muerto a los 35)

El paraguayito de Piriapolis

Accidente por felación

El panzón que no se le paró

El sargento de la plaza Fabini

Un día de suerte al fin y al cabo (2)

Un día de suerte al fin y al cabo (1)

El profesor Leyva

Tito, de Sarandi del Yi

Fernando, artista plastico

El guarda del 125

Las confesiones de Alex Trinidad

En el pulpito

El cuidacoches del buceo

Lionel, alumno de inglés

Provisorio

El marinero del referendum

El tatuador

El profesor-profesora

Gustavo, la profesora de ingles, yo... y los otros

Otro sereno y van...

Mi segundo viaje a salta

Chebo y su descubrimiento

Carlos Felipe

La casa de la gloria

Un albañil llamado Moncho

La lapicera de olga

Aventura con el hijo de un embajador

El lecherito de Gaby

El día que Miguel trajo al -querubin-

Doña Toribia, la curandera

El macho de la casa de citas

El gendarme chileno

Qué padre de familia?!

Mi hermano leo en Australia

En la vuelta ciclista del Uruguay

Pierre, la gorda y yo

Las cartas de Flydesdfale

Mi hermano Leo

El encuentro con Diaz

El enfermero y los dos hermanitos

Fin de semana con mi primer travesti

Mi primo Reynaldo

Mi -amigo- Pierre (01)

El farmaceutico desconcertante

Carta de Fito

El gerente y la miel

Los vidrieros de la Claraboya

El compañero de trabajo

El Gerente me retribuye

El director del liceo

El perro de Fito

El slip de Hugo

El mirón

Siempre hubieron bisexuales

Mi primer viaje a Bahía

Mi primer policia

Como conocí al gerente

La viuda Margarita

El pelado de la playa

El chico de la moto

Los soldaditos y yo

Una excursión a sexo total!

El indio Jose

El policia bisexual

En las grutas de punta ballena

El empleado de la telefónica

El cobrador de gastos comunes

Mi primer viaje a salta

El gerente y el Rafa

El Rafa

El tipo del omnibus

Bogyus

Mi primera vez

El matrimonio de Flores