EL GUARDA DEL 125
Antes de comenzar este relato debo aclarar el título, porque muchos lectores ni
tendrán idea de que es un guarda y menos a que se refiere el número 125. Digo
esto porque si este relato fuese leído solamente por uruguayos no habría
necesidad de esta aclaraciín.
En Argentina a los ómnibus de transporte urbano se les dice colectivos y en
México camión, cosa que no entiendo, porque en el Río de la Plata un camión es
un transporte de carga y no de pasajeros?.
El guarda: en Argentina no existe porque los colectivos tienen un
conductor-cobrador que es el único que se ocupa de las dos cosas o sea conducir
y cobrar el boleto o ticket a los pasajeros.
En Uruguay la mayoría de los ómnibus de transporte de pasajeros tienen dos
empleados el conductor y el guarda (que es el cobrador).
En cuanto al 125 me refiero a una línea de transporte muy conocida y popular en
Montevideo. Esta línea tiene su salida en la Aduana (el Puerto de Montevideo),
pasa por el Centro de la ciudad, sigue hacia el norte, pasa por el Prado, la
Teja teniendo como destino final el Cerro de Montevideo.
Aclaradas las dos dudas o incógnitas que puedan tener los lectores pasaré a
relatarles lo que me sucedió con un guarda de esa línea.
Cuando recién empecé a dar clases en el liceo nocturno, todas las noches tomaba
el ómnibus para regresar a mi casa en la misma parada y casi a la misma hora, el
horario dependía de los días, porque en algunos de esos días tenía clases hasta
más tarde y tomaba otro ómnibus.
En el año en que tomé ese ómnibus el guarda era un señor delgado, no muy alto de
cabello negro y con un gran bigote muy ancho.
Ese señor me daba el boleto y me miraba, alguna vez hablamos algo del cambio que
me daba o de cosas sin importancia como del tiempo, de la lluvia, etc.
Me miraba mucho, pero yo no me dedicaba a mirarlo porque llevaba mi trabajo a
casa y lo ojeaba en esos veinte minutos aproximados que duraba el viaje hasta mi
casa.
Ya había comenzado el segundo año de clases en ese liceo cuando subí al ómnibus
pagué el boleto con un billete y el guarda tuvo que darme el vuelto, pero para
sorpresa mía entre los billetes y monedas que me dio como vuelto, venía un
pequeño papel que más o menos decía: "Me llamo Ramón, llámame al xxxxxxxx,
termino el turno a la medianoche".
Muy intrigado quedé al leer ese papel. Y de reojo me puse a mirar para el
asiento del guarda, vi que este me hacia unos movimientos raros con sus ojos.
Cuando llegó el momento de bajarme, fui hacia el frente del ómnibus y le dije:
-Me bajo en la próxima. Soy Omar.
El guarda apretó el botón para indicarle al chofer que tenía que detenerse en la
siguiente parada, luego se dirigió a mi y simplemente me dijo: -Llámame.
Cuando llegué a mi casa, me puse a mirar el papel y a pensar "este guarda querrá
joda".
Cené tranquilamente y alrededor de la 0:30 llamé a ese número, esperando que el
tal Ram¢n ya hubiese llegado a su casa.
Atendió casi de inmediato, me di a conocer y me contestó que recién había
llegado, no podía hablar mucho, pero me dijo que el domingo próximo a las 16
horas me esperaba en la parada de Agraciada y Bulevar donde hay una iglesia.
Pasé el sábado pensando, con esa charla apurada y enigmáatica no me cabían dudas
el tipo era casado y querría alguna clase de diversión extra-matrimonial.
Total no tenía nada que perder y podía divertirme un rato y de paso por qué no
conocer una nueva verga y alguna que otra nueva experiencia...
El domingo a la hora convenida estaba en el lugar indicado para nuestro
encuentro. Pasó más de media hora y ni rastros del guarda. Ya me estaba
resignando a que solamente fue una tomadura de pelo de su parte cuando se detuvo
un taxi frente a mi y lo vi. Pagó el viaje y se bajó.
-Perdóname Omar, se me hizo tarde, fui a acompañar a mi mujer a tomar el ómnibus
para Trinidad, ella es de allá y se fue a visitar a la madre...
-No te preocupes, ya me estaba por ir...
-Ven, yo vivo a dos cuadras de acé, ven a mi casa a tomar unas cervezas...
Lo seguí en silencio, mientras él me iba contando que su suegra estaba enferma y
su mujer por unos días se había ido a cuidarla...
Llegamos a una casona antigua, pero bien pintanda de esas que se encuentran por
esa zona, abrió el portón del jardín y me invitó a pasar.
-Sábes Omar, te estoy deseando desde que empezaste a subir al ómnibus pero nunca
me animé a hablarte por temor a tu rechazo o a un escándolo en el lugar de mi
trabajo. Esta vez me animé porque mi mujer se fue para afuera a cuidar a su
madre que se enfermó...
Mientra hablaba trajo una botella de anís y no sirvió los típicos vasos pequeños
de licor, sirvió dos vasos comunes y los llenó hasta la mitad. Me dió uno y
brindando me dijo: -Por que gocemos bastante con nuestra primera follada!!!
Choqué mi vaso con el suyo y seguí escuchando lo que rápidamente empezó a
decirme.
-Mirá Omar, no soy marica, soy casado hace bastante tiempo y tengo hijos pero me
gusta que de vez en cuando me hagan gritar con una buena polla metida en el
culo.
Todo comenzó allá en mi tierra... cuando era joven, con los chavales del pueblo
nos pasábamos meta puñeta hasta que a uno de ellos se le ocurrió atarme y me la
mandó por el culo. Me dolió mucho, lloré como loco y cuando me desató le di una
tunda tremenda hasta le partó algunas costillas al Pepiño...
Hizo un alto en su narración, se mandó hacia su garganta casi el total del anís
que quedaba en su vaso, sirvió más y siguió.
-Cuando el Pepiño se curó, me buscó para pedirme disculpas porque yo no lo fui
ni a visitar y no le hablé más desde que me había "violado". Le dije que lo
perdonaba si me dejaba hacerle lo mismo. A regañadientes aceptó y bueno con un
poco de grasa de vaca le metí los dedos primero en su culo apretado y virgen
para luego engrasarme bien la polla hasta que de a poco le fue entrando, ni te
imaginás los gritos y jadeos que salieron de su cuerpo!!! Me parece que todavía
los oigo!! Cuando estos cesaron me dijo que se había corrido sin siquiera
jalarsela y yo seguía de polla dura. No podía correrme, tan engrasada la tenía
que se deslizaba velozmente dentro de su culo por lo que no pude terminar la
follada.
Como le molestaba mucho tuve que sacársela sin correrme, empecé a jalármela sin
resultado porque con la grasa se me deslizaba mucho entre las manos.
El Pepiño al verme tan agitado y sin la posibilidad de aliviarme me hizo poner
con el culo hacia arriba y con un poco de la misma grasa me lo untó, me la mandò
hacia adentro y comenzó a bombearme hasta que me pasó lo mismo que a él le había
sucedido un rato antes. Me corrrí sin siquiera tocármela.
Ahí en ese momento descubrí que bien que se disfrutaba con una polla dentro!!!
Nuevamente interrumpió su narración para servirse más anís, mientras mi copa
permanecía en las mismas condiciones por lo cual me sirvió otro poco.
-Mucho años follamos con el Pepiño hasta que me vine para no hacer la mili y acá
en este país me casé, formé una familia y de vez en cuando me hago una
escapadita para que visiten mis entrañas haciéndome gozar con una buena polla en
mi ojete.
Con tanta charla caliente mi verga se notaba mucho dentro de su prisión de tela,
él lo notó y yo tambien notó que la suya estaba en las misma condiciones.
-Veo que con mi confesión te pusiste cachondo, yo no aguanto más... hace mucho
tiempo que fantaseba contigo cada vez que subías al ómnibus y ahora que tenemos
la oportunidad de hacerlo realidad, no quiero dilatar más nuestro primer
encuentro.
Me tomó de la mano y me llevó al dormitorio, Una habitación muy ventilada, ya
que la ventana estaba abierta y daba a un patio repleto de plantas.
Luego comenzó a quitarse la ropa y cuando estuvo completamente desnudo pude
verle el cuerpo fofo por tantas horas sentado en el ómnibus, un culo chato y
aplastado unas tetillas colgando hacia abajo en forma de dos triáangulos y una
verga normal, la cual estaba totalmente erecta apuntando hacia adelante porque
ni siquiera tenía la fuerza o el tamaño necesario para apuntar hacia el techo.
-Hombre! Quítate la ropa, o acostumbras a follar vestido? Mientras admiraba sus
carnes blancas cayendo, me fui desnudando sin ninguna prisa, quería hacerlo
desear antes de mandarle toda la "polla" como él quería.
Cuando me vio totalmente desnudo exclamó: -No me equivoqué al elegirte!!! Tienes
una buena polla, espero que seas tan buen follador como lo que tienes
empalmado!!! Intenté besarlo pero no lo conseguí porque me dijo: -Déjate de
pavadadas, hombre! No te invité para hacer cosas de maricones, solamente te hice
venir para que me des placer por el culo...
Luego de decirme eso se acostó sobre la cama con el culo hacia arriba y con sus
manos fue separando las nalgas para que su agujero quedase más a mi alcance.
Era un agujero lo suficiente apretado para un hombre de sus edad que había dado
el culo en contandas ocasiones, pero no lo suficientemente apretado como para
que un dedo no pasase por allí.
Acerqué mi cara a ese canal blanco que formaban sus nalgas, me chupé un dedo y
cuando estuvo ensalivado lo suficiente lo apliqué en ese agujero expuesto al
aire.
Luego de que Ramoón gimiera lo suficiente porque yo ya tenía tres dedos dando
vuelta dentro de su ano el cual ya no tenía ganas de cerrar, retiré los dedos y
pude ver un agujero rosadito bastante abierto, con mis manos le impedí la
contracción que estaba por efectuar, no le dejé volver a su posición inicial de
culo cerrado y le apliqué una generosa escupida allí.
Con muy buena puntería mi escupitajo cayó directamente dentro de ese "ojo"
latiente y con mis dedos ayudé a que entrase más profundamente.
Ramón gemía, deliraba y entre sus frases entrecortadas me suplicaba.
-No aguantó más tanto cachondeo en mi ojete!!! Dale mandame la polla hacia
adentro, no aguanto más..!! Pude ver como llevaba su mano hacia abajo de su
cuerpo y se agarraba la verga que estaba bastante más aumentada de grosor y de
tamaño. La podía ver a través de sus piernas separadas y algo cubierta por sus
huevos, pero la cabeza vista desde atrás parecía enorme y totalmente mojada por
sus fluídos naturales.
Toqué esa cabeza empapada y un poco de sus jugos quedaron adherido a mis dedos,
luego la agarré con mis cinco dedos y le hice una "especie" de paraguita,
especie porque por la posición en que estaba solamente podía agarrarle la punta
de su cabeza super hinchada y morada.
Ramón movía su cuerpo como queriendo coger la cama gimió tanto por la calentura
que tenía que creí que iba a acabar antes de que se la metiese.
Cundo mis dedos quedaron bien gomosos por sus efluvios internos los apliqué en
su agujero que a esas alturas estaba apretado nuevamente.
Lo obligué a abrirse y le metí los dedos untándolo con ellos y con parte de mis
jugos que estaban cayendo deseperadamente desde el borde de mi glande.
Apliqué mi verga en ese agujero bellamente lubricado con saliva y con nuestros
jugos pre-eyaculatorios y al instante oí un grito proveniente de la garganta de
mi víctima que se quejaba porque toda la cabeza de mi amado instrumento estaba
tratando de distender su esfínter el cual respondía tratando de rechazar y
expulsar hacia afuera al intruso que quería entrometerse en esas profundidades.
Otro empujón y la resistencia fue vencida, media pija pasó lo más campante por
el canal que respondía rechanzando al invasor.
-Ahhhhhhhhhhhh..........! Daaaleeeeeee, me dueeele, perooo quiero que la metas
todaaaaa.......
Complací a mi anfitrión y de un golpe muy rápido y fuerte le mandé hacia adentro
el pedazo que aun faltaba por entrar en sus entrañas.
-Ahhhhhhh....! Tuve que quedarme quieto porque ese grito fue mío, me dolió el
frenillo de la verga por el roce tan apretado de ese recto tan estrecho y que
segun su dueño era visitado muy pocas veces al año.
Quedé sin moverme con mi verga dentro de Ramón, que tampoco se movía, no sé si
por el dolor que sentía él o por el placer de estar empalado un buen rato con
una verga totalmente dura dentro suyo.
-Quiero disfrutarla!! No te muevas, hace mucho tiempo que no sentía una polla
como esta y quiero tenerla un buen rato para gozarla antes de que te corras.
No me moví por un rato hasta que su esfínter empezó a contraerse cada vez con
más fuerza y más rápido, me apretaba la pija de una manera tremenda, parecía que
allí dentro tuviese dientes de las mordidas que podía sentir a través de la piel
de mi verga.
Por un rato esa sensación es excitante, pero tanto tiempo sintiendo que te
muerden la verga ya no se aguanta más, por eso empecé a hacer unos movimientos
como los que hace un sacacorchos al meterse en el corcho de un buen vino, empecó
a mover mi pija tratando de girarla dentro de las fauces de ese orto que tanto
placer me estaba dando, logré girar un poco a mi acalambrado miembro lo
suficiente para que Ramón aflojara un poco el esfinter hasta que sentí un alivio
total cuando mi verga fue liberada de esas tenazas que la mordían.
-Seguí moviéndote ...girá la polla dentro, me encantaaaa dame más pija!!!! No
tuve otro remedio que complacerlo, pero además de revolver mi pija en círculos
dentro suyo, la empecé a meter y sacar de una manera furiosa y apurada.
-Ahhhhhhhhhhh.....!!Daaaaaaaleeee, no pares....!! Sus palabras, sus
convulsiones, sus jadeos y las tenazas que mordían a mi verga cada vez que esta
entraba en sus entrañas, lo agitaron tanto que cuando hacia el movimiento para
sacarla, me la mordía nuevamente, por lo que el mete y saca se hizo más lento,
por la imposibilidad de seguir al mismo ritmo que un rato antes le estaba
poniendo a la cojida.
Cuando nuevamente la enterré en su totalidad sentí unos espasmos y una agitación
en mi glande que me anunciaba que inmediatamente la descarga se iba a producir
allí en las profundidades.
-Te siento!!... como se te está hinchando!!! ... tu polla estás por
reventaaaaaaarrrr!!! Instintivamente pasé mi mano por debajo de nuestros cuerpos
y me encontré con un grn charco de líquido sobre la cama, parecía una hemorragia
de líquido preseminal que empapaba la cama, buscando más entre nuestras piernas
encontré a su verga totalmente pegajosa por su tremenda lubricación, pero al
tocarla se agitó rapidamente y expulsó su semen de una forma violenta el cual
llegó a mojarle las rodillas al mismo momento que mi descarga se producía en lo
más profundo que pude llegar con mi verga endurecida y caliente.
Ramón quedó extenuado, sin habla, con su respiración muy agitada y yo quedé tan
agotado por el esfuerzo realizado que me quedé sobre su cuerpo hasta que
nuestras convulsiones cesaron.
A pesar de la gran eyaculación mi verga quedó dura, por un buen rato metida
dentro del "estuche que muerde" hasta que se fue bajando y se normalizó todo.
Cuando recuperamos nuestra cordura, Ramón con un hilo de voz me dijo:
-Guaaaaaauuuuuu!!!! Omar, ni el Ramonciño me sacó tanto jugo de los cojones como
lo hiciste tú!!!! Y eso que en esa época no tenía los años que tengo ahora.
-Vos también me exprimiste la pija ferozmente!!! -Me dejaste de cama!!! Ven
vamos a refrescarnos un poco a ver si se nos pasa el agotamiento....
Nos dimos un interminable baño de agua caliente, lo más caliente que nuestros
cuerpos pudieron aguantar. Ramón me enjabonó la verga y esta se puso "bobona",
pero no llegó a lograr una erección total.
Al salir del baño pasamos por el comedor y nos mandamos unos generosos tragos de
anís y al mirarlo noté su rostro agotado, se notaba que el Ramonciño no estaba
para esos trotes, aunque no llegaba al medio siglo, pero a lo mejor estaba
agotado de tanto trabajar o de sus problemas domésticos o de su doble vida...
Volvimos al dormitorio y él se puso a bostezar, no sé si por el agotamiento de
tan fenomenal cojida o por la gran cantidad de anís que había ingerido como
excusa para darse valor por lo que íbamos a hacer.
La cama estaba totalmente hecha una porqueriza, leche y jugos por todos lados,
por eso sacó la sábana y puso una limpia sin ajustarla a su sitio, se tiró
encima y se puso a roncar.
Me quedé un rato mirando ese cuerpo blanco, con carnes colgando y como no tenía
otra cosa que hacer me acosté a su lado y me puse a pensar en el gozo recibido y
por supuesto imaginando el placer dado, hasta que me dormí.
Fui despertado por la mano de Ramón que trataba de endurecer a mi pija con
apretones y tirones.
-Vaya, chaval que bien me la has hecho!!! Me hiciste dormir, mirá es casi la
medianoche!!! -Tengo hambre, tenés algo de comer? -Tengo mi culo para que lo
comas nuevamente!!! -No te alcanzó? -Tú que crees??? Iba en serio, quería joda
otra vez y a pesar del hambre de comida que tenía lo complací otra vez.
Le dije que quería que me cabalgase y el me contestó que nunca lo había hecho,
que con el Pepiño y los otros siempre se había puesto boca abajo, pero quería
probar esa pose de la cual tanto le habían hablado.
Mi verga estaba bastane alicaída por lo tanto la tomé con mis manos y empecé a
sobarla de una manera descarada para ver como reaccionaba el guarda y este se
acostó al lado mío bien estirado y empezó a hacer lo mismo con su propia pija.
Una vez que las dos vergas estuvieron listas para el ataque me preguntó que
tenía que hacer.
Simplemente le dije que se pusiera sobre mi y me dejara hacer el trabajo, que
luego le diría como tenía que moverse.
Yo miraba como se iba acomodando sobre mi su verga quedó enfrente de la mía, las
dos apuntando hacia el techo, con mis manos traté de levantarlo para que se
pusiese más adelante, pero no pude moverlo, hice un ademán para que se levantase
un poco y quedó sentado sobre mi pija.
Podía sentir el calor de sus bolas sobre mi pija caliente, lo hice mover otro
poco para liberar a mi verga de ese peso hasta que esta quedó detrás de su culo
y ahora podía sentir el calor de sus huevos sobre mis vellos púbicos ya que
estos quedaron depositados sobre ese lugar.
-Y ahora que hago? No le contesté nada, escupí mis dedos y los apliqué en su
trasero que nuevamente estaba bastante cerrado y lo fui abriendo lentamente con
mis dedos mojado por la saliva, hasta que estos desaparecieron dentro de ese
caliente túnel.
La próxima acción que tomé fue mojar mi verga con mi saliva todo lo que pude y
le dije que se levantase un poco, para que mi verga quedara calzada en esa
entrada que tanto placer me había proporcionado unas horas antes.
Así lo hizo mientras con una mano tanteaba el agujero, con la otra llevé mi
verga a esa cavidad que la estaba esperando.
Una vez que el glande fue apoyado en ese agujero chorreante porque mi saliva era
expulsada hacia el exterior por las fuertes contracciones de su esfinter, agarré
a Ramón de las caderas y lo empujé hacia abajo.
Sentí como su ano oponía resistencia pero su cuerpo al ir bajando no tuvo otra
solución que abrir las compuertas y permitirle la entrada.
Ramón no estaba acostumbrado a esta clase de penetraciones, según me había
confesado, él siempre lo hacía boca abajo, por eso fue tan violenta la caída de
su cuerpo hacia abajo, que me hizo dar un grito de dolor, creí que algo me había
desgarrado la frágil piel de la pija.
-Por favor!!! levantate me duele muchoo...!!!
Cuando se levantó vi a mi querida amiga totalmente enrojecida y morada en
algunas partes del glande por el machucón dado por esa estrepitosa caída.
No se me bajó, pero me ardía en demasía, por lo cual tuve que aplicarle una gran
dosis de saliva para refrescarla mientras Ramón miraba medio atolondrado sin
atinar a emitir ningun comentario.
Le di un empujón, quedando boca abajo con el agujero abierto mirando al techo,
la saliva se me había agotado pero no sé de donde saqué energía y obligué a mis
glándulas salivales a crear otra cantidad a toda prisa.
Mi verga en mi mano me ardía mucho, pero con la saliva se la apliqué nuevamente
en la posición en la que estaba acostumbrado y la dejé un buen rato allí hasta
que los tirones y el ardor cesaron no traté de moverla.
Cuando me sentí mejor empecé un mete y saca, lento, muy lento hasta que el me
ayudó con sus contracciones y aceleré el ritmo hasta que le dije que se pusiese
de costado así podía manipularle la verga.
Así de costado se la fui mandando y sacando hasta que sentí en mi mano los
latidos de su verga la cual se puso tan violenta que en tres contracciones
expulsó el semen que aun quedaba en lo más recóndito de su ser y este fue a para
al suelo porque la verga de Ramón dentro de mi mano estaba al borde de la cama.
Cuando su verga dejó de expulsar el líquido de la vida le saqué la mía casi en
su totalidad y de una sola estocada la mandé nuevamente hacia adentro,
depositando allí una nueva eyaculación.
Muy agotados quedamos porque el agotamiento físico por los movimientos tan
agitados que hicimos, se hizo sentir, mejor dicho movimientos que hice yo porque
Ramón recibía verga pero el único movimiento que hacía era el de contraer sus
entrañas para agasajar al huesped que las visitaba.
Además del cansancio físico, mi organismo estaba pasando por una gran necesidad
de beber algo porque el anís que habíamos tomado un rato antes presentaba sus
consecuencias y me había dado uns tremenda sed que no venía sola sino acompañada
por un hambre muy acentudo.
Se lo dije a Ramón y este me dijo que nos vistiésemos y me llevó a comer pizzas
con cerveza a un restaurant por Agraciada y Bulevar que dada la hora había muy
poca gente.
-Hola Ramón! Que te trae por acá?
Ese fue el saludo muy familiar del mozo de ese lugar y Ramón le dijo que yo era
un amigo que me había encontrado en el ómnibus y vimimos a comer algo.
Devoramos las muzzarellas con una cerveza, pagó la cuenta, salímos y quizo que
fuese a pasar la noche con él, cosa que no acepté porque al otro día debía
volver al trabajo.
En mi casa me tuve que refrescar un poco la verga, porque estaba muy
congestionada no solo por el desgarro con la caída de Ramón sobre ella sino
porque su culo estaba tremendamente caliente y al no tener una crema lubricante
apropiada ese calor me había irritado esa parte tan sensible.
Al otro día, di mis clases como siempre y a la noche no encontré a Ramón
cobrando los boletos, cosa que no me llamó la atención, porque a veces tiene
días de descanso o lo designan a otro recorrido.
El martes lo encontré y me dijo que lo llamase y esto es más o menos lo que
recuerdo que me dijo: -Omar, me dejaste una inflamación tremenda!!! Después que
te fuiste sentí como que me quemaban el culo!!!
Me toqué con los dedos estaba hinchado y abierto y de allí salía fuego!!!!
Después me empezó una diarrea imparable, tuve que ir al médico. Pasé una
verguenza terrible, se dio cuenta de que me habían follado!!!
Me recetó una pomada y me dijo que otra vez usase lubricante y no me dejase
follar por tanto rato sin la lubricación necesaria.
Le conté que mi verga estuvo con mucho fuego, pero que la irritación iba
pasando.
Me dijo que si el jueves estaba mejor quería que fuese a repetir lo del domingo
porque quería aprovechar que su mujer no estaba, porque a lo mejor pasaría un
año sin sentir ese placer que le daba a su cuerpo el sentirse penetrado de esa
manera.
El jueves le dije que no porque yo salía tarde del liceo y al otro día tenía que
ir nuevamente a otros liceos.
Quedamos que el sábado sería el próximo encuentro porque su muejr llegaría el
domingo a la noche y se le terminaba la semana de libertad.
Lo que sucedió la segunda vez que visité a Ramón en su casa lo narraré en otra
ocasión.
OMAR
Espero comentarios y fotos en
omarkiwi@yahoo.com