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Me quedé otro rato en el cine porno

en Gays

ME QUEDÉ OTRO RATO EN EL CINE PORNO

Después que el muchacho me había chupado el culo acabó en la boca del sesentón se fue y no lo volví a ver, ese señor quería charla pero yo no tenía ganas de escuchar sus desventuras me despedí de él y me fui a otra sala de ese cien porno que ya conté en el relato "OTRA AVENTURA EN UN CINE PORNO".

Hoy quiero contar lo que sucedió después que abandoné ese reservado en el cual gocé a medias porque el sesentón se había hecho penetrar por tantas vergas en ese cine que su culo extremadamente dilatado no daba para mucho placer, lo único que me hizo gozar un poco fue la lengua del otro tipo tan extraño que desapareció inmediatamente después que se produjo su descarga seminal en la boca del sesentón.

Quedé un poco agotado pero al mismo tiempo insatisfecho porque yo quería disfrutar a lo grande y desquitar los poco pesos que me había costado la entrada a ese cine que visitaba por primera vez.

Salí del reservado un poco desilusionado porque ese señor era lo único que había encontrado y éste no había saciado mis expectativas, por eso me fui a otra sala (de las cuatro en que está dividido ese pequeño cine) donde me senté en la semi-penumbra a mirar la película.

Ante mis ojos tenía a un negro muy hermoso que además de tener una verga antológica era penetrado al unísono por dos verga blancas al mismo tiempo que el se pajeaba y le chupaba la verga a otro negro igualmente de dotado.

Esa escena volvió a excitarme tato que mi mano volvió a acariciar mi bragueta que ye estaba nuevamente abultada por la erección que me había producido ver esa penetración tan artística acompañada por los gemidos del negro que aunque tenía la boca llena con la verga de su hermano de raza igual dejaba escapar esos sonidos de placer al mismo tiempo que de su verga brotaba una leche muy blanca que contrastaba terriblemente con la negrura de su piel.

En esa sala no era yo el único espectador porque mis ojos se cruzaron con varias miradas de unos cuantos tipos que descaradamente se pajeaban con la verga fuera a de sus pantalones sin importarles que los demás podíamos verlos, era tanta la calentura que les había producido esa escena que muchos de ellos después del gemido final eyacularon en el suelo o sobre los asientos y se fueron muy sigilosamente hacia la salida.

Uno de ellos en la oscuridad me pareció muy bonito, andaría rozando los 40 años, lo miré un rato en el cual él hacía lo mismo conmigo, luego sin decirme nada se levantó de su asiento y al pasar junto a mí me rozó con la mano como indicándome que lo siguiese a l reservado.

 

En ese reservado había una sola silla y un televisor donde se podía ver la misma película que se proyectaba en la sala mayor.

Le dije que quería penetrarlo, se negó mostrándome una linda verga que ya la tenía en la mano dispuesta a la acción y como me gustaba mucho el tipo accedí a sus deseos de que quería metérmela por el culo sin vacilaciones.

Me paré delante de él, me bajé los pantalones apoyé las manos en el respaldo dela silla empiné el culo hacia atrás levantándolo lo más alto posible para que lo tuviese más cerca dado que el tipo era más alto que yo y así le quedaría más a la altura de su verga.

Sentí que rasgaba un sobre, miré hacia atrás y vi como su pija desaparecía dentro de ese condón arrugado y con pinchitos, luego que su verga estuvo totalmente cubierta saco de un bolsillo una cajita con un lubricante y se cubrió toda la verga con ella, y un poco de ese gel me lo paso por el agujero empujándolo par adentro con uno de sus dedos.

Al principio me dolió porque me la quiso meter de golpe sin siquiera dilatarme un poco para que entrase mas adecuadamente, pero el tipo era tan atrayente que lo deje hacer como al él le gustaba, luego que la metió empezó a bombear con ese mete y saca tan placentero que sabía efectuar al mismo o tiempo su mano recorría mi verga en toda su extensión.

Yo estaba por acabar cuando repentinamente sentí que su verga abandonaba mi recto, creí que sería para meterla con más fuerza pero me equivoqué porque el tipo se sacó el condón guardó la pija en su pantalón y se fue sin darme ninguna explicación de por qué me abandonaba ene ese momento tan especial.

Hasta el día de hoy ignoro si se aburrió de mi culo, si no le gustó o a lo mejor quería probar otros antes de eyacular en alguno que lo satisfaciera más que el mío.

Quede más caliente y furioso que cuando había abandonado al sesentón por no haberme hecho gozar en la magnitud que yo esperaba, me subí los pantalones salí de ese reservado sin saber si irme para la calle o volver a la sala.

Al fondo del pasillo vi una puerta, a esas alturas con la rabia que tenía ni me di cuenta de si era la puerta de la sala o adonde rayos me llevaría esa puerta, me encamine hacia allí total tanto me daba volver a mi casa o a la sala.

La abrí y entré a una habitación totalmente oscura, pensé que ya me acostumbraría a la oscuridad porque en cualquier momento la pantalla se iluminaría con alguna escena altamente caliente, sentí voces y pasos, tanteando para no caerme estiré la mano posándola justamente en una verga muy caliente que su dueño sin lugar a dudas se estaba pajeando en esa oscuridad.

El tipo instantáneamente respondió de igual manera, pasando su mano sobre la mía buscando mi verga, pero no la encontró porque estaba guardada dentro de mis pantalones pero como mi calentura seguía intacta tiré de su verga obligándolo a salir de esa habitación; y en el pasillo pude verle la cara, la cual no fue de mi agrado, pero no me importó porque su verga estaba dura en mi mano y tenía buena contextura.

Era medio calvo y con gestos muy amanerados, pero como yo quería descargar mi calentura cualquier cosa me viese servido en esos momentos aunque hubiese sido un gato me lo hubiese cogido.

-Estás tan caliente!! Esperá un poco... vamos despacio...

Fue lo único que el pobre tipo atinó a decirme por el pasillo mientras lo llevaba al mismo reservado donde me habían dejado plantado un rato antes.

En cuanto cerré la puerta el tipo me la quiso chupar pero no lo dejé porque mi verga estaba derramando muchísimo precum así que me puse un condón y arremetí contre el culo de mi pobre víctima.

Lo cogí como quince minutos en los cuales gemía no solo por el gozo que estaba recibiendo sino por el dolor que mi verga le daba al golpearle tan intensamente los tejidos de su recto, pero pacientemente aguantaba las sacudidas que mi pija le daba a su orto porque lo disfrutaba en gran escala.

El tipo era cariñoso quería besos y caricias pero yo no estaba para eso solo quería meter y meter sin importarme lo que la otra persona quisiese, generalmente no soy así pero ese día me había quedado furioso porque habían jugado conmigo y me vengué en ese pobre tipo que fue lo primero que encontré.

Después que el condón quedo mojado porque la eyaculación se hizo inevitable descargándome en lo más profundo de su orto, comenzó a besarme la pija por encima del condón hasta que me lo arrancó o con sus dientes para terminar pajeándose agachado en el piso chupándome la verga que a esas alturas estaba completamente mustia y exhausta.

Quedé tan agotado que lo dejé que hablase y me contase cosas de su vida que ni me importaban, el tipo quedó muy agradecido porque dijo que hacía tiempo que nadie lo cogía tan gratamente como lo había hecho yo, haciéndole disfrutar con cada centímetro de mi verga que le entraba en su orto.

Por un rato descansamos, él acostado boca abajo sobre el piso con el culo al aire y yo sentado en la silla con la verga totalmente empapada de saliva, semen y líquidos preseminales.

Cuando miré la hora ya había pasado la medianoche y como Cenicienta me tenía que ir, por eso me apresuré en secarme la verga con un pañuelo, total en mi casa me iba a abañar porque tenía el culo húmedo por dentro por la cogida inacabada que me habían dado y la pija y las bolas mojadas por tantos fluidos que necesitaba urgente una limpieza refrescante antes de irme a dormir.

 

El tipo se separaba las nalgas con las manos diciendo que le ardían bastante, pero que en cuanto llegase a su casa se iba a poner paños de agua fría para que se le fuese la irritación.

Salimos juntos de esa habitación como si nada hubiese sucedido, pero antes de pasar al hall de entrada me dio su número telefónico diciéndome que lo llamase cundo necesitase un culo para perforar, que el suyo siempre estaba dispuesto para esas cosas.

Al pasar el portero con cara de sorna no dijo:

-Espero que lo hayan pasado bien y que vuelvan por acá.

 

En cuanto llegué a mí casa me di un baño de unos quince minutos para refrescarme y para sacarme todos los olores que mi cuerpo había acumulado en esas horas en las cuales permanecí teniendo sexo en ese cine.

Al tipo lo llamé un par de veces, pero nunca lo encontré por eso no insistí más y me dedique a la caza de otros ejemplares más agradables que me dieran más placer.

OMAR

Espero comentarios y fotos como siempre en omarkiwi@yahoo.com

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