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Mario Cezar, recepcionista de Río de Janeiro

en Gays

MARIO CEZAR, RECEPCIONISTA DE RÍO DE JANEIRO

Muchos de mis amigos y lectores saben que el mes de Julio lo pasé prácticamente viajando por Brasil, pero lamentablemente en los cuatro primeros días no sucedió nada interesante en materia sexual que se pueda narrar porque no tuve ninguna oportunidad de tener un encuentro cercano de cualquier tipo de sexo.

Al subir al bus me enteré de que el guía sería un negro llamado Rodrigo al que había conocido en otro viaje y había disfrutado de varios encames con él, me alegré de viajar nuevamente con él, ilusionándome con que tendría mi ración de verga asegurada, esta vez tendría que visitarlo en su habitación dado que en este viaje yo compartía la habitación con mi tío y por esa razón él no podría visitarme como lo había hecho en otras oportunidades.

Pero lamentablemente nada de eso sucedió porque la primera escala fue en Camboriú y allí estuvo muy ocupado con los pormenores del viaje y en la única noche que permanecimos allí ni siquiera me insinuó que en el futuro iba a requerir de mis "servicios"

Pero la mala racha no dura eternamente por eso no me desanimé y al llegar a Río de Janeiro me dediqué a visitar esa ciudad que me maravilla tanto sin prestarle atención a Rodrigo que seguía muy ocupado coordinado el viaje hasta Recife, pero a la noche sucedió algo inesperado que es lo que trataré de narrar en esta oportunidad.

Nos alojamos en un hotel en Copacabana a unas tres cuadras de la playa, es ese que atrás hay un morro que impide ver la otra pare de Río pero desde su terraza con piscina se puede apreciar un magnífico paisaje con las islas incluidas.

Cerca de la nueve de la noche estábamos citados por Rodrigo en el lobby del hotel para ir a cenar y cuando fui a pedirle al recepcionista una foto del hotel para mi álbum tuve que esperar mi turno porque estaba hablando con una señora.

No tuve más remedio que oír la conversación porque yo estaba parado al lado de la señora, exactamente no sé que habían dicho antes de mi llegada, pero el recepcionista le decía a esa pasajera que tenía el cabello del mismo color que Sophia Loren y como él era admirador de la diva italiana había reconocido instantáneamente el color del cabello de su idolatrada romana.

No pude con mi genio y le comenté que en mi PC tenía algunas fotos de Sophia que yo había escaneado de unas revistas antiguas, hecho que al recepcionista le fascinó y dio por terminada su conversación con la señora para dedicar su tiempo a indagar sobre mis conocimientos de la italiana.

Después de enterarse del material que yo tenía me dio muy apresuradamente su E-mail para que le enviase inmediatamente después de mi regreso a Montevideo las fotos que tenía en mi PC y después me mostró la foto de su "marido".

Me dejó un poco shockeado porque aunque el recepcionista tenía algo extraño nunca me hubiese imaginado que se iba a comportar tan abiertamente declarándome con su actitud que era gay y no bi o heterosexual que para eso no tenía que darme ninguna pista de sus inclinaciones sexuales.

Con el grupo de la excursión nos fuimos a cenar a un restaurante situado a varias calles de allí y durante toda la cena no pude dejar de pensar en el recepcionista y en su forma tan abierta de hacerme saber que tenía marido.

Un muchacho no tan muchacho, muy blanco y de cabello castaño claro que contrastaba con el tostado de la piel de lo cariocas, particularidad que me hizo pensar mucho en él, no sé sí con la esperanza de una conquista o por lo menos de un acercamiento que me diese una pista para conseguir a alguien que me sacase las ganas de expulsar mis fluidos ya que desde mi salida de Montevideo este hecho no se había producido.

Después de cenar hicimos una caminata por la Av. Atlántica iluminada solamente por las luces de neón y luego volvimos al hotel donde pude ver al recepcionista muy ocupado atendiendo a unos huéspedes por eso ni se percató de mi presencia allí.

Subí a mi habitación, fui al baño a higienizarme y al salir de allí le dije a mí tío que iba a bajar para ver otra vez la belleza nocturna de Copacabana, total cualquier excusa era buena para mi ausencia en las horas de sueño.

Tuve mala suerte porque ni rastros del recepcionista con marido quedaban por todo el hall de entrada del hotel, pensé que habría terminado su horario de trabajo y se había ido a disfrutar de la verga que estaría esperándolo en su casa.

Le pregunté la chica que estaba tras el mostrador de la recepción por el otro recepcionista y muy amablemente me contestó que Mario Cezar vendría enseguida porque había ido a acompañar a unos nuevos huéspedes hasta el piso quinto, pero si ella podía ayudarme que le dijese que necesitaba.

Le agradecí y me senté a esperar a Mario Cezar, ahora si podía identificarlo por su nombre.

No tuve que esperar mucho tiempo porque a los pocos minutos de haber depositado mi osamenta en un mullido sofá, vi que se habría el ascensor y de allí descendió Mario Cezar, dirigiéndose imediatamente hacia su lugar de trabajo sin mirar para ningún lado.

Su compañera le dijo que yo lo esperaba, luego me miró y me dijo que en un momento estaría conmigo, llamó por teléfono dando algunas indicaciones y sin decirme que me acercase dejó la recepción acercándose para enterarse de lo que necesitaba.

Le dije la verdad que como él había sido tan sincero al decirme que tenía marido le quería decir que él me había atraído y como hacía más de cuatro días que no había tenido ningún encuentro íntimo le pedí que no se ofendiese por lo que iba a decirle pero que quería acostarme con él.

-Mi marido es muy celoso, pero a veces me atrae algún huésped y trato de disfrutar con él sin que mi pareja se entere porque lo amo y no quiero perderlo pero la carne es débil y...

-Y entonces aceptás mi propuesta...

-Vení a la recepción que te doy una llave, espérame en esa habitación que enseguida subo.

La recepcionista no hacía nada porque no había nadie que solicitara su atención por eso Mario Cezar tomó una llave y me dijo:

-Su llave señor.... que tenga una buena noche.

Tomé la llave 1013 pensando que la chica habrá dicho que por que no le había pedido a ella la llave de mi habitación y muy orondo me fui al piso diez a la búsqueda de la habitación en la cual pensaba disfrutar de un buen polvo con el carioca.

A los pocos minutos de encontrarme allí tirado sobre la cama, vi que se habría la puerta y Mario Cezar entraba en el aposento dirigiéndose hacia mí luego de cerrar la puerta con el cerrojo.

Se sentó sobre la cama a muy pocos centímetros de donde yo me encontraba por eso fue fácil abrazarlo y besarlo en la boca, sin responder el beso muy suavemente me retiró de su lado diciéndome:

-Beijos na boca, nâo!!!

Ignoro el por qué de su actitud porque luego se puso a chupármela con todas las de la ley diciéndome:

-Você tem uma rola gostosa, deija-me fazer tudo a mí.

Realmente gocé muchísimo con la chupada que me hizo poniéndose arriba mío para que mi lengua tuviese a su alcance el "buraco" que pretendía ofrecerme.

A pesar de tener marido como me había dicho, su esfínter todavía estaba en buenas condiciones y pude deleitarme hurgándolo con mi lengua y distendiéndolo con mis dedos haciéndolo gemir cada vez que las yemas de mis fingers se introducían milímetro a milímetro dentro de su gostoso canal.

Creí que mi verga iba a estallar dentro de sus fauces, llenándoselas con mi esperma blanquecino porque me hizo un extenuante sube y baja con su boca apretándome las bolas con sus dedos y tironeando de ellas hasta que tuve que pedirle que no siguiese porque me dolían mucho.

Cuando estaba sobre mí pude lamerle la raíz de su pija en esa zona donde se encuentra con sus bolas pero, mi lengua se dedicó exclusivamente a inundar de saliva su canal preparándolo para ocuparlo luego con mi verga si la mamada que Mario Cezar le brindaba, no la dejaba fuera de combate produciéndole una eyaculación apresurada.

Por suerte notó que mi verga se agitaba cada vez más golpeándole el paladar con ese palpitar tan delicioso y por eso sé decidió a abandonarla diciéndome que esperase porque me iba colocar una camisinha.

Abandonó el lecho para ir hasta dodne había dejado su saco y de un bolsillo extrajo un sobrecito violeta que al romperlo dejó salir su contenido, un hermoso condón de ese mismo color y perfumado con esencia de uvas.

Sin dejarme decir ninguna palabra me lo colocó sobre mi enhiesta vara y luego muy cómodamente se sentó sobre ella tragándose más de media pija de una sola vez.

Qué bien que le había dilatado el esfínter con mi lengua y con mis dedos!!!!

Mario Cezar descendió clavado sobre mi verga hasta que pude sentir sus bolas sobre mí estomago y en ese momento inclinó el cuerpo hacia adelante besándome el cuello.

Así como estaba comenzó mover el culo y a contraer el esfínter para terminar dando una cabalga furiosa y feroz sin darme tiempo a contener la eyaculación porque ésta se produjo mucho antes de que terminase su galope dejándome agotado antes de que él terminase con una paja hecha sobre mi cuerpo.

Clavado allí pero sin galopar descargó toda su lechada sobre mi pecho y sin desmontarse del órgano que le había hecho expulsar tremenda cantidad de líqudo blanco y espeso me dijo:

-Estuvo muito gostoso, você tem um pau grosso.

Por un rato quedé tendió sobre la cama mirando como Mario Cezar se vestía después de haberse lavado en el baño y al finalizar me dijo que iba a dar una recorrida por la recepción pero que volvería enseguida porque quería gozar outra vez con mi bonito pau.

Por esos raros designios del destino mi suerte había cambiado y todo el sexo que no había tenido desde mi salida de Montevideo parecía que se me iba a dar en esa noche, pero a pesar de haber quedado extenuado me levanté para ir a darme una ducha porque mi cuerpo estaba completamente mojado por las eyaculaciones que habíamos tenido sobre él, aunque la mía fue dentro del recto de Mario Cezar al sacarme el condón ésta no sólo había mojado mi pija sino que también mis bolas habían sido alcanzadas por el abundante líquido.

La cálida ducha precedida por la descarga seminal fue tan relajante que al volver al lecho inmediatamente me quedé dormido, pero ese plácido sueño fue interrumpido por la húmeda boca de Mario Cezar que aprovechó para volver a succionar mi verga de una manera tierna y serena.

Ni que decir que cuando recobré totalmente la conciencia mi pija estaba dura nuevamente palpitando sobre la lengua de mi anfitrión.

Mario Cezar había entrado en silencio y viendo que yo dormía destapado sobre la cama se había aprovechado abocanando mi pija porque eso era lo que él había venido a buscar, porque quería una nueva metida de mi miembro en su orto.

Rápidamente se desnudó y ofreciéndome el orto se acomodó nuevamente arriba mío para cabalgarme como la vez anterior pero se lo impedí diciéndole que esta vez quería ser yo quien dirigiese la acción.

Sin mucho entusiasmo de su parte aceptó ponerse boca arriba sobre la cama y levantando las piernas ayudándose con sus manos me ofreció el agujero que ya me había dejado exhausto una hora antes, como diciéndome que lo penetrase sin compasión.

A pesar de que los tejidos tenían que haber vuelto a su sitio en esa hora de descanso su orto estaba tremendamente dilatado y húmedo, por lo que supuse que se habría puesto algún gel lubricante y efectivamente lo comprobé al introducir mi dedo porque encontré ese canal muy gelatinoso.

Él me puso un nuevo condón luego apoyé mi verga en ese agujero del cual manaba el gel y ataqué fuertemente metiendo media verga hacia el interior del carioca el cual gimió de placer porque dolor ni por asomo reflejaba su rostro de sumo gozo.

Apreté su cuerpo contra el mío para meterle el resto con el cual no hubo ninguna dificultad y así muy pegados uno sobre el otro comencé un vertiginoso mete y saca en el cual sus gemidos y palabra decían algo como:

-Soca mais!!! Empurraaaaaaa tudo..!!! Estoi gozandoooooooo....!!!

Repentinamente sentí como que unas tenazas apretaban mi cintura y estas estaban formadas por sus piernas que entre convulsiones y gemidos me atrajeron más hacia su cuerpo obligándome a pegarle con mis bolas sobre su ano y así muy trenzados eyaculamos al unísono.

Como no me dejó besar su boca tuve que contentarme besándole el cuello ya que sus gemidos me hicieron gozar inmensamente dándome doble placer por haber logrado satisfacerlo.

La pija de Mario Cezar había quedado prisionera entre nuestros estómagos por eso pude sentir sus tremendas contracciones en el momento que escupió su segunda lechada mojándonos gran parte de nuestros cuerpos.

Quedamos por un rato amarrados con sus piernas cruzadas tras de mi cintura hasta que mi verga perdió rigidez y por la ley de gravedad fue expulsada de ese cálido hoyo produciéndole un suspiro de alivio a mi partenaire.

Nos bañamos inmediatamente porque él tenía que retomar su trabajo y yo tenía que dormir un poco ya que tendría una jornada agotadora hasta llegar a Porto Seguro al día siguiente.

La habitación y el baño quedaron hechos un desastre pero seguramente él mandaría a la mucama, la cual la arreglaría dejándola tan bien que nadie podría sospechar lo que sucedió allí.

A Mario Cezar no lo vi más porque luego de dsesayuanr nos fuimos y a esa hora él ya no estaba en la recepción.

Debo decir que a pesar de habernos dado un enorme placer mutuo, estoy muy ofendido con él porque le envié las fotos de Sophia Loren como me lo había pedido y jamás me las agradeció ni siquiera contesta mis mails.

A lo mejor tiene por costumbre poner alguna excusa cuando algún pasajero le gusta, se hace dar placer y luego si te he visto no me acuerdo.

Les envío un beso a todo s mis lectores y si quieren escribirme les digo que siempre contesto a mis amigos.

OMAR

Como siempre espero comentarios en omarkiwi@yahoo.com

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