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Radamés después de la lluvia dorada

en Gays

RADAMÉS DESPUÉS DE LA LLUVIA DORADA

A los pocos días que Radamés me contó lo que ya leyeron mis fieles lectores y que titulé "Radamés y la lluvia dorada", nuevamente me llamó para decirme lo que hoy trataré de llevar a conocimiento de ustedes.

Me llamó por teléfono porque el tiempo estaba muy feo, andaba caliente y no tenía ganas de salir a "cazar" algo por los caminos de Atlántida y alrededores, además estaba preocupado porque José Luis después de que lo había meado no lo había llamado más para metérsela en su culo ansioso de verga.

Como los días estaban feos debido a la niebla y a la llovizna, los pocos transeúntes que andaban por esos caminos solamente estaban en las paradas de ómnibuses mirando hacia abajo, esperando sus transportes sin importarle si había algún "cazador " a la vista.

Radamés me dijo que en esos días de abstinencia sexual se había puesto a pensar sobre su experiencia recibiendo la orina de su amigo sobre su cuerpo y luego la leche en su boca, a esto último estaba habituado y le gustaba pero la meada...

-Omar realmente me he puesto a pensar sobre lo sucedido con José Luis, ahora en frío te digo que fue una reverenda porquería, me calentó y no pude negarme porque él sabe calentarme al máximo con esos treinta y pico de años que tiene, espero que no se le haga hábito y no me lo pida otra vez porque realmente no tengo intención de volver a repetirlo, pero él hace de mi lo que quiere... la carne es débil y no sé que puede pasar si me lo propone nuevamente aunque me de todo el asco del mundo...

Traté de decirle que se calmase y que si José Luis se lo proponía se negase, pero me interrumpió diciéndome:

-José Luis tiene un comportamiento muy raro, es todo un MACHO con mayúsculas, es muy tierno, simpático, cariñoso, las mujeres lo siguen pero en la cama le gusta hacer cosas muy extrañas por eso no se lía con ellas, no sé como explicártelo es tierno pero dominante a la vez, quiere someter a la otra persona a sus deseos.

Luego me dijo que José Luis goza muchísimo cuando tiene sus dedos dentro del culo de alguien y cuando éste se abre dándoles paso para que los revuelva allí dentro dilatándolo antes de la penetración que será inminente, mientras su pija disfruta de la chupada que le hace el tipo que recibe sus dedos antes de metérsela para hacerle una cogida fabulosa.

José Luis goza infinitamente cuando con sus manos se termina pajeando sobre la cara o sobre cualquier otra parte del cuerpo de sus compañeros de intercambios sexuales, pero la meada que se había echado sobre el cuerpo de mi amigo Radamés terminó por ponerlo totalmente desquiciado disfrutando tremendamente cuando veía que su orina se estrellaba sobre el cuerpo del primer ser que había aceptado recibirla.

Radamés me contó que ni en sus años de juventud había logrado conseguir a un tipo tan monumental en la cama como su amigo el repartidor de agua, pero encuentra algo raro en él, porque le gusta hacer de todo pero no se ha dejado penetrar, le gustan las cosa más inverosímiles pero su culo no lo entrega.

Como había pasado una semana desde la fatídica noche de la meada y el llamado de José Luis no aparecía en el teléfono de Radamés desesperado por verga y a pesar de los días horribles salió de caza por el lado del balneario Parque del Plata.

Se dio una vueltita con su coche por el arroyo donde termina ese balneario con la esperanza de encontrar a algún obrero en la parada de ómnibus, que a esas horas él que es "cazador" viejo y ducho en esas lides sabía que a alguien podía "enganchar" en esos lugares.

En el camino vio que iba un muchacho hacia la parada, lo miró a los ojos siendo respondido por su mirada, el muchacho pareció decirle con sus ojos "Que buscás viejo puto", pero a él no le importó para nada ese gesto en su mirada y siguió mirándolo hasta que llegaron a la para de autobuses.

En la parada había unas cuantas personas esperando el ómnibus por eso no se animó a invitar al muchacho a que subiese a su auto, simplemente siguió de largo dando vuelta en la primera calle y se puso a pensar en la buena chupada que podía hacerle a ese muchacho por eso dio la vuelta pasando nuevamente por el lugar donde estaba su presa.

Se ve que el muchacho andaría en la "joda" como se dice por esto lugares porque antes de que el auto llegase a donde él estaba corrió hacia el encuentro de mi amigo y encarándole le preguntó a Radamés:

-¿Qué andás buscando? ¿En que onda andás, viejo?

-Y... ando buscando algo para pasar un buen rato...

Radamés no se animó a ser tan directo porque el guacho le pareció menor de edad, aunque dijo que tenía veinte años y que trabajaba de albañil en una obra cerca de allí.

-Estoy con mis compañeros de trabajo, si los arrimás hasta la Ruta, después sigo con vos y si pagás bien puedo cogerte o dejar que me la chupes.

Con pocas ganas de cargar a los cuatro albañiles aceptó porque estaba muy necesitado, mejor dicho no aguantaba más tiempo sin sentir una verga por lo menos en su boca, ya había pasado una semana desde la última vez que eso había sucedido y ese espacio de tiempo vacío sin disfrutar de una buena pija era mucha abstinencia para él.

Cargó con los cuatro que lo miraban raro como diciendo de donde este tipo con ese cochazo conocía a su compañero para ser tan amable de dejarlos en la ruta, donde descendieron y luego Danaiel que así se llamaba el chico le dijo que vivía para el lado norte pero que siguiera hasta cerca del arroyo así por allí hacían lo que le daría algún dinerillo extra.

A Radamés no le importó para nada que el muchacho fuese un "prostituto" total no iba a ser el primero que le cobrase aunque fuese por dejarlo chuparle la verga parar luego irse tranquilo para su casa.

Como le gusta indagar algo sobre los chicos que se va a "comer" Radamés empezó a hacerle preguntas que el chico contestaba de mala gana, era de Durazno, y estaba trabajando con un tío que era uno de los que había subido al auto, al final cansado de tantas preguntas le dijo:

-Mi tío no dirá nada, no te preocupes. Al final para que me preguntás tantas cosas si lo que te interesas es mi pija, dale apúrate y háceme algo.

Faltaban pocas cuadras para llegar al arroyo que en invierno y a las 7 de la tarde estaba totalmente oscuro y sin ningún ser viviente a la vista, por eso y ante lo zafado del muchacho Radamés se animó y fue tanteándole la verga mientras se acercaba al sitio donde realizarían su acto sexual.

Dados sus veinte años con el contacto de la mano de Radamés sobre su bragueta su verga se levantó instantáneamente por lo que Danaiel procedió a darle libertad bajando la cremallera muy rápidamente porque su verga dura allí dentro le molestaba demasiado.

Afuera del coche el viento bramaba muy fuerte y el frío era aterrador por lo que Radamés le dijo que prefería hacerlo dentro del coche con la calefacción encendida, cosa que a Danaiel no le molestó, ya que él quería hacerlo rápidamente para irse a su casa con unos pesos más en el bolsillo y con sus bolas vacías.

Su verga estaba afuera en contacto con la mano de Radamés que la acariciaba sintiendo como crecía ese pedazo de carne caliente dentro de su mano, por eso le pidió que se bajase los pantalones para poder hacerlo mejor.

Danaiel se desabrochó los pantalones, luego con sus manos los arrastró hacia abajo junto con el slip dejando ante la vista del "viejo zorro" una verga de tamaño normal arqueada un poco pero a esa altura no se iba a mandar la parte de exquisito, él necesitaba verga y eso era lo único que había conseguido por eso bajó su cabeza para besarla antes de introducirla en su boca.

El muchacho no hacía nada solamente se dejaba besar esa verga con aroma a transpiración porque seguramente en la obra no se había bañado, pero ese gusto salado le fascinaba a Radamés por lo que fue bajando su cabeza hasta que toda esa verga de unos 15 o16 centímetros desapareció dentro de su experta boca.

 

Mientras Radamés chupaba su amante momentáneo suspiraba y en algún momento exhaló unas palabras como diciendo:

-La chupás bien viejo puto! Seguí me gusta como me las estás apretando con tu mano y con tus labios...

Se notaba que el guacho estaba gozando porque se metió las manos debajo de su campera dejando ver su barriga redondita y peluda a la vez que con sus manos se acarició su pecho hasta que su placer aumentó demasiado por lo que una mano abandonó su pecho y comenzó a empujar la cabeza de Radamés hasta que sus labios llegaron hasta la raíz de su corta pero dura verga.

Los gemidos aumentaron por lo que mi amigo se dio cuenta de que en cualquier momento el muchacho iba a acabar y no quería perderse ni una gota del néctar que había en esas bolas peluditas y calientes por eso detuvo la mamada un instante para tomar aire, luego casi desesperadamente le dijo:

-Avísame cuando vaya s a acabar!!!

-Estaba por hacerlo, seguí chupando lo hacés muy bien, ¿Querés que te avise para que no te acabe en la boca?

-Nooooo! Avísame porque me quiero tragar toda tu lechitaaaaa...

Después de la interrupción siguió mamando hasta que notó que la pija que estaba dentro de su boca se ponía muy tensa por eso bajó su cremallera para sacar su verga que estaba terriblemente dura y comenzó a pajearse con una mano mientras que con la otra apretaba las bolas de Danaiel que gemía cada vez más fuerte.

Danaiel no soportó mas soltó su pecho y con las dos manos empujó la cabeza de Radamés hacia abajo haciendo con ese movimiento que se tragase toda su verga, pero en ese instante esa pija comenzó a expulsar una gran cantidad de semen que pegó en las paredes de la garganta de mi amigo tratando luego de descender por su esófago hasta su estómago, pero Radamés hizo una contracción de su garganta y una arcada haciendo que la leche caliente retrocediese hasta su lengua para luego saborearla un buen rato hasta que sacó de su boca la verga que le había depositado ese liquido blanco y lo escupió por la ventanilla de su auto.

M amigo al unísono con los latidos de la pija de Danaiel aceleró su mano sobre su verga mojando el parabrisas de su auto con los pocos chorros que salieron de ella.

Una vez terminado todo el chico le dijo:

-La chupás de maravilla, yo creí que te ibas a tragar la leche, pero igual gocé muchísimo, ahora dame la plata y llévame cerca de mi casa... es para el otro lado de la ruta.

Radamés pensó en darle $200 pero por una chupada no se justificaba así que saco un billete de $100 y se lo dio

 

El albañil quedó muy contento no sólo con el dinero sino con el placer que le había dado la boca de Radamés y sus dedos apretándole los huevos para que expulsase más leche de la que su verga quería dejarle sobre la lengua.

Radamés lo dejó cerca de su casa pero antes de que Danaiel se bajae del coche arreglaron otra cita para el viernes siguiente en el mismo lugar.

Mi amigo volvió a su casa muy satisfecho con gusto a semen en su lengua y con sus bolas vacías por la terminación que habia tenido su inesperada aventura con el albañil.

No fue lo mismo que una encamada con José Luis pero para sacarse las ganas momentáneamente le alcanzó.

Antes de finalizar este relato recibí una llamada de Radamés que me decía que estaba leyendo el relato "Radamés y la lluvia dorada", no me llamó la atención porque sé que él lee todos mis relatos pero lo me sorprendió fue que lo estaba leyendo con José Luis a su lado en su oficina con la mano izquierda sobre la bragueta de su amigo y la derecha manejando el mouse.

Por teléfono me dio que José Luis se mató de risa leyendo mi relato y que le había dicho que como podía ser tan descarado de andar contado sus intimidades por ahí.

-La tiene bien parada, se la voy a tener que mamar en la oficina porque con ese bulto no puede salir de acá, que van a decir las secretarias...

Cortó la comunicación sin siquiera despedirse, seguramente porque tenía la boca ocupada tragándose la pija de José Luis y esta vez sí se iba a tragar la leche su amigo como en otras oportunidades.

OMAR

Como siempre espero comentarios omarkiwi@yahoo.com

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