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Quien era el marido de Rosalia!

en Gays

QUIÉN ERA EL MARIDO DE ROSALÍA!!!

Un primo mío que es constructor compró hace un par de meses una casa bastante deteriorada, pero para él no es problema repararla porque tiene a su cargo dos peones que lo ayudan en esa tarea.

No!!, no fue con los peones que tuve un encuentro cercano de primer tipo.

Una tarde a fines de Noviembre me llevó en su coche para que conociese la adquisión que había hecho y al mismo tiempo que me la mostraría me iba a decir todas las reparaciones que pensaba efectuarle para luego venderla o alquilarla.

Es una casa de altos, en la planta baja vive la nieta del primitivo dueño de todo el predio, que con las distintas sucesiones esa casa había sido vendida a una joven que la dejó abandonada y por eso casi se vino abajo.

Una muchacha muy rara, hasta que el cajero del banco no hubo contado el dinero y lo depositó en su cuenta no firmó el certificado de venta, nunca vimos a una persona tan desconfiada, no supimos si pensaba que el dinero era falso o a lo mejor pensaría que si firmaba primero no se lo iban a dar.

Esa es otra historia que fue de yapa con lo que estoy tratando de narrar hoy.

Cuando llegamos a la vivienda, vi que abajo había un kiosco y mucha gente en el jardín, entre ellos estaba Rosalía la nieta de la cual hablé antes, su cuñado me pareció conocido y pensé creo que con este tipo me acosté hace como una década atrás, pero el tipo no dio señales de conocerme y entre los demás acompañantes o visitantes estaban una vecina y no recuerdo quiénes más.

Con Rosalía hicimos muy buena amistad momentánea, pero se ve que le caí en gracia porque siempre me manda saludos con mi primo, no la volví a ver hasta la semana pasada.

Mi primo va casi todos los días a reparar esa vivienda y a dar las órdenes a sus ayudantes de lo que hay que hacer, primero toma las medidas y la cantidad de los materiales que necesita, en fin a supervisar la obra.

En esos viajes conoció al marido de Rosalía, me contó que era un vago que vivía a costillas de la mujer, presunto taxista o taxista sin trabajo, la tenía engatusada a su mujer con que se iban a ir a Norteamérica con las hermanas de ella, pero si el tipo no trabajaba acá, que pensaría hacer en otro país?

Ni por asomo podía imaginarme quien era el marido de Rosalía, pero el destino siempre pone cosas y gente en nuestro camino.

El domingo último mi primo me invitó para que fuese a ver lo adelantada que estaba la obra y como no tenía nada que hacer fui con él.

En la casa de abajo no había nadie, al rato llegó Rosalía en una moto muy disfrazada con el casco y con ropas muy viejas y gastadas, según dijo estaba pintando la cocina de su madre que vivía a dos cuadras de allí.

Conversó un rato con nosotros y al rato llegó un tipo de cabellos grises, vestía solamente con un short, al estar sin camisa pude apreciar que portaba bastante barriga y tenía el pecho muy blanco surcado por uno finos vellos que alguna vez fueron dorados.

Enseguida que nos miramos nos reconocimos, pero como había pasado más de una década de nuestras andanzas, nuestro aspecto exterior había cambiado muchísimo por eso no estábamos seguros si éramos las personas que imaginábamos.

Rosalía nos presentó diciendo que yo no conocía a su marido, porque la otra vez que yo había ido a visitar la obra el que estaba en su casa era su cuñado.

 

-¿Cómo estás, Omar?

Me preguntó el tipo ante el asombro de su nueva esposa.

Tuvo que explicarle que me había conocido en un cumpleaños de niños cuando él había llevado a sus hijos y yo a mis sobrinos, me preguntó por mi hermano Leo y por mis sobrinos dando pie para una conversación sobre lo acontecido en nuestras vidas en los últimos años.

Mario que así se llamaba el taxista que había conocido en ese cumpleaños y que tan bien me había cogido en mi juventud, estaba frente a mí, más viejo y con más cuerpo de persona mayor que de un tipo de unos 40 años como debe tener ahora cuando lo volví a encontrar.

Su mujer entró a la casa porque no tenía cabida en nuestra conversación y mi primo se fue a tomar las medidas que necesitaba para comprar los materiales que iban a necesitar los obreros al día siguiente.

Entre otras cosas me enteré de que su hija estudiaba medicina y que su ex se había ido a vivir con un curandero o brujo el cual le había comprado un mini-hotel en Brasil y finalmente ella había fallecido de una ataque cardíaco o por alguna "brujería" hecha por su compañero, el cual quería deshacerse de ella porque a él le gustaban los travestís y los intercambios de parejas los cuales ella rechazaba.

Se despidió de mí y entró a su casa, mientras yo me quedé pensando, éste es el vago que no trabaja y vienen tantos taxistas a saludarlo y a conversar con él en la vereda?

Subí para ver que hacía mi primo, conversamos algo de la casualidad de que Leo y yo conocíamos al taxista, en eso estábamos cuando sentimos el ruido de un arranque de moto, miré por la ventana y vi que Rosalía se iba para el mismo lado del cual había venido un rato antes.

Su marido quedó en el jardín por eso le dije a mi primo que me iba a charlar otro rato con Mario, como él tenía para mucho rato con sus medidas y controles, que iba a estar haciendo allí arriba sino molestar.

Cuando Mario me vio me dijo:

-Te estaba esperando... mandé a mi mujer a la casa de sus padres con la excusa de que después la iba a buscar, así ella terminaba de limpiar lo que habían ensuciado con la pintura...

 

Me hizo pasar y sin decir ninguna palabra se me abalanzó muy desesperado buscado sexo.

-Necesito que me cojas!!!!

 

Desde que me casé con ésta que nadie ha visitado mis nalgas, he cogido cantidades de putas y travestís que siempre se me regalan en el taxi pero a nadie le di el culo como te lo di a vos... hace tanto tiempo...

A pesar de la década pasada y de los estragos que el tiempo le había hecho a nuestros cuerpos Mario seguía estando re-bueno por eso acepté su invitación, empecé a chuparle las tetillas, bajé por su estómago desde donde podía ver a unos traviesos pendejos que se asomaban por la parte superior de su bóxer, lo giré sobre la cama matrimonial le bajé el bóxer, me puse a oler la raya que había entre sus nalgas, lo giré otro poco para dejarlo boca abajo donde me puse a pasarle mi lengua, lamiendo todo lo que encontré en el camino hasta que logré separarle las piernas para poder llegar a su agujerito.

-Dale loco! Metémela de una vez, no hagas tanto preparativo de mi culo, rómpelo ya!!!

Gemía cada vez más pero no protestaba, le gustaba el agasajo que su culo estaba recibiendo, y lo demostraba con gemidos muy suaves pero muy agitados.

Como me había agarrado desprevenido, yo no tenía condones y él tampoco los llevaba encima para que su mujer no sospechase que él enterraba el boniato en cualquier lado fuera de casa.

Fue una cogida rápida y violenta, mi verga iba y venía por ese estrecho canal que con el tiempo transcurrido sin darle uso se había cerrado bastante, pero para mí placer y para el suyo fue extraordinario sentir que su esfínter apretase bastante a mi verga la cual se habría paso hacia su interior con el placer de estar siendo admitida pero con algo de rechazo de las paredes intestinales.

 

Protestó un poco, pero su excitación aumentó hasta el grado en que tuve que taparle la boca por los aullidos y rebuznos tan fuerte que dio en el momento en que de su verga empezó a manar un interminable caudal de leche fresquita pero muy caliente.

Cuando terminé de cogerlo me dijo:

-Espero que no lo divulgues..., fuiste el primero que me rompió el culo!!!! y los haz vuelto a hacer...!!!

Ante su ocurrencia los dos reímos muy fuertemente mientras mi pija descargaba la leche acumulada en mis bolas, la cual quedó toda depositada en lo más profundo de su ser.

 

 

 

 

-Mirá Omar, me hiciste disfrutar mucho..., pero fue un desperdicio, mirá mi mano llena de leche, hubiese sido más grato que esta leche hubiese salido dentro tuyo y no en mi mano...

Algún día te voy a coger... pero... me gusta tanto sentir tu verga dentro de mi culo que por eso la excitación no me da tiempo para aguantar la eyaculación y descargarme dentro tuyo

Me lavé muy apurado porque sentí los gritos de mi primo que me llamaba para irnos.

Con Mario no concreté nada como para tener un nuevo encuentro, pero supongo que si tiene interés me buscará.

Al escribir esto me acordé que tenía algunas fotos de nuestro encuentro anterior y como yo no tiro casi nada, (bueno la leche la tiro fuera de mi cuerpo pero para mi placer), las buscaré para pegarlas en este relato.

 

Espero que les gusten las fotos de Mario.

OMAR

Cualquier comentario o confidencia las espero siempre en:

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