miprimita.com

Historias no eróticas: Niev la hechicera (4)

en Grandes Series

Historias no eróticas: Niev la hechicera (4)

En su empeño por vengar la muerte de su familia, la hechicera Niev se encamina a las tierras de Mor dominadas por el malvado Esejot. Niev ha sorteado hasta ahora todas las trampas tendidas por el guerrero y va acercándose inexorablemente a su enemigo.

VII

Buenas noches, Esejot

Intenta relajarte. Libera tus tensiones. Es duro ser malvado todo el tiempo. Serlo, agarrota el alma. La mineraliza. Priva de opciones y quita libertad. Condiciona la conducta. Te hace previsible. Ser malvado coloca en situación de desventaja. Los demás conocen tus reacciones de inmediato y les es fácil salirte al paso.

Respira hondo, Esejot. Necesitas dormir. Cierra los ojos y cuenta caballos *. Imagina cuadras inmensas en que se alojan todos y cada uno de los caballos de tus guerreros. Haces inventario: uno, dos, tres,.... ciento cuarenta y cuatro.., trescientos doce....El sueño se resiste. El sueño es pájaro caprichoso que, en ocasiones, se niega a anidar en tus párpados. Surgen, entonces, las grandes preguntas sin respuesta: ¿por qué? ¿para qué?.En momentos como éste, te sientes esclavo de tu propia maldad. Resulta cruel ser tan cruel cada minuto, desconsuela no saber saborear las pequeñas cosas, los mínimos detalles, la cotidianidad de los atardeceres, la hermosura de las flores. En el agitado duermevela, te asaltan los fantasmas del pasado: la primera niña que forzaste –era rubia y delicada y sollozaba llamando a su madre en tanto le desgarrabas la ropa-, el primer muchacho que estrangulaste –recuerdas sus ojos desorbitados y el hilo de baba cayéndole de la boca-, el primer guerrero al que venciste en combate –se le aflojaron los esfínteres y se ensució en los pantalones al saberse perdedor-. Los tres, muchacho, guerrero y niña, cabezas de lista de muchísimos más, te plantean las eternas preguntas. ¿Por qué eres así, Esejot? ¿Por qué matas? ¿Por qué atropellas? ¿Por qué violas? ¿Qué sentido tiene tu vida? ¿Ganas algo con la ruina de las tierras frías? ¿Dónde está tu victoria? **

Callas. No sabes qué contestar. Eres así porque eres así. Porque te nace. La lógica no sirve para nada. Te gusta hacer daño. Te tocó el papel de villano en el drama de la vida y lo desempeñas con entusiasmo. Ese es tu motor y tu verdad.

"Mira mis pechos. Será lo último agradable que veas en tu vida" te dijo la campesina en el sueño. Había tanta frialdad en su mirada, tal determinación en sus palabras, que no has conseguido olvidarla. Pero todavía no has concluido con ella. Esa muchacha será tuya. Las has de ver arrastrándose a tus pies. La gozarás y extraerás de ella hasta las últimas gotas de hechicería y magia para ponerlas a tu servicio. Se te hacer raro no tener todavía noticias de su paradero por los hombres-águila y los cazarrecompensas. Paciencia. Todo a su tiempo.

No tienes ni rostro, Esejot. Cuentan las leyendas que cubres tu cara con la piel del rostro de los reyes que derrotaste. Todos lo creen, aunque no sea cierto. Resulta así que tus facciones, aquellas con las que naciste, son para los demás las de otro hombre vencido y muerto cuyo nombre incluso se olvidó. Curioso contrasentido el que una víctima le prive al vencedor de su propia cara, condenándole a no tenerla.

Se escuchan las risotadas de los guerreros del otro lado de la puerta. No parecen dormir nunca. Tú tampoco sueles hacerlo. Ganar la "Terrible" te robó el sueño. Temes perder la espada mágica, que te la arrebaten, que alguien entre en tu cámara y la lleve con él. Has de velar, pero también debes dormir, Esejot. Eres absolutamente diabólico, pero tus necesidades son humanas. Queda mucha guerra por delante y has de conservarte fuerte.

Felices sueños de sangre y de pillaje. Buenas noches, Esejot.

Notas al capítulo VII:

* Pese a la creencia general de que contar ovejas es el mejor remedio contra el insomnio, los sabios Kenwood –Gran Bretaña- y Rinaldo –Italia- consideran, como Esejot, que es más lógico contar caballos, habida cuenta de que los relinchos acunan más eficazmente que los balidos.

** He aquí una de las grandes preguntas que solo aciertan a responder los elegidos. Concretamente ésta -¿dónde está tu victoria?- la puede contestar, aunque no siempre, el inglés David Beckham.

VIII

La misiva

De Pabicl, Informador de Informadores de la comarca de Tarb, Caballero de la Orden del Moaby con distintivo malva, a Esejot, Señor de los Ejércitos Siniestros, Adalid de las Fuerzas del Mal y Margrave Vengativo y Justiciero.

Poderoso amo:

Cumpliendo vuestras concretas instrucciones ¡oh Luz oscura de las tinieblas! Paso a relatar cuánto sé y he averiguado sobre el paradero y andanzas de la hechicera Niev.

Como en su momento se os comunicó, Magnífico poseedor de "Terrible", se fraguó un plan para apresar a la hechicera. Los hombres-águila tenían que localizarla, facilitando así la labor de captura por parte de los tres guerreros. Por causas ignoradas, y pese a que la localización se produjo, fracasó el plan. Dos de los guerreros murieron y el tercero, que quedó malherido, fue sanado por Niev y ganado para su causa. Todavía tiemblo, ¡oh Príncipe de las Feroces Intenciones! al pensar cómo la hechicera mutiló los cadáveres de nuestros guerreros, cortándoles de cuajo sus masculinidades. Los diablos la confundan por tan cobarde proceder.

Días después de aquel lance, la hechicera y Trave, el guerrero renegado, ahora reconvertido en su escudero miserable, arribaron a la fortaleza de Tarb. Allí vendieron dos de los caballos con tan malas artes conseguidos, y Niev fue recibida amistosamente por la guerrera Karnc, la princesa de la fortaleza. Según ha declarado una esclava morita, cuyo testimonio se acompaña a esta misiva en calidad de documento anexo, hechicera y castellana se entregaron al vicio nefando y chapotearon en la disipación y el desenfreno, consiguiendo Niev, por la perversa y decidida inclinación de voluntad de la señora de la fortaleza, buenos táleros y permiso para reclutar una guardia personal, de alrededor de doscientos hombres, que ahora capitanea y tiene a sus órdenes.

Me contrista grandemente daros estas desagradables nuevas, Guardián del sueño de los injustos. Mi mano se resiste a escribiros que se hallan tan solo a una semana de camino de Mor, y ello no por temor, ya que sois invencible, Generoso Protector de la Iniquidad, sino por la irritante incomodidad que puede suponeros la proximidad de la hechicera y de sus hombres.

Los diablos guarden vuestra vida muchísimos años ¡oh impar Esejot! para el mal del reino y la perdición de las tierras frías.

Firmado: Pabicl, Informador de Informadores de la comarca de Tarb.

 

Documento adjunto: Declaración de Ornell, esclava personal y antigua favorita de Karnc, castellana de la fortaleza de Tarb:

(Las palabras de Ornell han sido trascritas por un acreditado amanuense, tal y como fueron pronunciadas, en conversación informal, por la esclava)

No, si yo no niego que Niev sea hermosa, tiene porte y unos ojos bonitos, pero no sé, le falta ternura, hay un algo en ella que no me acaba, y se lo dije a mi señora, pero no me hizo caso, Niev la deslumbró, y bien que se aprovechó luego la muy lagarta, que mi señora no sabe decir no cuando se siente a gusto, la conozco muy bien, hemos pasado juntas tantas y tantas noches abrazadas las dos... Porque, eso lo sabe todo el mundo, a mi señora le va todo. Le agradan los hombres, pero no desdeña a las muchachas como yo, aunque ahora sí, ya que me dejó por la bruja de los ojos bonitos, y va y me dice, Ornell, lo siento pero me he enamorado, se me cayó el alma a los pies, no era para menos, la noche anterior mucho vida mía y mucho cielo, y de repente me deja de lado como algo inservible, y es que la Niev, que a saber de donde habrá salido, es una bruja, yo seré esclava, pero en Mor era de buena familia y tengo la educación de una princesa, pero la bruja no sabe ni vestir, huele a aldeana a cinco leguas, marrullerías sí que sabe, quizá naciera en un lupanar, no me extrañaría lo más mínimo, porque se da buenas mañas meneando el trasero, a mi señora se le iban los ojos. ¿Y cuándo la besó? No quiero ni acordarme. Se le echó encima con la boca abierta y asomando la lengua, como diciendo aquí estoy para lo que quieras de mí, pues no sabe ni nada la muy golfa, y mi señora se quedó como boba, le ha sacado hasta la cera de las orejas, qué collar tan bonito, pues te lo regalo, estos pendientes son preciosos, tómalos, me gustaría tener un ejército, poca cosa, con doscientos hombres me conformo, ¿solo doscientos?, doscientos mil que me pidieras, debe hacer maravillas con la lengua, si no, no me lo explico, en serio que no tiene explicación....

(Hasta aquí la trascripción, ya que, según parece, a continuación la esclava rompió a llorar con desconsuelo y no dijo nada más)

Mas de trazada30

Al día siguiente de la final

Cumpleaños en casa de Diablo

Matrícula de honor

Julio César y yo, el pirata

Dos botellas de ron de Isla Bonita: Hasta el fondo

Dos botellas de ron de Isla Bonita: Primer trago

Una tarde especial

Gracias a todos

Historias no eróticas: Niev la hechicera (6)

Historias no eróticas: Niev la hechicera (5)

Historias no eróticas: Niev la hechicera (3)

Historias no eróticas: Niev la hechicera (2)

HIstorias no eróticas: Niev la hechicera (1)

Huesos

Cuentos no eróticos: El aroma del color de las...

El dictado

Cuentos no eróticos: San Pascual Bailón

Cuentos no eróticos: El inventor de palabras

Cuentos no eróticos: El fin del mundo

Cuentos no eróticos: La mecha

Cuentos no eróticos: Trastorno mental transitorio

Cuentos no eróticos: El conservador

Cuentos no eróticos: La sonrisa

Cuentos no eróticos: Descansar en paz

El ritmo vital

Ver Nápoles y morir

Cuanto quiero

Bea y Aurora se divierten

La manzana de Adán

Especialistas

Propiedad exclusiva

Siboney

Amor, disfruta

Soneto cínico contra el amor honrado

Ahora sí

Concierto para antes de cenar

Dos planetas

Marta y maría

Costaleros

Antes, en y después

Te amo

Un señor revolcón

Poemas de fuego: Sonetos encendidos

Poemas de fuego: Sonetos del dormitorio

Poemas de fuego: Sonetos del beso

Poemas de fuego:Sonetos de la noche

Poemas de fuego: Sonetos del deseo

Poemas de fuego: Mar cambiante

Poemas de fuego: El sueño de la muchacha

El cuadro

La primera nochebuena

Entrevista conmigo mismo

Alonso Díaz Ramírez de Guzmán

He ligado con Sharon Stone

Flor de Pasión

Amo Jonás

Culos de mujer

El hombre del sombrero anticuado

¿Cómo me visto hoy?

Ese dulce descanso

Historia de un poema

El villano en su colchón

Milagro de mi lengua en ti

Por mis cojones

Isabel

Moscas, caracoles, vacas, perros y caballos

La cabaña en ruinas

Tríos de doses

Sea un amante bien educado

La mujer perfecta

Unas braguitas color verde manzana

Segundo ejercicio: La señora de Torres y el diablo

Relatos inquietantes: La señorita Cristina

Naufragios: Namori se está ahogando

Charlando por el móvil

La carrera inmortal

Murió Natarniel

El diablo y yo

Tres dias de mayo

En un mismo suspiro

Carne de mi carne

La vaquera de la Finojosa

Noche apasionada

Simplemente una hembra

Renato ¿cómo vas vestido?

Feliz cumpleaños

Dentro el armario

Niña inocente

La venganza

Megan sigue siendo virgen

Tía Mini

Débito conyugal

Adiós niñez

Más que amigas

Tabú

Vecinos

Papá ya no se casa

La Habana

Haz el amor

Nelly se está bañando

Futbolistas

Madre

Mi mujer, tú y yo

Herta

No aceptes caramelos de desconocidos

Catorce mil quinientos

Maria la Gata

Maridito

Culo gordo