LA COINCIDENCIA
Roberto Era un Amo que ese día tenía una entrevista de trabajo pero lo que iba a suceder iba a superar todas sus expectativas, llegó al edificio donde debía de hacer la entrevista con quince minutos de adelanto, siempre hacía lo mismo para poder observar a otros posibles candidatos al puesto.
Cuando llegó la hora le hicieron pasar a un despacho, por la hora era la última persona a entrevistar, ya eran las siete y media de la tarde, era un viernes, él iba vestido impecablemente con su traje azul y corbata a juego, estaba un poco nervioso. La puerta del despacho estaba abierta, él estaba sentado de espaldas a la puerta por lo que hasta que no le saludaron no se dio cuenta que entraba la persona que le iba a entrevistar, la voz le sonaba de algo pero cuando se dio la vuelta tanto su entrevistadora como él se llevaron quizás el susto de sus vidas.
Ane que así se llamaba la mujer que le iba a entrevistar era una de sus sumisas. El al principio no pensaba comportarse como Amo pero al ver que ella al saludarle besaba sus pies se atrevió y levantándola del pelo la dijo:
Así que perra tu eres la que me vas a entrevistar, quiero que ahora mismo te quites las bragas--- la ordenó él.
Amo, no llevo bragas como usted me ha ordenado---respondió él.
El después de felicitarla por su comportamiento se sentó y la dijo que le tratase como un entrevistado más pero ella dijo que no, que ya estaba contratado que el lunes viniera a firmar el contrato y que ya que estaba allí le iba a decir el tema de la sorpresa del que habían hablado el día anterior por Internet. Apretó el botón del interfono y llamó a su secretaria, cuando entró Alazne casi le da a él un vuelco el corazón, era la sumisa que estaba a pruebas.
Alazne nada más entrar al ver a su Amo se arrodilló para saludarle pero él las hizo ponerse de pies a las dos a un lado de la habitación, las hizo desnudarse con la puerta abierta, en teoría no debía de entrar nadie pero siempre existía el riesgo, él se puso a su lado, ellas estaba con las manos en la nuca y las piernas abiertas, él fue comprobando si estaban mojadas.
Ane no lo estaba, era una perra experimentada y sabía lo que la podía corresponder por estarlo, era una mujer separada, sin hijos, vivía en un chalet a las afueras de la ciudad, el sótano en parte lo había dedicado a mazmorra y a hacer una celda, en la casa también en las habitaciones tenía en algunas argollas para poder usarlas con sus sumisas.
Era una mujer morena, estatura aproximada un metro sesenta y cinco, ojos negros, labios sensuales, pechos medianos como dos huevos fritos con la aureola de color café mediana, el culo como un corazón duro y respingón pero un poco grande y el sexo completamente rasurado por orden de su Amo.
A Alazne todavía no la había visto desnuda y lo que vió le impactó, una chica con el pelo teñido de un amarillo casi blanco, ojos marrones, labios sensuales, pechos medios de aureola rosa y pequeña, culo casi perfecto dos nalgas simétricas en la proporción justa y el sexo sin rasurar.
Ya que estamos los tres vamos a donde habíamos planeado tu y yo---la dijo a Ane.
El plan era ir a su casa y pasar allí el finde, ellas se volvieron a vestir y bajaron el ascensor, en el ascensor coincidieron con un hombre, el Amo hizo que Ane le tocase la polla al amo y que Alazne la sobase el culo a Ane pero sin que el hombre se diera cuenta de nada.
Fueron en el coche de Ane hasta su casa, en el coche las obligó a ir sentadas sobre sus nalgas y que en cada semáforo se masturbasen la una a la otra, él iba sentado en la parte de atrás y aprovechaba de tanto en tanto por acariciarlas los pechos.
Llegaron al chalet y allí las hizo que subieran y que se desnudasen y que Ane preparase a Alazne para ser rasurada, él a su vez se desnudó y mientras preparaba todos los objetos.
Alazne fue atada a una mesa circular con las piernas y los brazos atados en forma de x, a una orden del Amo Ane procedió a cumplir con su labor, pero previamente el Amo la había introducido un consolador en el coño y otro en el culo, a la vez que colocaba unos electrodos en los pezones de Alazne para así dificultarlas más la labor.
Ane aplicó la espuma al coño de la perra y empezó a rasurarla, por su calentura que aumentaba por momentos hubo de hacer ímprobos esfuerzos para no dañarla cosa que su Amo no le hubiera permitido.
Cuando terminó el Amo la obligó a quitarse los consoladores que hicieron que estuviera mas cachonda si cabe por no haberse corrido, Fernando que así se llamaba el Amo comprobó el trabajo hecho con la mano tocándolo, lo sobaba suavemente masturbándolo con la mano para en un momento dado clavarla la polla en el coño a Alazne sin avisar.
Ella que tenía los ojos tapados no pudo por menos que sorprenderse y gemir, él la ordenó que se comportase como una puta soltándola y que le tenía que dar placer y únicamente pensar en ello, Ane entretanto se masturbaba sentada en el sillón pero no podía correrse, era una verdadera tortura llegar al climax y no poder traspasarlo.
Mientras Alazne apretaba con sus talones el cuerpo de su Amo contra ella para notar la polla clavada en su interior, su Amo la llevó hasta el orgasmo pero él no eyaculó quería hacerlo en el culo de ella.
La levantaron entre el Amo y Ane y la pusieron en otra mesa con medio cuerpo sobre la mesa y los pies en el suelo, para ser la primera vez Ane la tenía que preparar lamiéndola el ano con la lengua pero no podía meter los dedos, si Alazne había cumplido las ordenes nada tenía que temer porque no le dolería pero si no las había cumplido pobre de ella.
Su Amo acercó la polla al culo y de un golpe la clavó toda dentro y se la folló hasta que se corrió dentro, la sacó e hizo que Ane se colocase un arnés que llevaba un pequeño consolador que se metía en su coño. De un golpe asimismo desfloro el culo de su amiga corriéndose las dos al tiempo ya que a Alazne la habían colocado un pequeño electrodo en el clítoris.
Acabaron, ellas se arrodillaron, limpiaron su polla y se fueron a preparar la cena, después se prepararían, tenían que ponerse muy sexis porque iban a salir con su Amo a tomar algo, les tenía preparada más de una sorpresa pero eso será otro día.
Esta historia es imaginaria pero si queréis podéis escribirme a: