miprimita.com

Mente y cuerpo

en Dominación

MENTE Y CUERPO

Dicen que el cuerpo es sabio pero no deja de ser un ente sobre el que la mente manda. Maria se había levantado esa mañana como todas, se había duchado, el agua acariciando su menudo y bonito cuerpo. Pechos pequeños rematados en dos pezones rosados como dos pequeñas cerezas. Un culito prieto y respingón, sus horas de entrenamiento practicando atletismo se notaban aunque ya no hacía nada. Su pubis con vello abundante y color castaño. Luego desayunó, cogió la mochila y salió de casa para ir a la Universidad.

Montó en el tren como era costumbre en ella en el último vagón y casi al fondo. Estaba como siempre distraída pensando en sus cosas. Los cascos en los oídos escuchando música. De repente se fijó en un hombre que se sentaba cerca de ella. No era feo, se podía decir que era atractivo. El pareció darse cuenta y le clavó la mirada. Sonrió mitad irónicamente y mitad picaramente. Ella sintió algo que nunca había sentido. Algo que la impulsó a mirar al suelo. Era una sensación rara pero recordaba haber leído algo similar alguna vez en algún sitio.

Si, ya sabía donde. Alguna vez había visitado paginas porno, no demasiadas veces y le habían comenzado a gustar ciertas fotos en que algunas chicas eran usadas como sumisas pero no había sido hasta hacía poco cuando en un chat coincidió con una mujer que la estuvo explicando lo que significaba el mundo BDSM. Ella era Ama y la presentó a su sumisa para que hablasen y alguna charla habían tenido y se quedó con la moraleja de que lo más importante era el sentir la sumisión ya que los azotes, pinzas y demás parafernalia solo era un medio para conseguir la sumisión del cuerpo.

Ahora, lo que sentía le hacía recordar lo que aquella sumisa hacía un año le contase. Era una locura aparte que aquel hombre lo más probable era que no fuera Amo ni nada por el estilo. Pero ella no podía dejar de mirarle de hito en hito. El hombre la devolvía las miradas, a veces con sonrisa cómplice, otras con mirada dura y penetrante y otras sin más divertido por la situación.

Esa tarde entró en Internet y buscó alguna página de BDSM, buscó chats, sobre todo intentaba contactar con gente de su región, la droga había entrado en ella. La sensación de esa mañana le había provocado aparte de un sentimiento de sumisión, una sensación muy placentera no solo sexual ya que su tanga también quedó mojado sino una descarga eléctrica recorriendo su espina dorsal.

Y como por arte de magia en un chat contactó con un hombre joven que aseguraba ser Amo, de su misma ciudad. Tenían algunas cosas en común. No hablaban al comienzo ni de BDSM ni de sexo. Llegó el momento de las fotos, no tenían pero si webcam y cuando la pusieron a ella casi se le sale el corazón por la boca. Era el hombre del tren. El también la reconoció pero fingió no hacerlo ya que ni siquiera lo mencionó. A partir de ese día siempre a la misma hora. La hora eran las 7:24 de la tarde, dándole la vuelta se verá el significado.

Ella cada día se sentía más entregada pero le daba miedo el tema y quería conocer todo bien hasta que un día se entregó pero no con una frase sino de otra forma. Tenía que volver a coincidir con él en el tren. Algunos días él iba solo pero otros iba acompañado. Ella escribió en un papel con su propio puño y letra sus limites, sus miedos, sus sensaciones cuando conversan y como reacciona su cuerpo a sus palabras. También habían hablado por el móvil. El no la había pedido verla desnuda, quería que si ella se entregaba como sumisa verla en la ceremonia de entrega y si no si veía que era imposible vencer esa rebeldía juvenil entonces si la diría de desnudarse.

Ella cogió el papel y se armó de valor. El día anterior le había preguntado que tren cogería. Ella no había coincido otra vez con él porque ella ese curso tenía clases por la tarde y el día que le había visto había ido a hacer la matricula. Se vistió como el día que le vió por primera vez, se perfumó y salió a la calle. Su corazón iba a mil por hora. Se montó en el tren lejos de la vista de él. Quería darle una sorpresa. Se sentó detrás del asiento que ocupaba él de tal forma que no la viera. Ahora como se las ingeniaría para darle el papel sin que la descubriera. Quería que lo leyera cuando ella estuviera lejos. El llevaba un periódico que tenia vertical en la bolsa y allí lo metió.

Se alejó y se fue a la otra punta completamente escondida. El recibió un sms en que ella le decía donde tenia el papel.

En el periódico tienes un trozo de mi mente.

Al final del papel ponía: A las 13:30 en la boca del metro de XXXXXXXX. Era una boca de metro sin apenas gente. A esa hora, más bien casi 10 minutos antes ella estaba allí ansiosa. Su mente barruntaba muchas cosas, se sentía absolutamente sumisa, ella que era de carácter rebelde y terco pero ese hombre lograba que ella se sintiera querida pero solo un objeto Le gustaba la sensación. Su cabeza decía si, su corazón adelante y su sexo desbordaba en un torrente de absoluta excitación.

allí llegó el Amo. Fue a besarla con dos besos, era la primera vez que la veía tan de cerca pero ella se adelantó y fingiendo arrodillarse para recoger algo (Se estaba muriendo de vergüenza y había gente cerca pero deseaba hacerlo) musitó:

A sus pies Señor, espero me acoja para enseñarme a servirle y ser el más preciado objeto para su placer.

El hombre alucinaba, el papel le daba una pista pero esa expresión de doblegamiento era tan conmovedora que casi se emociona. Cuando ella se levantó en lugar de darla dos besos solo acertó a darle un fuerte beso en la boca. Ella estuvo a punto de echarse atrás. Para ella su sumisión era algo más que abrirse de piernas pero no cedió y respondió al beso al fin y al cabo no solo le gustaba como Amo sino como hombre.

Ahora la dijo Él cada día a las 10 de la mañana vete al baño de la 2ª planta de tu facultad y ponte en el segundo lavabo. El día que veas en el espejo una s pintada con pintalabios mete la mano bajo el lavabo y tocaras algo. Cogelo pero no lo abras hasta llegar a casa. Todos los días iba a la misma hora y no veía nada. La orden era que si se cruzaban ella tenía que fingir no conocerle y eso para su cuerpo y su mente la estaba torturando. Hasta que un día vió la S. Sintió ganas de saltar, de brincar. Casualmente ese día iban a empezar las vacaciones de Navidad. Debajo del lavabo había un sobre y dentro un papel y un pendrive. En el papel una fecha y una hora y la siguiente frase:

Si lo que me dijiste aquel día en la boca de metro es cierto cuando llegues a casa mira lo que hay dentro del pendrive y el día 23 a las 20 estate en la misma boca de metro. Hasta ese día quiero que no tengas ningún orgasmo. Ella obedecíó. Llegó a casa y leyó el contenido del lápiz de memoria. Era un pequeño archivo de texto. En el se le indicaba que llevase la misma ropa exacta que el día que él la había conocido pero que las braguitas que luciría esa noche se las tendría que poner en la estación de tren en el baño. allí se metería en la primera cabina y allí alguien se las daría.

Cierto cuando llegó una mano le pasó las braguitas por arriba, eran las braguitas mas inocentes que había visto. Salió y fue a la boca de metro. allí recibió un sms e instrucciones:

Baja, coge el metro hacia XXXXX y bájate en XXXX. allí te esperará una furgoneta, entra y ponte el antifaz que habrá en el asiento.

Ella fue cumpliendo punto por punto las instrucciones hasta llegar a un chalet alejado de la ciudad. allí fue conducida a una pequeña habitación donde se pudo quitar el antifaz. Había dos mujeres. Una de su edad más o menos y otra de unos 40. Bastante atractivas. Ella nunca había tenido tendencias homosexuales aunque sabía que alguna vez en su nueva condición sería usada de esa forma. Ellas la peinaron, maquillaron y la tranquilizaron. Luego la acompañaron al salón y allí estaba en mitad su Amo sentado como en una especie de trono. A su lado varios Amos y Amas con sus sumisos y sumisas a los pies.

Ella fue conminada a desnudarse. Lo hizo ante la atenta mirada de todos y todas. Luego solo vestida con las braguitas inocentes la hicieron abrir las piernas, poner las manos a la cabeza y esperar a que la joven que la había maquillado la despojase de la cándida prenda y la mayor poniéndose unos guantes de látex simulase revisar todas sus cavidades. El Amo se levantó y la palpó como el que en un mercado de ganado compra una potranca.

Eso en lugar de repugnarle a ella le excitó pero sintió como una llamarada de dolor le recorría una de las nalgas. La mujer madura le había azotado y ahora la recriminaba su excitación. Tuvo seguidamente que lamer todos los pies de todos los Amos y Amas y situándose delante de su cara ver como él jugaba con su coño. La función no había hecho mas que comenzar.

Este es un relato imaginario, continuará en otros capítulos. Si queréis podéis escribirme(rogaría que me escribáis mejor que agregarme) sobre todo mujeres a:

Picante100@gmail.com

Mas de picante100

Inicios duros en la senda del placer

Inocente propuesta, picante aceptación

LA ALDEA (iii)

De reunión a trio

La aldea(II)

La aldea

Prácticas provechosas

Directamente orgia

Empiezan dos y acaban cinco

Invitado a boda disfruta de ardiente noche

Dos mas dos a veces hacen cinco

Amistades y vecindades

Fantasía por accidente

Montañas

Sorpresa en el campo

Sociedad secreta

La fiesta no termina siempre en el portal

Causa y sus consecuencias

Iniciacion profesional

Dificil seduccion

Con la madre de ane

Ane entregada a su novio

En la tienda

Amigas para esto, la ceremonia

Amigas para esto

Castillo de adiestramiento(I)

Castillo de adiestramiento

Mi primera vez

No sin la mantequilla

Amistad excitante(v)

Amistad excitante(IV)

Amistad excitante III

Amistad excitante II

Amistad excitante

Piso vacio

Amaia, jugando a paddle

Entre hermanas

Yo,ane

Dos parejas y una estacion

En los vestuarios

Antiguas alumnas

Sara y los 19

Por trabajar en sabado

Sorpresa en el club

Por bocazas

Llaves

En la calle

Por las fiestas tuvo otra fiesta

Alicia y las salchichas

Cumpleaños feliz

Derivadas de confesiones

Confesiones de autobus

Hija de........

La doctora

Relatos

El tren de las 6

Los lunares

Diana vence su timidez

Amaia (8)

Amaia (7)

Amaia (6: su primera orgía)

Amaia (5)

Amaia 4

Amaia, siguen las perversiones (3)

Amaia 2

Amaia

Dos machos

Intercambio extraño

Exámen o trabajo

Vuelta a casa

Nochevieja diferente 2

Nochevieja diferente

Diario de un inicio

Vecinitas

Fiestas de San Juan

Seduccion arriesgada

Cuando pecar es un placer

Harina

Elena y Vanesa

Clases de verano

Primer dia de playa

Playa con kiwi

Los baños

Mente y cuerpo (3)

No con mi padre

Mente y cuerpo (2)

La soledad no es buena consejera

Orgía en obras

Mente y cuerpo (1)

Metedura de.....

La subasta

Fiesta en la universidad

Maider

Creacion de una sumisa (3)

Creacion de una sumisa (2)

Creacion de una sumisa (1)

Buena chica

Vendimiando

Vidas cruzadas

Topico placentero

La cajera del super

Los billares

Tres amigos en la playa

Pícara luna de miel

Aventura sobre ruedas

Universitario

Entre camiones

La pareja y la pelirroja

La criada

Footing x

Sola en casa

Duchas playeras

La madura y l@s jovenes

Horas extras bien pagadas

Vivero del 69

Verano en la terraza

Obras en casa

El tren del sexo

SMS traidor

Baños termales

Comercial

La ardiente Elena

Calor en la playa

Entre vecinos anda el juego

Tarde en la oficina

Despedida de solteros

La enigmatica morena

La visita de Alicia

La victoria

Amaia, secretaria en practicas

Viaje a la obediencia

Alazne, inocente vecina

En 10 minutos de ama a sumisa

Ayyyyyy maider

Sábado de botellón

Elena y Fernando

Casa rural X (2)

Casa rural X

Era profesora o sumisa

Elisa y su antiguo alumno

Renata

Dos amigas seducen a libe

Internado

Tania

Elena y los cazadores

Menudo melocotón

Expiación de errores

Janire y Naiara

Monica y la rubia

Sorpresa en la consulta

Orgía hotelera

Nerea es entregada

Corinne vence su timidez

Laura la dominanta

Reencuentro en la farmacia

Sopresa matutina

Dopi se ambienta

Dopi sigue marchosa

Cuatro esquinas

Diana se siente zorra (1)

Patricia entre pajas

Patricia

La blanca nieves y los siete hombres

El descampado

Sonia en su cuarto

Fin de semana en un hotelito

De empleada a sumisa

La noche en el camping

Dominación en la disco

La llave y el candado (5)

Maria comprando lenceria

De noche y en la playa

Conociendo a la perrita Sara

De noche y en la playa

Sara, una sumisa entregada (2)

A sus pies Maria

Relato 100 de picante100 (2)

Sara, una sumisa entregada

Miriam haciendo de masajista

La Yolanda estaba al rojo

Relato 100 de picante100

La vecinita universitaria

Usando a diana (3)

Domingo de pelotas

Usando a diana (2)

Usando a Diana

Cena de navidad

La llave y el candado (4)

La llave y el candado (3)

Sherezade en la estacion de ski

Una mas una hacen tres

La llave y el candado (2)

La llave y el candado (1)

La llave y el candado

La vecina por la webcam

Diana de marcha nocturna

Stripoker estudiantil

Mañana en la playa

Dos amigas descubren su atracción

Sexo en el despacho

Triángulo amoroso (1)

Cubata picante

Triangulo amoroso (y 2)

Baile de mascaras

Dobles parejas

Libe en el supermercado

De pareja a trio (¿poker?)

Cita a ciegas

Libe busca el aprobado

Elena, de señora a perra sumisa

Libe busca el aprobado (2)

Libe en el cine

El tren en día de playa

Sexo entre rejas

Un polo de fresa

Ana, sexo en la madurez

La coincidencia (3)

La coincidencia (2)

Juan y la insolita familia

La coincidencia

Las vacaciones

Ducha de conversión

Sesión inicial

Lidia

Bailarina

El dentista

Encuentro mágico

Perra en el metro

El pastor

El callejón

Ana la autoestopista

Novata en el reino de sade (2)

Novata en el reino de sade

La sesión

Fiesta en el piso

La canguro (2)

El descubrimiento

Del big-bang al gang-bang

Que susto se llevo la secretaria

Polvo y playa

La canguro

Zapatos especiales

La esclava

La chispa

El encuentro

Exámen médico

La traición

Vaya apartamento

Tequila

Va por ti Maria

Festin de nochevieja

Qué regalito!

Un loco día

Chequeo médico

Sorpresa en el parking

La vecinita

La profesora

La morena que quería ser sumisa

Una clase muy particular

La iniciación (1)

Las vacaciones (2)

La iniciación

La ducha caliente

Fantasía hecha realidad

Las vacaciones

Sumisión en la granja (3)

Juerga fructifera

Eva y Mario caen en el volcan

El señor y la criada

A través de la sumisión llegó al cenit sexual (5)

A través de la sumisión llegó al cenit sexual (4)

A través de la sumisión llegó al cenit sexual (3)

A través de la sumisión llegó al cenit sexual (2)

Corona de sangre

Sumisión en la granja (2)

A traves de la sumision llego al cenit sexual (1)

Sumisión en la granja (1)

Relato conjunto

Sumisión en la granja