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Vivero del 69

en Lésbicos

VIVERO DEL 69

Al día siguiente era el cumpleaños de su madre y no sabía que comprarla así que decidió como último recurso a las siete de la tarde del viernes ir a un vivero de plantas que la había recomendado una amiga a comprarla alguna planta o algunas flores para regalar a su progenitora. Cuando llegó la dueña del vivero estaba a punto de cerrar el lugar, de hecho detrás de ella cerró la puerta y puso el cartel de cerrado.

La mujer estaba ya metida en la treintena, vestía un pantalón con peto vaquero, solo vestía eso de hecho en uno de los laterales se insinuaba el comienzo de sus pechos. Eva estaba alucinando con la escena, allí sola con aquella mujer que por cierto era bastante bella, su cuerpo se abría hacia abajo como una ánfora con sus rotundas curvas pero de carnes prietas. Eva era bisexual, hacía poco que había comprobado sus tendencias lésbicas y le había gustado la experiencia y ahora no se negaba de vez en cuando a entregarse a safos.

Maria por su parte aunque alguna vez había tenido sueños eróticos en que se entregaba a los brazos de una mujer nunca se había considerado ni siquiera bisexual. Pero cuando vió a la chica sintió como si fuera una de las protagonistas de sus sueños pero tampoco quería meter la pata no fuera a ser que la chica se sintiera ofendida o acosada y más allí las dos solas. Estuvieron hablando un rato de flores y plantas, la mujer le enseñaba a la joven Eva todo aquello que podía regalar a su madre hasta que en un momento dado cuando estaban en uno de los invernaderos viendo una serie de orquídeas Maria se agachó y......

Plasshhhh----sonó en todo el lugar el azote que Eva propinó a la mujer para después acariciar su culo.

Maria se dio la vuelta primero cuando el azote dispuesta a abofetear a aquella muchacha de escasos veinte años pero cuando se giró en lugar de llevar a cabo su primer impulso la empujó contra la pared y la besó en la boca. Fue como si se liberara de unas cadenas imaginarias que ataban su sexualidad. Ya no era un simple beso ni siquiera apasionado, ahora directamente la estaba comiendo toda la boca. Con las dos manos la magreaba los pechos y retirándose un poco y apartando un mechón de pelo del rostro de la joven la susurró:

¿Por qué no vamos a mi casa que esta al lado de los invernaderos y nos pasamos jodiendo toda la noche?.

Recalcó la palabra jodiendo, le gustaba como sonaba. Eva cogiendola de la mano la dijo que no que mejor lo iban a hacer primero entre las plantas. Entonces Maria elevó a la chica como si de una pluma se tratara y la sentó en una de las mesas con plantas. Allí la besó, primero muy dulcemente y luego más lujuriosamente. Las manos levantaban el top de Eva a la vez que la joven soltaba el peto de la mujer. Luego la mujer le soltó los jeans blancos y se los bajó. La chica solo portaba ahora un pequeño tanga azul celeste que se introducía entre los labios vaginales. La mujer se había terminado de despojar de su pantalón y también se había quedado en ropa intima en este caso en unas braguitas minúsculas blancas.

Eran las que le gustaban a su marido, se las había puesto para esa noche recibirle solo llevando esa erótica prenda pero él la había telefoneado para avisarla de que su llegada se atrasaría hasta el miércoles. Maria estaba desatada, hizo tumbar a la chica boca arriba en la mesa y situándose entre sus piernas la daba suaves besos por encima de la tela del tanga hasta que cogió con los dientes la goma de la prenda y la empezó a bajar hasta que de un tirón la rompió y se la quitó a la chica.

Eva hizo un mohín de disgusto por la rotura de la prenda pero su coño estaba tan mojado que ya se le había pasado incluso antes de que la mujer le prometiera que al día siguiente le compraría otro tanga en la tienda que ella escogiera. Con la lengua recorría todos los labios vaginales, los mayores y los menores, no dejaba ningún recoveco salvo el clítoris que quería dejar para el final. Con la mano acariciaba los muslos, apretaba los pechos y magreaba todas las zonas erógenas de su joven amante antes de penetrarla con dos dedos. Comenzaba a follarla con dos dedos el coño a la vez que con la lengua punteaba el clítoris y con la otra mano amasaba y apretaba los pechos de la chica.

La chica comenzó a gemir primero de manera muy suave para seguidamente empezar a jadear de manera audible y más tarde salvaje. La mujer ahora estaba entretenida con dos dedos en el coño de Eva y ahora uno en el culo de la chica. Maria se retiró para bajarse las braguitas contoneándose frente a la muchacha que la esperaba sobre la mesa. Maria como una tigresa se subió sobre la mesa colocándose en postura de 69 sobre Eva. Su coño sobre la boca de la chica y su boca lamiendo el clítoris y follandola con dos dedos el coño y con uno el culo. Eva con la lengua lamía toda la vulva de su amante a la vez que la abría las piernas y con un dedo follaba el ano antes de meterla tres dedos en el coño.

Estaban lanzadas en pos de la pasión, ya habían tenido cada una un orgasmo antes de cambiar de postura y colocarse una frente a la otra, coño contra coño restregándose como dos vulgares perras en celo haciendo la tijera. Estaban a mil, no podían parar y cada vez se rozaban más y más rápido hasta que estallaron las dos al unísono en un orgasmo para después caer rendidas una en brazos de la otra y dedicarse suaves y cariñosos besos.

Maria fue la primera en levantarse y completamente desnuda dio la mano a la chica y la llevó hasta su casa. La condujo escaleras arriba hasta su dormitorio, la hizo ponerse sobre la cama a cuatro patas y que la esperase. Que cerrase los ojos y esperase allí. Maria tardó un rato. Había ido a por alguna cosa al baño y luego se había quedado observando el grácil cuerpo de la joven. Había vuelto con un vibrador y un arnés el cual tenía dos pollas, una grande que metería en el culo de la chica, otra más pequeña que se introduciría en su propio coño antes de poner en marcha la función vibradora.

De una sola vez metió el vibrador en el coño de la chica poniéndolo en marcha a una velocidad lenta. La chica ahora solo gemía de placer pero de forma pausada. Luego con un poco de gel lubricante embadurnó el arnés y el ano de la muchacha antes de hacerla un suave masaje en el ano e introducirla el dedo muy lentamente y follarla con él. Ahora se puso el arnés y empujando fue penetrándola analmente muy lentamente. Metía unos pocos centímetros y los volvía a sacar, luego metía unos pocos más y volvía a hacer lo mismo hasta que el esfínter de Eva se acostumbró y entonces empezó a follarla con él a la vez que el vibrador del arnés empezaba a realizar su labor.

El vibrador del coño lo puso a tope ahora, lo mismo que el del arnés. Estaba follando a la chica a tope por los dos agujeros a la vez que la apretaba los pechos y la estiraba del pelo y la decía todo lo que la deseaba. La calentura y el placer de las dos mujeres fue creciendo orgasmo tras orgasmo hasta que rendidas de placer cayeron una encima de la otra exhaustas. Maria retiró el arnés y sacó el vibrador y besándose con Eva se quedaron las dos desnudas dormidas sobre la cama de la casada.

Este es un relato imaginario pero va dedicado a A. Una buena lectora mía a la que le prometí el relato. Si queréis podéis escribirme sobretodo mujeres a:

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Confesiones de autobus

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Amaia (8)

Amaia (7)

Amaia (6: su primera orgía)

Amaia (5)

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Amaia, siguen las perversiones (3)

Amaia 2

Amaia

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Intercambio extraño

Exámen o trabajo

Vuelta a casa

Nochevieja diferente 2

Nochevieja diferente

Diario de un inicio

Vecinitas

Fiestas de San Juan

Seduccion arriesgada

Cuando pecar es un placer

Harina

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Clases de verano

Primer dia de playa

Playa con kiwi

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Mente y cuerpo (3)

Mente y cuerpo (2)

Orgía en obras

No con mi padre

La soledad no es buena consejera

Mente y cuerpo (1)

Metedura de.....

Mente y cuerpo

La subasta

Fiesta en la universidad

Maider

Creacion de una sumisa (3)

Creacion de una sumisa (2)

Creacion de una sumisa (1)

Buena chica

Vendimiando

Vidas cruzadas

Topico placentero

La cajera del super

Tres amigos en la playa

Los billares

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Universitario

Entre camiones

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La criada

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Horas extras bien pagadas

Verano en la terraza

SMS traidor

El tren del sexo

Obras en casa

Baños termales

Comercial

La ardiente Elena

Calor en la playa

Entre vecinos anda el juego

Tarde en la oficina

Despedida de solteros

La enigmatica morena

La victoria

La visita de Alicia

Amaia, secretaria en practicas

Viaje a la obediencia

Alazne, inocente vecina

Ayyyyyy maider

En 10 minutos de ama a sumisa

Sábado de botellón

Elena y Fernando

Casa rural X

Casa rural X (2)

Era profesora o sumisa

Elisa y su antiguo alumno

Renata

Internado

Dos amigas seducen a libe

Tania

Elena y los cazadores

Menudo melocotón

Expiación de errores

Janire y Naiara

Sorpresa en la consulta

Orgía hotelera

Monica y la rubia

Nerea es entregada

Corinne vence su timidez

Laura la dominanta

Reencuentro en la farmacia

Sopresa matutina

Dopi se ambienta

Dopi sigue marchosa

Cuatro esquinas

Diana se siente zorra (1)

Patricia entre pajas

Patricia

La blanca nieves y los siete hombres

El descampado

Sonia en su cuarto

Fin de semana en un hotelito

De empleada a sumisa

La noche en el camping

Dominación en la disco

La llave y el candado (5)

Maria comprando lenceria

De noche y en la playa

Conociendo a la perrita Sara

De noche y en la playa

Sara, una sumisa entregada (2)

A sus pies Maria

Relato 100 de picante100 (2)

Sara, una sumisa entregada

Miriam haciendo de masajista

La Yolanda estaba al rojo

Relato 100 de picante100

La vecinita universitaria

Usando a diana (3)

Domingo de pelotas

Usando a diana (2)

Usando a Diana

Cena de navidad

La llave y el candado (4)

La llave y el candado (3)

Sherezade en la estacion de ski

Una mas una hacen tres

La llave y el candado (2)

La llave y el candado (1)

La llave y el candado

La vecina por la webcam

Diana de marcha nocturna

Stripoker estudiantil

Mañana en la playa

Dos amigas descubren su atracción

Sexo en el despacho

Triángulo amoroso (1)

Cubata picante

Triangulo amoroso (y 2)

Baile de mascaras

Dobles parejas

Libe en el supermercado

De pareja a trio (¿poker?)

Cita a ciegas

Libe busca el aprobado

Elena, de señora a perra sumisa

Libe busca el aprobado (2)

Libe en el cine

El tren en día de playa

Sexo entre rejas

Un polo de fresa

Ana, sexo en la madurez

La coincidencia (3)

La coincidencia (2)

Juan y la insolita familia

La coincidencia

Las vacaciones

Ducha de conversión

Sesión inicial

Lidia

Bailarina

El dentista

Encuentro mágico

Perra en el metro

El pastor

El callejón

Ana la autoestopista

Novata en el reino de sade (2)

Novata en el reino de sade

La sesión

Fiesta en el piso

La canguro (2)

El descubrimiento

Del big-bang al gang-bang

Que susto se llevo la secretaria

Polvo y playa

La canguro

Zapatos especiales

La esclava

La chispa

El encuentro

Exámen médico

La traición

Vaya apartamento

Tequila

Va por ti Maria

Festin de nochevieja

Qué regalito!

Un loco día

Chequeo médico

Sorpresa en el parking

La vecinita

La profesora

La morena que quería ser sumisa

Una clase muy particular

La iniciación (1)

Las vacaciones (2)

La iniciación

La ducha caliente

Fantasía hecha realidad

Las vacaciones

Sumisión en la granja (3)

Juerga fructifera

Eva y Mario caen en el volcan

El señor y la criada

A través de la sumisión llegó al cenit sexual (5)

A través de la sumisión llegó al cenit sexual (4)

A través de la sumisión llegó al cenit sexual (3)

A través de la sumisión llegó al cenit sexual (2)

Corona de sangre

Sumisión en la granja (2)

A traves de la sumision llego al cenit sexual (1)

Sumisión en la granja (1)

Relato conjunto

Sumisión en la granja