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Cuando pecar es un placer

en Dominación

CUANDO PECAR ES UN PLACER

Maider llegaba tarde a la Universidad, se había duchado y se tenía que vestir pero antes recoger los cacharros del desayuno. Sonó el timbre de la puerta.

Quien coño será ahora—dijo para si mientras de manera distraída y acelerada iba hacia la puerta y abría.

Era el mejor amigo de su padre. Un hombre casado que no tenía hij@s. Le preguntó si su padre se había ido ya después eso si de desnudarla de arriba abajo. La verdad es que nunca le había parecido un hombre que hiciera eso pero ahora estaba claro que la estaba radiografiando con la vista. Para su edad era un hombre atractivo pero coño podía ser su padre con lo que la idea la olvidó.

Le dejó entrar porque no creía que se demorase mucho y así ella recogía la mesa e igual él galantemente se brindaba a acercarla a la facultad. Estaba llegando a la mesa del salón donde había desayunado cuando sintió un empujón en la espalda y como la tumbaban contra la mesa a la vez que una mano la obligaba a abrir las piernas. Sintió miedo y repulsión en un momento pero a la vez se excitó y la constatación de ese hecho envalentonó todavía más a su atacante que cuando se quiso dar cuenta ya tenía la polla en la mano completamente dura.

Pero el hombre al ver la cara de terror de la chica se le cortó el rollo pero la chica estaba tan cachonda por la idea de ser follada con fuerza que le invitó a penetrarla. El volvió a recuperar la dureza y acercó el miembro viril al joven coño veinteañero rozándolo con suavidad. Cada vez que el glande desnudo pasaba por el clítoris, lo rozaba o solamente se intuía su rosada presencia, la chica se ponía más y más caliente.

Ella casi le ordenó penetrarla lo que el hombre hizo de manera obediente de una sola vez y quedándose quieto como no creyendo haberla penetrado. Luego embistió varias veces hasta derrumbarse eyaculando sobre la espalda de la chica y limpiándola torpemente luego con un kleenex. A la chica se le escapó un lastimero ya como decepcionada por tan corto combate sexual pero el hombre de repente se vino arriba y empezó a acariciarla con suavidad primero y luego con firmeza.

Sabía lo que hacía. Cogió un poco de mantequilla de los restos del desayuno y con ella empezó a embadurnar el agujerito trasero de Maider. Pretendía darla por el culo. Ella era virgen por ahí. No se lo había permitido a ningún chico pero es que el hombre cada vez que embadurnaba el culo de mantequilla y la metía un dedo la rozaba el clítoris con los dedos de la otra mano. Ella estaba muy caliente porque él la había dejado a medias. Ahora ya tenía dos dedos desflorándola por atrás y después fue introduciendo el pene. La verdad ella lo sintió grande, la dolió un poco cuando empezó la penetración pero la mantequilla ayudó a que cuando se quiso dar cuenta él ya la estaba follando. La folló a la vez que la masturbaba y luego la magreaba los pechos. En esa postura estuvieron un rato hasta que la cogió en el aire y la sentó sobre el en la silla. Aunque ella botaba él la guiaba con movimientos firmes y lentos y rápidos según su interés hasta que sin avisarla le sintió vaciarse dentro de ella. Ella ya llevaba dos orgasmos seguidos y estaba extasiada. La reacción de él la sorprendió. La ordenó de muy malas maneras vestirse y acompañarle. La dejó en la facultad pero primero la hizo darle su tanga y su número de móvil. Ella obedeció dócilmente. Pero que la pasaba, ella siempre había llevado la batuta en sus relaciones y este hombre que le doblaba la edad la daba ordenes que a ella le hacían estremecer de placer. Luego fue a clase. La clase de ahora era un tubo encima con una profesora que a ella no le gustaba nada aunque tampoco era demasiado antipática. Entró y se sentó a mitad de la clase. Estaba bastante absorta en sus pensamientos cuando vibró el móvil, Era un sms.

Que putita, sientes los muslos pegajosos de mi leche.

Escondió el móvil, Era el tarado del amigo de su padre pero enseguida sintió excitación, le gustaba que la ordenaran, nunca lo hubiera creído. Cuando terminó la clase la profesora dijo:

Maider, quédate un poco que hoy no te he visto muy atenta.

Será puta la cabrona, pensó Maider pero se dirigió a la mesa de la profesora cuando todos salían del aula. Cuando se acercó la profesora tenía el maletín lo suficientemente abierto para que a ella no le quedase más remedio que ver..................... su tanga.

Quería morirse de vergüenza pero que hacía su tanga ahí, como había ido a parar ahí. Entonces sonó su móvil, ella lo silenció y no pensaba cogerlo pero la profesora le susurró al oído pero con una orden, clara y autoritaria:

Cogelo puta.

Ella lo cogió sin mirar quien la llamaba y una voz al otro lado la dijo. Si te da miedo que tengamos tu tanga no temas no caerá en manos de tu padre solo queríamos hacerte soltar adrenalina. Si nos quieres pertenecer ahora mismo arrodíllate donde estás y bésale los pies a Laura.

A ver Maider céntrate, este par de degenerados no pueden irrumpir así en tu vida y pretender que seas su esclava sexual.

Pero lo hizo, se arrodilló y agachando la cabeza lamió las botas de su profesora como si fuera una experta. Se levantó y con el teléfono en la oreja oyó la orden definitiva, la que le cambiaría la vida.

Ahora es tu momento de decidir, de salir por la puerta sola y seguir con tu vida normal como si no hubiera pasado nada o de salir como nuestra sumisa aspirante a esclava y que nos obedecerá en cuerpo y alma. Follaras cuando digamos, con quien digamos y como digamos. Te instruiremos en todo pero tranquila no somos unos tarados así que no temas ya que te cuidaremos y protegeremos. Si decides salir coge el tanga y llévatelo, si en cambio decides aceptarnos como tus dueños bájate los leggins y deja que ella te ponga el tatuaje y un juguetito especial.

Maider se quedó estupefacta y quieta no sabía que decisión tomar, hacía un día hubiera optado por marcharse pero hoy estaba más cercana a aceptar y como movida por unos movimientos robóticas se bajó los leggings consiguiendo una sonrisa de su profesora, una caricia y unas palabras de aliento y cariño. La profesora le puso un triskel en su pubis en la parte izquierda y en la derecha le puso las letras SD. Luego cogió dos anillos que se colocaban sin necesidad de agujerear la carne y con un pequeñito candado de oro los ató cerrando su vagina. La preguntó tres veces si decidía libre y conscientemente ser la sumisa de ella y del Amo SADELAND y ella dijo si. La profesora grababa sus palabras y entonces le pasó unas hojas de papel, léetelas bien, son las practicas que harás y para las que serás instruida. Si decides ser nuestra sumisa a partir de ahora nos tratarás a mi de Señora, Ama o Dueña siempre con el mi por delante y a él lo mismo pero en masculino, evidentemente cuando no haya nadie más delante. Laura se acercó a la chica y la dio un largo y húmedo beso en la boca. Maider nunca había tenido relaciones lesbicas aunque si tenía una amiga que lo había probado y le hablaba maravillas. Al principio lo siguió porque como sumisa era su función pero luego los pezones se le pusieron como piedras y su coñito le pedía guerra.

Laura se separó de ella y la dio un azote fuerte con la mano en las nalgas y la dijo:

Vamos puta que hoy comerás con nosotros y con una Ama a la que enseñaremos nuestra nueva adquisición.

Continuara.............

Este relato es imaginario, si queréis podéis escribirme(prefiero que me escribáis) sobre todo mujeres(ya que soy hombre) a:

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Por trabajar en sabado

Sorpresa en el club

Por bocazas

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Cumpleaños feliz

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Confesiones de autobus

Hija de........

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Amaia

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Vuelta a casa

Nochevieja diferente 2

Nochevieja diferente

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Orgía en obras

Mente y cuerpo (1)

Mente y cuerpo

Metedura de.....

La subasta

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Creacion de una sumisa (3)

Creacion de una sumisa (2)

Creacion de una sumisa (1)

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Vidas cruzadas

Topico placentero

La cajera del super

Los billares

Tres amigos en la playa

Pícara luna de miel

Aventura sobre ruedas

Universitario

Entre camiones

La pareja y la pelirroja

La criada

Footing x

Sola en casa

Duchas playeras

La madura y l@s jovenes

Horas extras bien pagadas

Vivero del 69

Verano en la terraza

Obras en casa

El tren del sexo

SMS traidor

Baños termales

Comercial

La ardiente Elena

Calor en la playa

Entre vecinos anda el juego

Tarde en la oficina

Despedida de solteros

La enigmatica morena

La visita de Alicia

La victoria

Amaia, secretaria en practicas

Viaje a la obediencia

Alazne, inocente vecina

En 10 minutos de ama a sumisa

Ayyyyyy maider

Sábado de botellón

Elena y Fernando

Casa rural X (2)

Casa rural X

Era profesora o sumisa

Elisa y su antiguo alumno

Renata

Dos amigas seducen a libe

Internado

Tania

Elena y los cazadores

Menudo melocotón

Expiación de errores

Janire y Naiara

Monica y la rubia

Sorpresa en la consulta

Orgía hotelera

Nerea es entregada

Corinne vence su timidez

Laura la dominanta

Reencuentro en la farmacia

Sopresa matutina

Dopi se ambienta

Dopi sigue marchosa

Cuatro esquinas

Diana se siente zorra (1)

Patricia entre pajas

Patricia

La blanca nieves y los siete hombres

El descampado

Sonia en su cuarto

Fin de semana en un hotelito

De empleada a sumisa

La noche en el camping

Dominación en la disco

La llave y el candado (5)

Maria comprando lenceria

De noche y en la playa

Conociendo a la perrita Sara

De noche y en la playa

Sara, una sumisa entregada (2)

A sus pies Maria

Relato 100 de picante100 (2)

Sara, una sumisa entregada

Miriam haciendo de masajista

La Yolanda estaba al rojo

Relato 100 de picante100

La vecinita universitaria

Usando a diana (3)

Domingo de pelotas

Usando a diana (2)

Usando a Diana

Cena de navidad

La llave y el candado (4)

La llave y el candado (3)

Sherezade en la estacion de ski

Una mas una hacen tres

La llave y el candado (2)

La llave y el candado (1)

La llave y el candado

La vecina por la webcam

Diana de marcha nocturna

Stripoker estudiantil

Mañana en la playa

Dos amigas descubren su atracción

Sexo en el despacho

Triángulo amoroso (1)

Cubata picante

Triangulo amoroso (y 2)

Baile de mascaras

Dobles parejas

Libe en el supermercado

De pareja a trio (¿poker?)

Cita a ciegas

Libe busca el aprobado

Elena, de señora a perra sumisa

Libe busca el aprobado (2)

Libe en el cine

El tren en día de playa

Sexo entre rejas

Un polo de fresa

Ana, sexo en la madurez

La coincidencia (3)

La coincidencia (2)

Juan y la insolita familia

La coincidencia

Las vacaciones

Ducha de conversión

Sesión inicial

Lidia

Bailarina

El dentista

Encuentro mágico

Perra en el metro

El pastor

El callejón

Ana la autoestopista

Novata en el reino de sade (2)

Novata en el reino de sade

La sesión

Fiesta en el piso

La canguro (2)

El descubrimiento

Del big-bang al gang-bang

Que susto se llevo la secretaria

Polvo y playa

La canguro

Zapatos especiales

La esclava

La chispa

El encuentro

Exámen médico

La traición

Vaya apartamento

Tequila

Va por ti Maria

Festin de nochevieja

Qué regalito!

Un loco día

Chequeo médico

Sorpresa en el parking

La vecinita

La profesora

La morena que quería ser sumisa

Una clase muy particular

La iniciación (1)

Las vacaciones (2)

La iniciación

La ducha caliente

Fantasía hecha realidad

Las vacaciones

Sumisión en la granja (3)

Juerga fructifera

Eva y Mario caen en el volcan

El señor y la criada

A través de la sumisión llegó al cenit sexual (5)

A través de la sumisión llegó al cenit sexual (4)

A través de la sumisión llegó al cenit sexual (3)

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Corona de sangre

Sumisión en la granja (2)

A traves de la sumision llego al cenit sexual (1)

Sumisión en la granja (1)

Relato conjunto

Sumisión en la granja