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Con la madre de ane

en Lésbicos

CON LA MADRE DE ANE

 

Me puedes poner un cubata por favor?----- pidió Amaia al camarero en la barra.

Mientras el camarero se lo ponía giró la cabeza y vió cerca pidiendo a Laura la amiga de su hija. Que haría allí?. Era un bar de ambiente. Vió como una chica se acercó y poniendo las manos en la cintura de la chica. Laura se giró y la dio un suave beso en los labios a la otra chica. Laura al girar la cabeza la vió. Se puso muy colorada aunque preguntándose si la había visto y que parte del beso había visto aunque seguramente todo porque su amiga Silvia todavía tenía las manos en su cintura.

Amaia cogió su cubata y se acercó.

Hola Laura, que tal? Que, de juerga? No ha venido Ane?---- preguntó Amaia.

Ane iba a venir pero como la ha llamado Ander y él no quería venir a ésta zona así que he venido con otra amiga nuestra, te presento a Silvia--- respondió Laura.

Silvia y Amaia se saludaron con dos besos.

Si quieres podemos seguir las tres juntas---- dijo Laura invitando a Amaia a unirse y tragándose su vergüenza.

Se sentaron las tres en una esquina y luego a veces salían a bailar y volvían a su mesa. Al de un rato Silvia fue al baño y se quedaron Amaia y Laura solas.

No sabía que te gustaban las mujeres también.---- dijo Amaia.

Bueno, a ver, no es lo que piensas tampoco, solo que a veces me gusta disfrutar de otras cosas pero tampoco sabía que te gustasen a ti----- respondió la chica de forma descarada.

Touché jijijiji. La verdad es que no lo probé hasta hace poco y si me gustan.--- respondió divertida Amaia retirando un mechón de pelo de la cara de Laura.

Volvió Silvia y siguieron divirtiéndose. A veces las dos chicas bailaban tan juntas que parecían una. Laura a veces la lanzaba en esos bailes encendidas miradas a Amaia como queriéndola provocar. Luego decidieron retirarse y marchar a casa. Vivían en el mismo portal, por eso Ane y Laura se habían hecho amigas inseparables. Amaia las llevó a casa con su coche, dejaron a Silvia en su casa. Las dos chicas se despidieron con un beso apasionado y Silvia dio a Amaia un pequeño pico pero con toda la intención del mundo.

Llegaron a su edificio y entraron al portal. Delante del ascensor se miraban disimuladamente las dos como midiéndose. Las dos excitadas y deseando hacer lo que las dos no se atrevían a proponer. Laura vestía una faldita corta muy floja, estampada que se abría por delante y que al caminar insinuaba mucho pero no enseñaba nada. Un jersey con un escote triangular de un tejido que dejaba insinuar sus pechos y sus pezones marrones oscuros bien puestos, no grandes pero torneados y duros.

Amaia en cambió vestía un pantalón amarillo ajustado que dibujaba sus formas que a pesar de su edad se mantenía con un cuerpo juvenil. Arriba una camiseta amarilla debajo de una camisa vaquera que llevaba abierta. Llevaba su cabello rubio atado en dos coletas a los lados de su cabeza.

Cuando el ascensor abrió sus puertas empujó a Laura dentro quedando la chica apoyada contra la pared del fondo mientras Amaia besaba su cuello y con sus manos dibujaba su cuerpo y susurraba a su oído:

Quieres que vayamos a mi casa y te demuestre lo que se hacer?.

A que estás esperando, lo deseo, mmmm pero y tu marido?---- respondió Laura.

No vendrá hasta mañana. Ha ido de juerga con unos amigos del verano y pasará allí la noche para no conducir de noche.

Amaia metió las manos bajo el jersey subiendo y acariciando la suave piel de su joven amante. Con los dedos atrapaba los pezones en sus dedos suavemente. Luego con la mano derecha fue descendiendo hasta llegar a la intimidad de la chica que se estremeció ante aquella caricia antes de sentir como dos dedos de Ama se hundían en su coño y los extraía para dárselos a chupar.

Entraron en el piso de Amaia y besándose y acariciándose fueron al dormitorio. Allí con la cama al fondo se fueron desnudando abruptamente como un rock desenfrenado. Amaia soltó sus botones y se sentó en el borde de la cama. Con uno de los pies calzado jugueteó con uno de los pechos de Laura. La chica se los quitó y ayudó a su madura amante a quitarse los jeans. Amaia no podía esperar y ella se quitó la camisa y la camiseta. Levantó a Laura y quitó su jersey. Sus pechos estaban en libertad y mostraron su belleza y la dureza de sus pezones.

Bajó la falda de la chica y la echó en la cama. De rodillas se puso entre sus piernas. Besó su boca. Primero un dulce beso pero luego cada vez más apasionado, ahora ya bailaban horizontalmente. Laura se agarraba a los barrotes de la cama. Amaia luego besaba el cuello, lamía desde un hombro hasta el otro siguiendo la autopista de las clavículas y en mitad se dejaba guiar hasta los pechos de Laura. La joven no podía parar de gemir. Con los labios y ayudándose con la punta de los dientes Amaia jugó con los pezones y usó su boca como una suave ventosa para apretar y absorber los pezones como si de dos trozos de gelatina se tratase. Llego al ombligo y con las manos casi arrancaba el tanguita de la joven.  Ahora ya tenía la intimidad de Laura al descubierto. Un coñito con un mechón de vello púbico en la parte superior y los labios vaginales y el perineo rasurado. Con las manos acariciaba los muslos y con la lengua después de follarla el ombligo llegaba a la cintura. Laura pedía más pero Amaia contenía su impulso para retardar su orgasmo y que éste cuando llegase fuera mucho más intenso. Al llegar a la cintura en lugar de seguir hasta el coño paró y repasó la cintura con la lengua haciendo que la chica elevase su pelvis pero Amaia la bajó con autoridad. Entonces llegó a la meta y lamió la rajita de arriba abajo y cuando la punta de la lengua llegaba a rozar el clítoris Laura entre gemidos, jadeos y pequeños gritos dijo:

Sigue Ane, follame con la lengua.

Las dos mujeres se quedaron paralizadas. Laura mirando aterrorizada a Amaia pero la mujer reaccionó dándola primero un sopapo y luego haciéndola callar acercando su dedo a sus labios.

Dime que te has confundido, dime que no te follas a Ane------ preguntó Amaia a Laura.

Pues no se como hacerte sentirte mejor pero si con Ane y con Silvia follamos a de vez en cuando. Fue Silvia la que una vez que estábamos juntas en una cala en vacaciones nos, no se como explicarlo, nos inició a las dos y luego Ane y yo o Silvia y yo o Ane y Silvia o las tres juntas o con otras chicas hemos seguido, pero es solo sexo aunque nuestra amistad sigue siendo tan fuerte o incluso más---- respondió Laura que se había sentado en la cama al lado de Amaia.

Amaia la miró y no pudo enfadarse y la besó en la boca.

Lo único que me da miedo es que Ane ahora está empezando a salir con Ander y no quiero que lo haga daño o se haga daño ella misma por tener dos relaciones a la vez.---dijo Amaia.

Laura besó a Amaia para hacerla callar pero la mujer la separó. Laura pensó que la noche se había terminado pero nada más lejos de la realidad. La hizo señas que esperase. Cogió de una de las mesillas dos pañuelos de seda y ató las dos muñecas al cabecero de la cama. Con un tercero tapó los ojos.

Ahora te tendrás que dejar llevar por tu lengua y recibirás solo placer. Relájate y disfruta.----- dijo Amaia.

Sacó una bolas chinas unidas por un cordel, seis esferas de diversos tamaños. Se puso sobre la chica con su coño en la boca de la chica. La cual con su lengua fue acariciando poco a poco su coñito. Acarició una bola por el coñito de la chica hasta que notaba que éste estaba como la gelatina y con una pequeña presión entró entera luego repitió la misma poco a poco. Con la lengua jugaba con el clítoris. Cogió un pequeño estimulador de clítoris y con su vibración fue acariciándolo y jugando con él a la vez que con la otra mano iba sacando y metiendo las bolas chinas hasta que con los gemidos, jadeos de Laura vió que estaba a punto de correrse entonces aceleró la estimulación del clítoris. Metió las bolas en la vagina y cuando la chica no aguantó más y se corrió las fue sacando casi de un solo golpe.

Se levantó y soltó las muñecas de Laura y se quedó abrazada a ella pero sin quitarle el pañuelo de los ojos.

Ahora te viene el éxtasis final----- le comentó Amaia a Laura.

Hizo que Laura se pusiera de rodillas sobre la cama y hundiera la cara en la almohada. De esta guisa y con el culo en pompa cogió un pequeño huevo vibrador. Hundió el huevo en un bote de lubricante y penetró a la chica con él. Con la vagina llena Amaia se puso un arnés doble con un pequeño vibrador que se metía en su vagina y con otro más largo y grueso. Con los dedos índice y anular puso lubricante en el agujerito trasero de la chica y fue haciendo círculos hasta que logro penetrarla con ellos. Extendió más crema y la penetro ahora con tres dedos. Cuando notó que la chica jadeaba y pedía que la penetrase puso parte del lubricante en la polla del arnés y lo situó en la entrada del ano. Empujó levemente, luego fue aumentando la presión hasta que entró la punta.

Ahora de un solo golpe metió toda y la cogiéndola de las caderas fue dando tres o cuatro empujones hasta que la chica se olvidó del dolor y fue sintiendo un placer que iba en aumento. Amaia por su parte notó que el placer iba subiendo desde su vagina penetrada por el pequeño vibrador que le entraba desde el arnés. Luego se echó sobre ella cogiéndola de los pechos para de vez en cuando estirarla del pelo y atraerla hacia si de los hombros. En la mano izquierda llevaba el mando del huevo vibrador que había metido a Laura en la vagina y lo fue accionando primero en ratos muy cortos para luego hacer los intervalos más largos e intensos.

Variaba la intensidad y la duración y guiándose por el placer que sentía la chica fue regulando las embestidas para intentar hacer coincidir los dos orgasmos. Al sentir como Laura empezaba a sentir el suyo la cogió de los pechos dejándose caer juntas sobre la cama y quedándose abrazadas besaba su cuello hasta quedarse relajadas.

Salió de dentro de la chica se quitó el arnés y volvió a la cama quedándose las dos mujeres entrelazadas y se durmieron así después de ducharse juntas.

Este relato es imaginario pero si queréis podéis escribirme a:

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La coincidencia

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Ana la autoestopista

Novata en el reino de sade (2)

Novata en el reino de sade

Fiesta en el piso

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La canguro

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Una clase muy particular

La iniciación (1)

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La iniciación

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Fantasía hecha realidad

Las vacaciones

Sumisión en la granja (3)

Juerga fructifera

Eva y Mario caen en el volcan

El señor y la criada

A través de la sumisión llegó al cenit sexual (5)

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Sumisión en la granja (2)

A traves de la sumision llego al cenit sexual (1)

Sumisión en la granja (1)

Relato conjunto

Sumisión en la granja