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Inocente propuesta, picante aceptación

en Orgías

INOCENTE PROPUESTA,PÍCARA ACEPTACIÓN

Dunia era una mujer casada, entrada en la treintena. Como toda persona tenía sus fantasias y su realidad a veces chocaba con esas fantasias. Su matrimonio iba bien pero en lo sexual la verdad a veces se aburría sobre todo cuando ella tenía que llevar la voz cantante que era algo que no le gustaba. Su visión del sexo era ó hacer el amor y acariciar y estar a gusto con su marido ó si tenía sexo sentirse dominada y usada.

Nunca se había sentido tentada por ser infiel pero lo que ocurrió nunca se lo hubiera imaginado. Su jefe era a la vez amigo de su marido. Un día coincidieron los tres de cena y de manera fortuita ella se inclinó hacia delante y tocó con su culo la cintura del hombre y notó cierta dureza que no sabía a que se debía. Eso hizo que ella estuviera el resto de la cena excitada pero a su vez avergonzada y cada vez que hablaba con él retiraba la mirada para no ponerse colorada.

Después de aproximadamente dos semanas del suceso, Dunia y el compañero de su marido coincidieron en la calle. Se saludaron y el hombre le recordó el suceso. Ella se puso absolutamente roja. No esperaba para nada que se fuera a acordar de aquello pero por otra parte sus braguitas se mojaron absolutamente. Ahora cada vez que se cruzaban en el trabajo ó en la calle ella se excitaba pero bajaba la mirada.

Él, un Amo experto, lo observó y se propuso como reto follar con ella pero también someterla y pulirla como la mejor sumisa. Un día la citó en su despacho, no en el de la fábrica, sino en el de su casa. Ella a veces también iba allí y colaboraba con él, con su marido y con otras personas en una asociación con lo que ya conocía el camino. Ella entró cuando él abrió la puerta y caminó con la mirada puesta en el suelo. Se sentó en la silla como él la invitó y de forma instintiva e inconsciente puso las manos en su regazo como queriendo taparse el sexo.

Hola Dunia, desde el día de la cena me evitas, retiras la mirada cuando te miro. Me dí cuenta que te avergonzaste cuando te inclinaste y sin querer me tocaste con tu culo. Hoy además llevas el mismo pantalón. Te confirmo que ese día estaba empalmado al verte y que me hubiera encantado follarte el culo ó el coño pero más que eso quiero follar tu mente. Cómo creo que eres discreta, muy discreta te contaré mis gustos. Me gustan los tríos, orgias etc y también el sadomasoquismo más bien soy Dominante. Soy muy duro y experimentado. Ahora quiero que te vayas e investigues lo que es todo lo que te he dicho. Si aceptas obedecerme aparte de ser mi sumisa serás follada cuándo, dónde y por quien yo diga. Evidentemente tu marido no debe enterarse. Si tras tu investigación decides aceptar vendrás y abrirás con tu propia llave que te voy a dar ahora. Entrarás al despacho te desnudarás y dejarás la ropa bien ordenada en esa silla y te colocarás como en ésta foto, le enseñó una foto en el ordenador. A partir de ese día serás mía. Si no aceptas, sin más me enviarás un mensaje al móvil indicando que quieres olvidar todo y todo quedará olvidado.

Durante veinte días aproximadamente estuvo investigando por Internet y preguntando a gente que parecía que sabía del tema. Cuando llevaba varios días se dio cuenta que era lo que en el sexo siempre la había excitado. Era algo que la hacía casi perder los papeles. Además se fiaba del que iba a ser su Amo con lo que podía dejarse llevar absolutamente y sabía que todo quedaría en secreto.

El viernes de esa semana no tenía nada que hacer, estaba de vacaciones. Decidió vestirse para la cita con la misma ropa del incidente que había provocado todo. Aunque no le iba a durar mucho puesta. Tenía miedo y algo de vergüenza porque nunca había tenido sexo con nadie que no fuera su marido. Llegó el viernes, se vistió como había pensado. Debajo un bonito tanga negro y arriba una blusa blanca y unos tejanos verdes que moldeaban su figura. Su marido alabó lo guapa que estaba. Ella sintió una mezcla de excitación y culpabilidad, pero lo primero ganó a lo segundo.

Cogió las llaves del despacho de David y llevó a sus hijas al colegio. Volvió, aparcó el coche en el garaje y fue caminando hacia el centro. Allí en un edificio moderno tenía el despacho el que ahora iba a ser su dueño. Estaría dispuesta ella cuando llegase el momento a ser follada por desconocidos. La daba bastante miedo pero cada día le excitaba más.

Entró en el portal y subió por las escaleras. Abrió la puerta, lo hizo de forma sigilosa, quería darle una sorpresa. Llegó al despacho, respiró hondo y entonces abrió la puerta. Allí estaba su Amo, poderoso en altura y en peso. No solo le impresionaba por su personalidad sino también por su físico. Él, divertido, se acomodó en la silla y puso los pies en la mesa. Ella se puso en un lado de la mesa y empezó a quitarse primero la blusa, no se había puesto sujetador intencionadamente y los pezones estaban completamente erectos. Luego, se soltó el cinturón del pantalón y el botón del pantalón. Seguidamente la braguita negra. Luego se puso en la postura que le habían indicado. David metió la mano en un cajón y la tiró un antifaz que la mujer se puso muy obedientemente.

David aprovechó para levantarse. Estaba completamente empalmado. Cogió del pelo a la chica y la hizo inclinarse sobre la mesa. Al caerse la chica se tuvo que sujetar a los bordes de la mesa, con los pies el hombre abrió las piernas y con la mano se abrió la bragueta y sacó su polla que con la erección que tenía no le costó mucho. Busco el coño de Dunia y se la metió de una sola vez. La chica se sorprendió pero respondió buscando las embestidas y jadeando. Él la animaba para que no se contuviera en los gemidos. Estaba sumamente excitada. El Amo cuando notó su polla completamente mojada por los fluidos se la sacó y la acercó al culo e intentó penetrarla, ella avisó que ahí era virgen. Eso hizo que el Amo tuviera más ganas de sodomizarla y no tardó en hacerlo y sin miramientos. Solo la precaución justa. Ella se quejaba y se dolía pero aceptaba de buen grado y al final incluso volvía a gemir. Jadeos que se hicieron más intensos cuando él empezó a masturbarla y ella no tardó en correrse entre los dedos de su Amo.

El Amo necesitó pocas embestidas más antes de llenarla con su semen. Luego se la sacó e hizo que fuera al baño de la oficina y se duchase (había una pequeña ducha al lado de un minúsculo dormitorio). Mientras Dunia se duchaba, en la puerta tocaron y fue a abrir. Allí estaba una pareja de Dominantes, matrimonio amigo suyo. Para poder presentárselos a Dunia entró David al baño y cuando la chica estaba seca. Él la inquirió si de verdad se entregaba como él le planteó, o sea, ser usada por él ó por quien el dijera y cuando él dijera y ella dijo sí. La ordenó que se volviera a ponerse el antifaz y la colocó un collar de acero al cuello y un par de muñequeras también de acero y los sujetó al collar y la condujo al pasillo y a su despacho.

Cuando entraron David colocó a la chica de pies en mitrad de la habitación. El matrimonio se acercó y dieron vueltas alrededor de la mujer echándole el aliento en algún momento. Por los olores de las colonias y los alientos ella se dio cuenta que había más gente. Se sintió incomoda y preguntó.

David en lugar de responder la quitó el antifaz. Ella se movió instintivamente pero se quedó enseguida quieta y David explicó que quería ver si era sincera en sus palabras. La Ama se había vestido para la ocasión y liberó su sexo. David obligó a Dunia a arrodillarse y la inclinó para que probara el coño de la Ama y la chica se lanzó a la tarea con ganas. La Ama le iba indicando como hacerlo. La chica para hacerlo tenía el culo en pompa y así el otro Amo fue azotándoselo. Dunia tuvo que contarlos poco a poco. Se quejaba y estaba a punto de llorar, pero aguantaba. Pero de repente pararon los azotes. David introdujo un pequeño huevo vibrador en su coño y con el mando hizo que vibrase en el momento que el otro Amo rompiera su atractivo culo.

David también con una pequeña varita la aplicaba pequeñas descargas eléctricas en el resto del cuerpo. Dunia consiguió que la Ama tuviera un orgasmo y fue rellenada en su culo por el Amo. La volvieron a mandar ducharse y a partir de ese día se inició su aprendizaje como sumisa.

Este relato es imaginario, pero me encantaría que escribierais a:

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