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Topico placentero

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TÓPICO PLACENTERO

A veces los tópicos son solo eso tópicos, a veces se cumplen y a veces no pero en esta ocasión se cumplió. Hay una leyenda urbana que siempre mete en terrenos sexuales a los repartidores de cualquier elemento gaseoso envasado en bombonas, ya me entendéis, jejeje. Esta vez se iba a cumplir y de una forma un tanto exagerada. Arantza estaba sola en casa, tenía exámenes en la Universidad y estaba intentado meter las máximas horas posibles para ver si en verano podía descansar y no tener que estudiar.

De repente sonó el claxón del repartidor de butano y ella pidió una. Hasta aquí todo normal. Además el repartidor que repartía en su calle era un señor ya maduro nada atractivo pero esta vez no iba a ser así. Oyó un silbido de admiración en la calle y sonriendo se asomó a la ventana. Vaya, habían cambiado los repartidores, esta vez eran dos y eran jóvenes, vestidos con su clásico pantalón de buzo pero arriba el torso desnudo por el calor que hacía. Además los dos chicos se notaba que visitaban bastante el gimnasio.

Ella estaba vestida con una camiseta larga que le llegaba por las rodillas, y debajo un tanguita blanco. Ella creía que muy poco sexy pero con la camiseta se le insinuaban los dos pechos. Subió el repartidor y ella le abrió la puerta con la cartera en la mano para pagarle y acabar cuanto antes. Tenía que estudiar y no podía perder tiempo. Cuando abrió viendo aquel hombre tan atractivo en la entrada casi empieza a tartamudear. El que no la quitaba la vista de los pechos la dijo que si quería que se la llevaba a la cocina o donde guardase las bombonas.

La chica con una sonrisa bobalicona le dijo que de acuerdo que la dejase en la cocina detrás de la puerta. El chico lo hizo y cuando la hubo puesto en su sitió pidió un vaso de agua fresca. La chica se lo dio y mientras él se lo bebía ella estaba con la boca abierta allí plantada con el billete en la mano para pagarle. El cuando cogió el billete se aproximó tanto a ella que su aliento la acariciaba. El la dijo que si le dejaba pasar para irse guiñándola un ojo. Ella sin darse cuenta se había colocado en mitad y con su cuerpo impedía el paso. Se hizo a un lado y él pasó. Pero el espacio entre el cuerpo de la joven y la puerta era minúsculo y Fernando la rozó con su cuerpo. La chica sintió el miembro viril del chico completamente duro.

Ella se puso completamente colorada y eso hizo que él se atreviera a hacer lo que hizo. La cogió y la besó en la boca de manera apasionada pero se tenían que ir a pesar de que era la única bombona de toda la escalera que tenían que repartir. Su compañero le esperaba abajo. El le llamó por el móvil y le dijo que aparcara bien y le esperase en el bar tomando algo que ahora bajaba. Volvió a coger a la chica que era como una muñeca en sus manos y la besó. Ella por fin reaccionó a los besos y con la mano le soltó los botones del pantalón y se lo bajó dejándole solo con el bóxer que poco tiempo estuvo en su sitio.

Ahora el chico estaba completamente desnudo y la chica vestida. Los dos eran un volcán en erupción. La chica sentía su coño completamente mojado. Ella se quitó la camiseta y se quedó con el tanga tumbándose en la mesa y tirando al suelo el frutero. Gracias a Dios que era de un material plástico. El empezó a besarla los pechos y a apretárselos como si estuviera amasando un pastel. Luego fue bajando hasta el tanga y comenzó a apartarlo para después bajarlo con la boca. Con la lengua recorrió varias veces el coño de la chica cogiendo todos sus fluidos. En el momento que la iba a penetrar se oyó el ruido de la puerta y fueron pillados por la compañera de piso de Arantza. Ana una rubia de pelo rizado y cuerpo voluptuoso había llegado antes de tiempo. Les echó la bronca pero se veía que no sentía lo que decía. Se quitó el vestido gris que llevaba y se tumbó en la mesa sobre Arantza.

Estaba en la postura del 69 con la chica y con su boca sobre el coño de Arantza y al alcance de la polla del chico. La verdad era que el chico estaba bien dotado. Cogió la polla y se la metió entera en la boca. El hombre la sujetaba del pelo y se la follaba a la vez que su amiga la comía el coño y ella penetraba con dos dedos a Arantza que estaba completamente empapada y no precisamente de sudor. Ahora el chico sacó la polla de la boca de Ana y se la metió a Arantza en el coño de una sola vez. La chica no paraba de gemir mientras se recreaba con el conejito de su compañera de piso y de juegos más de una noche.

Ana cuando había entrado sin querer al ver la bombona vacía en la escalera había dejado la puerta abierta y eso sirvió para que el compañero de Fernando preocupado por la tardanza de éste entrara y se quedara petrificado por el espectáculo. Cerró la puerta y se quitó al ropa. Se acercó por detrás a Ana y la hizo bajar un poco para que quedara con los pies en el suelo pero el cuerpo sobre la mesa. La cara al lado de la de la otra chica, de esta forma se podían besar y acariciar. El con la dureza repentina que le había causado la escena no tardo en metersela a Ana .

La follaba cogiendose de las tetas a veces y otras marcándola el ritmo sujetándola de las caderas. Por otra parte, Fernando había situado los tobillos de Arantza sobre sus hombros a la vez que se la follaba con fuerza y de manera bastante brusca a veces acompañado por momentos de profundas penetraciones suaves que causaban en la chica un gran placer al chocar la base de la verga del hombre con su clítoris y frotarlo. Javi se la sacó a Ana y empezó a jugar con las nalgas abriéndolas y cerrándolas y pasando la polla en mitad de ellas hasta que llegado al agujerito trasero de la chica empezar a empujar.

La polla le costaba entrar pero poco a poco lo fue haciendo muy suavemente para no dañar el esfínter hasta que estuvo toda dentro y pudo empezar a bombear muy lentamente y haciendo que la chica disfrutase. Fernando hizo que Arantza se sentara sobre su pene después de que el hombre se sentara a su vez en una silla. La chica se sentó dándole la espalda clavándosela en su culo.

Javi levantó a Ana y la hizo ponerse a cuatro patas delante de Arantza para que así pudiera lamer el coño de la chica que era sodomizada por el otro repartidor. La verdad lo estaban gozando cada una de manera más apasionada que la otra. No paraban de gemir y jadear. Seguro que los vecinos las escuchaban pero eso siempre les había importado bien poco. A las dos las estaban sodomizando y las gustaba, más bien las ponía como motos.

Ana a su vez era masturbada por los dedos expertos de Javi que a la vez que estimulaban el clítoris de la chica la penetraban buscando su punto G. Lo estaba disfrutando terriblemente lo mismo que Arantza. Esta recibía los lametones de su amiga en su clítoris y a la vez los dedos de Fernando la penetraban como si fuera una segunda polla. Porque la de verdad la tenía en su culo dándola sumo placer. Ella se levantó y se puso ahora de rodillas lo mismo que hizo Ana, los dos chicos se colocaron de pies con las vergas delante de sus caras. Ellas se las mamaban a dúo, primero una y luego la otra polla. Lo hacían alternativamente para que las dos pollas fueran mamadas a la vez por las dos bocas y la que quedaba fuera de sus bocas masturbada por la mano de una y la mano de la otra acariciando sus huevos. Con tan eróticos masajes no tardaron en mostrar signos de que la eyaculación estaba cercana.

Casi sin avisar, las dos vergas empezaron a soltar chorros de semen que embadurnaron las caras, el pelo y cayeron sobre las tetas de las dos chicas que luego se besaron y acariciaron con sus manos tan blanco néctar. Se despidieron de los chicos y se fueron a duchar las dos juntas.........El resto queda a vuestra imaginación.

Este relato es imaginario pero si queréis podéis escribirme sobre todo mujeres a:

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Sábado de botellón

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Casa rural X

Casa rural X (2)

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Internado

Tania

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Reencuentro en la farmacia

Sopresa matutina

Dopi se ambienta

Dopi sigue marchosa

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Patricia entre pajas

Patricia

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El descampado

Sonia en su cuarto

Fin de semana en un hotelito

De empleada a sumisa

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Dominación en la disco

La llave y el candado (5)

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De noche y en la playa

Conociendo a la perrita Sara

De noche y en la playa

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Relato 100 de picante100 (2)

Sara, una sumisa entregada

Miriam haciendo de masajista

La Yolanda estaba al rojo

Relato 100 de picante100

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Usando a diana (3)

Domingo de pelotas

Usando a diana (2)

Usando a Diana

Cena de navidad

La llave y el candado (4)

La llave y el candado (3)

Sherezade en la estacion de ski

Una mas una hacen tres

La llave y el candado (2)

La llave y el candado (1)

La llave y el candado

La vecina por la webcam

Diana de marcha nocturna

Stripoker estudiantil

Mañana en la playa

Dos amigas descubren su atracción

Sexo en el despacho

Triángulo amoroso (1)

Cubata picante

Triangulo amoroso (y 2)

Baile de mascaras

Dobles parejas

Libe en el supermercado

De pareja a trio (¿poker?)

Cita a ciegas

Libe busca el aprobado

Elena, de señora a perra sumisa

Libe busca el aprobado (2)

Libe en el cine

El tren en día de playa

Sexo entre rejas

Un polo de fresa

Ana, sexo en la madurez

La coincidencia (3)

La coincidencia (2)

Juan y la insolita familia

La coincidencia

Las vacaciones

Ducha de conversión

Sesión inicial

Lidia

Bailarina

El dentista

Encuentro mágico

Perra en el metro

El pastor

El callejón

Ana la autoestopista

Novata en el reino de sade (2)

Novata en el reino de sade

La sesión

Fiesta en el piso

La canguro (2)

El descubrimiento

Del big-bang al gang-bang

Que susto se llevo la secretaria

Polvo y playa

La canguro

Zapatos especiales

La esclava

La chispa

El encuentro

Exámen médico

La traición

Vaya apartamento

Tequila

Va por ti Maria

Festin de nochevieja

Qué regalito!

Un loco día

Chequeo médico

Sorpresa en el parking

La vecinita

La profesora

La morena que quería ser sumisa

Una clase muy particular

La iniciación (1)

Las vacaciones (2)

La iniciación

La ducha caliente

Fantasía hecha realidad

Las vacaciones

Sumisión en la granja (3)

Juerga fructifera

Eva y Mario caen en el volcan

El señor y la criada

A través de la sumisión llegó al cenit sexual (5)

A través de la sumisión llegó al cenit sexual (4)

A través de la sumisión llegó al cenit sexual (3)

A través de la sumisión llegó al cenit sexual (2)

Corona de sangre

Sumisión en la granja (2)

A traves de la sumision llego al cenit sexual (1)

Sumisión en la granja (1)

Relato conjunto

Sumisión en la granja