miprimita.com

Mis traviesas vecinas. (Parte 3)

en Trios

Marta había alquilado una casa rural a las afueras de Madrid, uno de esos sitios situado en un pueblito precioso, con encanto, que solo te imaginas en postales. Ella ya había ido con su ex marido y conocía a la pareja dueña de la casa. Nuestra amiga Marta, vendría esa misma tarde, ya que por motivos de trabajo saldría unas horas después que nosotros…. Alicia y yo aprovechamos para dar una vuelta por el pueblo y tomarnos unas cervezas en el único mesón-bar que había. Hacia algo de frío, pero la cabrona se las arregló para llamar la atención, teniendo tras el abrigo un espectacular vestido elástico rojo y unas botas hasta las rodillas, que dejaban ver unas preciosas piernas cubiertas con unos pantis. Los allí presentes no se cortaron absolutamente nada en mirarla de arriba abajo y soltar alguna gilipollez machista que Alicia por supuesto supo corresponder con una leve sonrisa.

Ya en la casa y con unas cervezas de más, Alicia me enseño la maleta y aluciné con la cantidad de juguetes sexuales y lencería guarra que se había traído, algunas cosas las estrenaba hoy, ya que el día anterior se pasó un buen rato en el sex shop comprando. Dildos, lencería, vibradores, esposas, preservativos (por si a mí se me olvidaban), un azotador pequeño de cuero… ¡Me puso la polla como el cuello de un cantaor!  Era la primera vez que ella y yo hacíamos un trío, y temía que aunque hubiera confianza, me propasase si me tiraba al ruedo a la primera de cambio, pero es que no podía más, y en la cocina la agarre despacio por detrás, besándola el cuello. Noté como sus manos se posaban buscando mi erección, que la esperaba sin rechistar. Se dio la vuelta y me pegó uno de esos morreos de minuto y medio comiéndonos la boca, sedientos de sexo como cuando volvía de algún viaje largo y pasábamos muchos días sin el otro.

Cuando me quise dar cuenta el rabo estaba entre sus manos. Comenzó a pajearme suavemente, las tenía frías, pero no me importaba, en nada se le calentaron con mi rabo casi incandescente. Me dijo que se moría de ganas de darle un besito de complacencia para calentar el ambiente, y así lo hizo. Sin dejar de mirarme con esos ojazos marrones que me volvían loco, comenzó a besarla levemente sin dejar de meneármela, el canalillo de sus enormes tetas hizo el resto, la felación no la pude aguantar más de dos minutos… me corrí sin más como un imbécil, sin avisar y sin avisarme. ¡Rabo traicionero y cabrón! Me había aguantado para estar ese día en plena forma, pero todos sabemos que la abstinencia no es nada buena consejera. Terminamos entre risas con su cara embadurnada de lefa hicieron que la situación fuera como menos simpática y no trágica. Comimos algo y hablamos de nuestra vida en común y lo afortunados que éramos de tenernos el uno al otro… derivamos la charla hacia los pervertidos que somos atendiendo a nuestro parentesco y cuanto nos deseábamos…

-“Por nada del mundo cambio nuestras las experiencias que ambos hemos vivido por estar con otra hombre” me dijo de sopetón. “Te amo papá… mi amor, mi vida”.

De pronto sonó afuera un motor y un claxon de coche. Nuestra amiga había llegado. Eran alrededor de las 17:15… Marta era adicta a los chats, sin novio, madura y de buen ver… con mucho más tetas que mi hija (con ella había hablado mucho de sexo en el chat con Alicia, pero nunca la vio desnuda como yo). Enseguida salimos a recibirla, tras los besos de rigor cogí su pequeña maleta y entramos. Había algo de tensión típica entre la gente que se ve por primera vez en tal situación. Tras quitarse el abrigo vi que el jersey ajustado blanco que llevaba me daba la razón en cuanto a sus tetas, eran grandes pero bien puestas. No parecía llevar puesto el sujetador, marcaba unos pezones muy erectos. Alicia le acompaño para ver su habitación, a lo que yo aproveché para hacerle un chequeo visual a Sofía, los jeans elásticos le hacían un culo precioso, perfecto y duro, todo lo duro que sus 42 años le permitían. Poseía una belleza extravagante y muy atractiva, no tanto como Alicia o su hija… esa clase de mujeres MILF que te ponen duro enseguida.

Hablamos mucho de lo bonito que era el pueblo…, hasta que saque una botella de bourbon y otra de cola, nos hicimos unos cubatas para desatrancar la tensión. Alicia no se veía tan lanzada como Marta, pero se notaba que estaba caliente. Sobre las 19:10 horas, tras unos cuantos tragos ya estábamos hablando abiertamente de pollas, coños, mamadas y fornicios varios. Le contamos a Marta nuestras aventuras como padre e hija y otras experiencias. Quedando gratamente agradecida por tal revelación, porque ella también se enrollaba con frecuencia con su hija en plan hetero-lésbico con artilugios que simulaban al macho follándose a la hembra indistintamente entre madre e hija desde hace mucho tiempo, como nos mostraban vía Skype. Ya me di cuenta la compenetración entre ellas a la hora de la cena. Empezaron las risas, las propuestas absurdas. Los juegos de calentamiento no tardaron en salir. Alicia tenía las mejillas coloradas. Buena señal. Entre risas dijo…

-“Mi marido lleva hoy sus bóxer de la suerte… son con los que más polvos me ha echado en los últimos meses… y de seguir así seguro me va a preñar otra vez”.

Y sin más me dijo Marta… -“Pues las niñas querrían ser malas…, por qué no nos haces un bailecito sexy para calentar el ambiente”.

Entre risitas Marta buscó con el móvil en YouTube… “You Can Leave Your Hat On” cantada por Joe Cocker, y la hizo sonar, definitivamente dejó el corte atrás. Empezaron a vitorearme y a dar palmas mientras yo me movía sensualmente quitándome la ropa, cuando llegue al bóxer, Alicia gritó –“STOP”. Y me ordeno que me acercara. Viendo mi empalme, empezó a acariciarme la polla sin tapujos, delante de Marta, que ya no reía tanto a la expectativa de ver como una hija le mamaba la polla a su padre en directo y en vivo. Comenzó a besar mi rabo por encima del bóxer. La cosa había empezado bien. Marta miraba mientras se mordía el labio inferior pero aún no se atrevía a cooperar. La animé a levantarse mientras Alicia me ponía a tono ahí abajo. Acerque a Marta a mis labios y la morreé con ganas, indiqué a Alicia que participara y nos besamos los tres a la vez. Fue la primera vez que tenía dos lenguas en mi boca. Aparté despacio la cabeza para dejar que las chicas se besaran. Fue un momento realmente caliente, ya que si no recuerdo mal Marta nos dijo por chat que nunca había estado con una pareja formal en ese plan, siendo ella la carne del emparedado.

Aproveché el calentón de ambas para palpar suavemente las tetas a Marta sobre su jersey ajustado, tenía los pezones durísimos, los pellizque con suavidad. Alicia viendo mi intención de reojo, levantó poco a poco el jersey a Marta, dejando esas tetazas al aire. Instintivamente Alicia y yo nos amorramos cada uno a una ubre y empezamos a lamerlas despacio, mordisqueándolas. Marta soltó un leve gemido. Las cogí a ambas de la mano y las lleve un sofá enorme frente a la chimenea, que ya llevaba unas horas encendida. Me senté en él y le dije a Marta que se quedara de rodillas frente a mí. Mirando mi paquete, se acercó a mamar la punta que asomaba por mi bóxer mientras Alicia se desnudaba, después me bajó con los dientes esa minúscula frontera y me la chupó con mucha delicadeza, sin perder de vista mis ojos. Marta acercó a mi boca las enormes tetas que habían amamantado a su hija, y empecé a lamerlas con ganas mientras mi mano acariciaba su coño recién rasurado totalmente empapado.

Me plantó un morreo de infarto mientras Alicia lamía mi polla. Le susurré al oído que bajara con ella a darme caña. Cuando quise darme cuenta tenía a dos preciosidades haciéndome una felación, sin duda es una de las mejores experiencias sexuales que un hombre puede tener en su vida. Se pasaban la maza de una a la otra, chupando y lamiendo mis huevos deliciosamente a la vez, subiendo al unísono sus lenguas y bajándolas hasta los huevos, se besaban con mi rabo en medio, se acariciaban las tetas mientras me comían… ¡Una auténtica locura! Pienso que si horas antes no me hubiera corrido, lo habría hecho en ese preciso momento, sin duda, pero mi esposa me conocía bien y me hizo la felación oportuna en tiempo y forma, para tenerme a punto con aquellas dos tigresas con hambre de rabo. Quizá ese accidente fue necesario para no fastidiarla en ese glorioso instante. Alicia se puso detrás de Marta y la termino de desnudar, chupó su coño y hasta le lamió el ano sin pereza a aquella madura entregada al orgasmo. Marta grito de placer al sentir la humedad en su botón, mientras me comía a mí verga hinchada y venosa a punto de reventar de lo excitado que me hallaba. Se convulsionaba y chillaba hasta que nos regaló su primer orgasmo.

Alicia fue al dormitorio a por juguetes mientras yo probaba la deliciosa raja de nuestra nueva amiga. Lo cierto es que a corta distancia se veía un coño bonito, perfectamente rasurado y con ese color rosáceo entre los labios. Estaba riquísimo. Se arqueo mientras gemía de nuevo persiguiendo otro orgasmo que me supo en la gloria. Ahora Alicia me acompañó de rodillas y juntos nos propusimos llevar a Marta al tercer round. Yo comencé de nuevo a lamer el conejito a Marta mientras Alicia le introducía un dildo suavemente. Notaba como cada segundo se empapaba más. Me agarró del pelo y me apretó contra su vulva mojada, momento que aprovecho Alicia para poner a vibrar a tope el aparato, lo introducía y sacaba salvajemente en aquel chumino experto, así que Alicia lo castigaba buscando su punto débil orgásmico… ¡Madre mía si lo consiguió…! Marta esta vez nos bañó con un chorro de flujo que nos dejó perplejos. Chilló como un cochino en el matadero, en tanto otros pequeños chorros seguían al primero. Fue una corrida épica. Alicia se lanzó de nuevo a la entepierna, y se la lamió entera, empapándose de coño inundado como si de una raja de sandía se tratase, se oían los chasquidos de su comilona de chumino caliente y mojado… me estaba poniendo malo solo de ver el panorama de ambas féminas en tan lujuriosa postura. Así que arranqué con determinación de tomar cartas en el asunto como macho de aquellas dos hembras, me iba a poner una gomita a la velocidad que mis inprecisas manos me permitieron, pero Alicia miró a Marta y con la mirada se dijeron que no hacía falta…

-“Si puedes follarte a tu mujer a pelo a mí también… no hay ningún problema, somos de confianza”

Y penetre a Alicia con fuerza puesta a cuatro patas comiéndole el chocho a nuestra amiga. De un golpe se la calé entera casi hasta la raíz…, Alicia gimió como una autentica perra mientras lamia a nuestra invitada. Así con fortaleza invadía a mi Alicia metiendo empellones que la hacía gemir o casi gritar, en tanto las damas se morreaban cuando mi hija alcanzó su primer orgasmo. Parece que Alicia y Marta le habían cogido gusto a besar a otra mujer. Les propuse a las dos ponerse de espaldas apoyadas en el cabezal del sofá, con el culo en pompa hacia mí. Cogí mi móvil y les pedí permiso para fotografiar esas maravillas. No hubo problema, es más, calentó la situación. Les inmortalice en esa postura, pero lo que en realidad quería era un recuerdo del culo de revista porno que tenía Marta... Duro, redondito y perfecto. Fui a por ella. Paseé el rabo despacio la raja del culo presionando levemente el ano, no se inmutó pero no era el momento de un anal, después la pasé por su raja vaginal entre aquellos empapados labios frondosos y se la metí por la mitad, para sacarla lentamente y volver a pasearla por los labios vaginales. Marta gemía mientras le comía las tetas Alicia. De una estacada se la metí, esta vez sin titubeos haciéndola sentir mis pelotas en su vulva. Una follada magnifica de unos minutos, ya que tras ellos volví a sacarla para meterme en el coñito de Alicia, sin que mis dedos dejaran de trabajar el coño entreabierto de Marta. Estuve así un buen rato, disfrutando de los dos coños a la vez, alternando la follada en uno y en otro unos minutos en cada chumino intercambiando sus fluidos vaginales, abriendo sus rajas con mi tieso garrote a diestro y siniestro. ¡Siempre había soñado con algo como aquello! Después de verlo tantas veces en películas porno se me hizo realidad.

Decidimos cambiar de ambiente y nos fuimos al cuarto con cama de matrimonio antigua que la casa tenía, Marta se tumbó y se abrió de piernas, me tire literalmente sobre ella y follamos a lo bestia al estilo misionero… ¡Ese coño era mucho para mi polla! A pesar que yo calzaba bien, el chocho de esa madura era un tragón de cuidado. Alicia, por su parte sentó el coño en la boca de Marta para que la comiera enterita. Tenía a Alicia de espaldas a mí y la agarré por detrás el pelo para buscar su boca y su cuello. Yo estaba como poseído. Solo veía bocas, tetas y coños. Las cabronas gritaban de gusto, era vicio a más no poder. Ni siquiera se me llegó a pasar por la cabeza la posibilidad de que nos oyeran, que aquella era mi hija y una casi desconocida a la que podría preñar y buscarme un lio o algo peor con alguna ETS. Era un pueblo muy tranquilo…bueno ya se sabe todo el mundo está atento a la novedad, que éramos nosotros. Lo cierto es que me daba igual. Quería gritar como ellas y la polla me pedía más y más coño hasta reventar dentro de ellas.

Las agarré a las dos del pelo, una situación de sumisión que me termino por volver loco, y las clavé a ambas en el suelo de rodillas. Las ordené que me la volvieran a comer a la vez, cosa que hicieron. Alicia buscó mi ano para meterme un dedo mientras se merendaban las dos el rabo del macho disponible, y empezó a hurgar en la zona prohibida. Ni siquiera me molesto, al contrario estaba más lanzado que nunca sintiendo el placer extremo. Con ambas féminas arrodilladas ante mi falo, comiéndolo a dos bocas, amasándome las gónadas con contundencia y perforándome el ano me estaban llevando al éxtasis, hasta el punto de explotar como jamás lo había hecho. Me pegó un subidón que se abrieron las compuertas de mis huevos soltando lefa sin parangón. El primer chorro de leche las cruzó a las dos las caras, el segundo y tercero se lo repartieron en sus bocas, empapando sus caras de lefa espesa sin dejarlas de abastecer de leche a las dos, fue una corrida larga y muy extensa que ambas supieron sacarme concienzudamente. Me llegaron a flaquear las rodillas y terminé un poco mareado. Fue realmente alucinante.

Mientras descansaba y echaba unas fotos con el móvil a las chicas, ellas volvieron a la carga, no hubo tregua. Tras unos magreos y lametones, empezaron a realizar una tijera, buscándose el orgasmo de nuevo. No perdí detalle con la cámara cuando utilizaron el pollón de doble punta para embutírselo hasta la cepa y juntar sus coñitos, frotándose los clítoris desmesuradamente. ¡¡Me puse empalmado de nuevo viéndolas gozar! Tras correrse Marta, Alicia cogió la maleta y busco un arnés de cuero que albergaba una polla negra enorme de látex. Marta se abrió de piernas al borde de la cama para que Alicia la penetrara. Arqueo su glorioso culo y aquella cosa entró hasta el fondo. Marta se agarró fuertemente a la manta hasta sacarla del sitio y chilló de gusto. No había visto eso en vivo nunca y realmente me puso como una moto. Una estaba follando a la otra delante de mí como decía Marta que hacía con su hija Ana y mi esposa y yo vimos en más de una ocasión.

Aproveche que Marta tenía la boquita abierta para pasarle por los labios mi cipote, que engulló hasta el fondo. Otra vez se corrió jodiéndola Alicia con su mostrenco de plástico chino y mamando mi pieza hecha una maza dura. ¡Era un no parar! Cuando Alicia se quitó el aparato, Marta y yo la tumbamos en la cama y le comimos el coño a la vez introduciendo en su coñito un dildo pequeño, mis dedos después y finalmente mi lengua en colaboración con la de Marta. Le estuvimos dando duro durante casi diez minutos para sacarle el mejor orgasmo a Alicia, que se convulsiono a lo bestia y nos empapó con una corrida bestial.

Yo estaba otra vez como un semental a punto de montar a sus yeguas. Fui al baño a traer aceite corporal, tuve una idea y les pregunté si les apetecía anal. Ante mi sorpresa, Marta contesto que sí, que a ella le apetecía probar, ya que hacía mucho que no tenía una polla de verdad metida en su culo… -“Si no lo pruebo esta noche… no lo haré nunca”. Nos echamos a reír los tres.

Alicia se ofreció a dilatar el culito de nuestra amiga, y se puso aceite en la mano, embadurnó el agujero de Marta y empezó a acariciarlo primero, y penetrar despacito con los dedos después, primero uno y muy lentamente el segundo, siempre atenta por si le dolía, luego el tercero. Aquello dilato muy rápido, aquel anillo era veterano aunque solo fuese de polla artificial. Alicia me cogió la polla y dirigió la operación de introspección en el esfínter de la madura. La metí cuidadosamente, atento por si a Marta no le gustaba el juego. No dijo nada, simplemente resistía la penetración, limitándose a sentir nuevas sensaciones. Tras unos segundos de silencio comenzó a gemir, una mezcla de leve dolor y placer que le llevo a morder la almohada. Alicia se sentó frente a nosotros y se masturbo viendo el espectáculo. Comencé a aumentar la intensidad de mi follada hasta que la estrechez de ese delicioso culo termino por sacarme la leche que me quedaba. Mientras me corría seguía follando por detrás a Marta. No tengo palabras. Alicia también se corrió con prácticamente cuatro dedos de una mano metidos en su vagina. Le pregunte a Marta si estaba bien y me confesó que le había dolido un poco pero que el morbo de probar algo nuevo le paso factura con otro orgasmo. Nos quedamos los tres exhaustos en la cama, respirando como si hubiéramos corrido una maratón…. Tras unos momentos de calma, nos tapamos. Las chicas me abrazaron, y así, desnudos y saciados, caímos dormidos.

Por la mañana se presentó un nuevo asalto que saldamos con unas cuantas corridas en medio del desayuno y la comida. Mi polla terminó para el desahucio con más de 10 corridas en menos de 24 horas. Comimos en la taberna del pueblo ante las atentas miradas de los oriundos, nos divirtió ver cómo nos observaban tal vez porque nos oyeron gritar, gemir y corrernos como animales salvajes… me sentía un verraco con mis dos cerdas a las que inseminé por todos los lugares de su cuerpo. Si Marta buscaba preñarse tal vez lo consiguió...en dos ocasiones llené su vagina en el mismo cérvix.

Han pasado unos meses desde aquel marzo en la sierra, y aun hoy seguimos en contacto. Marta se volvió a enamorar de un buen hombre que resultó el mejor de los partidos que pudo encontrar… claro con esa maneras de follar sin paliativos a quién no puede conquistar. A Alicia como ya saben la volví a preñar, ahora está preñada de 20 semanas de nuestro segundo, creo que esta vez será niño. Sin embargo pese a que Marta tenía pensamiento de casarse con ese tipo, mantuvo nuestros encuentros en secreto, aun sabiendo que al final la distancia pondría freno y terminación a todas nuestra orgías. La relación a distancia hoy en día es buena gracias a las redes sociales, el skype ye le teléfono, como no. Lo que si es cierto es que a día de hoy, y hablo a título personal, jamás volveremos a repetir semejante experiencia mi mujer y yo con otras chicas, dudo mucho que algo así se repita, porque para ello se necesita mucha confianza en la persona intrusa, una persona que no entre a romper los vínculos de mi amada hija y esposa conmigo. 

                                                                                                            FIN

Mas de TrovoDecimo

Mi esposa desea un HMH con su hijo

La edad de la inocencia

El chico del jardín

Disfrutando del caldo caliente de las abuelas.

El calor de Candela

Mi hermana Teresa

Conociendo a mis suegros

Ayudando a mi Hijo

Mi Padre

La empleada del Sex-Shop

¡Te tienes que follar a mi madre!

La noble perversión de mi esposo

Mi hijo me quitó las...

La viuda alegre. Mi madre

Mis días de perros

El Grado superior

Gym Unisex

Resarcimiento Familiar. Epilogo

Una cena familiar

La culpa... un Gen recesivo afín

El hombre de la casa

La Chica de la Curva

Descubrí a la Zorra de mi Madre. 4ª parte

Descubrí a la Zorra de mi Madre. 2ª parte

Descubrí a la Zorra de mi Madre. 3ª parte

Deseo aprender con mamá… el final.

Deseo aprender con mamá… el inicio.

En mi etapa de profesor uterino...

En mi etapa de profesor uterino... 3ª parte

En mi etapa de profesor uterino... 2ª parte

Purificación. El error de una joven adultera

Purificación. El despecho de una joven adultera

Una putita de vergas maduras. 5ª parte

Una putita de vergas maduras. 4ª parte

Una putita de vergas maduras. 3ª parte

Una putita de vergas maduras. 2ª parte

Una putita de vergas maduras

Reventando a Doña Carmina. 4ª parte

Reventando a Doña Carmina. 5ª parte

Reventando a Doña Carmina

Reventando a Doña Carmina. 3ª parte

Reventando a Doña Carmina. 2ª parte

Una vida fuera de lo común... 3ª parte

Una vida fuera de lo común... 2ª parte

Una vida fuera de lo común...

El gran verano con mamá...

Madres Prematuras. (4ª Parte)

Madres Prematuras. (3ª Parte)

Madre Prematuras. (2ª Parte)

Madres Prematuras

De beata a infiel haciéndome un Belén (2ª Parte)

De beata a infiel haciéndome un Belén (3ª Parte)

De beata a infiel haciéndome un Belén

El día de la Madre

El día de la Madre (Parte 3)

El día de la Madre (Parte 2)

La insospechada carestía de Mamá (Parte 3)

La insospechada carestía de Mamá (Parte 2)

La insospechada carencia de Mamá.

En un hospedaje rural.

En un hospedaje rural. (Parte 2)

Mis vecinas de Puente Viejo. (Parte 2)

Mis vecinas de Puente Viejo. (Parte 3)

Mis vecinas de Puente Viejo.

Una jovencita con necesidad de atención. (Parte 5)

Una jovencita con necesidad de atención

Una jovencita con necesidad de atención. (Parte 4)

Una jovencita con necesidad de atención. (Parte 3)

Una jovencita con necesidad de atención. (Parte 2)

Las clases particulares de Mónica

Ardientes Musas que me inspiran. (Parte 3)

Ardientes Musas que me inspiran. (Parte 2)

Ardientes Musas que me inspiran.

El remedio de papá.

Mis profes favoritos y Papá.

Mis profes favoritos y Papá. (Parte 3)

Mis profes favoritos y Papá. (Parte 2)

Mis profes favoritos y Papá. (Parte 4)

La Tentación vive en casa.

La Tentación vive en casa. (Parte 3)

La Tentación vive en casa. (Parte 2)

Mi hermana Teresa.

Mi hermana Teresa. (Parte 2)

Combatimos el calor sin ropa. Hijo

La hija de mi pareja.

La hija de mi pareja. (Parte 2)

Combatimos el calor sin ropa. Madre

Conexión con mi hijo en Shanghái.

Como un domingo cualquiera con papá. (Parte 4)

Como un domingo cualquiera con papá. (Parte 5)

Como un domingo cualquiera con papá. (Parte 3)

Como un domingo cualquiera con papá. (Parte 2)

Como un domingo cualquiera con papá.

La lasciva vida de una maestra de escuela. 4

La lasciva vida de una maestra de escuela

La lasciva vida de una maestra de escuela. 2

La lasciva vida de una maestra de escuela.3

Las secuelas del Chalet nudista. (Parte 3)

Las secuelas del Chalet nudista.

Las secuelas del Chalet nudista. (Parte 2)

El chalet nudista.

El chalet nudista. (Parte 2)

El chalet nudista. (Parte 3)

El remedio de papá. (Parte 4)

El remedio de papá. (Parte 2)

El remedio de papá. (Parte 3)

La semilla del abuelo Fernando. (Parte 5)

La semilla del abuelo Fernando. (Parte 6)

La semilla del abuelo Fernando. (Parte 8)

La semilla del abuelo Fernando. (Parte 7)

La semilla del abuelo Fernando. (Parte 4)

La semilla del abuelo Fernando

La semilla del abuelo Fernando. (Parte 3)

La semilla del abuelo Fernando. (Parte 2)

Mis traviesas vecinas. (Parte 2)

Mis traviesas vecinas

Vacaciones en el Camping. (Parte 3)

Vacaciones en el Camping

Vacaciones en el Camping. (Parte 2)

De vuelta a casa del camping. (Parte 3)

De vuelta a casa del camping

De vuelta a casa del camping. (Parte 2)

Mi platero y Yo

El emprendedor. (Parte 2)

El emprendedor

El emprendedor. (Parte 4)

El emprendedor. (Parte 5)

El emprendedor. (Parte 3)

Alicia y el abuelito

Alicia y el abuelito. (Parte 3)

Alicia y el abuelito. (Parte 4)

Alicia y el abuelito. (Parte 2)

La ardiente hija de un camionero. (Parte 5)

La ardiente hija de un camionero. (Parte 1)

La ardiente hija de un camionero. (Parte 3)

La ardiente hija de un camionero. (Parte 2)

La ardiente hija de un camionero. (Parte 4)

De cómo me preñaron de mis dos hijos. (Parte 3)

De cómo me preñaron de mis dos hijos. (Parte 2)

La prima de riesgo. (Parte 2)

De cómo me preñaron de mis dos hijos. (Parte 1)

La prima de riesgo. (Parte 4)

La prima de riesgo. (Parte 1)

La prima de riesgo. (Parte 3)

Todo queda en casa

Volviendo a sus orígenes. Parte 5

Volviendo a sus orígenes. Parte 2

Volviendo a sus orígenes. Parte 3

Volviendo a sus orígenes. Parte 4

Volviendo a los orígenes. Parte 1