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Reventando a Doña Carmina. 3ª parte

en Sexo con maduras

UN CAMPING NUDISTA MUY PARTICULAR. Después de 23 años de matrimonio y dos hijos, se me derrumbó todo tras la visita de mi hijo escapado de la prisión y buscado por la guardia civil. Que su padre nos pillara en pleno acto de fornicación solo fue la guida del pastel, porque ya lo nuestro no tenía visos de mejorar…mi marido solicitó la separación con la excusa del engaño, cuando era él quien me ponía los cuernos con una jovencita de 23 años desde hacía un par de años. El mundo se me cayó encima y con mis 40 años, no veía como podía iniciar una nueva vida para ser feliz. Solicité el traslado de escuela y me concedieron plaza en una donde conocí a la persona que sería mi mejor amiga en muchos años. Pasé unos meses muy malos hasta que Sara, que llevaba varios años sin ser montada por su marido pensó que sería una gran idea marchase de vacaciones unas semanas… la muy puta me invitó a irme de vacaciones con ella a una playa muy particular. Ella de joven solía frecuentar zonas donde se practicaba el nudismo y ya había ido varias veces a playas y campings nudistas, pero donde me llevó era un lugar exclusivo abierto a cualquier aventura donde se ingresaba si poseías ciertos requisitos de salud y confidencialidad refrendados por controles oficiales. A mí nunca se me hubiera ocurrido ir a un sitio así, pero estaba tan baja de ánimo que me dije que tenía que romper con todo y probar cosas nuevas. Realicé los controles médicos de ETS y un compromiso respeto a la intimidad fuera del camping.

Mi amiga Sara, estaba casada con un hombre que apenas la tocaba y su ánimo de libertad le llevaba a conocer cosas nuevas…comenzó con algunos cruceros de solteros por el mediterráneo, viajes organizados a hoteles donde se conocía a gente con la que relacionarse y acabar follando con uno o con otro y últimamente visitaba un camping en la costa malagueña con exclusividad en la admisión. Gracias a ella pude ingresar fácilmente, me llevó a un camping en una zona preciosa de playas donde se practicaba el nudismo con total libertad. Al llegar alquilamos una de las cabañas de madera que había allí, y me sorprendió el ambiente que había… me esperaba otra cosa y no a familias al completo con sus hijos y abuelos, aparte de parejas jóvenes, maduras y todo tipo de gente, por supuesto todos desnudos deambulando por la zona restringida de uso exclusivo para los usuarios del camping. Por supuesto estaba completamente prohibido ir vestida, a lo sumo te permitían un pareo, pero aún así sino ibas completamente desnudo eras la nota disonante del lugar. Sara ya había estado más veces, pero no quiso contarme gran cosa durante el camino, sólo me decía que lo iba a pasar muy bien, me iba a olvidar de todo el mal rollo del divorcio unido a la violación de mi hijo y que me iba a encantar, solo me tenía que dejarme llevar y elegir lo que deseaba como en un bufet libre. Ese primer día me coloqué el pareo sujeto a mis pechos, se intuía mi figura pero no la dejaba ver de manera explícita, pronto me di cuenta del ridículo que estaba de esa guisa.

Al anochecer pasó un grupo de jovencitos franceses delante de nuestra cabaña a saludarnos. Mi amiga como sabe hablar bien francés charló un poco con ellos, pero yo no solo entendía a medias, tenía que retomar las clases de francés casi olvidado, especialmente porque como profesora bilingüe tenía que dar la talla para el curso siguiente. Lo que más me sorprendió es que alguno se puso en una total erección mientras hablaban con nosotras, y otros se la tocaban sin ningún disimulo allí delante. Cuando se fueron, Sara me preguntó que como me habían parecido los chicos, y yo la dije que eran unos críos… intentando disimular que me había excitado por primera vez en los últimos meses, de lo que yo misma me sorprendí. Ella sonrió como adivinando mis pensamientos pervertidos, sabiendo que no había dejado de mirar a sus cipotes abigarrados prestos al fornicio… sí que no llegaban a los 20 años, pero su potencialidad no se la negaba nadie y no recuerdo lo que se sentía al ser poseía por tanta juventud, mucho menos a mis 40 años. Dando un paseo por allí ya me fijé en más cosas que me llamaron la atención…, el comportamiento de la gente con total desenfado sin importarles que les miraran, gozando abiertamente de su sexualidad, viviendo con naturalidad su cuerpo y sus relaciones con los demás a través del mismo…

Me di cuenta que en aquel lugar, los genitales era una parte más del cuerpo para usar y disfrutarlos con quien te apeteciera relacionarte, literalmente. Lo primero que me sorprendió y me dio a entender el concepto de amor libre, fue cuando observé a una chica sentada encima de su papá, su padre se hallaba todo empalmado, y ella jugueteando con su polla erecta sin que su madre le diera más importancia, la masajeaba y rozaba con su culito, e incluso llegaba a lograba calarse el glande en su estrecha rajita, y todo ello en medio de una tertulia familiar cotidiana. Más allá parejas teniendo sexo duro con excelsos gritos de placer dentro de las tiendas, e incluso en una zona más apartada una cría, chupándosela a un chico poco mayor que ella, por lo que no pude evitar excitarme otra vez viendo esas cosas mientras preguntaba a mi amiga que si todo eso era normal allí… ella me dijo que todo eso y mucho más que ya iría viendo, porque no había ninguna restricción de gozar del sexo con quien te apeteciera, donde te apeteciera si el affaire estaba dispuesto a compartir contigo…la edad tampoco era una limitación, aunque los padres no dejaban a sus hijas follar hasta cumplidos “una mayoría de edad” por norma general y a los chicos lo mismo…, en ambos casos solían ser el padre quien desflora a su hija y le enseñara el arte de la fornicación, mientras que a los hijos era la madre quien se encargaba. En algunos casos también los hermanos mayores eran los iniciadores de los más jóvenes, según la iniciativa e idiosincrasia de cada grupo familiar, después que los chicos y chicas fueran iniciados tenía libertad de gozar de su cuerpo abiertamente. Ya por la noche nos dirigimos a las duchas, antes de acostarnos.

Estaban bastante concurridas, con las madres, padres y algunos abuelos ayudando a lavarse a sus hijos… como era de imaginar los aseos eran comunes para hombres y mujeres, con duchas abiertas al público aunque los váteres no, por suerte. En eso que vemos a una señora duchando a su nieto, y nos fijamos como le enjabonaba todo el cuerpo frotando la espalda, el culo y las piernas, en aquellas zonas de mayor dificultad de llegar, después de dio media vuelta y continuó por el frente, donde ya no era tan necesaria la ayuda de nadie, pero la señora continuó con el aseado de su nieto, llegó a su verga, que para entonces la tenía bien rígida el chaval, su abuela sin mayor recato la asió de los huevos y se aseó echándole la piel del prepucio hacia atrás tirando de ella, se la enjabonó y posteriormente la enjuagó con la alcachofa de la ducha dejándosela perfectamente aseada. Una señora que estaba al lado nuestro le dijo…

— Eso se lo hacía yo a mi nieto también. Había que ver como disfrutaba el nene…y la abuela.

— Si, es bueno para ellos que se lo haga una mujer que sepa hacerlo con delicadeza y cariño, porque aprenden a aseárselo correctamente. Ellos no se imaginan las enfermedades que se pueden adquirir sin una buena limpieza por debajo de los pliegues…

— Por supuesto…, hay que estirarles bien del prepucio para tener una buena elongación del frenillo y así también se les desarrolla más la verga haciéndoselo ceder, cuando este se estira deja crecer al cipote libremente, y con un buen tratamiento manual se les pone grande y gruesa.

— ¡Vaya así es…! Mira ya como la tiene éste y lo que le queda por crecer aún.

— La tiene hermosa desde luego. Se nota que llevas tiempo haciéndoselo. El mío tiene ahora 16 años y la tiene preciosa, yo creo que le cubre ya unos 17 cm y es bien gruesa. Precisamente pasado mañana lo van a traer sus padres para que esté unos días aquí conmigo. Mis amigas le están esperando con ganas, porque la última vez, ya estuvo durmiendo con alguna de ellas y se lo pasaron de maravilla, pero primero tendré que probarlo yo. Jajaja.

— Aquí obtienen una buena instrucción de cómo hacer gozar a una hembra…

— ¿Tú le haces acabar al tuyo?

— Sí claro, ¡Somos su aliviadero! Ahora en el camping mucho más, porque tienen mucho semen acumulado durante el día de ver a tanto coñito, eso le excitan mucho los huevos produciendo mayor cantidad de leche de lo normal…, así que le dejo que se desfogue con su abuela y se queda muy tranquilo echándolo todo dentro de mi vagina. Mi nieto después duerme como un bendito…

— Pues lo tienes a punto ya. Hay que ver lo durísima que la tiene, ¿me dejas hacérselo a mí…?

— Sí mujer, mira que delicia de tranca venosa y larga.

— En estas edades se desarrollan muy rápido de repente, y haciéndoles esto se les pone la polla como de un adulto, sin esperar a que tengan más de 20 años… lo cual es desproporcionado para su cuerpo, pero es muy saludable para ellos y a nosotras ¡Se nos pone cara de tonta mirándosela!

Allí había un grupo de niñas y algunos chicos también duchándose también, algunos con sus madres y algún padre…se quedaron mirando como la señora se ponía en cuclillas y le jalaba el badajo con una mano que se deslizaba suavemente desde el capullo a la raíz donde le colgaban un par de pelotas que no tuvo objeción de agarrar con la otra mano masajeándole las bolas también. Al poco rato fue su boca la que entró en acción chupándole el glande y succionando de él sin dejar de pajearle el rabo endurecido y los huevos formando una sola bola apretada y dura. Los padres y madres llevaron a sus hijas a presenciar más cerca la lección que estaba dando de cómo se hacía una buena felación. El chico lejos de amedrentarse por ser el centro de atención de tanta gente…niñas y niños, con padres…, se avivó poniéndosela más dura e incluso apostando una mano en la cabeza de la señora para que le entrase más verga en su garganta. Su juventud no le dio el suficiente aguante…pues no duró más de dos minutos con aquella mamada de la señora tetona de ancho culo puesta en cuclillas, la cual se lo hacían al chico bastante bien, hasta que echó un buen chorro de semen que no pilló por sorpresa a la voluntariosa matrona, continuó succionando los siguientes hasta que el nene se calmó dejando de convulsionar. La señora ante tanta expectación sonrió a modo de protagonista de un gran show, así para rematar el espectáculo abrió la boca mostrando el ingente cantidad de leche que había obtenido del ordeñe de esa polla joven, su muestra fue principalmente a las niñas que no alcanzaban a tener más de diez años… ambas exclamaron.

— Buuufff, cuanta leche le ha sacado…

El chico las mira orgulloso manteniendo la erección, en tanto la señora se lo traga haciendo el clásico ruido de engullirlo, y tras relamer sus boca vuelve a mostrar la boca vacía y limpia…

— Así es como se debe tratar a una buena corrida de un semental tan estupendo como este chico…

Y su abuela les dice a las chicas que atendían con mucha atención y probablemente ganas…

— Aunque no lo creáis aún le queda bastante lefa dentro de sus testículos, para esta noche dárselo a su abuela, pero si alguna de vosotras quiere probar, adelante...

La más decidida dice que sí, era mayor de todas, se acerca al chico que mantenía una erección de caballo, y ésta sin más dilación se la empieza a acariciar para iniciar la masturbación en la que muestra su destreza.

— Oye, esta niña ya sabe bien cómo se hace.

La chica mira a su madre que estaba presente y comenta…— Es que se lo hago muchas veces a mi padre. La cara de la madre dibujaba una sonrisa de consentimiento y complicidad.

Y otra de las chicas continúa…— Y yo a mi padre, hermano y a otros.

La más joven se queda atrás mirando con mucha atención como lo hacen, y le pregunta la abuela del chico…

— ¿Tú quieres también, verdad? Anda, dejarle un poco a ella para que aprenda.

La niña agarra el mástil del nene, y por su inexperiencia se lo empieza a mover muy rápido con bastante premura, aquello les hizo reír y llamarle la atención a las otras…— ¡Así no!, más despacio, jajaja… Ambas niñas se ponen a ayudarla, y entre las tres acaban haciendo que se corra de nuevo el chiquillo, llenándolas de semen las manos, las tetas y hasta la cara, gritando alborozadas…— Buuaaahhhh, mira como le sale todo disparado… Una vez terminado, la abuela se va con su nieto, y se despide de la otra señora y de las niñas que siguen duchándose comentando entre risas lo que acaban de hacer. Yo no me podía creer lo que había visto, pero estaba nerviosísima y con un calentón de los buenos… el coño me chorreaba después de haber visto con tanta naturalidad a padres, abuelas e hijos que comienzan a brotar en la vida descubriendo el mundo del sexo, gozando sin las perversiones de internet. Con las mismas comenté a mi amiga Sara como me había puesto la escena que habíamos visto… pregunté si ella había hecho algo así con alguno.

— Sí, claro, anda ven a ver si vemos alguno por aquí… quienes están más dispuestos siempre son los chicos…sobre todo los que rondan los 20 años. Ya están bien desarrollados con mucho ímpetu.

Ya imaginan el por qué… los machos siempre están dispuestos a follarse a cualquier mujer que se le ponga delante y se deje penetrar, sin importarle la edad, al fin y al cabo ellos dejan su simiente en la vagina de la mujer, desentendiéndose de lo que pueda hacer ese esperma en el interior de nuestro vientre. El caso fue entre tantos, al fondo del pasillo vio a uno de los chicos, con los que había hablado por la tarde y nos fuimos con él. Mi amiga empezó a conversar amistosamente, hasta que nos metimos para dentro de la ducha. Ella empezó a acariciarle el falo invitándome a mí a hacer lo mismo… nos pusimos las dos a masturbar al chico que nos miraba sonriente. Yo estaba excitadísima e instintivamente me metí en la boca toda su polla bien dura, que me la comí con deleite al hacer tanto tiempo que no hacía algo así, además con un crío de esa edad me estaba poniendo fuera de mí… apenas llegaba a tener los 18… prácticamente cinco años más que algunos alumnos a los que daba clase desde hacía más de 25 años. Solo de pensar que podría ser un alumno de mi aula, avivé la mamada con mayor contundencia, imité a la señora de antes en la felación que pajeaba con una mano y masajeaba los huevos del macho con la otra sin dejar de chupar y succionarle el gordo capullo. Sara me acompañaba apartando mi mano para chuparle las bolas, en tanto yo hacía buena cuenta de su dura polla libre de prepucio… Allí estábamos ambas cuarentonas en cuclillas ante un jovenzuelo que se creería el amo del mundo, más salidas que dos putas adolescentes agasajando a un chico que podría ser nuestro nieto. El sabor joven de aquella verga me ponía loca convulsionando mi pepita y mi coño que se abría y cerraba rezumando flujo como no recordaba. Sara y yo nos alternábamos aquel cipote, pero tuve la suerte que el chico no aguantó sus ganas cuando era mi turno mamándole el glande… Solté un grito de satisfacción cuando le hice correrse en mi boca mientras él me sujetaba la cabeza para que no la sacara, parece que todos hacían lo mismo en aquella escuela del sexo… me llenaba chorro a chorro que noté bien.

Yo, obviamente no pensaba retirarme y además me había quedado con ganas de seguir, pero mi amiga me puso en pie y habló con él. Quedamos con él y sus amigos esa misma noche en nuestra cabaña. Pasó no más de una hora, cuando aparecieron en la cabaña el chico de la ducha con sus tres amigos, teniendo el más menor, 17 años según nos dijo…cuatro machos para dos hembras, es una proporción justa si tenemos en cuenta a cuantos puede satisfacer a la vez una mujer desinhibida, incluso uno más por hembra cabría. Mi amiga Sara les dio a beber un poco de bebida energética mezclada con un poco de ron para calentar el ambiente, y al poco rato ya estábamos acariciándonos con ellos, sintiendo como sus manos recorrían mi cuerpo deteniéndose en mis zonas íntimas más erógenas, mientras tenía una polla joven completamente empalmada en cada mano, masturbándolas y metiéndomelas alternativamente en la boca, igual que hacía mi amiga con los otros dos chicos. Se sentían muy ricas, a mí me tacaron dos de vergas normales que no sobrepasaban los 16 cm y a Sara al chico de la ducha que calzaba una que sobrepasaba los 18 cm.

Hacía mucho tiempo que una polla no entraba en mi cuerpo y ya estaba ansiosa por recibir alguna, así que me tumbé y le pedí a uno de los chicos que se pusiera encima de mí y me follara. El rubio se adelantó abriéndome de piernas y colocándose la polla lo más horizontal posible para la inserción, dado que de lo rígida no cedía con facilidad. Embocó su glande en mis labios vaginales y lo lubricó con el jugo que soltaba mi chumino ardiente, jugó un poco con la pepita que hice sacar con mis dedos y se mostraba grande y dura, casi blanquecina de los erecta que la tenía tirando de mi capuchón…me pajeo unos segundos y acto seguido me penetró metiéndola de una sola vez casi entera. Al sentir la penetración, lancé un gemido de satisfacción que debió de oírse desde fuera. Apenas me dolió pese a clavármela de un solo envió hasta los huevos, mi coño es bastante tragón, máxime para una picha de tales dimensiones. El chico se afanaba en meter y sacar su daga, y empecé a disfrutar de las impetuosas embestidas del chiquillo que tenía encima de mí…, lo así de su culo acompañando con mi cintura al ritmo que me imponía, y así completamente sincronizados las punzadas eran mucho más profundas y gozosas al percibir sus pelotas revotando en mi culo.

Su juventud le dan el vigor pero no la constancia y experiencia, por tanto en poco más de tres o cuatro minutos sentí como se corría dentro… soltó un gruñido cuando comenzaron los esténtores que conducían los lechazos que lanzaba en lo hondo de mi coño. Chorro tras chorro se deslechó a placer en el coño de una madura resultona… sin más en el último se quedó sobre mí unos segundos y luego salió para dejar entrar al otro más jovencito que le exigía acabara ya. Este segundo demostró ser más inexperto, pero me dio mucho morbo enseñarle a moverse dentro de mí y el pobre aguantó poco sin correrse al notar la calidez de mi chochito… sin mucho tardar comenzó a mamar de mis tetas y chupando los pezones como su fuese su madre, se corrió deprisa sin más que ofrecerme. La verdad es que algo de ardor me había aliviado después de tanto tiempo, pero para una hembra como yo era suficiente pese a que ambos me llenaron bien de lefa.

Al lado estaba mi amiga cabalgando sobre el mayor de los chicos…, éste sí tenía un cipote de gran tamaño para su edad, que hacía disfrutar como loca a mi amiga, haciéndola llegar al orgasmo dos veces sin que él se corriera, así que le puse mi coño encima de su cara dispuesta a disfrutar como nunca había imaginado que pudiera hacerlo. Mi coño rezumaba semen y fluido vaginal, y el nene no tuvo comedimiento alguno de comerme el conejo con todo su jugo. Creo que mi apasionamiento excitó tanto al chico que no tardó en correrse abundantemente en el más profundo lugar del coño de Sara, la largura y el par de pelotas que se gastaba el gachón daban para una buena cantidad de leche y puesta en el mismo útero. Mi amiga percibía cada chorro de lefa inundar su profunda vagina, mientras me decía entusiasmada que iba a acabar con todos, de las ganas con que lo había follado, provocando las risas de los chicos. No tardó mucho más el otro a quien se la mamaba llenándole la garganta de leche…esa noche los chicos quedaron aliviados con aquella sesión doble, pero no tanto las maduras que no nos íbamos conformar con aquello nada más.

Al día siguiente, ya más relajadas, nos esperaban nuevas experiencias. Por la mañana fuimos a la playa a dar un paseo y detrás de alguna duna podían verse alguna pareja teniendo sexo, o algún grupito disfrutando a lo grande, como una señora ya mayor, rodeada de varios hombres de todas las edades, a los que masturbaba, y chupaba haciéndoles correrse en su cuerpo, para acabar ensartada por dos machos que cubrían sus agujeros. Más adelante vimos a dos chicos de unos 20 años que jugaban a las palas con gran precisión y agilidad, nos quedamos mirándoles como se movía su cuerpos y se balanceaban sus huevos armados de un buen rabo. A mí me llamó la atención porque me dio un morbo especial verlos… nos sentamos sobre la arena mojada a ver el espectáculo, cuando una pelota dividida fue el comienzo de una disputa en un duelo cuerpo a cuerpo… se magrearon a placer hasta el más bajo de piel morena se hizo con la pelota. Terminaron un poco batidos, y jadeando… se sentaron a nuestro lado diciéndonos que no eran gays aunque lo parecieran, que solo estaban jugando como en la lucha canaria, además de estar haciendo tiempo para que se acercara alguna chica para disfrutar todos juntos. Nosotras les preguntamos que si les valíamos para jugar con ellos a cosas de mayores, que sabíamos qué hacer con otro tipo de pelotas, dije mirándoselas.

— Por supuesto que valéis pero muy mucho…, a mi me ponen más las maduritas que la niñas sin experiencia. Este año ya me he follado a cinco pero ninguna madura tan buena como vosotras…

Y allí empezó otra sesión de fornicio, en la que se incluyó hasta el sexo anal, al que yo era un poco reacia, pero lo disfrute tanto, que me pegunté el por qué no lo había hecho hasta ahora. Yo me quedé con el más alto y Sara con el ganador de la lucha canaria…el mío portaba una verga digna de un caballo y no tenía intención de no ser yo quien disfrutara estaba de la polla más grande. Mis tetas quedaron sobre su cara y el chico disimular me dio un mordisco que perdí los estribos y lo besé en la boca, bajé la mano notando como le crecía la gran polla. Esta vez creo que era yo la de la cara de sorpresa, me cogió de la cintura y puso la palma en mi teta. Se notaba grande, gorda, dura. La masajeé un poco y bajé su prepucio…era la verga más grande que había visto nunca, que maravilla, se me hacia la boca agua. Siempre me han gustado los cipotes gordos, pero este era una delicia. Le pajeé un poco y le tumbé en la arena, quería chupárselo ya. La agarré entre mis manos y me la metí en la boca, pasé mi lengua por la punta para mojarla y empecé a mamar. Su carne dura me llenaba la boca, la saliva caía por los lados, pero cuanto más chupaba, más perra me ponía. Chuparle el rabo a un buen macho era adictivo, mamaba y mamaba mientras tocaba también sus huevos y aquel pollón estaba duro como una piedra surcado de inflamadas venas que bombeaban sin cesar.

Mi coño pedía a gritos un poco de atención y el chico pareció adivinarlo. Se puso entre mis piernas y tengo que decir que ha sido la mejor comida de coño que me han hecho en toda mi vida… las abrió y empezó a tocarme los muslos, tiró de mí para que mi coño quedase aún más expuesto y de esa manera quedé con las piernas muy abiertas delante de su cara. Empezó a lamer despacio, pasando su lengua de abajo a arriba hurgando entre mis labios vaginales, varias pasadas con la lengua muy despacio hicieron que gimiera muy fuerte. Me abrió el coño con una mano y empezó a chupar, a succionar y entonces metió un dedo, sin aviso, hasta el fondo, varias veces dentro y fuera, moviéndolo dentro del conducto. Volvió a comerme la pepita con el dedo dentro, y mi duro y erecto clítoris se encontró con su lengua. Succionaba mi botón del placer y me follaba con el dedo… metió el segundo dedo no pude aguantar más y me corrí mientras él mamaba chupaba la pepita y tiraba de él con los labios, como intentando beberse mi corrida. Subió hacia mí sin sacar sus dedos de mi coño y empezó a comerme la boca, sabía a mí, a mi corrida y aquello me puso más caliente aún. Se acercó a mi oído mientras seguía haciéndome el dedo y me dijo… – No imaginé que una madura como tú pudiera ser tan cachonda.

Se tumbó y él me cogió de la cintura colocándome a horcajadas sobre él… me dijo que me iba acordar de él por siempre, me besó desde el cuello hasta los dedos de los pies, pero donde más le agradó besarme fue en mi ardiente y necesitada flor, donde me deleitó con su lengua y donde por primera vez en el camping sentía una sensación de verdad exquisita, él me pidió que le pagara de la misma forma en donde golosamente le mordisqueaba el precioso glande…, sin más demora me puse encima de él, abrí mi coño con la mano para que entrara bien, aquella polla gorda me llenaba poco a poco. Cuando me la metí entera me puse recta y empecé a cabalgar, me lo follaba con ritmo, moviendo bien mi culo, notando como poco a poco mis caderas iban más rápido. No paraba de gemir y sabía que si no paraba mi coño estallaría de nuevo. Cogí sus manos y las puse sobre mis tetas, pellizcaba mis pezones mientras yo seguía follándomelo fuerte. Tiraba de ellos y sentí esa mezcla de dolor y placer que tanto me gusta. No pude aguantar más y mientras él agarraba fuerte mis tetas me corrí. Miré a mi amiga que se encontraba empotrada hasta los mismos huevos recostada sobre la arena y el chico sobre ella follándosela sin rémora como un martillo pilón…la oía gemir casi gritar de placer.

Desde mi posición veía el gran culo de Sara con la verga del chico saliendo y entrando hasta aplastar sus pelotas en su coño. Me eché sobre su pecho, pero duró poco. después de un corto rato de estar así el me pidió que me pusiera boca abajo pero acostada, abrió mis piernas y se fue acomodando poco a poco hasta que su polla quedó justo en medio de mis labios vaginales… ¡Joder como ansiaba volver a tener un buen macho que me hiciera gozar! Fue así que su polla empezó a entrar de nuevo en mi sedoso coño abriéndose camino, desgarrando mi carne y causando un dolor placentero inigualable, donde le pedí de favor que no me sacara su verga hasta que me corriese… él más bien lo vio como un capricho, hincándome con mayor agudeza… lo hizo aún más fuerte donde las lagrimas se me salían, hasta que por fin entró por completo y comenzó a embestirme con osadía y lujuria. Completamente empalada con sus no menos 20 cm de nabo grueso, me corrí con un fuerte orgasmo mezclado mis gemidos con una squirt de fluidos copiosos. El nene aguantaba de lo lindo dándome polla sin parar, sentía cada pollazo en lo más hondo de mi útero… Ahora comenzaba a disfrutar de ese banquete sexual que mi amiga prometió al llevarme a ese camping tan particular. Me estaban dando a base de bien por coño tragón que ya había olvidado lo que era una buena follada... al chico se le notaba mucha experiencia, probablemente la había adquirido en ese mismo lugar, después de años veraneando con el mogollón de putitas dispuestas a ser marcadas por un buen semental. El estoque también ayudaba, largo y grueso, quizás por un buen estiramiento de frenillo y prepucio desde niño.

Combinamos varias posturas, mi coño estaba caliente, me notaba a mil, muy perra, con ganas de polla, de unos buenos azotes, de unos buenos pollazos.  — Voy a follarte duro puta, – me dijo. Empezó a moverse fuerte, esa polla me taladraba el estómago. La metía duro una y otra vez, me azotaba el culo, tiraba de mi pelo y yo gemía como una verdadera perra salida. Me encanta que me peguen mientras me follan y él lo estaba haciendo de maravilla. Cada vez azotes más fuertes, me notaba el culo ardiendo, el coño chorreando gracias a la follada que me estaba metiendo… y cuando estaba a punto de volver a correrme paró, me puso boca arriba y abrió mis piernas. Volvió a metérmela de un solo envión con agudeza y sin templanza con su mano en mi garganta. Me follaba con un ritmo frenético y apretaba mi cuello, yo gemía con la boca abierta intentando respirar y empezó a escupir dentro de mi boca, esa saliva caliente llegaba directamente a mi garganta y cada vez que la echaba en mi boca mi coño palpitaba. Entonces le pedí que me follara a cuatro patas… Al instante me puso en pompa como una perra en celo. Se puso detrás de mí, abrió mis piernas y empezó a rozar su polla con mi coño desde atrás. La metía despacio, poco a poco, otra vez notaba mi coño lleno de su rica polla dura. Cuando la tuvo dentro entera, se quedó quieto y me dio un azote, gemí, me volvió a azotar más fuerte, volví a gemir y noté como me agarraba del pelo y tiraba de mi cabeza hacia atrás.

El ritmo subía y Yol gemía abriendo mucho los ojos como intentando asimilar lo que estaba pasando. Me follaba fuerte percibiendo que él estaba a punto de correrse. Le dije que parase, quería esa corrida en mi boca, necesitaba ese sabor a leche que tanto me pone. No se quitó de darme por el coño, me agarró de los hombros para que no escapase, entonces supe que no probaría su lefa en mi boca… la metió más profunda en mi útero… continuó follándomelo con demencia… no tardó mucho en correrse sin sacarla. Noté la calidez de su leche en la boca de mi cérvix con el primer gran chorro de esperma espeso. Me llenaba con esa gran polla y toda la corrida que iba eyaculando en mi fondo uterino… era una gran lechada que mi vagina intentaba tragar como podía, pero era casi imposible mantener tanta lefa en mi interior con su verga llenándome de carne dura. Con todo y con eso se deslechó a gusto atiborrándome de engrudo. Finalmente tras cinco o seis aldabonazos de rica leche, la sacó y yo me esmeré en dejársela bien limpia, lamí toda su punta, saboreé bien lo que quedaba en lo largo de su mástil y llegué a lengüetear sus orondos cojones en agradecimiento del excelente trabajo de fabricar tan rico manjar… ¡Puedo decir que me encanta el sabor a polla! También tengo que decir que me dejó destrozada, estaba muy cansada, con el coño dolorido pero esta sólo fue la primera de muchas con ellos.

Al día siguiente la cosa estuvo en las mismas, pero el chico quiso variar y en el gran momento se sacó su polla y me la metió de un solo zarpazo por mi culito donde me desgarró completamente y sin darme oportunidad a escaparme me lleno mi orificio más pequeño con su majestuosa polla, donde después de varias embestidas se corrió como río dentro de mí… su leche caliente se derramó fuera de mi culo y me baño con ella por completo. Al marcharnos de la playa, le comenté a mi amiga que este lugar era increíble, que nunca hubiera imaginado que existiera, a lo que ella me comentó que todavía no había visto lo mejor, por lo que me quede más intrigada y ansiosa de experimentarlo todo. En una zona donde había varias familias juntas, fuera de la orilla estaban los padres con dos chicos adolescentes y una niña más pequeña sentada encima de su padre y me pareció ver que su verga estaba dentro de ella y la niña se movía encima de él, por lo que le dije a mi amiga.

— Mira, creo que se está follando a la niña, ¿cómo es posible? Debe ser su hija y no llegará a tener los 12 años.

— Aquí todo es posible Carmina. Seguro que no es la primera vez, fíjate que relajada está ella. Vamos a quedarnos un poco a mirar con disimulo.

— ¡Pero tiene la misma edad que muchos de nuestros alumnos!

— Y no sabes lo que me ponen algunos como Arturito…lo mismo él también piensa lo mismo de mí.

— No te extrañe, en su casa son cinco y solo tienen dos habitaciones, alguna vez habrá visto a sus padres follando ya que es el mayor, y seguramente ya se le pone dura.

Su madre se dio cuenta que estábamos mirando como su hija cabalgaba sobre la polla de su padre, metiéndosela entera. Estaban bajo un gran porche de lona a la vista de todos los que pasaban mientras mantenía una conversación normal con la madre que se encontraba al lado, y los chicos más cerca de la madre que de la pareja del padre e hija fornicando… de pronto dejaron de la charla para dirigirse a nosotras… — Hola ¿Qué tal? Mucha gente se queda mirando cuando la ven, sobre todo los hombres, jajajaja.

— Se nota que lo disfruta mucho, además sabe moverse, debe llevar tiempo haciéndolo, ¿no?

— Si, fue bastante precoz con apenas 9 años su padre le tuvo que dar verga…, como veía a sus primas que eran mayores que ella con mis hijos…, hizo un gesto con la vista señalando a dos que tenía a su izquierda. —Enseguida quiso probar también. Y los chicos, ya los veis, están acostumbrados a todo sin ningún problema. Así que su padre un día desvirgó a la niña y desde entonces no han parado… tampoco es que se la folle todos los días, aunque se fuera por ella sí.

— ¿Y ellos también se follan a su hermana…?

— Por supuesto, en casa hay una democracia paritaria…todos somos iguales y nos queremos por igual, con la diferencia que ellos son tres y nosotras solo dos, pero nos bastamos para tenerlos contentos… Nunca les falta un desahogo a mis hombres, sobre todo a estos que están en toda la edad en plena efervescencia. En casa no tienen necesidad de hacerse pajas… ¿Verdad hija?

— Te buscarán a ti más que a la niña, porque sé que a los jovencitos les gustan las maduras.

— La niña también responde, no creas. Ya tiene mucho rodaje desde hace tres años que no para.

— Ya veo… Pero ¿Cómo le cabe toda esa polla dentro del coñito tan estrecho…?

— No ha sido cosa de una sola vez que le cupiese entera…cada día hemos ido ahondando un poco más hasta que este año por fin su vaginita ha dilatando para tragársela entera. ¡Ya es tan profundo como el coño de mamá! ¿Verdad hija? Y a estos machotes le cortamos el frenillo.

— ¡¿Supongo que a la esposa no le faltará ración de la semilla que producen esas bolas lecheras…?!

— Por supuesto que no…mi marido es un gran semental y los chicos también se portan muy con mamá ¿Verdad nenes? Nos cubren deliciosamente a los dos…hace una media hora me ha montado mi mayor, mirar aún tengo su leche chorreando, y lo bien que lo hemos pasado. ¿Sabes cuál es el secreto?

— No, dime…— Muchas proteínas con unos buenos chuletones a la piedra y… ¡Que no se follen a ninguna otra! Jajaja. Aunque aquí es difícil y de vez en cuando prueban otros coños. Es bueno que se abran y conozcan gente, y nada mejor que participar en alguna de las fiestas del camping.

La niña continuaba metiéndose la tranca hasta los huevos una y otra vez asintiendo con la cabeza a su madre mientras el padre acariciaba todo su cuerpo sobando los pequeños montículos de sus tetitas. Era fascinante la desproporción de tamaño de la pequeña rajita extra abierta y el ancho cipote paterno. Mi amiga nos confesó…

— Yo ya he estado con alguna familia tan acogedora en las fiestas que han montado…me encantan los jóvenes y a mi amiga también, pero ella es la primera vez que viene y que ve todo esto.

— Pues si queréis, os invitamos esta tarde a nuestra cabaña haciendo una excepción, porque preferimos a familias…lo pasaremos muy bien con unos amigos que vendrán, los esperamos con sus hijos. Es una forma de presentación en sociedad en “petit comité”, ya sabes, para intimar.

— Estupendo, allí estaremos… y de pronto vimos como la niña arreciaba sus acometidas ayudada por su padre, que la agarraba de la cintura elevándola y bajándola al tiempo que él la insertaba a fondo en cada sentón de la niña y… se corrió dentro de ella sin más. Soltó un buen berrido gimiendo como un toro en tanto se deslechaba en el fondo del coñito de su hija. Nos quedamos un poco extrañadas como ocurría aquello con tal sencillez pudiéndola preñar a la chiquilla…, la madre ante el gesto de nuestras caras replicó…

— No hay porque preocuparse, la niña aún no tiene la regla, pero si la preñan, que sea su papá.

Un poco más tranquilas quizás nos despedimos… — Bueno si es así no vamos…, la verdad que la niña se mueve muy bien y dará muchas alegrías a su macho ¡Hasta la tarde! Dijo Sara sin dejarme decir nada.

Camino de nuestra cabaña… — Anda, no te quejes, que ya te vi echar el ojo al chico menor. Además siempre suele juntarse más gente y se acaban montando unas orgías de lo más morboso.

Por la tarde fuimos a su cabaña, y efectivamente, al poco rato llegó un matrimonio con una niña de edad parecida a la que habíamos visto… y un chico, por lo visto eran los invitados a la fiesta y nosotras caímos por casualidad. Este hombre le dijo al padre que vimos follando a su hija bajo la atenta mirada de su madre, que se llamaba Adrián y ella Jimena.

— Mira, traemos a nuestra hija Úrsula, y el chico David como habíamos hablado. Ella ha mejorado mucho desde el año pasado… ha estado con más gente, así que este está dispuesta y encanta a probar cosas nuevas. Y al chico su madre lo tiene muy bien aleccionado.

Mientras tanto, el señor ya se ha sentado con la hija del anfitrión, la niña que se follaba a su padre montándolo como una experimentada amazona…se pone a juguetear con ella, lo que me dio una imagen de cordialidad y confianza mutua desde hacía mucho tiempo

— Seguro que tú también eres muy caliente, mira como se te abre el coñito nada más tocártelo.

— Eso es porque papá ya me ha follado esta tarde…

— Anda cariño, ponte encima de mí, a ver cómo te entra mi polla.

Y de esta forma se intercambiaron a sus hijas, mientras las madres también se entretenían con alguno de los chicos, y una de ellas nos dijo.

— Anda, animaros. ¿Cuál os gusta? Los chicos son estupendos los tres…tienen bastante experiencia y no tienen tabúes con nada. Los tenemos muy bien enseñados a complacer a la mujer con todo, pero sobre todo con estas buenas herramientas. Todos tenían unas pollas muy apetitosas.

Yo le señalé a su hijo menor, que me ponía especialmente por su aspecto aniñado, pero bien dotado y ella misma me lo trajo ya empalmado, por lo que empecé a acariciarle por todos los lados, para que después de besarle profusamente por cada poro de su piel, chupar sus pezones apretando las duras nalgas que el chico portaba del ejercicio que realizaba. Fui buscando su cipote y allí me lo encontré erecto y duro como la piedra de pedernal…, me puse a chupársela, saboreando cada lamida en su exquisito falo. Me pusieron una venda en los ojos y al instante oí una voz muy femenina “tu amiga nos ha dicho que eres muy puta, que te encanta fantasear con sexo con chicos jóvenes en grupo y hacer una orgía. Habrá que darte tu merecido por ser una chica tan mala”  Bufff esas palabras me asustaron aún más, pero notaba que mi sexo era como una cascada, madre mía podía oler hasta mi jugo vaginal. Estaba en celo como una perra.

Alguien empezó a besar mi trasero con unos besos muy tiernos, mientras empezaba explorar con su lengua el agujerito de mi culo. Nunca había hecho sexo anal y quizás eso me podía doler, pero estaba tan cachonda que decidí dejarme llevar por esta orgía. Buff me introdujeron el dedo y eso me volvió loca, este sexo en grupo era lo que menos esperaba allí, en un camping familiar. Cuando creía que el juego por detrás era el plato fuerte, otra persona empezó a besarme las tetas y otro más mi clítoris, era una auténtica locura, mientras me susurraban al oído cosas muy fuertes del sexo en grupo. Estaba totalmente desatada y decidieron quitarme la venda que llevaba. Cuando abrí los ojos medio aturdida, pude ver los dos jóvenes y a la madre dándome delectación. Me sentía una auténtica diosa del placer, si bien para cualquiera pareciera la puta más salida dentro de la orgía.

Mientras un chico me había puesto su polla en la boca y una de las madres se puso a chuparme las tetas, así que entre todos me hicieron llegar al orgasmo más fuerte de mi vida, a lo que influyó también las escenas que tenía a mi alrededor de lo más turbadores y morbosas, viendo a las niñas como cabalgaban sobre las pollas de los padres de las otras, formándose una orgía sólo imaginada en las mentes más perversas. Me corrí enseguida y sin tiempo para recuperarme, uno de los chicos empezó a penetrarme por detrás, mientras azotaba mi trasero. Mmm… Totalmente entregada a lo que me quisieran hacer entre todos, observaba a los padres follarse sin miramientos a la hija del otro, mientras a Adrián partía en dos a Úrsula a cuatro patas, esta emitía gritos de los profundo que la insertaba, medida que mis gemidos se hacían más escandalosos… la verga del padre de Úrsula la tenía más pequeña y apenas molestaba a la niña tras haber cedido su coñito con la polla de su padre. Jimena invitó a entrar a dos chicos más…más gente entraba en la habitación a ver la escena de orgía, entre ellos unos de Raúl, unos de los jugadores de pala que me dejó bien servida. Y eso me gustó bastante. Otro de los chicos empezó a follarme, mientras el otro me obligaba a chuparle su polla, tenía dos cipotes jóvenes y macizos por todos mis agujeros.

Creo que me corrí dos veces más, en una de ellas Raúl que me dio un beso muy romántico si bien se retiró en seguida para que el hijo menor de Jimena  continuara jugando conmigo. Creo que durante toda la fiesta no deje de tener los pezones erectos y el flujo estaba continuamente en mi clítoris. Qué sensación por Dios, me encantó la orgía. Me puso a 100 cuando dos de los chicos se pusieron de rodillas, uno besando mi clítoris y el otro mi culito, mientras mi amiga me miraba fijamente y se iba masturbando. Eso parecía una orgía de cine. Fue genial, el chico menor me la clavó entera y en pocos minutos los dos nos corrimos casi a la vez cuando sentí toda la lechada en mi vagina y al poco en la garganta de la gran corrida de Raúl, y otra vez sin tiempo para el descanso, el hijo mayor me cogió en volandas para follarme. Ya se había aliviado follándose a Sara y ahora me tocaba a mí, el chaval quería probar toda la mercancía nueva. Yo gritaba como una loca, mientras otro introducía unas bolas chinas por mi ano, creía que perdía el control y no podía controlar mi esfínter. Por si no fuera poco, Jimena azotaba mi culazo con la palma bien abierta modo de látigo de forma suave, si bien aumentaba la intensidad a medida que me acercaba al orgasmo. Fue increíble, al terminar pude verme en un espejo, estaba radiante, dicen que el buen sexo en grupo sienta muy bien, y sin duda es verdad. El mayor de los hijos no desperdició su esperma, metiéndomelo bien dentro del coño junto a la de su hermano, no fue una gran descarga, tal vez la 3ª eyaculada en menos de una hora.

Acabé con cara de felicidad. De hecho, no fue el único polvo salvaje que eché esa noche, la cosa se prolongó durante toda la noche hasta el amanecer en nuestra cabaña con Raúl y Víctor, que se unió a la fiesta un par de horas después. Como pueden imaginar, probé de todo con varios de los machos presentes y con las mujeres, actué de mujer dominante, también de mujer sumisa, en fin todas esas fantasías que había visto en vídeos porno que se hacen en sexo en grupo y que finalmente acaban siendo una orgía real. Después de haber probado a casi todos los presentes en la fiesta, salimos de allí agotadas pero muy satisfechas, con la seguridad de que habíamos encontrado el paraíso. Sara y yo le cogimos gusto a lo del sexo en grupo y hoy en día seguimos dejándonos caer en fiestas de swinger que acaban en orgía. Incluso hacemos cosas más atrevidas, pero eso os lo cuento otro día. Alguna vez has probado a ir con tu pareja a ligar los dos juntos, elegir una chica o chico al azar y seducir a los dos, Nosotros lo llamamos ir de cacería y nos encanta ligarnos a un chico o una pareja para luego jugar con ellos, ya os iré contando.

A la siguiente noche montamos la fiesta en nuestra cabaña… con el palista y al hijo mayor de la familia amiga, al principio me quedé con el chico que nunca supe cómo se llamaba durante la orgía y Sara con Raúl, el nuevo para mí la tenía más pequeña entre los 17 y los 18 cm pero de un grosor memorable… además era un espectáculo como la utilizaba de bien, haciéndome sentir su oronda cabezona en mis paredes vaginales. En la primera follada enseguida me echó su leche y le pregunté si podía seguir, y me dijo que sí que le quedaba carrete para largo. Era una maravilla tener a estos chicos siempre dispuestos para hacernos gozar con sus pollas duras en ristre. Me miró intensamente. Y me dio un beso. Yo respondí con otro. En ese momento me olvidé de que era hijo de un matrimonio amigo, me olvidé de la diferencia de edad, me olvidé de todo. Sólo pensé que él era un hombre y yo una mujer que hacía mucho tiempo no tenía sexo. ¡Descubrí que mis ganas de él eran muy intensas! Vi como entraron la cabaña mi amiga con su macho besándose y acariciándose. No hicimos mucho caso, estábamos a lo nuestro…, Gabriel me hizo recostar sobre un sillón, me cubrió de besos todo el cuerpo, llegó a mis piernas, subió pareo e hizo a un lado mi tanga, así que abrí las piernas para recibirle en una profunda penetración… pero a cambio me empezó a comer el coño, fue directo a lamer mi vagina. Uh, le agradecí con un gemido de placer. Hacía mucho que no sentía una lengua allí en mi intimidad antes de llegar a aquel camping, y me encendió hasta hacerme arder en un segundo.

Gabriel tenía una lengua maravillosa y la sabía usar. Lamió y mordisqueó mi clítoris, separó los labios de mi vagina y la introdujo dentro de mí… en síntesis, me volvió loca y me hizo tener el primer orgasmo de la noche. Grité como una desesperada mientras sentía que se mojaban hasta mis muslos. Un poco más allá Raúl le daba lo suyo a Sara. Era mi turno. Lo tiré en el sillón, y quedó a la vista una verga maravillosa. Gruesa, de cabeza abultada, con las venas marcadas, y en la base dos huevos grandes y pesados. Uff. La tomé con mi mano por la base y comencé a lamerla con entusiasmo. Me gusta hacerlo porque adoro el sabor a polla, y sé que lo hago bien. Los gemidos de Gabriel me confirmaban que lo estaba disfrutando muchísimo. Chupé con entusiasmo, con pasión, con ganas. Después de tanto tiempo volvía a tener un pene en mi boca y eso me ponía feliz. Y muy caliente. Gabriel susurró…

— Jamás una mujer me la chupó así, es maravilloso. — Tomó mi cabeza y empezó a mover sus caderas, cogiéndome la boca hasta hacerme ahogar…  — Trágala toda, que te entre toda, decía una y otra vez.

Allí hicimos un 69 espectacular, me pasé su verga por toda la cara, la chupé hasta dejarla dura y brillante. Después me senté sobre ella dándole la espalda a mi amante. Uy, fue maravillo sentir ese tronco duro y grueso deslizarse dentro de mi vagina mojada. Lo cabalgué con furia, me clavé una y otra vez su verga en el conejo hambriento hasta sentir que me la hacía arder.

Gabriel me sujetaba por las nalgas, las abría y cerraba y las volvía a abrir todo lo que podía. Estábamos muy calientes los dos. Después me hizo girar hasta que quedé de frente a él y mordió mis tetas mientras yo seguía mi cabalgata enloquecida.

— Eres la mejor hembra que me he follado… mejor que mi madre… decía Gabriel. — Ya sabía yo que las veteranas son las más calientes, y ahora lo he podido comprobar.

Fue un polvo bestial y en todas las posiciones. No sé en qué momento quedé con la mitad inferior de mi cuerpo sobre la cama y la cabeza, los brazos y las tetas apoyadas en el piso alfombrado de la habitación. Gabriel se puso detrás de mí y me penetró en esa forma. Volvió a abrir mis nalgas y me hundió un dedo en el ano. Ah, me hizo gritar. Y cuando sentí que sacaba su verga de mi vagina y la dirigía hacia mi ano le dije que esperara, que se detuviera, que no estaba preparada. No es que sea virgen de allí, he practicado mucho el sexo anal, a mi ex marido le apasionaba, pero siempre bajo ciertas condiciones que Gabriel no pensaba respetar. El chico apoyó la ancha cabeza de su verga en mi agujerito y empezó a empujar. Lancé un grito de dolor.

— Gabriel, por favor no, imploré.

Pero él estaba más entusiasmado que nunca con aquella madura que se entrega a que la follaran gratis sin poner condiciones y poder correrse a placer dentro de mí en cualquiera de mis agujeros…

— Te voy a hacer el culo mi amor, es mi sueño. Vas a sentirla cómo te entra milímetro a milímetro.

Y vaya si la sentí. Esa barra de carne durísima y gruesa fue penetrando en mi esfínter poco a poco, sin que yo pudiera evitarlo. Además, generalmente cuando tengo sexo anal yo pongo un tope con mi mano apoyada en el vientre de mi pareja le digo hasta dónde puede penetrarme. Pero en esa posición agitaba mis brazos en vano, no podía alcanzar a Gabriel que estaba sobre la cama. Conclusión… me la hundió toda. Y después empezó a bombear, lento y profundo. Cuando pasó el dolor terrible que sentí al principio empecé a disfrutarlo. Sentía su verga entrar y salir, toda a lo largo. Mi ano quedó muy dilatado. Gabriel estuvo largo rato follándome así, hasta que se vació dentro de mí con un grito. Sentí que me inundaba. ¡Fue maravilloso! Terminamos los dos abrazados en la cama, y antes de que se fuera le hice mi regalo especial, algo que reservo sólo para aquellos hombres que lo merecen… le hi

UN CAMPING NUDISTA MUY PARTICULAR. Después de 23 años de matrimonio y dos hijos, se me derrumbó todo tras la visita de mi hijo escapado de la prisión y buscado por la guardia civil. Que su padre nos pillara en pleno acto de fornicación solo fue la guida del pastel, porque ya lo nuestro no tenía visos de mejorar…mi marido solicitó la separación con la excusa del engaño, cuando era él quien me ponía los cuernos con una jovencita de 23 años desde hacía un par de años. El mundo se me cayó encima y con mis 40 años, no veía como podía iniciar una nueva vida para ser feliz. Solicité el traslado de escuela y me concedieron plaza en una donde conocí a la persona que sería mi mejor amiga en muchos años. Pasé unos meses muy malos hasta que Sara, que llevaba varios años sin ser montada por su marido pensó que sería una gran idea marchase de vacaciones unas semanas… la muy puta me invitó a irme de vacaciones con ella a una playa muy particular. Ella de joven solía frecuentar zonas donde se practicaba el nudismo y ya había ido varias veces a playas y campings nudistas, pero donde me llevó era un lugar exclusivo abierto a cualquier aventura donde se ingresaba si poseías ciertos requisitos de salud y confidencialidad refrendados por controles oficiales. A mí nunca se me hubiera ocurrido ir a un sitio así, pero estaba tan baja de ánimo que me dije que tenía que romper con todo y probar cosas nuevas. Realicé los controles médicos de ETS y un compromiso respeto a la intimidad fuera del camping.
Mi amiga Sara, estaba casada con un hombre que apenas la tocaba y su ánimo de libertad le llevaba a conocer cosas nuevas…comenzó con algunos cruceros de solteros por el mediterráneo, viajes organizados a hoteles donde se conocía a gente con la que relacionarse y acabar follando con uno o con otro y últimamente visitaba un camping en la costa malagueña con exclusividad en la admisión. Gracias a ella pude ingresar fácilmente, me llevó a un camping en una zona preciosa de playas donde se practicaba el nudismo con total libertad. Al llegar alquilamos una de las cabañas de madera que había allí, y me sorprendió el ambiente que había… me esperaba otra cosa y no a familias al completo con sus hijos y abuelos, aparte de parejas jóvenes, maduras y todo tipo de gente, por supuesto todos desnudos deambulando por la zona restringida de uso exclusivo para los usuarios del camping. Por supuesto estaba completamente prohibido ir vestida, a lo sumo te permitían un pareo, pero aún así sino ibas completamente desnudo eras la nota disonante del lugar. Sara ya había estado más veces, pero no quiso contarme gran cosa durante el camino, sólo me decía que lo iba a pasar muy bien, me iba a olvidar de todo el mal rollo del divorcio unido a la violación de mi hijo y que me iba a encantar, solo me tenía que dejarme llevar y elegir lo que deseaba como en un bufet libre. Ese primer día me coloqué el pareo sujeto a mis pechos, se intuía mi figura pero no la dejaba ver de manera explícita, pronto me di cuenta del ridículo que estaba de esa guisa.
Al anochecer pasó un grupo de jovencitos franceses delante de nuestra cabaña a saludarnos. Mi amiga como sabe hablar bien francés charló un poco con ellos, pero yo no solo entendía a medias, tenía que retomar las clases de francés casi olvidado, especialmente porque como profesora bilingüe tenía que dar la talla para el curso siguiente. Lo que más me sorprendió es que alguno se puso en una total erección mientras hablaban con nosotras, y otros se la tocaban sin ningún disimulo allí delante. Cuando se fueron, Sara me preguntó que como me habían parecido los chicos, y yo la dije que eran unos críos… intentando disimular que me había excitado por primera vez en los últimos meses, de lo que yo misma me sorprendí. Ella sonrió como adivinando mis pensamientos pervertidos, sabiendo que no había dejado de mirar a sus cipotes abigarrados prestos al fornicio… sí que no llegaban a los 20 años, pero su potencialidad no se la negaba nadie y no recuerdo lo que se sentía al ser poseía por tanta juventud, mucho menos a mis 40 años. Dando un paseo por allí ya me fijé en más cosas que me llamaron la atención…, el comportamiento de la gente con total desenfado sin importarles que les miraran, gozando abiertamente de su sexualidad, viviendo con naturalidad su cuerpo y sus relaciones con los demás a través del mismo…
Me di cuenta que en aquel lugar, los genitales era una parte más del cuerpo para usar y disfrutarlos con quien te apeteciera relacionarte, literalmente. Lo primero que me sorprendió y me dio a entender el concepto de amor libre, fue cuando observé a una chica sentada encima de su papá, su padre se hallaba todo empalmado, y ella jugueteando con su polla erecta sin que su madre le diera más importancia, la masajeaba y rozaba con su culito, e incluso llegaba a lograba calarse el glande en su estrecha rajita, y todo ello en medio de una tertulia familiar cotidiana. Más allá parejas teniendo sexo duro con excelsos gritos de placer dentro de las tiendas, e incluso en una zona más apartada una cría, chupándosela a un chico poco mayor que ella, por lo que no pude evitar excitarme otra vez viendo esas cosas mientras preguntaba a mi amiga que si todo eso era normal allí… ella me dijo que todo eso y mucho más que ya iría viendo, porque no había ninguna restricción de gozar del sexo con quien te apeteciera, donde te apeteciera si el affaire estaba dispuesto a compartir contigo…la edad tampoco era una limitación, aunque los padres no dejaban a sus hijas follar hasta cumplidos “una mayoría de edad” por norma general y a los chicos lo mismo…, en ambos casos solían ser el padre quien desflora a su hija y le enseñara el arte de la fornicación, mientras que a los hijos era la madre quien se encargaba. En algunos casos también los hermanos mayores eran los iniciadores de los más jóvenes, según la iniciativa e idiosincrasia de cada grupo familiar, después que los chicos y chicas fueran iniciados tenía libertad de gozar de su cuerpo abiertamente. Ya por la noche nos dirigimos a las duchas, antes de acostarnos.
Estaban bastante concurridas, con las madres, padres y algunos abuelos ayudando a lavarse a sus hijos… como era de imaginar los aseos eran comunes para hombres y mujeres, con duchas abiertas al público aunque los váteres no, por suerte. En eso que vemos a una señora duchando a su nieto, y nos fijamos como le enjabonaba todo el cuerpo frotando la espalda, el culo y las piernas, en aquellas zonas de mayor dificultad de llegar, después de dio media vuelta y continuó por el frente, donde ya no era tan necesaria la ayuda de nadie, pero la señora continuó con el aseado de su nieto, llegó a su verga, que para entonces la tenía bien rígida el chaval, su abuela sin mayor recato la asió de los huevos y se aseó echándole la piel del prepucio hacia atrás tirando de ella, se la enjabonó y posteriormente la enjuagó con la alcachofa de la ducha dejándosela perfectamente aseada. Una señora que estaba al lado nuestro le dijo…

— Eso se lo hacía yo a mi nieto también. Había que ver como disfrutaba el nene…y la abuela.

— Si, es bueno para ellos que se lo haga una mujer que sepa hacerlo con delicadeza y cariño, porque aprenden a aseárselo correctamente. Ellos no se imaginan las enfermedades que se pueden adquirir sin una buena limpieza por debajo de los pliegues…

— Por supuesto…, hay que estirarles bien del prepucio para tener una buena elongación del frenillo y así también se les desarrolla más la verga haciéndoselo ceder, cuando este se estira deja crecer al cipote libremente, y con un buen tratamiento manual se les pone grande y gruesa.

— ¡Vaya así es…! Mira ya como la tiene éste y lo que le queda por crecer aún.

— La tiene hermosa desde luego. Se nota que llevas tiempo haciéndoselo. El mío tiene ahora 16 años y la tiene preciosa, yo creo que le cubre ya unos 17 cm y es bien gruesa. Precisamente pasado mañana lo van a traer sus padres para que esté unos días aquí conmigo. Mis amigas le están esperando con ganas, porque la última vez, ya estuvo durmiendo con alguna de ellas y se lo pasaron de maravilla, pero primero tendré que probarlo yo. Jajaja.

— Aquí obtienen una buena instrucción de cómo hacer gozar a una hembra…

— ¿Tú le haces acabar al tuyo?

— Sí claro, ¡Somos su aliviadero! Ahora en el camping mucho más, porque tienen mucho semen acumulado durante el día de ver a tanto coñito, eso le excitan mucho los huevos produciendo mayor cantidad de leche de lo normal…, así que le dejo que se desfogue con su abuela y se queda muy tranquilo echándolo todo dentro de mi vagina. Mi nieto después duerme como un bendito…

— Pues lo tienes a punto ya. Hay que ver lo durísima que la tiene, ¿me dejas hacérselo a mí…?

— Sí mujer, mira que delicia de tranca venosa y larga.

— En estas edades se desarrollan muy rápido de repente, y haciéndoles esto se les pone la polla como de un adulto, sin esperar a que tengan más de 20 años… lo cual es desproporcionado para su cuerpo, pero es muy saludable para ellos y a nosotras ¡Se nos pone cara de tonta mirándosela!

Allí había un grupo de niñas y algunos chicos también duchándose también, algunos con sus madres y algún padre…se quedaron mirando como la señora se ponía en cuclillas y le jalaba el badajo con una mano que se deslizaba suavemente desde el capullo a la raíz donde le colgaban un par de pelotas que no tuvo objeción de agarrar con la otra mano masajeándole las bolas también. Al poco rato fue su boca la que entró en acción chupándole el glande y succionando de él sin dejar de pajearle el rabo endurecido y los huevos formando una sola bola apretada y dura. Los padres y madres llevaron a sus hijas a presenciar más cerca la lección que estaba dando de cómo se hacía una buena felación. El chico lejos de amedrentarse por ser el centro de atención de tanta gente…niñas y niños, con padres…, se avivó poniéndosela más dura e incluso apostando una mano en la cabeza de la señora para que le entrase más verga en su garganta. Su juventud no le dio el suficiente aguante…pues no duró más de dos minutos con aquella mamada de la señora tetona de ancho culo puesta en cuclillas, la cual se lo hacían al chico bastante bien, hasta que echó un buen chorro de semen que no pilló por sorpresa a la voluntariosa matrona, continuó succionando los siguientes hasta que el nene se calmó dejando de convulsionar. La señora ante tanta expectación sonrió a modo de protagonista de un gran show, así para rematar el espectáculo abrió la boca mostrando el ingente cantidad de leche que había obtenido del ordeñe de esa polla joven, su muestra fue principalmente a las niñas que no alcanzaban a tener más de diez años… ambas exclamaron.

— Buuufff, cuanta leche le ha sacado…

El chico las mira orgulloso manteniendo la erección, en tanto la señora se lo traga haciendo el clásico ruido de engullirlo, y tras relamer sus boca vuelve a mostrar la boca vacía y limpia…

— Así es como se debe tratar a una buena corrida de un semental tan estupendo como este chico…

Y su abuela les dice a las chicas que atendían con mucha atención y probablemente ganas…

— Aunque no lo creáis aún le queda bastante lefa dentro de sus testículos, para esta noche dárselo a su abuela, pero si alguna de vosotras quiere probar, adelante...

La más decidida dice que sí, era mayor de todas, se acerca al chico que mantenía una erección de caballo, y ésta sin más dilación se la empieza a acariciar para iniciar la masturbación en la que muestra su destreza.

— Oye, esta niña ya sabe bien cómo se hace.

La chica mira a su madre que estaba presente y comenta…— Es que se lo hago muchas veces a mi padre. La cara de la madre dibujaba una sonrisa de consentimiento y complicidad.

Y otra de las chicas continúa…— Y yo a mi padre, hermano y a otros.

La más joven se queda atrás mirando con mucha atención como lo hacen, y le pregunta la abuela del chico…

— ¿Tú quieres también, verdad? Anda, dejarle un poco a ella para que aprenda.

La niña agarra el mástil del nene, y por su inexperiencia se lo empieza a mover muy rápido con bastante premura, aquello les hizo reír y llamarle la atención a las otras…— ¡Así no!, más despacio, jajaja… Ambas niñas se ponen a ayudarla, y entre las tres acaban haciendo que se corra de nuevo el chiquillo, llenándolas de semen las manos, las tetas y hasta la cara, gritando alborozadas…— Buuaaahhhh, mira como le sale todo disparado… Una vez terminado, la abuela se va con su nieto, y se despide de la otra señora y de las niñas que siguen duchándose comentando entre risas lo que acaban de hacer. Yo no me podía creer lo que había visto, pero estaba nerviosísima y con un calentón de los buenos… el coño me chorreaba después de haber visto con tanta naturalidad a padres, abuelas e hijos que comienzan a brotar en la vida descubriendo el mundo del sexo, gozando sin las perversiones de internet. Con las mismas comenté a mi amiga Sara como me había puesto la escena que habíamos visto… pregunté si ella había hecho algo así con alguno.

— Sí, claro, anda ven a ver si vemos alguno por aquí… quienes están más dispuestos siempre son los chicos…sobre todo los que rondan los 20 años. Ya están bien desarrollados con mucho ímpetu.

Ya imaginan el por qué… los machos siempre están dispuestos a follarse a cualquier mujer que se le ponga delante y se deje penetrar, sin importarle la edad, al fin y al cabo ellos dejan su simiente en la vagina de la mujer, desentendiéndose de lo que pueda hacer ese esperma en el interior de nuestro vientre. El caso fue entre tantos, al fondo del pasillo vio a uno de los chicos, con los que había hablado por la tarde y nos fuimos con él. Mi amiga empezó a conversar amistosamente, hasta que nos metimos para dentro de la ducha. Ella empezó a acariciarle el falo invitándome a mí a hacer lo mismo… nos pusimos las dos a masturbar al chico que nos miraba sonriente. Yo estaba excitadísima e instintivamente me metí en la boca toda su polla bien dura, que me la comí con deleite al hacer tanto tiempo que no hacía algo así, además con un crío de esa edad me estaba poniendo fuera de mí… apenas llegaba a tener los 18… prácticamente cinco años más que algunos alumnos a los que daba clase desde hacía más de 25 años. Solo de pensar que podría ser un alumno de mi aula, avivé la mamada con mayor contundencia, imité a la señora de antes en la felación que pajeaba con una mano y masajeaba los huevos del macho con la otra sin dejar de chupar y succionarle el gordo capullo. Sara me acompañaba apartando mi mano para chuparle las bolas, en tanto yo hacía buena cuenta de su dura polla libre de prepucio… Allí estábamos ambas cuarentonas en cuclillas ante un jovenzuelo que se creería el amo del mundo, más salidas que dos putas adolescentes agasajando a un chico que podría ser nuestro nieto. El sabor joven de aquella verga me ponía loca convulsionando mi pepita y mi coño que se abría y cerraba rezumando flujo como no recordaba. Sara y yo nos alternábamos aquel cipote, pero tuve la suerte que el chico no aguantó sus ganas cuando era mi turno mamándole el glande… Solté un grito de satisfacción cuando le hice correrse en mi boca mientras él me sujetaba la cabeza para que no la sacara, parece que todos hacían lo mismo en aquella escuela del sexo… me llenaba chorro a chorro que noté bien.

Yo, obviamente no pensaba retirarme y además me había quedado con ganas de seguir, pero mi amiga me puso en pie y habló con él. Quedamos con él y sus amigos esa misma noche en nuestra cabaña. Pasó no más de una hora, cuando aparecieron en la cabaña el chico de la ducha con sus tres amigos, teniendo el más menor, 17 años según nos dijo…cuatro machos para dos hembras, es una proporción justa si tenemos en cuenta a cuantos puede satisfacer a la vez una mujer desinhibida, incluso uno más por hembra cabría. Mi amiga Sara les dio a beber un poco de bebida energética mezclada con un poco de ron para calentar el ambiente, y al poco rato ya estábamos acariciándonos con ellos, sintiendo como sus manos recorrían mi cuerpo deteniéndose en mis zonas íntimas más erógenas, mientras tenía una polla joven completamente empalmada en cada mano, masturbándolas y metiéndomelas alternativamente en la boca, igual que hacía mi amiga con los otros dos chicos. Se sentían muy ricas, a mí me tacaron dos de vergas normales que no sobrepasaban los 16 cm y a Sara al chico de la ducha que calzaba una que sobrepasaba los 18 cm.

Hacía mucho tiempo que una polla no entraba en mi cuerpo y ya estaba ansiosa por recibir alguna, así que me tumbé y le pedí a uno de los chicos que se pusiera encima de mí y me follara. El rubio se adelantó abriéndome de piernas y colocándose la polla lo más horizontal posible para la inserción, dado que de lo rígida no cedía con facilidad. Embocó su glande en mis labios vaginales y lo lubricó con el jugo que soltaba mi chumino ardiente, jugó un poco con la pepita que hice sacar con mis dedos y se mostraba grande y dura, casi blanquecina de los erecta que la tenía tirando de mi capuchón…me pajeo unos segundos y acto seguido me penetró metiéndola de una sola vez casi entera. Al sentir la penetración, lancé un gemido de satisfacción que debió de oírse desde fuera. Apenas me dolió pese a clavármela de un solo envió hasta los huevos, mi coño es bastante tragón, máxime para una picha de tales dimensiones. El chico se afanaba en meter y sacar su daga, y empecé a disfrutar de las impetuosas embestidas del chiquillo que tenía encima de mí…, lo así de su culo acompañando con mi cintura al ritmo que me imponía, y así completamente sincronizados las punzadas eran mucho más profundas y gozosas al percibir sus pelotas revotando en mi culo.

Su juventud le dan el vigor pero no la constancia y experiencia, por tanto en poco más de tres o cuatro minutos sentí como se corría dentro… soltó un gruñido cuando comenzaron los esténtores que conducían los lechazos que lanzaba en lo hondo de mi coño. Chorro tras chorro se deslechó a placer en el coño de una madura resultona… sin más en el último se quedó sobre mí unos segundos y luego salió para dejar entrar al otro más jovencito que le exigía acabara ya. Este segundo demostró ser más inexperto, pero me dio mucho morbo enseñarle a moverse dentro de mí y el pobre aguantó poco sin correrse al notar la calidez de mi chochito… sin mucho tardar comenzó a mamar de mis tetas y chupando los pezones como su fuese su madre, se corrió deprisa sin más que ofrecerme. La verdad es que algo de ardor me había aliviado después de tanto tiempo, pero para una hembra como yo era suficiente pese a que ambos me llenaron bien de lefa.

Al lado estaba mi amiga cabalgando sobre el mayor de los chicos…, éste sí tenía un cipote de gran tamaño para su edad, que hacía disfrutar como loca a mi amiga, haciéndola llegar al orgasmo dos veces sin que él se corriera, así que le puse mi coño encima de su cara dispuesta a disfrutar como nunca había imaginado que pudiera hacerlo. Mi coño rezumaba semen y fluido vaginal, y el nene no tuvo comedimiento alguno de comerme el conejo con todo su jugo. Creo que mi apasionamiento excitó tanto al chico que no tardó en correrse abundantemente en el más profundo lugar del coño de Sara, la largura y el par de pelotas que se gastaba el gachón daban para una buena cantidad de leche y puesta en el mismo útero. Mi amiga percibía cada chorro de lefa inundar su profunda vagina, mientras me decía entusiasmada que iba a acabar con todos, de las ganas con que lo había follado, provocando las risas de los chicos. No tardó mucho más el otro a quien se la mamaba llenándole la garganta de leche…esa noche los chicos quedaron aliviados con aquella sesión doble, pero no tanto las maduras que no nos íbamos conformar con aquello nada más.

Al día siguiente, ya más relajadas, nos esperaban nuevas experiencias. Por la mañana fuimos a la playa a dar un paseo y detrás de alguna duna podían verse alguna pareja teniendo sexo, o algún grupito disfrutando a lo grande, como una señora ya mayor, rodeada de varios hombres de todas las edades, a los que masturbaba, y chupaba haciéndoles correrse en su cuerpo, para acabar ensartada por dos machos que cubrían sus agujeros. Más adelante vimos a dos chicos de unos 20 años que jugaban a las palas con gran precisión y agilidad, nos quedamos mirándoles como se movía su cuerpos y se balanceaban sus huevos armados de un buen rabo. A mí me llamó la atención porque me dio un morbo especial verlos… nos sentamos sobre la arena mojada a ver el espectáculo, cuando una pelota dividida fue el comienzo de una disputa en un duelo cuerpo a cuerpo… se magrearon a placer hasta el más bajo de piel morena se hizo con la pelota. Terminaron un poco batidos, y jadeando… se sentaron a nuestro lado diciéndonos que no eran gays aunque lo parecieran, que solo estaban jugando como en la lucha canaria, además de estar haciendo tiempo para que se acercara alguna chica para disfrutar todos juntos. Nosotras les preguntamos que si les valíamos para jugar con ellos a cosas de mayores, que sabíamos qué hacer con otro tipo de pelotas, dije mirándoselas.

— Por supuesto que valéis pero muy mucho…, a mi me ponen más las maduritas que la niñas sin experiencia. Este año ya me he follado a cinco pero ninguna madura tan buena como vosotras…

Y allí empezó otra sesión de fornicio, en la que se incluyó hasta el sexo anal, al que yo era un poco reacia, pero lo disfrute tanto, que me pegunté el por qué no lo había hecho hasta ahora. Yo me quedé con el más alto y Sara con el ganador de la lucha canaria…el mío portaba una verga digna de un caballo y no tenía intención de no ser yo quien disfrutara estaba de la polla más grande. Mis tetas quedaron sobre su cara y el chico disimular me dio un mordisco que perdí los estribos y lo besé en la boca, bajé la mano notando como le crecía la gran polla. Esta vez creo que era yo la de la cara de sorpresa, me cogió de la cintura y puso la palma en mi teta. Se notaba grande, gorda, dura. La masajeé un poco y bajé su prepucio…era la verga más grande que había visto nunca, que maravilla, se me hacia la boca agua. Siempre me han gustado los cipotes gordos, pero este era una delicia. Le pajeé un poco y le tumbé en la arena, quería chupárselo ya. La agarré entre mis manos y me la metí en la boca, pasé mi lengua por la punta para mojarla y empecé a mamar. Su carne dura me llenaba la boca, la saliva caía por los lados, pero cuanto más chupaba, más perra me ponía. Chuparle el rabo a un buen macho era adictivo, mamaba y mamaba mientras tocaba también sus huevos y aquel pollón estaba duro como una piedra surcado de inflamadas venas que bombeaban sin cesar.

Mi coño pedía a gritos un poco de atención y el chico pareció adivinarlo. Se puso entre mis piernas y tengo que decir que ha sido la mejor comida de coño que me han hecho en toda mi vida… las abrió y empezó a tocarme los muslos, tiró de mí para que mi coño quedase aún más expuesto y de esa manera quedé con las piernas muy abiertas delante de su cara. Empezó a lamer despacio, pasando su lengua de abajo a arriba hurgando entre mis labios vaginales, varias pasadas con la lengua muy despacio hicieron que gimiera muy fuerte. Me abrió el coño con una mano y empezó a chupar, a succionar y entonces metió un dedo, sin aviso, hasta el fondo, varias veces dentro y fuera, moviéndolo dentro del conducto. Volvió a comerme la pepita con el dedo dentro, y mi duro y erecto clítoris se encontró con su lengua. Succionaba mi botón del placer y me follaba con el dedo… metió el segundo dedo no pude aguantar más y me corrí mientras él mamaba chupaba la pepita y tiraba de él con los labios, como intentando beberse mi corrida. Subió hacia mí sin sacar sus dedos de mi coño y empezó a comerme la boca, sabía a mí, a mi corrida y aquello me puso más caliente aún. Se acercó a mi oído mientras seguía haciéndome el dedo y me dijo… – No imaginé que una madura como tú pudiera ser tan cachonda.

Se tumbó y él me cogió de la cintura colocándome a horcajadas sobre él… me dijo que me iba acordar de él por siempre, me besó desde el cuello hasta los dedos de los pies, pero donde más le agradó besarme fue en mi ardiente y necesitada flor, donde me deleitó con su lengua y donde por primera vez en el camping sentía una sensación de verdad exquisita, él me pidió que le pagara de la misma forma en donde golosamente le mordisqueaba el precioso glande…, sin más demora me puse encima de él, abrí mi coño con la mano para que entrara bien, aquella polla gorda me llenaba poco a poco. Cuando me la metí entera me puse recta y empecé a cabalgar, me lo follaba con ritmo, moviendo bien mi culo, notando como poco a poco mis caderas iban más rápido. No paraba de gemir y sabía que si no paraba mi coño estallaría de nuevo. Cogí sus manos y las puse sobre mis tetas, pellizcaba mis pezones mientras yo seguía follándomelo fuerte. Tiraba de ellos y sentí esa mezcla de dolor y placer que tanto me gusta. No pude aguantar más y mientras él agarraba fuerte mis tetas me corrí. Miré a mi amiga que se encontraba empotrada hasta los mismos huevos recostada sobre la arena y el chico sobre ella follándosela sin rémora como un martillo pilón…la oía gemir casi gritar de placer.

Desde mi posición veía el gran culo de Sara con la verga del chico saliendo y entrando hasta aplastar sus pelotas en su coño. Me eché sobre su pecho, pero duró poco. después de un corto rato de estar así el me pidió que me pusiera boca abajo pero acostada, abrió mis piernas y se fue acomodando poco a poco hasta que su polla quedó justo en medio de mis labios vaginales… ¡Joder como ansiaba volver a tener un buen macho que me hiciera gozar! Fue así que su polla empezó a entrar de nuevo en mi sedoso coño abriéndose camino, desgarrando mi carne y causando un dolor placentero inigualable, donde le pedí de favor que no me sacara su verga hasta que me corriese… él más bien lo vio como un capricho, hincándome con mayor agudeza… lo hizo aún más fuerte donde las lagrimas se me salían, hasta que por fin entró por completo y comenzó a embestirme con osadía y lujuria. Completamente empalada con sus no menos 20 cm de nabo grueso, me corrí con un fuerte orgasmo mezclado mis gemidos con una squirt de fluidos copiosos. El nene aguantaba de lo lindo dándome polla sin parar, sentía cada pollazo en lo más hondo de mi útero… Ahora comenzaba a disfrutar de ese banquete sexual que mi amiga prometió al llevarme a ese camping tan particular. Me estaban dando a base de bien por coño tragón que ya había olvidado lo que era una buena follada... al chico se le notaba mucha experiencia, probablemente la había adquirido en ese mismo lugar, después de años veraneando con el mogollón de putitas dispuestas a ser marcadas por un buen semental. El estoque también ayudaba, largo y grueso, quizás por un buen estiramiento de frenillo y prepucio desde niño.

Combinamos varias posturas, mi coño estaba caliente, me notaba a mil, muy perra, con ganas de polla, de unos buenos azotes, de unos buenos pollazos. — Voy a follarte duro puta, – me dijo. Empezó a moverse fuerte, esa polla me taladraba el estómago. La metía duro una y otra vez, me azotaba el culo, tiraba de mi pelo y yo gemía como una verdadera perra salida. Me encanta que me peguen mientras me follan y él lo estaba haciendo de maravilla. Cada vez azotes más fuertes, me notaba el culo ardiendo, el coño chorreando gracias a la follada que me estaba metiendo… y cuando estaba a punto de volver a correrme paró, me puso boca arriba y abrió mis piernas. Volvió a metérmela de un solo envión con agudeza y sin templanza con su mano en mi garganta. Me follaba con un ritmo frenético y apretaba mi cuello, yo gemía con la boca abierta intentando respirar y empezó a escupir dentro de mi boca, esa saliva caliente llegaba directamente a mi garganta y cada vez que la echaba en mi boca mi coño palpitaba. Entonces le pedí que me follara a cuatro patas… Al instante me puso en pompa como una perra en celo. Se puso detrás de mí, abrió mis piernas y empezó a rozar su polla con mi coño desde atrás. La metía despacio, poco a poco, otra vez notaba mi coño lleno de su rica polla dura. Cuando la tuvo dentro entera, se quedó quieto y me dio un azote, gemí, me volvió a azotar más fuerte, volví a gemir y noté como me agarraba del pelo y tiraba de mi cabeza hacia atrás.

El ritmo subía y Yol gemía abriendo mucho los ojos como intentando asimilar lo que estaba pasando. Me follaba fuerte percibiendo que él estaba a punto de correrse. Le dije que parase, quería esa corrida en mi boca, necesitaba ese sabor a leche que tanto me pone. No se quitó de darme por el coño, me agarró de los hombros para que no escapase, entonces supe que no probaría su lefa en mi boca… la metió más profunda en mi útero… continuó follándomelo con demencia… no tardó mucho en correrse sin sacarla. Noté la calidez de su leche en la boca de mi cérvix con el primer gran chorro de esperma espeso. Me llenaba con esa gran polla y toda la corrida que iba eyaculando en mi fondo uterino… era una gran lechada que mi vagina intentaba tragar como podía, pero era casi imposible mantener tanta lefa en mi interior con su verga llenándome de carne dura. Con todo y con eso se deslechó a gusto atiborrándome de engrudo. Finalmente tras cinco o seis aldabonazos de rica leche, la sacó y yo me esmeré en dejársela bien limpia, lamí toda su punta, saboreé bien lo que quedaba en lo largo de su mástil y llegué a lengüetear sus orondos cojones en agradecimiento del excelente trabajo de fabricar tan rico manjar… ¡Puedo decir que me encanta el sabor a polla! También tengo que decir que me dejó destrozada, estaba muy cansada, con el coño dolorido pero esta sólo fue la primera de muchas con ellos.

Al día siguiente la cosa estuvo en las mismas, pero el chico quiso variar y en el gran momento se sacó su polla y me la metió de un solo zarpazo por mi culito donde me desgarró completamente y sin darme oportunidad a escaparme me lleno mi orificio más pequeño con su majestuosa polla, donde después de varias embestidas se corrió como río dentro de mí… su leche caliente se derramó fuera de mi culo y me baño con ella por completo. Al marcharnos de la playa, le comenté a mi amiga que este lugar era increíble, que nunca hubiera imaginado que existiera, a lo que ella me comentó que todavía no había visto lo mejor, por lo que me quede más intrigada y ansiosa de experimentarlo todo. En una zona donde había varias familias juntas, fuera de la orilla estaban los padres con dos chicos adolescentes y una niña más pequeña sentada encima de su padre y me pareció ver que su verga estaba dentro de ella y la niña se movía encima de él, por lo que le dije a mi amiga.

— Mira, creo que se está follando a la niña, ¿cómo es posible? Debe ser su hija y no llegará a tener los 12 años.

— Aquí todo es posible Carmina. Seguro que no es la primera vez, fíjate que relajada está ella. Vamos a quedarnos un poco a mirar con disimulo.

— ¡Pero tiene la misma edad que muchos de nuestros alumnos!

— Y no sabes lo que me ponen algunos como Arturito…lo mismo él también piensa lo mismo de mí.

— No te extrañe, en su casa son cinco y solo tienen dos habitaciones, alguna vez habrá visto a sus padres follando ya que es el mayor, y seguramente ya se le pone dura.

Su madre se dio cuenta que estábamos mirando como su hija cabalgaba sobre la polla de su padre, metiéndosela entera. Estaban bajo un gran porche de lona a la vista de todos los que pasaban mientras mantenía una conversación normal con la madre que se encontraba al lado, y los chicos más cerca de la madre que de la pareja del padre e hija fornicando… de pronto dejaron de la charla para dirigirse a nosotras… — Hola ¿Qué tal? Mucha gente se queda mirando cuando la ven, sobre todo los hombres, jajajaja.

— Se nota que lo disfruta mucho, además sabe moverse, debe llevar tiempo haciéndolo, ¿no?

— Si, fue bastante precoz con apenas 9 años su padre le tuvo que dar verga…, como veía a sus primas que eran mayores que ella con mis hijos…, hizo un gesto con la vista señalando a dos que tenía a su izquierda. —Enseguida quiso probar también. Y los chicos, ya los veis, están acostumbrados a todo sin ningún problema. Así que su padre un día desvirgó a la niña y desde entonces no han parado… tampoco es que se la folle todos los días, aunque se fuera por ella sí.

— ¿Y ellos también se follan a su hermana…?

— Por supuesto, en casa hay una democracia paritaria…todos somos iguales y nos queremos por igual, con la diferencia que ellos son tres y nosotras solo dos, pero nos bastamos para tenerlos contentos… Nunca les falta un desahogo a mis hombres, sobre todo a estos que están en toda la edad en plena efervescencia. En casa no tienen necesidad de hacerse pajas… ¿Verdad hija?

— Te buscarán a ti más que a la niña, porque sé que a los jovencitos les gustan las maduras.

— La niña también responde, no creas. Ya tiene mucho rodaje desde hace tres años que no para.

— Ya veo… Pero ¿Cómo le cabe toda esa polla dentro del coñito tan estrecho…?

— No ha sido cosa de una sola vez que le cupiese entera…cada día hemos ido ahondando un poco más hasta que este año por fin su vaginita ha dilatando para tragársela entera. ¡Ya es tan profundo como el coño de mamá! ¿Verdad hija? Y a estos machotes le cortamos el frenillo.

— ¡¿Supongo que a la esposa no le faltará ración de la semilla que producen esas bolas lecheras…?!

— Por supuesto que no…mi marido es un gran semental y los chicos también se portan muy con mamá ¿Verdad nenes? Nos cubren deliciosamente a los dos…hace una media hora me ha montado mi mayor, mirar aún tengo su leche chorreando, y lo bien que lo hemos pasado. ¿Sabes cuál es el secreto?

— No, dime…— Muchas proteínas con unos buenos chuletones a la piedra y… ¡Que no se follen a ninguna otra! Jajaja. Aunque aquí es difícil y de vez en cuando prueban otros coños. Es bueno que se abran y conozcan gente, y nada mejor que participar en alguna de las fiestas del camping.

La niña continuaba metiéndose la tranca hasta los huevos una y otra vez asintiendo con la cabeza a su madre mientras el padre acariciaba todo su cuerpo sobando los pequeños montículos de sus tetitas. Era fascinante la desproporción de tamaño de la pequeña rajita extra abierta y el ancho cipote paterno. Mi amiga nos confesó…

— Yo ya he estado con alguna familia tan acogedora en las fiestas que han montado…me encantan los jóvenes y a mi amiga también, pero ella es la primera vez que viene y que ve todo esto.

— Pues si queréis, os invitamos esta tarde a nuestra cabaña haciendo una excepción, porque preferimos a familias…lo pasaremos muy bien con unos amigos que vendrán, los esperamos con sus hijos. Es una forma de presentación en sociedad en “petit comité”, ya sabes, para intimar.

— Estupendo, allí estaremos… y de pronto vimos como la niña arreciaba sus acometidas ayudada por su padre, que la agarraba de la cintura elevándola y bajándola al tiempo que él la insertaba a fondo en cada sentón de la niña y… se corrió dentro de ella sin más. Soltó un buen berrido gimiendo como un toro en tanto se deslechaba en el fondo del coñito de su hija. Nos quedamos un poco extrañadas como ocurría aquello con tal sencillez pudiéndola preñar a la chiquilla…, la madre ante el gesto de nuestras caras replicó…

— No hay porque preocuparse, la niña aún no tiene la regla, pero si la preñan, que sea su papá.

Un poco más tranquilas quizás nos despedimos… — Bueno si es así no vamos…, la verdad que la niña se mueve muy bien y dará muchas alegrías a su macho ¡Hasta la tarde! Dijo Sara sin dejarme decir nada.

Camino de nuestra cabaña… — Anda, no te quejes, que ya te vi echar el ojo al chico menor. Además siempre suele juntarse más gente y se acaban montando unas orgías de lo más morboso.

Por la tarde fuimos a su cabaña, y efectivamente, al poco rato llegó un matrimonio con una niña de edad parecida a la que habíamos visto… y un chico, por lo visto eran los invitados a la fiesta y nosotras caímos por casualidad. Este hombre le dijo al padre que vimos follando a su hija bajo la atenta mirada de su madre, que se llamaba Adrián y ella Jimena.

— Mira, traemos a nuestra hija Úrsula, y el chico David como habíamos hablado. Ella ha mejorado mucho desde el año pasado… ha estado con más gente, así que este está dispuesta y encanta a probar cosas nuevas. Y al chico su madre lo tiene muy bien aleccionado.

Mientras tanto, el señor ya se ha sentado con la hija del anfitrión, la niña que se follaba a su padre montándolo como una experimentada amazona…se pone a juguetear con ella, lo que me dio una imagen de cordialidad y confianza mutua desde hacía mucho tiempo

— Seguro que tú también eres muy caliente, mira como se te abre el coñito nada más tocártelo.

— Eso es porque papá ya me ha follado esta tarde…

— Anda cariño, ponte encima de mí, a ver cómo te entra mi polla.

Y de esta forma se intercambiaron a sus hijas, mientras las madres también se entretenían con alguno de los chicos, y una de ellas nos dijo.

— Anda, animaros. ¿Cuál os gusta? Los chicos son estupendos los tres…tienen bastante experiencia y no tienen tabúes con nada. Los tenemos muy bien enseñados a complacer a la mujer con todo, pero sobre todo con estas buenas herramientas. Todos tenían unas pollas muy apetitosas.

Yo le señalé a su hijo menor, que me ponía especialmente por su aspecto aniñado, pero bien dotado y ella misma me lo trajo ya empalmado, por lo que empecé a acariciarle por todos los lados, para que después de besarle profusamente por cada poro de su piel, chupar sus pezones apretando las duras nalgas que el chico portaba del ejercicio que realizaba. Fui buscando su cipote y allí me lo encontré erecto y duro como la piedra de pedernal…, me puse a chupársela, saboreando cada lamida en su exquisito falo. Me pusieron una venda en los ojos y al instante oí una voz muy femenina “tu amiga nos ha dicho que eres muy puta, que te encanta fantasear con sexo con chicos jóvenes en grupo y hacer una orgía. Habrá que darte tu merecido por ser una chica tan mala” Bufff esas palabras me asustaron aún más, pero notaba que mi sexo era como una cascada, madre mía podía oler hasta mi jugo vaginal. Estaba en celo como una perra.

Alguien empezó a besar mi trasero con unos besos muy tiernos, mientras empezaba explorar con su lengua el agujerito de mi culo. Nunca había hecho sexo anal y quizás eso me podía doler, pero estaba tan cachonda que decidí dejarme llevar por esta orgía. Buff me introdujeron el dedo y eso me volvió loca, este sexo en grupo era lo que menos esperaba allí, en un camping familiar. Cuando creía que el juego por detrás era el plato fuerte, otra persona empezó a besarme las tetas y otro más mi clítoris, era una auténtica locura, mientras me susurraban al oído cosas muy fuertes del sexo en grupo. Estaba totalmente desatada y decidieron quitarme la venda que llevaba. Cuando abrí los ojos medio aturdida, pude ver los dos jóvenes y a la madre dándome delectación. Me sentía una auténtica diosa del placer, si bien para cualquiera pareciera la puta más salida dentro de la orgía.

Mientras un chico me había puesto su polla en la boca y una de las madres se puso a chuparme las tetas, así que entre todos me hicieron llegar al orgasmo más fuerte de mi vida, a lo que influyó también las escenas que tenía a mi alrededor de lo más turbadores y morbosas, viendo a las niñas como cabalgaban sobre las pollas de los padres de las otras, formándose una orgía sólo imaginada en las mentes más perversas. Me corrí enseguida y sin tiempo para recuperarme, uno de los chicos empezó a penetrarme por detrás, mientras azotaba mi trasero. Mmm… Totalmente entregada a lo que me quisieran hacer entre todos, observaba a los padres follarse sin miramientos a la hija del otro, mientras a Adrián partía en dos a Úrsula a cuatro patas, esta emitía gritos de los profundo que la insertaba, medida que mis gemidos se hacían más escandalosos… la verga del padre de Úrsula la tenía más pequeña y apenas molestaba a la niña tras haber cedido su coñito con la polla de su padre. Jimena invitó a entrar a dos chicos más…más gente entraba en la habitación a ver la escena de orgía, entre ellos unos de Raúl, unos de los jugadores de pala que me dejó bien servida. Y eso me gustó bastante. Otro de los chicos empezó a follarme, mientras el otro me obligaba a chuparle su polla, tenía dos cipotes jóvenes y macizos por todos mis agujeros.

Creo que me corrí dos veces más, en una de ellas Raúl que me dio un beso muy romántico si bien se retiró en seguida para que el hijo menor de Jimena continuara jugando conmigo. Creo que durante toda la fiesta no deje de tener los pezones erectos y el flujo estaba continuamente en mi clítoris. Qué sensación por Dios, me encantó la orgía. Me puso a 100 cuando dos de los chicos se pusieron de rodillas, uno besando mi clítoris y el otro mi culito, mientras mi amiga me miraba fijamente y se iba masturbando. Eso parecía una orgía de cine. Fue genial, el chico menor me la clavó entera y en pocos minutos los dos nos corrimos casi a la vez cuando sentí toda la lechada en mi vagina y al poco en la garganta de la gran corrida de Raúl, y otra vez sin tiempo para el descanso, el hijo mayor me cogió en volandas para follarme. Ya se había aliviado follándose a Sara y ahora me tocaba a mí, el chaval quería probar toda la mercancía nueva. Yo gritaba como una loca, mientras otro introducía unas bolas chinas por mi ano, creía que perdía el control y no podía controlar mi esfínter. Por si no fuera poco, Jimena azotaba mi culazo con la palma bien abierta modo de látigo de forma suave, si bien aumentaba la intensidad a medida que me acercaba al orgasmo. Fue increíble, al terminar pude verme en un espejo, estaba radiante, dicen que el buen sexo en grupo sienta muy bien, y sin duda es verdad. El mayor de los hijos no desperdició su esperma, metiéndomelo bien dentro del coño junto a la de su hermano, no fue una gran descarga, tal vez la 3ª eyaculada en menos de una hora.

Acabé con cara de felicidad. De hecho, no fue el único polvo salvaje que eché esa noche, la cosa se prolongó durante toda la noche hasta el amanecer en nuestra cabaña con Raúl y Víctor, que se unió a la fiesta un par de horas después. Como pueden imaginar, probé de todo con varios de los machos presentes y con las mujeres, actué de mujer dominante, también de mujer sumisa, en fin todas esas fantasías que había visto en vídeos porno que se hacen en sexo en grupo y que finalmente acaban siendo una orgía real. Después de haber probado a casi todos los presentes en la fiesta, salimos de allí agotadas pero muy satisfechas, con la seguridad de que habíamos encontrado el paraíso. Sara y yo le cogimos gusto a lo del sexo en grupo y hoy en día seguimos dejándonos caer en fiestas de swinger que acaban en orgía. Incluso hacemos cosas más atrevidas, pero eso os lo cuento otro día. Alguna vez has probado a ir con tu pareja a ligar los dos juntos, elegir una chica o chico al azar y seducir a los dos, Nosotros lo llamamos ir de cacería y nos encanta ligarnos a un chico o una pareja para luego jugar con ellos, ya os iré contando.

A la siguiente noche montamos la fiesta en nuestra cabaña… con el palista y al hijo mayor de la familia amiga, al principio me quedé con el chico que nunca supe cómo se llamaba durante la orgía y Sara con Raúl, el nuevo para mí la tenía más pequeña entre los 17 y los 18 cm pero de un grosor memorable… además era un espectáculo como la utilizaba de bien, haciéndome sentir su oronda cabezona en mis paredes vaginales. En la primera follada enseguida me echó su leche y le pregunté si podía seguir, y me dijo que sí que le quedaba carrete para largo. Era una maravilla tener a estos chicos siempre dispuestos para hacernos gozar con sus pollas duras en ristre. Me miró intensamente. Y me dio un beso. Yo respondí con otro. En ese momento me olvidé de que era hijo de un matrimonio amigo, me olvidé de la diferencia de edad, me olvidé de todo. Sólo pensé que él era un hombre y yo una mujer que hacía mucho tiempo no tenía sexo. ¡Descubrí que mis ganas de él eran muy intensas! Vi como entraron la cabaña mi amiga con su macho besándose y acariciándose. No hicimos mucho caso, estábamos a lo nuestro…, Gabriel me hizo recostar sobre un sillón, me cubrió de besos todo el cuerpo, llegó a mis piernas, subió pareo e hizo a un lado mi tanga, así que abrí las piernas para recibirle en una profunda penetración… pero a cambio me empezó a comer el coño, fue directo a lamer mi vagina. Uh, le agradecí con un gemido de placer. Hacía mucho que no sentía una lengua allí en mi intimidad antes de llegar a aquel camping, y me encendió hasta hacerme arder en un segundo.

Gabriel tenía una lengua maravillosa y la sabía usar. Lamió y mordisqueó mi clítoris, separó los labios de mi vagina y la introdujo dentro de mí… en síntesis, me volvió loca y me hizo tener el primer orgasmo de la noche. Grité como una desesperada mientras sentía que se mojaban hasta mis muslos. Un poco más allá Raúl le daba lo suyo a Sara. Era mi turno. Lo tiré en el sillón, y quedó a la vista una verga maravillosa. Gruesa, de cabeza abultada, con las venas marcadas, y en la base dos huevos grandes y pesados. Uff. La tomé con mi mano por la base y comencé a lamerla con entusiasmo. Me gusta hacerlo porque adoro el sabor a polla, y sé que lo hago bien. Los gemidos de Gabriel me confirmaban que lo estaba disfrutando muchísimo. Chupé con entusiasmo, con pasión, con ganas. Después de tanto tiempo volvía a tener un pene en mi boca y eso me ponía feliz. Y muy caliente. Gabriel susurró…

— Jamás una mujer me la chupó así, es maravilloso. — Tomó mi cabeza y empezó a mover sus caderas, cogiéndome la boca hasta hacerme ahogar… — Trágala toda, que te entre toda, decía una y otra vez.

Allí hicimos un 69 espectacular, me pasé su verga por toda la cara, la chupé hasta dejarla dura y brillante. Después me senté sobre ella dándole la espalda a mi amante. Uy, fue maravillo sentir ese tronco duro y grueso deslizarse dentro de mi vagina mojada. Lo cabalgué con furia, me clavé una y otra vez su verga en el conejo hambriento hasta sentir que me la hacía arder.

Gabriel me sujetaba por las nalgas, las abría y cerraba y las volvía a abrir todo lo que podía. Estábamos muy calientes los dos. Después me hizo girar hasta que quedé de frente a él y mordió mis tetas mientras yo seguía mi cabalgata enloquecida.

— Eres la mejor hembra que me he follado… mejor que mi madre… decía Gabriel. — Ya sabía yo que las veteranas son las más calientes, y ahora lo he podido comprobar.

Fue un polvo bestial y en todas las posiciones. No sé en qué momento quedé con la mitad inferior de mi cuerpo sobre la cama y la cabeza, los brazos y las tetas apoyadas en el piso alfombrado de la habitación. Gabriel se puso detrás de mí y me penetró en esa forma. Volvió a abrir mis nalgas y me hundió un dedo en el ano. Ah, me hizo gritar. Y cuando sentí que sacaba su verga de mi vagina y la dirigía hacia mi ano le dije que esperara, que se detuviera, que no estaba preparada. No es que sea virgen de allí, he practicado mucho el sexo anal, a mi ex marido le apasionaba, pero siempre bajo ciertas condiciones que Gabriel no pensaba respetar. El chico apoyó la ancha cabeza de su verga en mi agujerito y empezó a empujar. Lancé un grito de dolor.

— Gabriel, por favor no, imploré.

Pero él estaba más entusiasmado que nunca con aquella madura que se entrega a que la follaran gratis sin poner condiciones y poder correrse a placer dentro de mí en cualquiera de mis agujeros…

— Te voy a hacer el culo mi amor, es mi sueño. Vas a sentirla cómo te entra milímetro a milímetro.

Y vaya si la sentí. Esa barra de carne durísima y gruesa fue penetrando en mi esfínter poco a poco, sin que yo pudiera evitarlo. Además, generalmente cuando tengo sexo anal yo pongo un tope con mi mano apoyada en el vientre de mi pareja le digo hasta dónde puede penetrarme. Pero en esa posición agitaba mis brazos en vano, no podía alcanzar a Gabriel que estaba sobre la cama. Conclusión… me la hundió toda. Y después empezó a bombear, lento y profundo. Cuando pasó el dolor terrible que sentí al principio empecé a disfrutarlo. Sentía su verga entrar y salir, toda a lo largo. Mi ano quedó muy dilatado. Gabriel estuvo largo rato follándome así, hasta que se vació dentro de mí con un grito. Sentí que me inundaba. ¡Fue maravilloso! Terminamos los dos abrazados en la cama, y antes de que se fuera le hice mi regalo especial, algo que reservo sólo para aquellos hombres que lo merecen… le hice una larga mamada, permití que se vaciara en mi boca y me tragué toda su leche. Eso lo volvió loco. Pasarían las tres de la madrugada cuando todo quedó en calma, Sara y Raúl recostados en su cama a la luz de la luna que entraba por la ventana y Gabriel y yo acoplados…yo con la cabeza encima de su pecho y él acostado de espaldas sobre el colchón.

Desde ese día empezamos una relación intensa. Gabriel estaba encantado conmigo porque le hacía cosas que las chicas de su edad no se atreven. Eso permitió que disfrutáramos mucho, pero también se convirtió en un problema. Les explicaré por qué… el chico se había enamorado de mí, y por eso me pedía cada vez más cosas. No solo le gustaba que le hiciera largas mamadas, sino que insistía en vaciarse dentro de mi vagina todas las veces, pero yo no quise cuando llegaron los días de máxima fertilidad, porque temía que me dejase preñada. Biológicamente aún podía tener hijos, pero con dos y lo mal que me han salido no los deseaba, mucho menos de un muchacho de que le faltaban años para poder votar. Él insistía, y no había manera de convencerlo de que usara condones, porque decía que quería ver mi coño inundado por su leche ¡Menudo cabrón estaba hecho! Pero hay más.

También le gustaba verme follar con otro hombre, mientras él se entretiene viéndome mientras me penetran. Esa fantasía sí era posible realizar, con varios de los amigos que estaban dispuestos a cumplir su sueño nos lo montamos en días sucesivos, también se unió Sara y aquello más le entusiasmo al chaval, con escenas lésbicas entre nosotras, mamándole la verga juntas y luego se esforzaba para cubrirnos a las dos, penetrándonos por el coño y el culo de manera alternativa… Víctor y Raúl también se unieron a la fiesta y el hermano mayor. Acabé amándolos a los cuatro cediendo a todos los deseos de eso cuatro jóvenes que me dieron la vida. Durante las dos semanas siguientes no solo gozamos con los chicos de las palas…Raúl y Víctor, sino también nos lo pasamos bien con los hijos de nuestro vecinos, unos jovenzuelos muy potentes con lefa a raudales para llenarnos… y la última vez nos lo montamos con los franceses. No es que no hiciéramos otras cosas en el camping… comidas familiares, barbacoas, bailes de salón, bingos y disfrutar de buenas conversación alrededor de una mesa bien servida de vino, whisky o mojitos. Aquel camping era en todo igual a cualquier otro, se disfrutaba de los servicios del mismo en pelotas o pareo las más recatadas o a veces por el fresco de la mañana, y desde los niños a los abuelos mostraban sus vergas de tamaños diversos sin complejos, solo que allí además se subía al siguiente nivel… fornicar a discreción. Donde los padres llevaban a sus hijos para estrenarlos y demostrarles que el sexo nunca puede ser un tabú que recorte su libertad. Acabé con el coño irritado, y el culo no menos…la vaginitis me duró al menos veinte días después de volver del camping, días en los que no podía ni frotarme la pepita para relajarme. Pero esos días de folladas indiscriminadas con chicos tan jóvenes me dieron la vida y juré que volvería en años sucesivos…

CONTINUARÁ...

ce una larga mamada, permití que se vaciara en mi boca y me tragué toda su leche. Eso lo volvió loco. Pasarían las tres de la madrugada cuando todo quedó en calma, Sara y Raúl recostados en su cama a la luz de la luna que entraba por la ventana y Gabriel y yo acoplados…yo con la cabeza encima de su pecho y él acostado de espaldas sobre el colchón.

Desde ese día empezamos una relación intensa. Gabriel estaba encantado conmigo porque le hacía cosas que las chicas de su edad no se atreven. Eso permitió que disfrutáramos mucho, pero también se convirtió en un problema. Les explicaré por qué… el chico se había enamorado de mí, y por eso me pedía cada vez más cosas. No solo le gustaba que le hiciera largas mamadas, sino que insistía en vaciarse dentro de mi vagina todas las veces, pero yo no quise cuando llegaron los días de máxima fertilidad, porque temía que me dejase preñada. Biológicamente aún podía tener hijos, pero con dos y lo mal que me han salido no los deseaba, mucho menos de un muchacho de que le faltaban años para poder votar. Él insistía, y no había manera de convencerlo de que usara condones, porque decía que quería ver mi coño inundado por su leche ¡Menudo cabrón estaba hecho! Pero hay más.

También le gustaba verme follar con otro hombre, mientras él se entretiene viéndome mientras me penetran. Esa fantasía sí era posible realizar, con varios de los amigos que estaban dispuestos a cumplir su sueño nos lo montamos en días sucesivos, también se unió Sara y aquello más le entusiasmo al chaval, con escenas lésbicas entre nosotras, mamándole la verga juntas y luego se esforzaba para cubrirnos a las dos, penetrándonos por el coño y el culo de manera alternativa… Víctor y Raúl también se unieron a la fiesta y el hermano mayor. Acabé amándolos a los cuatro cediendo a todos los deseos de eso cuatro jóvenes que me dieron la vida. Durante las dos semanas siguientes no solo gozamos con los chicos de las palas…Raúl y Víctor, sino también nos lo pasamos bien con los hijos de nuestro vecinos, unos jovenzuelos muy potentes con lefa a raudales para llenarnos… y la última vez nos lo montamos con los franceses. No es que no hiciéramos otras cosas en el camping… comidas familiares, barbacoas, bailes de salón, bingos y disfrutar de buenas conversación alrededor de una mesa bien servida de vino, whisky o mojitos. Aquel camping era en todo igual a cualquier otro, se disfrutaba de los servicios del mismo en pelotas o pareo las más recatadas o a veces por el fresco de la mañana, y desde los niños a los abuelos mostraban sus vergas de tamaños diversos sin complejos, solo que allí además se subía al siguiente nivel… fornicar a discreción. Donde los padres llevaban a sus hijos para estrenarlos y demostrarles que el sexo nunca puede ser un tabú que recorte su libertad. Acabé con el coño irritado, y el culo no menos…la vaginitis me duró al menos veinte días después de volver del camping, días en los que no podía ni frotarme la pepita para relajarme. Pero esos días de folladas indiscriminadas con chicos tan jóvenes me dieron la vida y juré que volvería en años sucesivos…

CONTINUARÁ...

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