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Mis profes favoritos y Papá. (Parte 4)

en Amor filial

…En esos momentos estaba disfrutando el placer sexual más intenso de toda mi vida, como siempre desde hacía dos años, tengo encuentros sexuales completos con Victoria, esa atrevida jovencita de apenas 19 años de edad que ha dejado de ser una niña para convertirse en hembra. Nuestra diferencia de 20 años y copular como salvajes no impide que nos amemos…, no eran tiempos de reflexión sino de goce. Esa tarde practicábamos el sexo oral en un clásico 69, ambos recostados sobre la cama en sentido inverso, mi rostro metido entre sus encantadores muslos chupando a rabiar su delicada hendidura vaginal, y tragando sus pródigos flujos vaginales, ella succionando mi falo erecto a su máxima expresión y con una de sus manecitas acariciándome los testículos…, la audaz adolescente tenía ya suficiente experiencia para poder meter la totalidad de mi miembro viril en su boca haciéndolo llegar a su garganta, en tanto yo producía un continuo vaivén de mi verga en la boca de la joven hembra cual si me la estuviera follando. En tanto Victoria movía su cadera vertiginosamente llevada por la lujuria que experimentaba con mi lengua dentro de su cavidad vaginal y los chupetones que le prodigaba en su juvenil clítoris, haciéndola derramarse en mi boca, era momento de "visitar" su estrecha rajita….

Le pedí que se montara sobre mí, lo hizo colocando ella misma mi verga entre sus tiernos labios vaginales y sentándose lentamente sobre mi cipote a modo de amazona…, poco a poco iba perdiéndose en las entrañas del encantador cuerpo de la candente pubescente hasta que mi vientre tocó sus ingles, contacto indicativo que todo mi polla estaba dentro del fascinante cuerpecito de mi bella dama, quien movía su suculenta cadera en forma circular simultáneamente con vaivenes de arriba hacia abajo con inusitada destreza para una mujer de su escasa edad e inclinaba su torso para que pudiera chupar sus hermosas tetas y pezones prematuramente desarrollados por su preñez a los 16 años,  mientras yo me asía de sus consistentes nalgas, amplias y redondeadas dignas de una hembra bien hecha. Mientras Victoria me "cabalgaba", e irreprimiblemente mi mano buscaba entre sus deliciosas nalgas el sabroso culito para meter mi dedo medio en el apretado orificio, ante el goce de la encendida chiquilla que me permitía cualquier cosa que le produjera placer. Varios minutos después la admirable niña se convulsionaba al llegarle el deleitoso orgasmo que exteriorizaba…

…con sonoros jadeos y palabras entrecortadas inaudibles, bañando mi verga con el néctar de su vulva. Cinco días sin desahogarnos abocaron a un encuentro demencialmente lascivo, más teniendo en cuenta que el bebé dormía como un bendito y teníamos por fin todo el tiempo para nosotros. La pobre chiquilla se corrió con apenas cinco minutos de largos pollazos en los que se calaba todo el bálano hasta la raíz de mis huevos con total despreocupación…, sus convulsiones y ostentosa corrida me sobreexcitaron de tal manera no pude reprimirme y unos minutos después ya no era dueño de mis impulsos…como siempre le avisé de estar a punto de la eyaculación…, al oírlo me miró rabiosa pegando un sentón para empalarse presa de la lujuria… el coño de la jovencita se tragó todo mi mazo dejándome deslechar en sus entrañas todos y cada uno de mis chorros de leche espesa lanzada por mi verga…, durante medio minuto la colmé de lefa al extremo de no poder acoger toda dentro, se percibía febril inseminándola. Nos quedamos inmóviles por unos instantes ella sobre mí atravesada por el falo flamante del macho con el que tanto deseaba copular a diario… su útero quedó plenamente inseminado hasta que Victoria se levantó y desnuda, escurriéndole mi semen por su vulva se metió en el aseo.

Hacía ya dos años que estaba disfrutando del juvenil cuerpo de mi pequeña Victoria, sí mi propia hija, la única que habíamos concebido su madre y yo, una niña que fue el motivo precipitado del matrimonio con su madre cuando apenas teníamos edad para enfrentarnos a la realidad de ser padres a los 23 años de edad… en aquel momento nadie hubiera siquiera remotamente imaginado que 18 años después me la estaría follando del mismo modo que lo hacía con su madre, a espaldas de la sociedad represora por supuesto. Aunque asumo la responsabilidad que tengo en el hecho, también es conveniente decir que fui seducido por la chiquilla ante el descubrimiento de sus relaciones sexuales de manera compulsiva y arbitraria que tan mal susto me dio con su retraso menstrual, una confesión nos llevó a otras mostrando una complicidad mutua al recordarle cuando tuve aquel desliz cuando vivía su madre por culpa del alcohol, con su prima de la misma edad y que es sobrina directa de mi esposa.

Resulta que, desde que era joven cuando tomo unas cuantas copas de licor se me acrecienta la libido, y en ocasión de una fiesta que ofrecimos en casa, asistió Gabriela, la sobrina de 14 años de mi esposa, en compañía de sus padres, durante la fiesta corrieron más de cuatro cacharros, y como siempre me puse cachondo…, la chiquilla aparenta tener más edad de la que realmente tiene y vestía una faldita de tela vaporosa mostrando generosamente sus encantos, lo que hizo que me fijara en ella antojándoseme su bien dotado cuerpo, la cría se dio cuenta y preciaba disfrutando en mi perturbación mostrándome sus sensuales braguitas a cada oportunidad, lo que me tenía con la verga bien dura…. Ya entrada la noche ella misma me sacó a bailar pegándose descaradamente su vientre contra mi endurecido falo y sus desarrolladas tetas en mi pecho, con el alcohol ingerido no medí las consecuencias y yo también frotaba mis genitales en su juvenil y apetitoso cuerpo, ella en el colmo de la provocación se acercaba a mi oído preguntándome que si ella me gustaba, a lo que contestaba afirmativamente, y ella coqueta me decía…

-“Tú también me atraes mucho tío…”, lo que me ponía más caliente a cada momento.

Recibí una llamada al móvil y me retiré al estudio a contestar, poco antes de colgar entró Gabriela quien sin ningún recato se sentó en mis piernas besándome en los labios, presa de la lujuria le correspondí mientras le acariciaba sus portentosos muslos, llegué a su palpitante vulva y en un arranque de inconsciencia le quité las bragas masajeado su hendidura adolescente. La chica insistió en que le enseñara mi erguida verga y así lo hice…, la caliente niña se lanzó a pajearme y tras cuatro sobadas a todo lo largo del cipote, la empezó a chupar por mi glande y lamiendo el tallo,  en tanto yo le acariciaba las tetas de pezones puntiagudos, que ya le había quitado la blusa y el sostén. Con una mano o con las dos se comía el falo, lamía el tronco para llegar a los huevos y allí se entretenía lamiendo y chupando uno a uno las bolas sin dejar de machacarme la polla…, parecía entender de la materia pues enseguida se acoplaban sus labios a mi glande engulléndose todo el vergazo hasta el galillo. De esta manera continua dándole gusto a todo el majar disponible para ella hasta que  llegó el momento en que me "corría", le avisé pero ella no cejaba de mamarme la verga cerrando su boca en un apriete enérgico a fin de no dejar escapar una sola gota como insistiendo ella en que lo hiciera en su boca.

Finalmente me dejé llevar por el gozo y sentí la eyaculación más pertinaz de mi vida soltando chorros de lefa en la garganta de la chiquilla bien avenida a tragarse todo mi esperma…, incluso me enseñó lo limpia que había quedado su boquita tras gestionar toda la leche vaciada directamente desde mis cojones. Satisfecho de mi fechoría volvimos a la fiesta, creí que ahí habría quedado todo, pero no supe que Gabriela había pedido a sus padres que la dejaran pasar la noche en mi casa en compañía de mi hija Victoria, lo que aceptaron y en mi embriaguez no me enteré. Al día siguiente amanecí con una resaca "cruda" de órdago, y con las hormonas alborotadas como siempre que me alcoholizo, bajé a la cocina para buscar un trago de agua fresca o una cerveza para contrarrestar los efectos de la resaca, solo encontré latas de “Estrella de Levante”, estaba bebiendo la cerveza cuando inesperadamente apareció Gabriela enfundada en una bata corta, que le facilitó mi hija, que dejaba al descubierto más de la mitad de sus preciosos muslos. Tras la agradable sorpresa de encontrarme con ella, instantáneamente la verga se me endureció como pocas veces a esas horas de la mañana…, la chiquilla se acercó a mí y sin decir palabra me besó en la boca con un beso húmedo y lascivo como ninguno, y abriéndome la bata que yo llevaba encima se entretuvo acariciándome el falo, Gabriela se desabrochó su bata mostrando que se hallaba completamente desnuda. No reproduzco los detalles por no ser el tema central de este relato, pero ahí mismo en la cocina me la forniqué confiado en que a esa hora mi esposa e hija estarían aun durmiendo, al momento de "correrme" la chica pidió que, como el día anterior, lo hiciera en su boca ya que decía le había encantado el sabor de mi esperma y así lo hice, cuando el último chorro de semen cayó en la boca de Gabriela volteé a la puerta de entrada y ahí estaba mi hija Victoria mirándonos, su rostro no reflejaba demasiada sorpresa y sí una sonrisa un tanto perversa, sin decir palabra dio media vuelta y se retiró….

La resaca se me acrecentó ya que no solo era la física sino ahora también la moral. Durante el día traté de evitar la presencia de ambas adolescentes, estaba temeroso de la reacción de Victoria y más aun de la de mi esposa si se llegara a enterar, pensé que con alguna cantidad de dinero o quizá un viaje de fin de semana ayudaría a compras el silencio de mi hija por lo que había visto, pero nunca imaginé lo que mi querida hija me pediría por su silencio…. Lo que ella me pidió con tan solo 12 años NO se lo podía dar, así que le permití empezar a salir de fiesta, una mayor paga semanal y otras muchas concesiones que ella me solicitaba, a pesar de negativas de su madre. A los cinco meses un cáncer fulminante se llevó a Rosa y me quedé solo con mi hija de casi 13 años…, tras un par de meses de duelo ella continuo con su chantaje emocional, hasta hacerse habitual dado que no podía controlarla con mis 10 horas de trabajo diarias….

Iban pasando los años, los cursos los superaba con muy buenas notas y muy buenas referencias de su estudios y logros por pararte de sus profesores. Todo aquel percance con su prima Gabriela se diluyó en el tiempo, o eso al menos creía yo cuando llegó aquel verano en los que la Vicky ya no era tan niña… todo cambió cuando me comentó lo de su retraso menstrual y sus relaciones con hombres mayores que se parecían a mí de su entorno cercano…ya cumplía los 16 años. Cada día se acrecentaban las confidencias, y los roces con tocamientos se hicieron más continuos y evidentes hasta llegar a ser obscenos en alguna ocasión…. Nos dimos un beso cálido y lujurioso que cambió todas las cosas. Me aparté al cabo de unos segundos degustando su lengua voraz y me marché a la cama a descansar sin decir nada. Durante un par de días no pasó nada, como si nada hubiera sucedido, pensé que tal vez mi hija habría decidido no recordar el suceso y lo dejaría por la paz, pero notaba que cuando me miraba esbozaba una maliciosa sonrisa, hasta cierto punto acusadora, pero también noté al caminar delante de mí, contorneaba sensualmente su cuerpo de manera poco común, cuando se sentaba frente a mí permitía la ya de por sí reducida falda se le subiera más de lo que se puede considerar normal mostrándome premeditadamente sus arrebatadores muslos y al fondo de su entrepierna las pequeñas braguitas tipo tanga tan de moda ahora en las pubescentes, yo simulaba no darme cuenta de su invitante actitud. Esa misma noche, estando en el estudio, contra mis ruegos al cielo, Victoria hizo acto de presencia enfundada en su bata de noche y directamente tocó el tema diciéndome con tono de mordacidad…

-“Entonces con mi prima… ¿Te gustó como follaba Gabriela?” no supe que decir…

…las excusas preparadas para tal caso se me agolpaban en la boca sin permitirme verter una explicación medianamente aceptable, mi hija se acercó a mí sentándose en mis piernas, como acostumbraba desde muy niña, pero esta vez se notaba con diferentes intenciones, se hizo a un lado la bata descubriendo sus lindas piernas y sin darme oportunidad de hablar, que ni podía hacerlo, me atacó con otra pregunta y una contundente afirmación…

-“¿Gabriela folla bien…? Sabes papi, yo también sé hacerlo muy bien. Ya te dije que tengo experiencia con hombres maduros…, no me gustan los chiquillos ¡Para qué mentir!”

Acomodó sus nalgas en mi vientre procurando posarlas encima de mi masculinidad, de momento flácida…, como yo, asustado de lo sucedido y más aun de lo que estaba sucediendo en esos momentos. Intenté ponerme enérgico tratando de ponerla de pie y diciéndole que no era correcto lo que intentaba, que recordara que era su padre y no cualquier de esos maduritos con los que había andado….

No lo permitiría, pero mi pequeña cachonda con voz amenazante me advirtió, -“Seria muy penoso que la familia de mi madre se entere de lo que hiciste con mi prima, o que se sepa en tu trabajo…”.

Con creciente preocupación le pregunté qué era lo que quería para que las cosas no trascendieran, su respuesta me dejó helado…

-“¡Que me hagas lo mismo que a mi prima!”

Y segura de sí misma acomodó nuevamente sus nalgas sobre mi falo restregándolas sobre él para sentir bajo ellas mi virilidad al acecho. Acercando peligrosamente sus labios a los míos, retiré mi rostro y contundente dijo…

-“Bueno entonces mandaré un Whatsapp al grupo familiar…”,e hizo el amago de ponerse de pie.

Me sentí atrapado y la atraje nuevamente a mí, ella sabía que me tenía en sus manos, descubrió nuevamente sus hermosos muslos y tomando una de mis manos la puso sobre sus piernas diciéndome…

-“¡Acaríciame!”

Obediente pasaba mi mano sobre la tersa piel de sus muslos, en tanto ella abrió la bata por la parte de arriba dejando al descubierto sus hermosas tetas, no llevaba sostén…

-“¡¿Te gustan?!”

Me preguntaba con voz sensual, sin esperar respuesta me subió la mano de sus piernas a sus pequeñas pero firmes tetas, las que acariciaba ya con morbo, mi verga empezó a "despertar" endureciéndose bajo el culito de mi hija, Victoria movía su cadera al sentir el bulto de mi falo y decía…

-“¡Que rico, siento como se te está poniendo dura…!”

Súbitamente Victoria se puso en pie deshaciéndose de la bata para quedar solo en las minúsculas braguitas tipo tanga que portaba y sobre las sandalias planas que calzaba, se retiró algunos pasos para lucir su cuerpo ante mi mórbida mirada, se puede decir que "modelaba" su rico cuerpecito en todos los ángulos y poses sensuales posibles…. Me era inevitable la tremenda erección que su juvenil y tentadora figura provocaban en mi falo, su mirada retadora y su lengua que constantemente pasaba por sus sensuales labios me estaban volviendo loco de lujuria haciéndome olvidar que la ardiente adolescente era mi hija, ya deseaba disfrutar de su cuerpo como lo hacía con Gabriela. Nuevamente se acercó a mí inclinándose, atrevidamente me acomodó la verga apuntando hacia mi ombligo y dándome la espalda, metida entre mis piernas, se sentó en mi mástil, colocándose de tal manera que mi mazo quedó justo en la separación de sus adorables nalgas, tomó mis manos y las colocó en sus voluptuosas tetas respingonas de pezones puntiagudos, hinchados y tersos. Sacaba la cadera y se arremolinaba frotando su culo contra mi miembro viril, en tanto yo acariciaba con desmedida pasión sus juveniles ubres, sintiendo que en cualquier momento podía eyacular sin poder evitarlo. Ella solo se concretada a repetir con voz sensual…

-“¡Acaricia mi cuerpo Papi, disfrútame y hazme gozar!”

Yo obediente, impactado y excitado como nunca, lo hacía sin pensar en las consecuencias…. Luego se levantó y empezó a bajarse las braguitas, pero interrumpió el viaje descendente del diminuto tanga para decirme que fuera yo quien continuara quitándoselos, mientras ella se empinaba tomándose las rodillas con sus manos. Entusiasmado le bajé el tanga quitándoselo por completo, ella seguía en la misma pose por lo que entendí que deseaba sentir mis labios en sus preciosas nalgas y me lancé a besuqueárselas, llevando mi lengua a la separación de sus inquietantes glúteos, pausadamente se los separé y metí mi boca entre ellos besándole su encantador culito lamiendo el ano que era un orificio perfectamente circular de un tono similar al resto de su piel casi invisible.

Mi dulce Victoria disfrutaba tanto como yo aquel besuqueo en la zona más íntima de su candente cuerpecito, en tanto, pasé una de mis manos por debajo de su culo y con un dedo le frotaba a lo largo de su vulva entre los labios vaginales, lo que en poco tiempo le produjo un largo e intenso orgasmo que le hacía mover su cadera con sorprendente habilidad y solo repetía…

-“¡Qué bueno, lo siento muy bien Papi!”

Y de su juvenil hendidura vaginal comenzó a brotar el néctar de su pasión con profusión, fluido que con mi lengua recogía para tragarlo con extremo deleite. Pasados los estertores del orgasmo mi pequeña hija estaba dispuesta a todo, se dio media vuelta y poniéndose de rodillas entre mis piernas, sacándome el endurecido falo y sin mayor trámite empezó a besar el glande previo remangar el prepucio para liberar el orondo capullo que tengo. Poco después a chupetearlo, besarlo y jugar con la punta de la lengua… poco a poco lo fue introduciendo en su boca lo más que pudo para mamarlo con pericia, se notaba que no era la primera vez que hacia una felación, ni el tamaño le era inédito. En tanto chupaba mi tronco venoso, con una de sus manecitas acariciaba mis huevos acrecentando el placer que me producía la rica chupada que me daba la cría. Queriendo prolongar más el deleite que mi hija me producía, separé su sensual boquita de mi verga, hecho que Victoria aprovechó para ponerse en pie y montarse en mis piernas de frente a mí, acercando sus tetas a mi boca para que se las chupase, algo que hice con devoción y locura, como si fuera el único alimento que me quedase en la vida… eso hacía cuando sentí que mi hija tomaba mi endurecida verga y la encaminaba a la entrada de su juvenil casi infantil coñito sentándose en ella, poco a poco mi falo empezó a entrar en su cavidad íntima, ayudado por los movimientos de cadera que mi nena ejecutaba en un perfecto ritmo de sube y baja. A cada sentón se colaba un poco más de rabo y pronto la totalidad de mi verga estaba en sus entrañas dejando solo mi huevos fuera de ella aplastados contra su chochito. Me era imposible evitar lo que estaba sucediendo, la lujuria me impedía dejar de gozar el cuerpo de mi pequeña hija, ella lo disfrutaba al máximo y así me lo hacía saber con frases procaces con las que me alentaba a seguírmela follando sin raciocinio. El vaivén de mi mostrenco fibroso en la vagina de Victoria era interminable y un nuevo orgasmo hizo gritar de placer a mi niña bañando mi verga con sus deliciosos jugos vaginales que escurrían de sus ceñida vaginita mojando la vulva, sus ingles y mis testículos. Mi hija me susurró inesperadamente…

-“¡Fóllame fuerte papá, quiero notar tus huevos golpeando en mi culo como dos bolas de acero y tu dura polla quiero que me eche un buen chorro de leche en lo más profundo de mi vagina húmeda!”.

Mi hija sabía cómo calentar a un hombre y hacer que le hierva la leche en su escroto tocando con sus dedos los huevos con su masaje delirante. Y así estuvimos con un mete saca endiablado, cuando se agotó se posó en la cama y se abrió bien de piernas para que tuviera el mejor acceso a su coño, se la volví a clavar y mi pelvis comenzó a hacer su trabajo zambullendo la tranca hasta donde me lo permitía la posición. Ella no se quería quedar sin su orgasmo y se masturbaba al tiempo que me amasaba las pelotas.

Cuando me noté la inminente corrida, le dije… -“Despacito Me voy a correr cariño”. Ella me contestó entre gemidos,

-“¡lléname de leche! ¡Estoy deseándola!”

Cuando sintió el chorro que le estaba echando se abrazó a mí, me besaba y me mordía en el cuello del gusto que recibía al tiempo que percibí llegar el primer chorretón de lefa derramándosela en lo profundo de su coño…, le siguieron concatenados hasta cinco aldabonazos de espesa leche haciéndoselo notar con clavadas potentes, enterrando mi verga hasta la misma raíz dejando rebotar los huevos una y otra vez en su coño y perineo. Ya vaciados mis testículos me había entrelazado mi cuerpo con el suyo con sus piernas alrededor de mi cintura diciéndome…

-“No me la saques mientras la tengas dura papi”, cosa que podía durar un buen rato con la excitación que llevaba. Y así estuvimos cerca de cinco minutos besándonos y chupándonos la boca al tiempo que la inseminaba a conciencia.

Sudados como labradores y calientes como estufas, nuestra piel se quedaba pegada transfiriendo la transpiración mutua. Las bocas resecas nos llenaban las papilas gustativas, sintiendo su sabor y su olor a hembra, como nunca me había sentido con una mujer. La disfrutaba tanto como mi experiencia y mi fortaleza física me permitía. Pasada una media hora de arrumacos y caricias la polla se me puso otra vez en orden de ataque y sin hacer preguntas me cabalgó metiéndose todo el cipote hasta desaparecer dentro de su coñito….

Su agilidad y vitalidad le dieron para follar a su padre durante un cuarto de hora a todo tren para acabar en mi clímax. No pude resistir más y le advertí que estaba por eyacular, Victoria se desmontó de mí para hincarse y meter mi verga en sus linda boquita, mamando mi verga con singular destreza para una adolescente de su edad, mi hija no se detuvo y me empecé a "correr" en su galillo. Tragó las dos primeras emanaciones y a la tercera efusión de esperma sacó mi verga de entre sus labios, dirigiendo los chorros subsecuentes a su rostro y tetas en un salpicón enorme. Cuando mi falo dejó de expeler leche, Victoria aún se lo metió a la boca mamándomelo por unos momentos más. Quedé sentado sin pronunciar palabra y ella se levantó y contoneando procazmente su adorable cuerpecito se retiró sonriendo cínicamente con la carita bañada en esperma y al llegar a la puerta me miró lanzándome un beso y guiñándome un ojo como queriendo darme a entender que era solo el principio de esta "inmoral e incestuosa" relación.

Tras el fornicio se aseó y volvió a la cama para dormir…, yo me quedé dormido como una piedra hasta casi el amanecer. Ya despierto me llegaron los remordimientos de conciencia de lo que había hecho, pero me consolaba considerando que tal vez sería peor si mi familia o en el trabajo se supiera lo sucedido con Gabriela… una niña de apenas 14 años a la que había fornicado sin parangón derramándome en su interior sin contención. Todas mis preocupaciones se disiparon esa misma mañana cuando nos vimos en la cocina nos dimos un beso con una sonrisa de complicidad y de satisfacción…, y así la mayoría de los días. Efectivamente lo sucedido con mi dulce Victoria esa noche era solo el principio, ya que se repetiría constantemente, casi a diario y no solo en casa por las noches sino que en ocasiones acudía a mi oficina y ahí mismo me la follaba o bien acudíamos a algún hotel para disfrutar la incestuosa relación. Estrené su adorable y apretado culito enseñándole los placeres del sexo anal, que le encantó y pasó a formar parte integral de nuestras morbosas sesiones de sexo incestuoso. Nuestra inmoral relación se extendió a tal grado, que llegamos a formar trío con su prima Gabriela unos de esos días de vacaciones que pasábamos juntos en el pueblo… una cosa nos llevó a otra y finalmente me las encontré a las dos medio borrachas y muy calientes. No tuve el menor remordimiento de conciencia y me lancé a la piscina, follándomelas a las dos adolescentes conjuntamente, ya fuera en casa, o bien acudíamos a hostales donde no pedía explicaciones…, incluso las llegué a llevar de viaje para gozar de sus juveniles cuerpecitos, nadie sospecharía de lo que éramos capaces llevados por la irresistible lujuria que se había apoderado de nosotros tres.

Ya han pasado tres años y la candente situación prevalece, para nuestro placer y disfrute. De momento solo me queda decir que a los 19 años, esperamos mi segundo hijo, más bien hija porque es una niña (o eso es lo que dicen las ecografías). Aunque mi padre sea un papá maduro y veterano, no deja de ser un padre en todas sus letras, al cual amo con todo mí ser…y él a mí y así ha sido mi vida hasta la fecha. Mis atenciones como madre y esposa de mi padre no me han impedido estudiar y cuidar de mi hijo con su ayuda…, y lo mejor es que incluso preñada me folla como un semental… aun preñada de cinco meses y estudiando me baja las bragas y se alivia sus congestionados cojones repletos de leche, vaciándolos en mi coño sin el menor recato…. No cabe la menor duda que es el mejor macho que podría encontrar para mi coño y él sabe que su hija está disponible las 24 horas para satisfacerlo en todo… poco le cuesta ponerme a cuatro patas y calzarme su verga para reventarme a pollazos. Espero no haberos aburrido con mis vivencias sexuales, antes, durante y después de estar preñada… ¡¡Aún soy muy joven!! Por eso mi padre y yo proyectamos seguir preñándome alguna vez más. A mi padre le daré todos los hijos que me desee hacer. ¡Un beso y gracias a todos por haberme leído!

                                                                                                       FIN

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