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Las secuelas del Chalet nudista.

en Amor filial

Mi madre y yo hicimos las paces una vez más, pero esta vez… en las duchas de la piscina climatizada. Con todo jamás hubiéramos pensado como acabaría aquella jornada de invierno…. La historia de aquella mañana de fin de semana transcurre desde el momento en el que me despierto, hasta el momento en el que salimos de la piscina. Bueno, mi madre y yo nos hallábamos de lleno en discordia como tantas veces. Desde el verano era una con otra, esta vez no fue por el asunto de sus bragas desaparecidas del canasto de la ropa usada, que tras encontrar la verdadera razón de su pérdida, me sentía herido por lo que pensaba mi madre de mí sobre ella, y ella desolada, avergonzada tal vez…sin embargo mamá tenía razón…, me atraía la idea de follármela desde muchos años atrás y en especial desde ese verano en el “Chalet nudista” cuando la vi desnuda ante mí por primera vez y en plena corrida en el coño de Cynthia. En eso momentos creía estar eyaculando en aquella vagina espléndida que mi progenitora mostraba sin pudor, ¡Justo en mi clímax orgásmico ella lo percibió en mi mirada…! Lo más curioso es que se ha perpetuado durante los cuatro meses transcurridos hasta Navidad, en los que yo me sentí obcecado con rozar su cuerpo, besarla sin mucho motivo aparente y abrazarla para sentir su calor en cualquier oportunidad… su ropa usada la disponía para mis pajas, y tras llenarlas de lefa la devolvía a su canasto… de esto mi madre se daba cuenta a ciencia cierta, pero tras su error no volvió a recriminarme esas acciones. No es que ella me rehuyera por pudor, ella tenía claro mi atracción por ella, no… solo era el temor de cruzar la última línea roja para llegar al INCESTO más absoluto…, porque una cosa era participar activamente en una orgía madre e hijo por separado, y otra muy diferente la fornicación entre un hijo y su madre…. Hasta que ya no tuvo más salida que usar sus armas de mujer….

Como ya sabéis me llamo Xavi, un chico adolescente que actualmente tiene 19 años, alto, rubio-castaño, ojos azules, el típico pelo que llevan todos los chicos actualmente de mi edad… fuerte con los músculos señalados, me considero un chico amable, gracioso y extrovertido…. En cuanto a mi cuerpo me ha marcado mucho la desavenencia que tuve con Sergio cuando no pude con él y me desplazó sustituyéndome dentro de Cynthia, por lo que desde entonces el deporte y sobre todo la natación y mi formación profesional son mis objetivos personales. Además de mi fortaleza física, la naturaleza también me ha dotado de unos genitales extraordinarios para gozar del sexo que tan libremente mis padres me inculcan con sus consejos y ejemplo. Aunque no lo creáis ostento un cipote de 18 cm y un perímetro de 155 cm en la raíz del tronco, es un buen mostrenco del cual hago un buen uso gracias a las buenas prácticas que desde los 16 años tengo en casa y en el “petit comité” de antiguos amigos de comuna de mis padres, con los que ejercemos el nudismo y las orgías a gogo, sin olvidar las dos novias que he tenido en los dos años de universidad.

En cuanto a mi madre es una mujer de 40 años, de pelo negro con tintes pelirrojos…, una altura de 172 cm y ojos azules que le hacen una cara angelical de apariencia menor de los años que tiene. Sus tetas naturales son de un tamaño ideal de 90D, con una cintura de 68 y 105 de cadera, lo que le comporta un atractivo extra de la madona absoluta…, no me puedo olvidar de su culo redondito y bien puesto a pesar de la edad sin una mota de celulitis o piel de naranja, una dermis perfectamente lisa con un parecido muy cercano a la actriz “Vanessa Videl”. Podemos decir que  mi madre es una persona amable, acogedora y que sabe liderar una familia con sus tiras y aflojas… muy cariñosa con su familia que comienza a ser numerosa. Sí, es necesario decir que vivo con mis padres en la sierra de Madrid y mi madre está otra vez preñada de 28 semanas de su tercer hijo, y probablemente el segundo mío, pese a que ella guarda con recelo quien es el progenitor de entre mi padre o yo… para ella el Padre es un esposo y punto, para mi padre también. No somos una familia pobre, pero tampoco muy adinerada, básicamente de una clase media-alta bien acomodada a quienes no les falta de nada para lograr los propósitos esenciales de la vida. Si bien este es el presente, lo relatado a continuación es una secuela de lo acontecido en el “Chalet nudista” donde tuve la oportunidad de estrenarme con Cynthia a mis 15 años casi 16. Todo comienza justo en la Navidad de ese año 1991.

Sin enrollarme más, comencemos…. Era 26 de diciembre, era una mañana nublada, lluviosa y hacía un frío que pelaba. Me levantó pronto, sobre las 8:30, ya que tenía que sacar a mi perro, estaba tan cansado que se me olvido ponerme ropa interior debido a que me acosté desnudo la noche anterior sin ningún motivo aparente, así que me levantó, me pongo los pantalones de chándal, una camiseta que había en el suelo, una sudadera… y unas zapatillas de las cuales me puse una de un modelo y otra de otro, ya que estaba a oscuras. Enciendo la luz, cojo en móvil que estaba encima de la mesa, me pongo un gorra y camino hasta el salón a buscar mi chaqueta la cual estaba en el sofá, me la pongo y camino hasta la cocina a ponerle la correa a mi perro y salir a la calle. Una vez que salgo de mi portal, los testículos pasan de estar colgando a estar como piedras, y en este mismo instante me doy cuenta de mi falta de ropa interior… ¡Joder me tendría que haber puesto unos calzoncillos! Después de media hora paseando por mi barrio a solas sin nadie por la calle, decido volver a mi casa y meterme otra vez en la cama, pero justo cuando me meto, entra mi madre a mi habitación…

-“Xavi, ¿no sabes que hoy es sábado?, hoy toca ir a la piscina”.

A lo que respondo con desgana… -“¡Uy es verdad, se me había olvidado!”

Pero en realidad me habría gustado decirle que se largara sola a nadar… no me apetecía pasar la mañana con ella y el agua helada de aquella piscina supuestamente climatizada. En verdad se me había olvidado, lo admito, mi madre y yo teníamos como costumbre ir a una piscina climatizada situada dentro de un instituto todos los sábados, ¡¿Pero hoy?! Hoy hacía día de quedarse en la cama o en el sofá a gustito…, pero no, teníamos que ir a la condenada piscina, y bien, como es mi madre la que dirige las acciones de casa, por mi bien tuve que ir. Me levanté de la cama, cogí un bañador, ropa para después cambiarme y unas chanclas, y lo metí todo en una mochila y nos fuimos…. De camino en el coche casi me duermo… no había casi sol y se estaba agustísimo en ese asiento, nunca lo había sentido tan blandito, todo fue genial hasta que llegamos. Por desgracia me tenía que bajar del coche e ir hasta la entrada del instituto corriendo para no empaparme, ya que estaba cayendo la de Dios es Santo. Cuando entramos, había un hombre en el mostrador casi durmiendo, mi madre le despertó dando golpes como una loca al caminar para ver si así el hombre se percataba de que estábamos dentro, y así fue, se despertó de un pequeño susto y nos marcó las entradas para que pudiéramos entrar en los vestuarios y dentro de la piscina, cruzamos un pasillo, y abrimos una puerta, a la izquierda estaba el vestuario común con sus duchas para hombres, más adelante, a la derecha el vestuario y las duchas de las mujeres, y al final del pasillo un lugar común de taquillas con bancos para sentarte y poder cambiarte las zapatillas y pequeños cubículos más personales para los que eran las lleves que nos dio el conserje.

Desde allí también se accedía por dos puertas de enfrente a cada uno de los vestuarios y ducha por sexo separados. Así que entramos en nuestro cubículo número 4, lo bastante espacioso para poder movernos los dos y cambiarnos sin estorbarnos mucho…. Dejé mi mochila en el banco, junto a mi madre y me empecé a desnudar, tengo que decir que los vestuarios y la piscina estaban con más calefacción que otros días, se estaba mucho más a gusto, y mis testículos ya no eran piedras. Empecé quitándome las zapatillas, las cuales seguían siendo diferentes una de otra, después continúe con la chaqueta, sudadera y camiseta y me quede desnudo de la parte de arriba, después continúe con los pantalones, los cuales como eran apretados, justo al dejar al descubierto la zona de mi entrepierna salió rebotando mi tranca depilada un poco más dura que en su estado  "morcillona" y con los testículos relajadamente "largos", es una polla bastante resultona…. Os parecería extraño compartir el mismo cubículo, si no fuera que entre mis padres y yo se disipó el pudor hacía mucho…, esa mañana por mucho que estuviese enojado con mamá no iba a ser diferente a las otras.

En casa también compartíamos los tres el baño en la ducha, no a la vez bajo los chorros, pero sí en el mismo aseo completamente desnudos. Sus depilaciones de vulva y pubis tampoco eran un secreto en casa, igual que no lo son sus polvos. Mientras yo hacía todo esto, mi madre se empezó a quitar los zapatos sentada en el banco, luego continuo con el jersey que llevaba y dejo al descubierto unas grandes tetas bien colocadas y regordetas, con unos pezones redonditos y rosados. En ese instante el pudor me pudo, me di la vuelta para ponerme el bañador ya que se produjo la gran erección que se anticipaba hacía rato…. Cuando me di la vuelta mi madre estaba completamente desnuda, quitándose los calcetines, y al hacer esto, tuvo que subir una pierna al banco para ayudarse y en ese momento se le pudo ver un coño regordete, depilado y apetecible. Como yo ya había terminado de cambiarme me puse con el móvil, hasta que algo me distrajo, fue mi madre diciéndome que ya estaba, yo la miré, llevaba un bañador de natación el cual hacia que la raja de su coño se marcara perfectamente aunque ella no se hubiera percatado de aquello, he de decir que yo estaba "enfadado" con mi madre porque varios días antes me había obligado a trabajar como un burro en el chalet que tenemos en Cullera… limpiar, pintar y arreglar el jardín. Había pensado disfrutar del fin de semana y acabé deslomado, no era justo, así que me intentó pedir perdón por abusar de mí, pero yo aún continuaba con mi bluyín particular… entre eso y el completo silencio en la piscina y vestuarios, he de decir que era una calma incomoda, en tanto mi madre me indicó…

-“Me voy a hacer unos largos ¡¿vale?! Que por una vez que no hay nadie puedo nadar a gusto”.

Y era verdad, no había nadie, ni siquiera un socorrista, y eso que era una piscina de las buenas. Aproveché que no había ningún socorrista para meterme en la piscina más caliente… la de niños, me estuve relajando unos 20 minutos hasta que mi madre salió del agua y se acercó a meterse al agua conmigo y sentarse en una esquina a relajarse, nos tiramos cosa de 10 minutos ahí sin hablar, hasta que dije…

-“Me voy a dar unos largos para desentumecerme y después a ducharme”.

Mi madre asintió con la cabeza, entonces salí del agua y me tiré de cabeza a la zona más honda de la piscina grande. Tras un cuarto de hora de lado a lado casi sin parar, me salí poniéndome una toalla encima y caminé hasta el vestuario. Una vez allí, me quite el bañador y me fui a las duchas masculinas… me percaté del olvido del champú y el gel, así que decidí ducharme solo con agua, puse el agua caliente, estuve un par de minutos esperando a que se pusiera caliente, hasta que entró mi madre al vestuario…

-“Mamá no hay agua caliente en las duchas masculinas”, a lo que ella respondió… -“Bueno nene, dúchate en las duchas para mujeres, si total, hay de sobra y estamos solos…”.

Esto lo dijo porque había 10 duchas por sexo. Me dirigí a las duchas femeninas, mejor cuidadas y olían mejor, me quite la toalla de encima y comencé a ducharme, solo con agua porque no le había dicho a mi madre que se me había olvidado el gel y el champú. Me estaba expandiendo el agua por la cabeza, justo cuando entra mi madre desnuda a mi ducha…

-“¿Se puede saber qué haces echándote agua sin jabón en la cabeza retrasado?”

Solo me quedaba decir la verdad de mi mala cabeza…. –“Se me ha olvidado en casa”.  

A lo que ella respondió casi indignada… -“¡¿Y no sabes pedir las cosas?! ¡Anda toma!”

Mientras me daba un bote de gel y otro de champú. –“Déjame un lado, ya me ducho aquí contigo para compartir el gel…”  

Comienzo a enjabonarme el cuerpo y cada poco miraba a mi madre, ¡¡Me estaba poniendo cachondísimo!! Sin embargo me controlaba medianamente bien con chorros de agua fría sobre la anaconda evitando la erección, aunque tenía la polla más presta a ponerse tiesa que otras veces…. La espuma del enjabonado de la cabeza cubre mis ojos, no obstante notaba perfectamente como mi madre me observaba…, hasta que se constató el hecho en el instante que noté su asiendo con fuerza mi rabo empalmado. En ese momento me quité todo el jabón de la cara, y ahí estaba, mi madre agarrándome la polla mientras que me decía…

-“¡Hijo me perdonas!”

A Aquello era irremediablemente imposible negarse… -“¡Sss…ssii!”

-“¡Venga anda dame un abrazo cariño…!”

En ese momento en el que me abrazó pude notar como mi verga alcanzaba otro nivel de dureza, poniéndose en un estado de erección extrema, justamente pegada al hinchado y mullido coño de mi madre. Ella sabiendo cómo hacer las paces con un hombre…, deslizó su mano por todo mi tronco acariciando las venas hinchadas de mi cipote… y comenzó a masturbarme, mientras me decía…

-“¡Cariño, cada día está más gorda y larga… la tienes grandísima! Ya empieza a ser más hermosa que la de tu padre, ¡¡Estoy seguro que YA no me cabe entera en la boca… es muy ancha!”

Callado escuchando su voz sensual al mismo tiempo que me pajeaba conteniéndose en apretones fuertes y otros más suaves con todo mi prepucio remangado, me contenía de ganas de ponerla mirando para Cuenca. Me besó en la boca, primero solo los labios tímidamente, unos segundos después ya eran las puntas de las lenguas las que lamían esos labios opuestos…, hasta que finalmente nuestras bocas se fundieron en un tremendo morreo de lengua voraz tan incontenible como larga hubo sido la espera de años…nos abrimos las bocas al máximos entregándonos en un beso inconfesable. Ella no paraba de machacármela y yo de apretar sus tetas contra mi pecho con ambas manos sobre su enorme y carnoso culo. En unos minutos ya se hallaba de rodillas chupándome la polla, ¡¡Madre mía, iba a ser una de las mejores mamadas de la historia! estoy seguro… Solo por como la chupaba de tantas y distintas maneras ¡Toda una experta feladora! Se la metía entera en la boca, hasta la garganta y tras varios segundos la extraía cubierta de baba… seguido lamía todo el tronco bajando a mis huevos colgaderos y lo punteaba con su lengua… los lamía y se los tragaba uno a unos chupeteándolos como caramelos. Dentro de su boca jugaba con cada testículo, para de nuevo volver a subir a mi glande y succionarlo mientras le daba tratamiento al tronco con su mano derecha. Y vuelta a mamar los primeros centímetros sin prepucio del falo filial…. Todo ello continuo así largamente hasta que se levantó y me indicó…

-“¡Túmbate sobre el asiento!” Obedecí, y ella acercándose a mi boca a tan solo unos centímetros de mí me sorprendió diciendo… “¡¿Esto es lo que buscas pringándome las bragas del cesto con tu leche?! Lo vas a tener… ¡¡Vas a saber lo que es una buena follada!!”

Se posicionó con una pierna en cada lado del largo taburete con las piernas formando un arco sobre mí, y cogiéndome el badajo inhiesto se fue sentando encima de mi polla. La sensación de notar como mi ariete abría las carnes de su conejo me embriagaban, percibía la incursión ganando poco a poco más centímetros en su vagina, sus paredes se expandía al paso de mi glande hasta que se hundió la verga entera en el coño blando y mojado de mi madre. Cuando la tenía embutida íntegra, aplastándome los cojones con su vulva… empezó a moverse de arriba abajo con tan solo el contorneo de su cadera, dejando el resto del cuerpo fijo, en especial sus tetas que colgaban moviéndose en zigzag sobre mi cara… ¡No me podía creer lo que me estaba pasando!, después de tanto tiempo mi polla entraba y salía del coño de mi madre, y lo hacía con tanta facilidad que solo podía ser por lo cachonda que estaba de hacerlo conmigo. Me amorré a sus tetas y comencé a mamar de los pezones duros de mamá…, entre medias ella gemía alborozada de gozo…

-“¡Aaahhhh…Mmmhhh, sigue por favor! ¡Ay Dios mío… no pares! Esta tetas te pertenecen mámamelas bien…”. Todo esto continuó perdiendo la noción del tiempo y el espacio, yo ya no sabía si me había corrido o si no, me prendió de nuevo al decirme… -“¡Vamos cariño… ahora te toca a ti!”

Se tumbó sobre la estrecha pero suficientemente robusta banqueta, de igual forma a como estaba yo y se abrió de piernas de manera que logró ponerlas casi vertical, entonces me senté en el asiento de la banqueta enfilando mi rabo a la abertura de su coño, forcé un poco el mástil erguido que miraba al techo y comencé a penetrarla poco a poco…. Al principio despacio con delicadeza, pero terminamos dándole salvajemente, entrando y saliendo como dos veces por segundo a todo trapo…, era una locura, mi madre ya estaba gimiendo calladamente como una loca exigiéndome que no parara, no se me pasaba por la cabeza hacerlo. De vez en cuando levantaba la cabeza para ver como su hijo se la follaba, observando mi polla trabada en su raja entrando y saliendo de su conejo depilado para esa ocasión. No siempre lo llevaba así de rapado, otras era un aterciopelado mantillo de vello traslucido, tal vez por su total rasurado y la piel mojada, mis huevos golpeando su vulva haciendo un sonido que jamás podré olvidar. También reparaba en las tetas de mi madre botar y rebotar, y eso solo me avivaba las ganas de seguir follándola con mayor intensidad….

Ella espetaba, –“¡¡Me corro hijo, me estoy corriendo mi vida…Aaaggg Uummm!!”

A lo que no hice el menos caso ofuscado en encontrar mi culmen… continúe dándole aún más fuerte desde el glande hasta enterrarle los 16 cm de polla casi 17, haciendo tope en mis huevos. Comencé a notar como si me dieran con una manguera en la punta de la polla, ante la extrañeza y las convulsiones de mamá poniéndome las manos en mi vientre para que la extrajera un instante, le saqué la polla de su coñito… y tras el fierro, manó un chorro de fluido a presión de su chocho…, una corrida gigantesca acompañada de una gran orgasmo en cual hizo a mi madre alucinar teniendo una pequeña muerte. Jadeaba y convulsionaba soltando pequeños chorros, sin dilación me lancé a comerle el coño, ella seguía corriéndose sin tanto apremio, solo que ahora lo tenía húmedo por dentro y fuera. ¡Gemía mientras le mamaba el coño!, y me encarnecía en su espigado y gordo clítoris, una majestuosa pepita digna de una hembra como mi madre…, una vez que acabé ella se lanzó a chuparme la polla otra vez poniéndome presta en rigidez, se abrió de piernas y sujetándola de los tobillos, la polla sin más guía que mis caderas y las suyas entró de nuevo en la acogedor chocho de mamá. Me la comencé a follar a todo galope entrando hasta las pelotas una y otra vez con los gemidos y gritos de gusto por parte de mi madre y mía también…

-¡¿Cuándo piensas correrte Xavi…?! ¡Vamos hijo córrete dentro de tu madre!”

Llevaba cerca de veinte minutos taladrando el útero de mamá, pero mi aguante no era infinito, así le di dos estocada más y me apareció el primer síntoma de mi orgasmo, aceleré… -“Así hijo dame toda tu leche ¡LLÉNAME!”

Ya no pude más… -“Mamá me corro, joder me voy a correr dentro de tu coño…”.  

La clavé a fondo y con pequeñas puntadas me desprendí de mi lefa en un primer gran chorro de leche espesa recién fabricada para mamá, a continuación otro más grueso…solté un gran chorro de semen a presión sobre la entrada del útero de mi madre, y la cara de ella era de sorpresa y satisfacción en plena complacencia por la sonrisa que me dedicaba a percibir cada aldabonazo de esperma… y uno más. Me estaba deslechado perdiendo la cabeza por atolondramiento. Finalmente llena de semen filial y el coño aporreado a pollazos, se empinó sobre el eje que la empalaba y me besó con lujuria y pasión descontrolada…, un beso de amor lascivo henchida de gozo. La verga se salió aun endurecida y cuando esto sucedió, ella empezó a recogerse el semen con los dedos de su raja y a chupárselos, para tragárselo sin grima alguna…, también me agarró la polla para hacerle una limpieza a conciencia, en especial mi capullo con algún borbotón de engrudo que aún brotaba. Una vez acabada la operación clínex, nos dimos un gran beso tumbados… yo encima de ella mientras que le metía la polla de nuevo más lento y sensualmente en aquel coñito tan bueno y mojadito. Me había corrido cuantiosamente, pero mis ganas se no disiparon tan rápidamente… en vez de ello me apetecía mucho más. De vuelta a la jodienda en la posición del misionero nos dejamos llevar, ahora me la follaba de manera natural, como si yo fuera su esposo con grandes metidas cadenciosas meciendo mis caderas, o al menos así lo hacía con mi padre en los días más tranquilos…. Ella no dijo, nada solo se dejó hacer por su hijo…en los asuntos del sexo cuantas menos palabras se consigue mucho más, si en verdad hay implicación y complicidad. Bueno el caso es me volví a follar a mamá en la misma banqueta y tras media hora follándola de esta y otra postura acabé corriéndome de nuevo en lo profundo de su vagina…, nos dimos una ducha juntos y recogiendo nos marchamos a casa casi dos horas después de haber entrado en la piscina del instituto donde estudiaba bachiller. No volvimos a hablar del caso de sus bragas ni del incesto de la piscina, ni me volvió a llevar engañado al chalet de Cullera para hacerme trabajar como un esclavo… unas cosas estaban saldadas con la otra.

https://www.puritanas.com/videos-porno/profesora-se-folla-a-un-alumno-en-los-vestuarios/

Desde ese día comencé a ver los asuntos del amor y el sexo desde la perspectiva de mis padres… no es lo común en esta sociedad, llegar a un estadio superlativo donde el sexo es un epígrafe más de una relación sana entre dos personas que se quieren y respetan. Y de la misma forma pensaban los amigos de mi padres, de ahí que el polvo con Cynthia, una niña de tan solo doce años, no tuviera más relevancia que la de una relación amistosa entre dos amigos que se quieren conocer más a fondo, aunque lo que ocurrió realmente era que ella me vio tan desintegrado en aquel grupo que tomó la iniciativa de follarme a modo iniciático. Que después se la follara el cabrón de Sergio, solo era un calenturón de los tantos que tenemos los adolescentes y para mitigarlos nada mejor que una buena follada de las que sus padres consentían dentro del pequeño círculo que formábamos el “petit comité”. Lo que más me dolió fue la facilidad con que Cynthia se abrió de piernas para sustituirme por ese bandarria…, joder no puso el más mínimo reparo en abrirse para que el pollón de ese energúmeno entrase a bocajarro en su coñito y finalmente descargara toda su leche en las misma entrañas de su útero impúber aún sin estrenar, cuando ya me tenía a mí para eso.

Algunas veces me pregunto si somos una familia normal, porque no conozco a nadie que folle con su madre como quien comparte una agradable tarde helado apetitoso de conversación distendida. Al medio mes no se presentó su periodo, se puso nerviosa cavilando lo mejor, ella quería tenerlo pero no estaba dentro de los planes de vida familiar que se habían marcado mi padre y ella… un solo hijo, una vida holgada y disfrutar del sexo en familia o con amigos…. Solo esperó por si fuese una regla irregular sin decir nada a su hijo ni a su marido. En todos esos días accedía a tener sexo con su marido y conmigo, hasta que llegó el mes siguiente y nada de nada. Sabiendo lo que tenía en su vientre visitó sola al ginecólogo… -“La felicito, está usted embarazada”, le comunicó  el doctor. Mi madre sin buscarlo rotundamente estaba preñada… sí preñada…de mí, porque quién mejor que la propia preñada en saber esas cosas. Se montó en el coche y durante la comida nos dio la noticia. Primero a mí a solas cuando preparábamos la mesa… me puse muy  alegre.

-“Del hijo que llevo dentro, tú eres el progenitor porque me has preñado, pero es tu padre el papá de la criatura, y así aceptarás a tu hermanit@ toda la vida”.

Después se lo soltó a su marido antes del postre… -“José estoy preñada”, le señaló escuetamente. ”De seis semanas”. Mi padre se puso feliz, incluso se alborotó tras unos segundos de desconcierto.

–“Quizás debería haber utilizado siempre condón”.

-“Ya que más da, mi panza no va a menguar por eso… estoy preñada y tendremos al bebé”, dijo mi madre sin reparos.

La panza de mi madre fue creciendo, sus ganas de follar no menguaron tanto, así que mi madre era inseminada indistintamente por mi padre o por mí, excepto unas semanas antes del parto y las de cuarentena de después. Nació una niña para júbilo de todos, inmediatamente tomó más precauciones anticonceptivas, a la vista que yo no era muy precavido y casi siempre prefería follarla a pelo…. Y de esta guisa estuvimos durante los dos años de bachiller, hasta que cumplí los 18 años y me marché a estudiar un “Grado en diseño de producto” en un colegio mayor cerca de la facultad en Madrid. Me ingresaron para que solo tuviese que centrarme en estudiar. Sin embargo cada dos o tres semanas regresaba a pasar un fin de semana en casa de manera irregular, según el calendario de exámenes. Actualmente curso segundo de carrera, y uno de esos fines de semana de vuelta a casa fue cuando me llevé una sorpresa morrocotuda… Era viernes por la tarde cuando llegué y… ME ENCONTRÉ A MI MADRE FOLLANDO a unas horas en las que mi padre no se hallaba en casa, si no trabajando, supuestamente

Continúa...

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