Capítulo IV
En cuánto Braulio colgó el celular, otro comenzó a sonar en el interior de una Nativa del año en que viajaban los licenciados Miriam Larios y Julio Obregón, dirigiéndose a su propio alojamiento, un lujoso hotel ejecutivo. Mimí vestía una bata de baño, quedó muy adolorida y llena de marcas luego de ofrecer su cuerpo como catalizador de esa alianza con la Bestia. Detestaba quedar así luego de coger, pero su trabajo y su carrera siempre fueron prioridad, hizo lo que la empresa esperaba de ella por el bien de los "negocios". A su lado iba Obregón, contestándole la llamada al Ingeniero.
Bueno, ¿qué nuevas me tenés Julio? preguntó el Ingeniero del otro lado de la línea y a través del altavoz, como si no las supiera de antemano.
Logramos pactar con la Bestia, y esta noche lo haremos con los sacerdotes. Aunque no creo que nos podamos fiar al 100% de ellos tienen de piadosos lo que yo.
Y en cuánto a nuestros enemigos, me imagino que el ataque fue obra de los chamanes.
Sinceramente tengo mis dudas. Revisando el escueto informe de Juárez no lo creo.
Explicate Julio.
Verá Ingeniero, los chamanes siguen un mismo procedimiento en cada ataque. En este caso el agresor no ha podido ser relacionado con ningún guerrero identificado y era un hombre maduro aparentemente caucásico. Y aunque hemos podido identificar magia en él, no hemos encontrado más en el medio o a su alrededor.
Un guerrero chamánico no indígena que no usa magia externa para facilitar su escape
y que ataca más como un mercenario violento que como un guerrero entrenado en las antiguas tradiciones guerreras mayas.
Muy irregular y extraño en efecto ¿cuál es el plan a seguir?
Seguiremos contactando con los aliados que aun nos quedan en Cobán y cerraremos nuevas alianzas empezaremos con un trabajo de rastreo clásico.
Eso puede tomar tiempo
Si, pero aun no podemos estar seguro que se trató de los chamanes. Y si no fue así
tenemos un enemigo que nos conoce, nos puede encontrar y del cuál no sabemos nada. Eso no es bueno. le preocupó que sus suposiciones fueran ratificadas por su propio jefe Continúen con su labor en colaboración con Braulio y manténganlo vigilado.
Perdone el atrevimiento Ingeniero, pero por sus palabras noto que no confía en la Bestia de las Montañas Nubladas. Y tras una primera impresión nos damos cuenta que no es una persona de fiar si podemos pactar con los sacerdotes, ¿por qué aun mantiene a Braulio Juárez al frente de Cobán si no confía en él?
Braulio Juárez es un hombre ambicioso y egoísta, sin escrúpulos y violento, pero con enormes habilidades. Él solo infringió terribles golpes a la cofradía Kekchí, y estuvo a punto de matar a su Principal, Jacinto Semuyuc. Estoy conciente que su impredecibilidad e impulsividad no lo hacen confiable, pero por ahora necesitamos contar con él. Además Julio, yo no confío ni en mi espejo, una leve variación en su superficie puede alterar mi reflejo. eso sí era desconfianza, Mimí y Obregón percibieron una amenaza velada en sus palabras No estoy en mi posición por casualidad, nunca he subestimado a mis enemigos ni a las situaciones por ello que hoy nos encontramos en este predicamento.
La plática terminó, los 2 jóvenes ejecutivos se quedaron en silencio, había mucho en juego y no se podían dar el lujo de fracasar. Pero en el fondo sabían que las cosas serían mucho más difíciles de lo que parecían. Tendrían que jugar sus cartas con muchísimo cuidado y eso incluía jugarlas bajo la mesa y hacer algunas alianzas "peligrosas". Por otro lado no alcanzaban a comprender aun cuál era la gana del Ingeniero de mantener a Braulio en su puesto, sospecharon que había algo más entre los 2, algo que hacía a La Bestia de las Montañas Nubladas un elemento intocable.
Así pasó ese día, Braulio y los ejecutivos metidos en sus intrigas y yo en los quehaceres de mi hogar. La noche llegó y con ella me fui a dormir, pero el Amo me despertó muy temprano por la mañana, antes que saliera el sol.
Mi señora, tengo hambre me dijo.
Bueno, si quiere me puedo masturbar para usted o voy y me meto a la cama de Mari. como ya sabrán, Vorandemur se alimenta de la energía vital de las personas que se manifiesta con fuerza al tener sexo, se imaginarán de qué forma lo alimento.
No, hoy me apetece algo más salga de su casa y vaya donde Jorge, quiero que me den un rico trío al lado de la niña Gisel.
¿Ahora?
Si, ahora
No entendía nada, pero como siempre lo obedecí. Salí de mi casa furtivamente para no ser vista por nadie y fui directo a la de Jorge, a un costado de la mía. No tuve que no tocar, él ya me estaba esperando con la niña sentada detrás de él, se veía muy ansiosa. La verdad tener sexo con ella no estaba dentro de mis planes originales para cuidarla, pero tuvimos que improvisar en el camino. La muchachita siempre parecía estar dispuesta al sexo, a todas horas. Eran secuelas de su cautiverio a manos de Braulio, al igual que Lobita, por culpa de este ellas estaban dispuesta al sexo perennemente, tan solo había que estimularlas un poco y ya se las tenía en el bolsillo, listas para ser cogidas. Era una necesidad para ellas. Y digo necesidad en el sentido más literal
Eso se observaba sobre todo en Gisel, que ya se nos había puesto mal una vez, empezó estando inquieta, tensa, permanentemente mojada y con una hipersensibilidad en su sexo y en sus pezones. Y como esas necesidades no fueron saciadas se puso peor, ya no podía dormir y comenzaba con dolores de cuerpo, llegó al punto de tener terribles pesadillas de las que lograba salir con dificultad, era una cosa de verdad preocupante.
Entonces el Amo nos aconsejó tener sexo con ella por lo menos 2 o 3 veces a la semana y las cosas mejoraron. De hecho lo necesitaba, era como una necesidad o una adicción suya, una válvula de escape, pues después de tenerlo se relajaba enormemente y todo volvía a la normalidad. Para ella eso no era más que una especie de juego, coger en el sótano sobre una colchoneta con 2 maduros un juego bastante morboso si me lo preguntan a mi.
En minutos ya me encontraba enredada en los labios de Gisel, acariciándonos enteras, explorándonos mutuamente. Ella era un preciosa adolescente de piel blanca sonrosada, rubia, de ojos celestes y carita angelical, y 8 meses y medio de embarazo. No medía más de 1.64, era de complexión delgada, pero por su embarazo sus senos estaban hinchados y llenos de leche, surcados de venas y con los pezones inflamados. Caderas no muy anchas y trasero redondo, pequeño pero paradito.
Voy a saltarme los prolegómenos, que constaban de besos y caricias por 3 frentes, y pasaré hasta donde ya estábamos desnudas, de pié en medio de la colchoneta en el sótano y manoseándonos enteras. Gisel se prendió de una de mis mamas gigantes chupando como si fuese una niña de pecho, bebiéndose toda la leche que salía de ellas, que era mucha. Como recordarán sigo lactando gracias a la magia del Maestro. Me calienta muchísimo tener a alguien pegado a mis senos y chupando su leche y ella lo sabe bien.
Pasaba sus dientes por encima de mis pezones inflamados cada vez que succionaba, apretando un poco y haciéndome sentir un delicioso placer. Simultáneamente su mano ya se hallaba explorando mi sexo, metiéndome hasta 2 dedos adentro para sacarlos luego y llevarlos a su boca o a la mía. Jorge, por su parte, seguía atentamente el espectáculo lésbico que le dábamos, de pie, al borde de la colchoneta y sobándose el bulto. Ya estaba únicamente en pantalones, mostrándonos ese tórax velludo y fibroso que me volvía loca.
Gisel desvió su atención hacia él, acercándose como una gata en celo hasta caer de rodillas en medio de sus piernas, viéndolo deseosa y ansiosa. No perdió tiempo y procedió a desabrocharle el cinturón y el cierre del pantalón, bajándoselo con todo y calzoncillo de un jalón. Dejó frente a sus ojos la monumental y bella tranca de mi amado, 25 cm de carne dura y gorda, parada encima de unos testículos redondos y gordos, un espectáculo para ver y una delicia para sentir.
No se aguantó nada y, tras frotarla un par de veces, se la metió a la boca mamándola de forma arrebatada, impaciente, casi violenta. Se metía ese garrote tanto como podía al mismo tiempo que lo succionada y lo chupaba, dejando caer un abundante flujo de babas hacia el suelo. Me gusta como la chupa, me gustan mucho las mamadas húmedas y profundas como ella las da, pues al ponerle una mano en la garganta pude sentir el inmenso miembro de mi Jorge ir y venir allí. Sus mamadas eran tan desesperadas que se la tenía que sacar para tomar aire, a veces hasta tosía, y Jorge ni siquiera la tenía sujeta de la cabeza. Gisel había sido entrenada para gozar de ser dominada y hasta forzada.
Ejerciendo mis derechos sobre ese pene, aparté su cabeza y me aferré yo al glande mientras ella bajaba a lamerle los huevos. Luego la sentí subiendo por su tronco hasta quedar a mi lado, entonces, mientras nos besábamos y nos lamíamos las lenguas, le dábamos una mamada doble de muerte a mi Flaco que solo resoplaba y nos veía embobado.
Disfrutó de esa mamada doble por varios minutos, hasta que, sin decirnos nada, nos separó de su miembro. Yo, caliente hasta la desesperación, le gané el pulso a Gisel por ver a quien se cogía primero, pegué un salto y me colgué del cuello de mi Jorge, rodeando su cintura con mis piernas. Él empezó a restregar la punta de su pene sobre mi más que chorreante vulva hasta que él mismo la colocó en posición, y antes de poderme dar cuenta ya estaba saltando frenéticamente sobre ese palo.
Pronto el sudor cubrió nuestros cuerpos, el sótano quedó inundado de gemidos y alaridos de placer. Mi Flaco me cogía de pié, sujetándome de las nalgas y de la espalda, dejándome caer con fuerza sobre su masculinidad para luego levantarme y volverme a dejar caer. Así estuvo como 10 minutos y yo tuve un orgasmo.
¡¡¡¡AAAAGGGHHH!!!! ¡¡¡¡AAAAYYYYGGGHHH!!!! ¡¡¡¡OOHH, OOHH, OOHH!!!!
¡¡¡VOY A ACABR!!! ¡¡¡¡¡VOY A ACABAAAARRRRRR!!!!! gritó él.
¡¡¡¡DALE!!!!¡¡¡¡¡INUNDAMENTE DE TU LECHEEEEEGGGHHHH!!!!!
¡¡¡¡AAAGGGHHH!!!! ¡¡¡¡AAAGGGHHH!!!! ¡¡¡¡¡OOOOUUUGGGGRRRRRRHHHH!!!!! rugió como un león, mientras descargaba una gruesa cantidad de semen dentro del sexo de su perra o sea yo.
Mientras tanto Gisel se había arrodillado debajo de nosotros, con la cabeza mirando hacia arriba y la boca abierta. Mientras mi Flaco eyaculaba furiosamente y continuaba metiendo y sacando su recia tranca de mi interior, casi toda su esperma se me salía por los costados y caía al suelo. Y ella, con la boca abierta y la lengua afuera, recogía esas largas líneas de esperma que caían.
Estuvimos así hasta que Jorge me bajó y se dejó caer sobre la colchoneta mientras que Gisel continuaba chupando semen, pero esta vez directamente de mi vagina, regalándome mi segundo orgasmo de la mañana, el cual me dejó medio muerta, hasta me oriné. Por supuesto que Gisel aun no había acabado ni una sola vez y que estaba ardiendo. Pero no es propio de Jorge dejar a una mujer insatisfecha
La mañana continuó húmeda y sudorosa, nos dejamos hacer por Jorge lo que se le dio la gana. Gisel lo volvió a poner de pié con una buena mamada para ser posteriormente cogida por más de 45 minutos en todas las posiciones que quiso, ella solo era una muñequita para él. Aclaro, como ya andaba cerca de los 9 meses de embarazo mi flaco tuvo mucho cuidado con ella, no la penetraba con dureza, más bien con suavidad, solo haciéndole sentir el grosor de su garrote. Perdí la cuenta de los orgasmos que le causó, al final acabó inundando la vagina de la jovencita con su espeso semen y esta vez fui yo quien se lo bebió.
Para cerrar el encuentro con broche de oro acabó sobre nuestras caras, como se lo pedimos. Quedamos bañadas en semen que luego nos lamimos mutuamente. Quedamos asquerosas, todas sudadas y cubiertas de esa blanca y lechosa sustancia a la que ya nos habíamos aficionado tanto.
Me quedé junto a ella por un buen rato, unos 45 minutos, acariciándola y mimándola, en una de esas sintió que su bebé se movía dentro de su vientre y con Jorge nos pusimos a tocárselo, sintiendo como la criatura en verdad lo hacía y evocándonos los tiempos en que éramos nosotros los que estábamos en su lugar, yo esperando los hijos que mi querido Fernando me dio y Jorge los propios con su esposa. Nos sentíamos como unos auténticos abuelos acompañando a su nieta en ese bello viaje de la gestación.
Pero los 2 teníamos cosas que hacer, debíamos recuperar un baúl que pertenecía al Amo, así que nos dispusimos a ponernos de pié los 3. Pero de pronto las piernas no sostuvieron a la canchita y esta estuvo a punto de caerse si no es por Jorge que la sostuvo. Pensamos que tanto ejercicio le había causado un mareo pro era mucho más que eso.
Me puse de pié, iba a traerle un vaso con agua, pero al tratar de dar un paso sentí un fuerte vértigo, luego todo me empezó a dar vueltas y casi caigo al suelo si no es porque logré echarme hacia atrás y caer sobre la colchoneta. Me sentía mareada, las cosas a mi alrededor parecían moverse y veía destellos de luz multicolor frente a mi, ¿qué ocurría?
Me quedé allí unos minutos hasta que me logré poner de pié, balbuceaba maldiciones cuando me percaté de algo, mi mano ya no era la misma, se veía delgada y tersa, juvenil. Mi cuerpo había cambiado también, el camisón me quedaba grande y holgado. Alarmada corrí hacia un espejo de cuerpo entero que el Flaco guardaba en el sótano ¡puta madre, ya no era yo! bueno, si, pero ¡tenía la apariencia que tuve cuando contaba con 15 años!
Perpleja observaba mis senos juveniles, que si bien eran más pequeños, aun no dejaban de producir leche y seguían siendo muy grandes, redondos y ahora muy firmes, siempre apuntando al frente como solían ser hace más de 30 años. Abajo, mi vientre plano y duro daba lugar al ensanchamiento de mis caderas que mostraban, al frente, un sexo tierno, rosadito, cerradito y de una infinita apariencia virginal. Atrás, un trasero redondo, muy grande, paradito y duro. Y todo sostenido por un par de largas y suaves piernas torneadas, quizás un poco gruesas para los cánones actuales, pero perfectas en mis tiempos.
¿Qué me había pasado,? Estaba estupefacta, no lo podía creer, mi cara era de nena, sin una sola arruga y tersa como la seda. Estaba irreconocible, irreconocible.
Mi señora, tal y como me lo imaginaba, a sus 15 era usted una mujer preciosa.
¡Puta madre, ¿qué me hizo, cómo me volví así?! ¡Dios mío, qué buena estoy!
Hice con usted básicamente lo mismo que le hice a Jorge cuando se convierte en Robert. Pero en su caso el efecto fue rejuvenecedor
Pero pero
Lo hice porque no es prudente que vayamos a recoger mi baúl y que esos sacerdotes la vean, podrían reconocerla después. Y como un disfraz no habría bastado pues me tomé la libertad de hacer esto ah, y a la niña la hice caer en un profundo sueño, no se preocupe, despertará sintiéndose muy bien.
La verdad me veía increíble, ya en mi adolescencia era la definición de "muñeca". Mi piel blanca era suave como la seda, mi carita era aniñada, tierna, de rasgos finos que, aunado a mis ojos verdes esmeralda me daban un aire de muñeca de porcelana. Estaba bastante más delgada, no es que esté gorda ahora, pero tras 50 años de vida el cuerpo se va haciendo más grueso inevitablemente. En aquello días era delgada como una modelo, lo que le daba mayor realce al tamaño de mis tetas, siempre grandes, a la estrechez de mi cintura de avista y al ancho de mis caderas. Jorge tampoco lo podía creer, sus ojos iban y venía sobre mi cuerpo, estaba sin palabras.
Bueno mi señora, Jorge, preparémonos que saldremos en unas horas
CONTINUARÁ
Garganta de Cuero
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