Capítulo IX
Desperté al día siguiente cuando el alba apenas despuntaba, me sentía muy bien, llena de vida. Me levanté rápido tomando una honda bocanada de aire, ¡ah, que rico! El aire frío y fresco de mi ciudad se coló por mi ventana en cuando la abrí, qué delicia. Desnudé mi cuerpo y lo cubrí con una toalla, salí y me dirigí al baño para ducharme y empezar con un nuevo día.
Me puse frente al espejo y dejé caer la toalla, me contemplé por unos. Si, el tiempo no pasa en vano pero ha sido muy bondadoso conmigo. Próxima a cumplir los 51, pero aun conservaba esa belleza arrebatadora que tantos pretendientes me había dado en mi juventud, y más de un problema. Mi rostro aun se mantenía relativamente juvenil, siempre aniñado y con la apariencia de estar esculpido en mármol blanco, con excepción de esas líneas de expresión a cada lado de mis bellísimos ojos verdes esmeralda y de esa evidente e irremediable pérdida de elasticidad de mi piel.
Sonrío un par de veces y le tiro besitos al espejo coquetamente, no, lo niña no se me va a quitar nunca. Mi cabello castaño y ondulado descansa libre sobre mis hombros, cayendo hasta la altura de mis ígneos senos. Ya se ven numerosas canas en él, varias veces me había planteado teñírmelo, pero siempre terminaba diciendo que mejor más adelante. Paso mis dedos por sobre mis senos, su piel es aun suave y sedosa ellos suaves aunque aun firmes. Soy sumamente voluptuosa, con un par de senos enormes, repletos de leche, y un culo grande, redondo y aun firme por detrás de unas amplias caderas. Mi vientre era aun plano y mi cintura estrecha. Y por último, bajo mis manos y me acaricio mi carnoso y tierno sexo, cubierto por un matorral de vellos oscuros. Luego me metí bajo la regadera
Me encanta iniciar mis mañanas así, llena de vida y de ganas de hacer las cosas a pesar que apenas el día anterior había sido atacada por ese gigantesco esclavo en aquella capilla. Era obra del Amo seguramente, que con su magia influía en mi estado de ánimo. Tal vez para evitar que lo regañara (cosa que no iba a conseguir), aunque a un ser tan descarado como él poco le podía importar eso. Más bien era para reconfortarme.
En cuanto salí del baño comencé con los diarios quehaceres de mi hogar. Pasado el medio día me dirigí con Maritza a la casa de Jorge para verlo a él y a las 2 niñas, además a un nuevo huésped. Junto a él, encaré al Amo
¡¡¡¿CÓMO SE LE OCURRE DEJARLOS HACERME TODO ESO?!!! le dije de inmediato telepáticamente.
Pero no le ocurrió nada mi señora
¿Cómo no? intervino Jorge ¡La violaron y casi la matan, pudieron dejarla mal!
Nunca hubiese permitido eso
¿Entonces por qué no me defendió? le espeté.
Porque era necesario señora mía recuerde que con la energía que mana de la cópula me hago más poderoso. Además era preciso ver dentro de sus mentes y la única forme era dejar que la violaran
¡Ah, qué lindo!
Beatriz, usted estaba al tanto de los riesgos que correría si se metía dentro de esta guerra véalo como un gaje del oficio. "gaje del oficio", claro que con eso no nos me satisfizo, pero bueno, tenía razón en que ya conocía los riesgos.
¿Y qué pudo ver dentro de las mentes de esos desgraciados? preguntó Jorge, cambiando de tema.
Pongan atención, que esto es muy importante y perturbador
El Maestro nos hizo una serie de terribles revelaciones, las cosas estaban peores de lo que pensábamos, lo bueno es que aun no sabían quienes éramos. Nos habló de muchas cosas, algunas que nos ayudarían mucho en esta encarnizada lucha.
Al terminar, procedí a ocuparme un poco de las niñas, con Jorge decidimos que la mejor forma de ayudarlas era tratarlas con cariño y como verdaderas personas. Mientras tanto, me tomé un momento para ver a nuestro nuevo huésped, Bull. El gigante yacía acostado boca abajo sobre una cama, tenía la espalda llena de vendas, por medio de la magia del Amo se estaba curando. Ni a Jorge ni a mi nos hizo gracia tenerlo que rescatar, pero según nuestro Maestro era inocente de todos sus actos y nos podía ser útil.
Por la tarde, en la sala a platicamos de los últimos acontecimientos vividos, hablamos de lo que se nos vendría encima, que esa organización no pararía hasta vengar ese ataque, que ese joven que los dirigía estaría pidiendo venganza a gritos. No teníamos ni la menor idea del destino que correría Julio Obregón, quien en ese mismo instante estaba encerrado dentro de una habitación. Jadeante y cubierto de sudor, tenía el culo abierto como un tubo de PVC y chorreando semen de su interior. Lo tenían colgado de los brazos, atados por medio de una cuerda a una viga del techo de aquella bodega que Mimí había alquilado para tal propósito.
Braulio lo acababa de violar, de hecho lo habían violado toda la noche, ya no daba más. Pero lo peor para él fueron los incontables orgasmos que había tenido mientras era sodomizado. No, alguien de su posición no podía hacer eso, no podía gozar con aquello. Pero aunque su mente se esforzaba en mantener la esperanza de salir de esa y tomar venganza después, muy dentro de si sabía que estaba perdido, que no tenía escapatoria posible.
Perdón Julio, pero negocios son negocios y no podemos permitir que cosas personales ni nimiedades interfieran con ellos. le decía Mimí desde la puerta, enfundada en una erótica tanga roja y una diáfana bata del mismo color que tenía abierta por el frente, mostrando sus hermosos senos meciéndose suavemente Nuestra misión era encontrar a los culpables del ataque que sufrió Braulio y recuperar Cobán, para lo cual es vital tener una buena relación con la Bestia. Y nuestra "otra" misión es averiguar para el Pittbull cual es el secreto que la Bestia y el Ingeniero guardan y como verás ahora me he ganado su confianza y podré cumplir con ambas misiones. Por otro lado, no me podés culpar por desear avanzar en mi carrera después de todo tu hubieses hecho lo mismo. De verdad, perdoname le lanzó un hipócrita beso en el aire y salió, cerrando la puerta detrás de ella y dejando al pobre y debilitado hombre totalmente a oscuras.
Lo que pasará después es tema de otro relato que publicaré más adelante, mientras tanto les quiero dar las gracias por su atención, sus mensajes y sus críticas y los invito a continuar siguiendo mis historias. Pueden enviarme sus opiniones y comentarios a mi correo electrónico, besos y abrazos los espero
FIN.
Garganta de Cuero.
Muchas gracias por su atención, los invito a escribirme y enviarme sus comentarios y opiniones a mi correo electrónico. Besos y abrazos.