09 Caminos de ascenso
Ahora
-¿Por qué estas aquí, niña?
Hace 5 horas (Palazzo Bianco)
No se de donde surgió... Troy (He decidido llamarlo así, Trayo me parece demasiado... no se...) y yo estábamos en uno de "nuestros momentos", y entonces apareció ella... Como surgida de la nada...
He pedido a Troy que se marchara, y me quedo mirando a Oma.
-¿Dónde has estado?
-Ya no detecto odio en tu voz
Dios, me hace enrojecer... Si pudiera decirla lo que siento, pero... Me haría sentir estúpida.
-Tengo derecho a cambiar mi opinión sobre ti
-Me alegro
Su sonrisa me llena de paz.
-Estuve en el Dominio de los espíritus difuntos... Vi a Papa Roach allí, estuvimos hablando...
Me resisto a preguntarla que razones la dio para su suicidio... Pero al herida aun es fresca, no quiero que me vea llorar...
-Esta bien... Me hablo mucho de ti
-Si...
Resiste, Ana, aguántate las lagrimas.
-... Le... Le... Le echare mucho de menos
Es inútil, acabo llorando como una magdalena.
Entonces ella se acerca, me abraza con sus suaves brazos, y me aprieta contra su pecho... Su cálido y dulce pecho...
-No debes avergonzarte, llorar es bueno... Llora, llora, y límpiate por dentro
Hace 5 horas (Santuario de los Diáconos)
-Nuestro momento se acerca, hermanos
Los tres se reúnen alrededor de una llama azul, enmarcándola en un triangulo de lados iguales.
-Si, ya esta cerca
-Y por fin tendremos lo que es nuestro
Dentro de la llama empiezan a dibujarse los distintos Dominios, cambiando, de uno a otro, con el temblar de esta.
-Pero antes debemos hacernos con la niña
-Si, la niña
-La niña nos ayudara a conseguir lo que es nuestro
La imagen de Paula se dibuja dentro de la llama.
-Ahora es el mejor momento para atraerla
-Si, sin duda lo es
-La atraeremos junto a nosotros, y nos ayudara
Algo invisible se traga la llama, y la habitación queda a oscuras.
Hace 3 horas (Palazzo Bianco)
Lo primero que hace es enseñarme, mas bien enfrentarme a esa visión pretérita de mi... Una yo enajenada, y perversa...
La joven princesa, desnuda, danza alrededor de una barra blanca... Se detiene, al rodea con sus pechos y la lame como si se tratara de un falo al que se entregara...
Aquella danza, aquellos gestos, tiene un sentido... ¿Cuál?
¿Por qué me veo realizando un posible hechizo que no recuerdo conocer? Creí que al unirme de nuevo con mi cuerpo, recobre toda mi memoria...
Mi danza continua...
Mi pechos, aun rodeándola, comienzan, ayudados por mis manos, a acariciar a la barra falo...
Hay un fuego en mi mirada, se lo que estoy haciendo... ¿Por qué yo no lo recuerdo?
De pronto separo mis pechos de ella, la rodeo... Y la vuelvo a abarazar, para esta vez rozar todo mmi cuerpo en ella, mientras me dejos caer...
La barra empieza a brillar...
Hasta que aquel brillo plateado ciega la imagen...
-¿Qué fue eso? Yo no recuerdo nada de eso...
Me siento confusa... Incomoda...
-Hay muchas cosas que no recuerdas... Te las arrancaron una noche, poca antes de que murieras
-¿Quién?
-Eso es un secreto que jure guardar, lo siento... quizá algún día
Salto como un resorte.
-Dime quien jugo con mi mente
La agarro de los hombros y la zarandeo... Pero no se perturba...
Al final me rindo... La rabia crece en mi interior.
-Nos vamos
Me giro.
-¿A don...?
Pero antes de que acabe mi frase, ya estamos allí.
Un desierto árido... Tan solo tres pirámides aztecas, un monte por donde sube una rampa que lo envuelve, un grupo de bloques de piedra que flotan, pese a su monumentalidad, girando en una circunferencia vertical, y dos soles (Uno d eformas geométricas, y otro enorme que se esta poniendo ya)
-Bienvenidas seáis
Una muchacha desnuda, con un sol tatuado en su pecho, ha aparecido de la nada...
Nos indica que la sigamos.
-¿Dónde estamos, Oma?
-En las tierras del Sol... Esa es una de sus sacerdotisas
No me aclara mucho, asi que no hago ams preguntas, y espero que me aclaren las dudas.
Hace 2 horas y media (Palazzo Bianco)
-Mostrad vuestras cartas, quizá me interese
Paula esta sentada, las piernas cruzadas en el sillón. Vestida con un chándal negro, y descalza. Les mira.
-Sabemos cuanto te angustia tu condición
-Si, nosotros bien lo sabemos
-Sabemos que te tortura saberte irreal.
Los tres Diáconos están frente a ella.
Ella sonríe, se deja caer contra uno de los brazos... Se acaricia el cabello.
-Y vosotros vais a ayudarme ¿No?
Los tres asienten al unísono.
-Somos poderosos
-Casi tan antiguos como la magia
-Poco hay que se nos resista
Paula se tumba, medita mientras gira su cuerpo, hasta quedar con la cabeza colgando del borde del sillón... Cierra los ojos sonriendo...
-Ser real... Mmmm... Acepto
Los tres Diáconos asienten.
-Nos alegramos
-Si, tu respuesta es satisfactoria
-Te daremos lo que quieres... Y mucho mas
Hace 1 hora (Palazzo Bianco)
Regresamos in respuestas... El señor de aquellas tierras, el dios sol que aquellas muchachas adoraban y cuidaban, no se encontraba en casa...
-Paula... He vuelto ¿Qué te apetece que preparen de cenar?
Nada silencio...
Lo intento otras veces...
Antes de que pregunte al servicio, o vaya a su cuarto a buscarla, Oma me dice lo que yo ya estoy pensando.
-No esta... Se ha marchado
-¿Dónde?
-Fuera
-¿De palacio?
-De la Zona I
-Nova 1... Esta en Rivas
Oma asiente.
Debí haber hablado con ella en cuanto la note rara... Quizá así hubiera evitado que ahora pueda estar a punto de hacer una tontería.
Ahora
-¿Por qué estas aquí, niña?
El cementerio de Rivas Vaciamadrid, antes perdido en medio del campo, ahora rodeado de pisos...
Mis padres y los de Pablo insistieron en levantar una tumba para Paula cuando murió... La mate...
La tumba esta vacía... No deje nada de ella cuando... Cuando... La devore...
Los recuerdos me embargan cuando nuestras miradas se cruzan... No reconozco a la hija amantísima, solo veo rencor en aquellos ojos...
-Ahora es nuestra, majestad
-Nuestra es la niña
-Ella nos ayudara a derrotaros
Oigo sus voces antes de verlos, aunque no me hace falta ahcerlo APRA saber quienes son...
-Diáconos traicioneros, mostraros
Los tres rodean a mi hija.
-Hemos estado aquí desde que llegasteis
-Esperamos a hacernos visibles
-Era esencial ver tu reacción... tu dolor... Tu perdida... Nos produce placer
Sus manos largas y escamosas se posan sobre mi niña... Sus puntiagudas uñas rozan su piel...
Los cuatro desaparecen ante nuestros ojos...
Cuando quiero darme cuenta, estoy abrazada a Oma, arrodillada en el suelo... Con los ojos abrasados por las lagrimas...
-Mi niña... Mi niña... Mi niña...