DOCTOR DELIRIO: MUJER 10
-El malo esta sentado a la derecha.
Le dijo al Doctor.
Él echó una mirada a su alrededor, la sala estaba vacía. Cuando entró había visto algunas siluetas moviéndose, pero se habían evaporado antes de que él llegara al centro de la sala.
-No hay nadie.
-No es cierto la escucho susurrarle Yo estoy aquí sintió el brazo de ella tirar del suyo, para arrastrarle a una esquina -. Hay mucho trabajo, pero ya nos queda menos para acabar.
El volvió a mirar a la silla que, instantes antes, le habían señalado... Seguia sin ver a nadie.
-Pronto estaré de vacaciones, quizá me vaya a esquiar.
Siguió diciendo ella.
La sala cambió de una oscuridad tenue, a un blanco hiriente, en cuestión de segundos.
Al mirar su brazo, ve colgando de él otro brazo... Pero sin cuerpo al que acompñar.
-No te preocupes, soy zurda.
Él se giró al otro lado, y se encontró con una muchacha alta, delgada, de piel blanco crema a la que le faltaba un brazo.
-¿Cómo?
Acertó a decir él.
-Es un lío le dijo ella, quitándole importancia al asunto . Todos mis niveles están normales, soy perfecta... No te preocupes.
Él no entendía nada, de que coño hablaba esa chica manca. Agarro el brazo de la chica, y al tocarlo, al entrar en contacto ambas pieles, él tuvo un orgasmo.
-Aaaahhh...
-¡Uy! ella atrapó su brazo, de entre las manos de él, y se lo recoloco Debí advertírtelo, es un rollo raro de mi piel... Es de nacimiento.
-Felicidades.
-Gracias dijo ella con una enorme sonrisa -. Estoy recontenta.
-No es para menos.
Ella dejó caer a sus pies la túnica que, hasta entonces, la cubría.
-¿No te parezco perfecta?
Él sacudió su cabeza, sin creérselo.
-Desde luego que lo eres.
-No tengo apenas que cuidarme... Si una parte se descuida, la cambio por otra más nueva, hermosa, y fresca.
-¿Qué eres?
Preguntó él al escuchar esto último.
De pronto, la silla habló.
-Que desastre de hombre.
Un frío sentir invadió al Doctor.
-No le des importancia dijo la chica, cogiéndole del brazo, al ver su gesto compungido por el comentario -. Quédate con mi opinión que, por cierto, es muy buena.
Lo sacó de la sala, pero el comentario de aquella silla le seguia reconcomiendo por dentro.
-Sigue así, y acabara sintiéndose fatal.
Le susurró ella.
-Digno de un salvapantallas, menudo estropicio de hombre... jejejejejejejejeejeje.
Volvió a decir la silla.
La chica empezó a tirar de él con más fuerza, pero la resistencia del, cada vez mas molesto y herido, Doctor acabó venciendo. Se dirigió hacía la silla, y con sus propias manos la hizo trizas.
-Creo que te has pasado.
Dijo la muchacha, asustada.
-No.
-No debiste darle importancia.
Ella pasó sus dedos por el cabello de él.
-Cuando alguien se mete conmigo vuelvo a sentirme el cabezón gafotas que era de niño.
-Para mí eres un cielo.
-Gracias.