LO QUE SE OCULTA TRAS LAS MURALLAS
Felipe bajó del coche, se encontraba frente a la entrada del hotel que le habían reservado: un antiguo palacio convertido en hotel (las 4 estrellas en la entrada invitaban a una experiencia placentera e interesante)
El casco antiguo de Ávila era prácticamente una ciudad encerrada entre columnas... Algo que a Felipe no le resultaba del todo extraño tras sus meses en las tierras féricas. Tras dejar su equipaje en una habitación hortera (cuyo estado era lamentable), decidió dar un paseo por la ciudad amurallada.
No tardo en darse cuenta de que Ávila era una ciudad que olía a batería y tradicionalismo... Atmosféricamente opresiva. El único misticismo que se olía allí era el católico: sangre y dolor para conseguir la ascensión.
-Camino equivocado.
Murmuró, entre dientes, Felipe, mientras seguía su paseo.
De pronto algo llamó su atención, algo que le resultaba muy familiar, y se quedo mirándolo mientras escuchaba la explicación que un guía le estaba dando aun grupo de turistas. Dijo que era un cabestro símbolo de la ciudad, y que había algunos más diseminados por la ciudad amurallada. Felipe se sonrió, él conocía la verdadera historia, ya que uno de sus hobbies era estudiar la historia oculta del mundo: Aquel era un boceto del enorme cerdo de roca que montaba el Hijo de la Tormenta, él cual no era la única montura de la deidad, aunque, sí la que había quedado plantada en la imaginería de los pretéritos habitantes de aquel lugar. Se sonrío y siguió caminando, mientras en su imaginación se dibujaban la melena rojiza, la armadura de azul marino, y aquel furioso cerdo gigante al cual montaba el Hijo de la Tormenta.
Mucha gente se sorprendería si supiera que las devastadoras lluvias, y sus consecuentes crueles riadas, que habían azotado España en los últimos días, eran producto del cabalgar de aquel rocoso cabestro, salvaje y solo capaz de ser montado por su señor, dirigido por el Hijo de la Tormenta en su batalla contra colosales entidades imposibles de captar por los adormecidos sentidos tradicionales.
La pequeña monjita cruzó los laberintos de aquel edificio, hasta llegar a aquella habitación. Llegaba a esta para rogar por la pasión, en lugar de la fe, a la que allí vivía.
La moradora, en esto vio una oportunidad, y, pasión la dió pero a condición de algo más.
-Pasión te doy, niña, pero a cambio, por ser tan bella, una cosa te ruego
-Decidme, mi benefactora
-Hay calores que tu desconoces por tener habito, pero hace años que no venia por acá nadie, y, entre las piernas, algo me arde... Solo te pido que con tus besos, ese fuego, lo apagues
Y, con su larga uña, la señaló el sexo... Ella, la monjita, caminó hacía la moradora, y su cabecita de dorados rizos se sumergió entre sus piernas... Mmmmmmm, que gemidos de boca de la anfitriona arrancaba esa lengua, ¿Como una niña, tan aparentemente virginal, podía ser en el cunnilingus una maestra?
Varias veces se vino sobre el rostro de la monjita, y esta, agradecida por el favor que la brindaban, no cesó en domarla con su lengua...
-Oh, mi ángel... Tendrás dos hermosas pasiones, las más bonitas que se hayan visto sobre la tierra, yo te sabré agradecer tu dominio de la lengua
Encendida como estaba, la moradora del lugar, la tomó por las exilas, la puso a su altura... Sus dos pechos desnudos apuntaban al rostro de la mujer, y, con besos y lametadas los recorrió...
-Mi señora, agradecerme mis atenciones no debéis mas, pues, si seguís así, ni mis piernas me van a poder sujetar...
-Calla, pequeña, has alentado en vez de apagar... Acabo de pensar, que darte pasiones no me va a interesar... Mas me vale, si quiero siempre así disfrutar, que conmigo te retenga, sin dejarte nunca escapar...
Así es, y no de otro modo, como "La sirenita" ha ido a acabar en poder de "La Casa de Chocolate".
La mujer encadenó a la monjita a la pared, y caminó hacía otra estancia de la misma habitación. Allí otra escena se producía
Desnudos sobre el lecho de sabanas blancas, ellos se besaban y frotaban sus cuerpos el uno contra el otro. Ella comenzó a descender, su trasero, grande y redondo, mostrándole, al descender la mirada, un coño depilado, abierto y carnoso. Ella comenzó a lamer los testículos de su amante, sin necesitar de levantar el pene enormemente erecto.
Ella se tumbó boca arriba, y él, con dedos finos y elegantes, comenzó a acariciarle su mojado coñito.
-Ah Ah Ah
Gimió ella.
Él, mientras la acariciaba, chupaba los enormes, y naturales, pechos (Del tamaño de la cabeza de su amante) de ella, mientras ella se acariciaba el otro.
-Ah Ah Ah
Ella le hizo tumbarse de espaldas al lecho, y separándose con los dedos sus húmedos labios vaginales. Una vez ya lo tuvo dentro, comenzó a subir y bajar sobre aquel enorme pene, mientras sus enormes pechos (Como balones de baloncesto) botaban de arriba abajo. ¡Chufgg!
-Ah Ah Ah
¡Chufgg!
-Ah Ah Ah
¡Chufgg!
-Ah Ah Ah
¡Chufgg!
Ella se echó las manos a la cabeza, mesándose los cabellos mientras su rostro mostraba el enorme placer que disfrutaba.
-Ah Ah Ah
¡Chufgg!
-Ah Ah Ah
¡Chufgg!
-Ah Ah Ah
¡Chufgg!
Sus pechos botaban, y sus gemidos se intensificaban.
-Ah Ah Ah
¡Chufgg!
-Ah Ah Ah
¡Chufgg!
-Ah Ah Ah
¡Chufgg!
-Aaaaaaaaaaaaaaahhhhhhhh
Ella soltó un último gemido antes de caer desfallecida y sudorosa sobre él.
-Dios, Gabriel Ha sido Increíble
Dijo ella entre jadeos, mientras él la acaricia el cabello rubio y brillante
La mujer había observado todo lo que ocurría en esa habitación. Cerró la ventana por la que espiaba, y se encaminó a otra habitación.
Esta vez no se paró a espiar, entró.
-¿Como estas?
El ocupante de la tenebrosa habitación no respondió.
-Esta haciendo frío.
Dijo ella frotándose los brazos.
-¿Y querrás que te calienten?
Fueron las primeras palabras que él la dirigía desde que ella
entró.
-Siempre, mi vida
Contesta ella.
Él la besa, y la susurró.
-Voy a presentarte a una amiga, pronto estará aquí La conocí en una página sobre ocultismo.
-¿La has secuestrado?... Estoy celosa
En ese momento, unos suaves golpes interrumpen la conversación.
-Puedes pasar Dijol. La hermosa Mixa cruzó la puerta Bueno, Luz presento a Mixa
-Felipe me habló de ti dijo Mixa, extendiendo su mano -...
Me dijo cosas muy interesantes sobre ti.
-¿Si? Me encanta que otras personas hablen de mí...
Luz imprimió toda intencionalidad, ofreciéndose a Mixa, en esa frase. Mixa caminó hacía Felipe, pero sin quitar un ojo de la lubrica Luz.
-¿De que parte eres, Luz?
-De muchas
La respondió con una enigmática sonrisa. Mixa se sentó junto a Felipe, mientras le decía a Luz:
-Aprendí muchos secretos del cuerpo con Felipe ¿Qué te
parece?
-Que eres un buen bocado
-¿Acaso quieres probarme, Luz?
La desafió Mixa.
-No me tientes...
-Siempre es bueno experimentar
Fue la sentencia de Mixa.
-Mi "arte" es más... sexual....... y un poco más gore.... más que canibalismo,
es disfrutar de la muerte - Luz se levantó mientras decía esas palabras, y se
sentó junto a Mixa y Felipe-
juegos con cosas punzantes...
-¿Disfrutas con eso?
-Si, disfruto...
La mano de Luz acariciaba el torneado muslo de Mixa.
-Entonces te gusta el dolor
Y diciendo esto, Mixa, extrajo de su cinturón un puñal e
hirió a Dolores. Esta gimió de placer ante el corte.
-Estas para comerte.
Interrumpió Felipe, abrazando a Mixa con deseo.
-Tu me enseñaste a disfrutar y a experimentar todo esto
Le susurró Mixa, mientras acercaba sus carnosos labios a los
de Felipe.
-Si
yo soy el maestro
-Que me dices, linda, ¿quieres probar?
Intervino, esta vez, Dolores
-A lo mejor
Hay que experimentar siempre Respondió Mixa -,
y, si es con Felipe a mi lado mejor, o sea, si esta él también
-La verdad, preferiría antes que fuera entre las dos solas.
-Probemos
Fue la respuesta que dio Mixa a la invitación de Luz.
-Mmmmm Luz pareció pensárselo mejor -
Y si, ¿mientras
tanto lo hacen ustedes y yo miro? Miró a Felipe, y le dijo - Quisiera saber
como degustas la carne de una Soulwalker
Mixa deja caer su armadura, y las prendas que llevaba debajo. Lo último de lo
que se desprendió fueron sus armas.
Mixa se tumbó en el lecho, y Felipe se tumbó a su lado. La
acarició.
-Estás muy suave.
-¿Te gusta?
-Mucho.
Felipe acarició sus pechos
-Son deliciosos.
El contacto de las manos de Felipe hizo estremecerse a Mixa.
Él se llevó a la boca los pechos de la asesina, y, los lamió y chupó.
-Puedes probar todo de mí.
Morenitos, suaves y tiernos; Felipe, dibujaba círculos con la lengua sobre los
pezones
se ponían duros, y, él, se dedicaba a darles pequeños mordiscos.
Las manos apresaron su trasero, y tiraron de ella para apretarla contra él.
Felipe besó los carnosos labios, los degusta
-Están deliciosos.
Su diestra comenzaba ya a masajear los labios vaginales y él clítoris
amasándolo bien. Sus labios jugueteaban unos con los del otro
Mientras, Luz, observaba cerca... sentada en un sillón de la recámara... los
botones desabotonados... y sus manos ocupadas...
-Nhhmmmm
-¿Te gusta nuestra invitada?
Preguntó Felipe a la excitada Luz
-Hmmm
Es hermosa
-Si
y muy jugosa.
Mientras Mixa estaba ocupada, haciéndole un golosa felacion,
Felipe se puso a conversar con Dolores.
-Deliciosa... Me la comería por pedacitos
hmmmmmmmmmmmm Luz se encontraba en
verdadero éxtasis - Su traserito.................. los senos....... su delicioso
coñito
sus piernas............... todita..........
-Si, tiene un rico trasero - para subrayar esto, Felipe, dió unos breves
azotitos en el firme y redondo trasero de Mixa-, y unos morritos muy carnosos y
sensuales.
No hace falta decir por qué hizo esa afirmación.
:::
Monserrat se quedó mirando aquella puerta, de tamaño descomunal y estilo sobrecargado, y por fin reunió valor para tocar... ¿Toc! ¡Toc!
-¿Quién es?
Rugió una voz desde el interior de la casa
-Montserrat
La puerta se abrió, y, una gigantesca, y oronda, mujer asomó su cuerpo
-Que linda muchachita... ¿Vienes por lo del anuncio de trabajo?
-Si dijo ella, nerviosa aunque aún no comprendo muy bien en que consiste... La verdad es que estoy desesperada por encontrar algún trabajo.
-Es muy sencillo comenzó a decir la mujer -, solo necesito
alguien que me ayude con la casa, y atienda a mis... invitados
-¿Eso quiere decir que me dará el trabajo?
-Mmmmmm se relamió la mujerota, mientras la miraba de arriba abajo -... Sin
duda... eres perfecta
-Muchas gracias dijo entusiasmada la joven -. No sabe cuanto necesitaba este
trabajo. Pero, y discúlpeme si la ofende mi pregunta, ¿cómo será el pago?
-Tendrás una buena asignación dijo la mujer, mientras la invitaba a pasar a la casa -, además de cuatro suntuosas comidas al día.
-¿Cuándo empiezo?
-¿Ahora te parece bien?
Monserrat sonrió de oreja a oreja.
-Claro.
La sonrisa de la mujer, al oír esto, fue un tanto más tétrica.
-Bien... En la cocina encontraras unas bandejas... Llévalas a la habitación de la puerta verde, allí encontraras a una jovencita pelirroja y antes de marcharte pellizcala las mejillas ¿Entendiste?
Montserrat asintió, y recogió las bandejas de la cocina. Al principio la reconcomia el detalle de pellizcarla las mejillas a la "invitada" de su patrona, pero el delicioso olor que emanaba de las bandejas la hizo olvidar.
La mujerona se quedó esperándola al pie de las escaleras... Él entusiasmo de Monserratt, hizo que la patrona tuviera que aguardar poco, y enseguida la vio bajar.
-¿Cómo andaban sus mejillas?
La pregunto.
-Mas o menos como las mías.
Respondió la muchacha.
-¿Tendré que pellizcarte las tuyas para saberlo?
Dijo, molesta, la patrona.
-No... No lo sé...
Respondió, asustada, Monserrat.
-Al menos sabrás decirme si estaban carnosas y sonrosadas.
Le espeto, muy enfadad, su patrona.
-Más... Más o menos... Ya la dije... A-Además que tiene que ver todo esto con...
-Estoy engordándola la interrumpió la mujer -... Unas mejillas carnosas y sonrosadas son buena señal.
-¿Y para que la quiere engordar?
La mujer subió unos escalones, a pesar de estar un escalón más abajo que la chica, la doblaba en tamaño y volumen. La patrona la pellizco una de su mejillas, mientras la decía:
-Eres muy preguntona.
-Perdón.
Dijo ella, sumisa.
-En fin, si están la mitad que las tuyas de carnosas... Bájame a la pelirroja.
-¿Y si no quiere bajar?
La patrona la dedicó una siniestra mueca.
-Más te vale que no sea así.
Monserrat tembló de arriba abajo.
-¿D-Donde la llevo?
-A la cocina.
-¿Ala cocina?
-¿Acaso eres sorda?
Dijo, irritada, la mujer.
La chica subió las escaleras como una exhalación. Ya en su linda cabecita, se iban gestando ideas de precaución y recelo respecto a la vieja.
La mujer empezó a repiquetear impaciente, Monserrat tardaba más de lo que esperaba. Al final apareció la chica arrastrando a la muchacha pelirroja, la cual dab síntomas de ebriedad. La mujer se sonrió, las drogas que puso en la comida habían hecho un efecto rápido y contundente.
-Que buen aspecto tiene dijo rodeando con sus manázas el rostro de la adormecida muchacha , que sonrosada y fresca.
-¿Desea algo más, señora?
Pregunto Monserrat.
-¿Has cocinado carne humana alguna vez?
Dijo la mujer atravesándola con la mirada.
Monserrat se agarro el pecho, y el color de su piel cambio, al oír esto... Su grito hizo temblar los cimientos de la casa, y la patrona la miro confundida.
-¿Acaso no leíste todo el anuncio? "Cocinera exótica busca asistente interna en su propio hogar"... A este tipo de cocina exótica me refería.
Monserrat salió corriendo de la cocina, y en poco segundos la mujer, que aún sujetaba a su próximo plato entre los brazos, escucho el portazo que anunciaba una nueva renuncia al puesto.
-¡Basta!
Gritó Felipe mientras la ilusión mental, creada por Luz, se esfumaba. De nuevo se encontraba junto al cabestro de piedra, y, al girar la cabeza, con aquellos ojos de gata... Todo había sido un sueño, una ilusión extraída de los sueños más profundos y morbosos de Felipe... Y por ello, maldijo a Luz por el resto de sus días... Por bucear dentro de su alma, y sacar a la luz cosas de él que no deseaba que nadie viera...
... Aquellos instantes de rabia ciega, cegaron los sentidos de Felipe, quien no vió llegar aquella daga que se incrusto en su espalda... Antes de derrumbarse, el Barón de Midian, tuvo tiempo de ver a su sonriente verdugo: Chema, el ex seminarista al que Felipe le había estropeado su reputación y su carrera clerical.