SANTO MOJO: THE DEADMAN
Cuando llego a la habitación no encontró al ángel, pero si una especie de carta de Tarot con un emplumado yelmo verde dibujado. Justo cuando Leo iba a reírse de su inocencia, reparo en el reflejo en el espejo... Era horrendo, una cadavérica cabeza que flotaba sin cuello... Unos ropajes carmesí hechos jirones que apenas tapaban el podrido y pálido cuerpo que había bajo ellos...
Leo: (Al borde del llanto histérico) Esto es demasiado... Necesito una posado, un lugar donde beber hasta olvidar lo que aquel espejo me ha rebelado... No... No... Ese no puedo ser yo... Yo, era atractivo... Tenía una preciosa melena cobriza... Yo no soy aquello...
Salió corriendo, como si, aquello que era ahora él, le persiguiera...
Cuando salió a la calle, se metió en el primer bar que vio... Ni siquiera percibió las miradas, ni el silencio que provoco su llegada, de los parroquianos ahí reunidos.
Leo: Deme lo mas fuerte que tenga para beber
El camarero entre asustado y curioso, se acerco, temblando, con un vaso de vodka con tequila.
Leo: Gracias
De un solo trago la ardiente bebida es engullida por Leo.
Leo: Otra
El camarero rellena el vaso...
Silvia: Hola... Me llamo Silvia
Leo se gira sorprendido por la voz que tiene a su espalda, se gira, y, queda frente a frente con una hermosa muchacha de cabellos negros como el azabache, ojos profundos como el mar, y boca sugerente, a los que hacía buen acompañamiento un bien delineado cuerpo.
Leo: (Hechizado por las belleza de la joven) Hola... Silvia... ¿Q-Quieres sentarte?
Silvia: (Cogiéndole de la mano) Mejor vamos a un sitio mas tranquilo... ¿Conoces alguno?
Leo: (Encendiéndosele una luz en la mente, y sintiendo las llaves aun en su mano) ¿Qué tal mi habitación? Está en el hotel de aquí al lado
Silvia: (Sonriéndole) Perfecto
Leo y la joven cruzan la calle hasta el hotel, suben en el ascensor, a Leo le extraña que en el hotel no este llamando la atención del personal por su aspecto.
Leo: ¿Qué tal estas?
Silvia: ¿Bien y tu?
Leo: Bien
Los pisos se suceden... Uno... Dos... Tres...
Silvia: Hoy es viernes y no iba, en principio a salir
Leo: ¿no tenías plan?
Silvia: hoy no
Leo: Entonces fue una suerte que nos encontráramos
El sonido de campanilla india que han llegado al piso.
Nada mas entrar en la habitación el ardor se enciende en Leo...
Leo: (Lascivo) Esas mejillas tan deliciosas ¿Como están de sabor?
Silvia: (Sin mostrar resistencia ante el ardiente abrazo de Leo) Tu lo has dicho deliciosas
Leo: Mmmmmm... Me abres el apetito ¿Qué tal te va el papel de caperucita?
Silvia: Yo creo que bien
Leo: Mmmmmm... Entonces ven (Cogiendola de la mano, la lleva al centro de la habitación), ya casi es la hora de cenar (Alejándose un poco de ella, se sienta en el sillón la mira, ella le devuelve una mirada segura aunque coqueta) ¿Por qué no te pones cómoda?... Desnúdate
Silvia: ¿Qué quieres que me quite primero?
Leo: La camiseta
Ella así lo hace, se sube la camiseta y se la saca por arriba. Los pechos no son muy grandes, pero están en su lugar.
Leo: Mmmmm... Que lindos pechos tienes, déjalos libres para que se vean mas apetitosos (Ella obedece enseguida) Mmmmmm... Ahora quítate la falda, quiero ver tus muslos... (Ella se baja lentamente la falda ibicenca que llevaba) Mmmmmm... Se ven bien jugosos (Mientras dice esto se acerca a ella, y con una rapidez insólita, llevando su mano, de largos y esqueléticos dedos, entre los muslos de la joven la arranca las bragas. Su sexo es pequeño y resalta un lunar, que esta al descubierto al tenerlo depilado) Ok (Prosiguiendo el masajeado de la zona púbica de la muchacha) se ve bien carnoso... Acércate más a mí, no tengas miedo, que ya es hora de cenar ¿Vamos?
Y la lleva al dormitorio principal...
A la mañana siguiente ella no esta, pero en su lugar de la cama hay un extraño colgante con una piedra carmesí en forma de calavera. Leo lee la nota que hay al lado: Ha sido una noche inolvidable. Toma este regalo, te ayudara a pasar desapercibido; y como única firma el mismo yelmo emplumado de la carta del Tarot que encontró en aquella misma habitación.
La idea de que todo estaba planeado pasa por la cabeza de Leo, pero prefiere no detenerse en ello, solo le distraería en su búsqueda de la verdad sobre su nueva situación. Y esos del yelmo verde sabían algo, no dudaría en encontrarlos, pero por otra parte dudaba que supieran algo (Quizá solo serían un grupo de frikis que le estarían gastando una broma, o una secta que le considere su nuevo dios... Que importaba, debía concentrarse en buscar el origen de la desfigurada figura que le miraba desde el otro lado del espejo).
Ni siquiera se dio cuenta de que se había puesto el colgante, solo pensaba en recuperar su humanidad perdida... O si estaba muerto, podía recordar su ejecución, encontrar de algún modo el descanso eterno; y tan concentrado estaba que tardo unos minutos en darse cuenta que no era su memoria la que rememoraba su antigua apariencia, sino que esta misma se reflejaba ahora en el espejo...
... te ayudara a pasar desapercibido, decía la nota.