02 ATADA
Apretadas las sogas a las muñecas,
siente el frío de la cuchilla sobre tu piel,
ámala como si fuera una caricia,
es todo lo que te voy a ofrecer.
Tu busto se hincha
cuando siento el pánico crecer,
apenas la blusa
puede todo contener.
Abiertos tus ojos,
ven mi silueta amanecer,
eclipsando tu figura
hasta hacerla oscurecer.
Aprietas los dientes,
y te prometes no enloquecer,
cuando la piel empiece a cuartearse
porque mis cuchillas la empiecen a tejer.
Me veo en tus pupilas,
poco a poco empiezo en ellas a crecer,
la noche se te acerca,
y no veras un nuevo atardecer.
Apretadas las sogas a las muñecas,
siente el frío de la cuchilla sobre tu piel,
ámala como si fuera una caricia,
es todo lo que te voy a ofrecer.
Tu busto se hincha
cuando siento el pánico crecer,
apenas la blusa
puede todo contener.
Abiertos tus ojos,
ven mi silueta amanecer,
eclipsando tu figura
hasta hacerla oscurecer.
Aprietas los dientes,
y te prometes no enloquecer,
cuando la piel empiece a cuartearse
porque mis cuchillas la empiecen a tejer.
Poco a poco,
mientras la sangre, en pequeños ríos escarlata,
empieza ha correr,
me acerco a tu oído,
y susurro:
Andrea, Andrea, la muerte te viene a acoger.