Cantos mágico - eróticos
01 - El Maestro y las magas I
Me enseñan a amar,
me muestran lo que es sentir,
me embelesan con su hermosura,
son guía y bastón.
Son noche, las que mas,
y día, las que duermen,
las magas rodean al maestro
con devoción,
esperando, con contenido aliento,
una semilla de su amor.
Son alumnas,
y son maestras,
son amantes,
y son madres,
son parte del circulo
y, también, su eje central.
Son piel y caricias,
son besos y humedad,
son calor y orgasmo,
son muerte y resurrección.
Son el norte y el sur,
el este y el oeste,
forman parte del cosmos,
como el cosmos forma parte de ellas.
Son alumnas,
y son maestras,
son amantes,
y son madres,
son parte del circulo
y, también, su eje central.
Son piel y caricias,
son besos y humedad,
son calor y orgasmo,
son muerte y resurrección.
Desnudas danzan
sin necesidad de quitarse las ropas,
vestidas caminan
sin llevar prenda alguna,
es su alma quien las viste,
es su luz quien las perfuma.
Son alumnas,
y son maestras,
son amantes,
y son madres,
son parte del circulo
y, también, su eje central.
Son piel y caricias,
son besos y humedad,
son calor y orgasmo,
son muerte y resurrección.
Ellas son las magas,
yo el maestro,
ellas son maestras,
yo discípulo,
todos somos dueños de nuestro deseo,
todos esclavos del placer.
02 - El Maestro y las magas II
La mesa iluminada,
guarda en secreto las palabras vertidas
como susurros de miel
en labios del pecado.
Alzan sus copas las mujeres,
llenas de fértiles semillas,
levantan sus bastones los hombres,
dispuestos a germinarlas.
Es el circulo el testigo,
de tantos avatares
de magas y maestros:
Dame tu copa,
que la llenare de esperanza,
dame tu bastón
que lo convertiré en guía de mi renacer como mariposa.
Un circulo iluminado,
principio sin fin de la magia,
eterna transformación de sus cuerpos,
cambio de roles continuo espacio tiempo carnal.
Una se aburre,
la otra seduce,
uno medita,
el otro aprovecha.
¿Quien es el maestro?,
¿Quienes las discípulos?,
¿Quien danza al alba?,
¿Quién cierra el circulo?
03 - Desde que te vi aquella noche, no he cesado de pensar en ti
Desde que te vi aquella noche,
no he cesado de pensar en ti,
y ahora que te pierdo,
es cuando mas deseo repetir.
Aun no se como paso,
a penas puedo, o quiero, recordarlo,
tan solo se que aquel sacrificio
me hizo perder, una vez mas, lo que amo.
Aun me hiere tu mirada,
tu melena roja ondeando,
tus dulces labios que susurraban:
oh, mi amor, te amo.
Pero fui yo quien te lanzó,
al abismo donde no regresamos,
por miedo a tu locura,
por el miedo de los que amamos.
Ahora nunca mas te veré,
una noche de verano,
con tu gorro rosa,
y, tu camiseta verde manzano.
Desde que te vi aquella noche,
no he cesado de pensar en ti,
y ahora que te pierdo,
es cuando mas deseo repetir.
Aun no se como paso,
a penas puedo, o quiero, recordarlo,
tan solo se que aquel sacrificio
me hizo perder, una vez mas, lo que amo.
04 - Ave Fénix I
Loca te clavas en el alma de la creación,
te hace poseer por ella,
ofreciendo cada huevo,
menos tu corazón.
Aun eres diablesa,
llena de odio y rencor,
fría y sin alma te lanzas,
contra aquel que te creo.
Mas no comprendes, maga,
que el es también parte de tu yo,
y que al entregarte cegada,
no efectúas sino una masturbación.
El excava en tu alma,
en busca de tu verdadero yo,
él te penetra intrigado,
por si mereces la nada o la salvación.
Tu le miras sin alma,
el te toma sin pasión,
tu esperas el juicio,
aunque sin entregarle tu verdadero yo.
Pronto se extirpa el demonio,
Pronto se juzga tu yo,
lento decide el abismo
que nace de la creación.
Amante y juez,
locura y confusión,
pronto expulsas de tu lado,
aquello que te enloqueció.
Ya perdonada se te ordena
reiniciar tu creación,
entonces renaces de nuevo,
en un mar de placer y dolor.
05 - Ave Fénix II
Primero serás niña,
que lo vea todo con emoción,
con el fin de ir madurando,
todo aquello que se te pudrió.
Con ojos abiertos,
llena de conmoción,
todo volverás a ir experimentando,
con el fin de la resurrección.
Tu cuerpo envasado
en un continente menor,
buscando cerrar las heridas,
que aquel fuego te provoco.
Ahora dinos si equivocamos
el método de acción,
no te tomamos ni violamos,
solo te damos un poco de iluminación.
Siendo niña de nuevo
aprenderás cada lección
que te haga inmune
a una nueva, sin ser consentida, posesión.
06 - Ave Fénix III
Una vez te abras
como una hermosa flor,
surgirás limpia y renovada,
acabada tu resurrección.
Hermosa y delicada,
recuperaras tu antiguo yo,
deliciosa y perfumada,
renacerás del vientre del infinito corazón.
Volverás a gozar los placeres,
que te negó la prisión,
que en tu alma construyeron
los enemigos de la imaginación.
Tu piel volver a ser acariciada,
por aquel que te ama y amó,
tu cuerpo podrá pronto entregarse
a ser creador y creación.
Goza del regalo que te han dado,
convierte la magia en tu razón,
vuelve a ser la hechicera
que mantenga, de tu pueblo, el legado y el honor.
07 - Cronos hambriento
Nació ya especial,
con deseos y ansias,
sabiéndose inmortal,
pero exento de la carne,
a la que llego a temer.
Creció tímido y aislado,
oculto entre las horas mudas y frías,
hasta que sintió aquella primera fragancia,
y a la carne ya no temió.
Maduro frío y sin alma,
sabiéndose eterno,
y quiso exigir la carne que se le negaba,
tomándola de los demás.
Una caricia,
granos que se deslizan en un reloj de arena,
un beso,
el tic tac de un reloj.
Plegó y desplegó miles de cuerpos,
con el fin de hallar el secreto
de la piel perfumada
de la amante oferente.
Oculto entre las horas,
frías y mudas,
acechaba al fugaz Cupido,
al enloquecedor Eros, o, el sublime Kama.
Pronto hubo de aburrirse,
y decidió jugar con la carne
fundiéndola con el tiempo y el espacio,
de forma que pudiera hallar la sublime piedra filosofal.
Tan pronto fue Septiembre,
que el invernal enero pasado regresó,
sobre la piel de la sacrificada,
el Hambriento Cronos, un mapa de retorno dibujo.
08 - Cronos ¿triunfante?
¿De que sirve actuar
si nadie se da cuenta de tu obra?
Clama el Cronos doliente,
aun con la piel violada entre sus manos,
ya sin vida ni enigma que la avale.
Un cuerpo que no es cuerpo
por haber nacido sin el calor de una carne,
se pierde entre las horas frías
que ni siquiera pueden acariciarle.
Grita y llora,
busca otro cuerpo en quien consolarse,
el ser que no vive
atraviesa su esfera
buscando una piel fragante.
Haya cuerpos variados,
ninguno llega a gustarle,
todos son llevados mas allá
del limite de los sentidos y la carne.
Pronto se aburre el engendro,
de cuero y vidrio, engendrado, en vez de carne,
y marcha a seguir clamando:
¿De que sirve actuar si nadie que te aplaude?