Capitulo 6: MISION EXPLOSIVA
Sam se intento poner en contacto con Gabriel, cuando fallo lo intento con Cheng Tampoco localizo al anciano maestro. Cuando estaba punto de rendirse, la célula contacto con él.
Ahora se encontraba en la cornisa de una prisión federal estadounidense, la célula, molesta por la alineación de los Soulwalkers renegados a favor de los demonios y todo lo que eso supuso para la organización, le ha ordenado volverse a infiltrar entre los Renegados. Para ello lo primero que tiene que hacer es sacar de aquella prisión a Orwell, el cual calló en desgracia al descubrirse sus turbios negocios.
Sam le saco de allí sin ningún problema, era un Soulwalker ¿Qué problema podrían suponerles las medidas de seguridad de los simples humanos? Orwell se mostró muy agradecido de ver que su antiguo empleado había vuelto para salvarle.
Robar un helicóptero, y salir de allí, fue igualmente fácil.
Ahora se encontraban en una lancha a motor.
-Ya sabes lo que tienes que hacer, el explosivo fue guardado en un viejo barco hundido para que nadie metiera las narices donde no debía., ahora debes recuperarlo y traérmelo Hay un barco en las cercanías con el que ese juguetito haría buenas migas.
Sam asiente, esperando poder parar esto antes de que Orwell ponga en marcha sus planes.
En pocos segundos se encuentra sumergido en el océano, las instrucciones para encontrar el navío hundido son claras. No tarda en encontrarlo.
-Bien por ti, chico.
Clama Orwell, al verle ascender con el explosivo.
Enseguida se ponen de nuevo en marcha, y, en pocos minutos avistan el yate.
El asalto es rápido, las pocas medidas de seguridad, que esos ricachones habían puesto, son abatidas con fría eficacia asesina.
Reúnen a los ricachones en un lado de la embarcación. Orwell comienza a explicar su plan a la tripulación.
-Señores, discúlpennos si hemos estropeado este bonito día Pero que día no es bonito para morir Sam traga saliva al oír esto, pero decide esperar Ustedes son gente con poder, dinero, e influencia, todo un objetivo para gente como nosotros ¿Ven esto que tengo en mis manos? Orwell levanta la bomba Esto es la muerte para ustedes.
Orwell camina unos pasos, y coloca el explosivo en un lugar elegido.
Una orden estalla en el oído de Sam: "Actua".
Con velocidad felina, Sam comienza una lluvia de plomo sobre Orwell y sus sicarios (Soulwalkers renegados, que ahora se hacen llamar Soulclaw). Los ricachones comienzan a correr y gritar, pronto el Caos reina sobre la cubierta del yate.
-¡Traidor!
Grita Orwell por encima del ruido de disparos de ambos bandos.
Sam, poco a poco avanza hasta donde esta la bomba, cada vez quedan menos renegados vivos pero los que aún están en pie defienden su objetivo con uñas y dientes. Los últimos renegados en pie, consiguen distraer a Sam lo suficiente para que Orwell pueda huir con el detonador en su poder.
Sam se maldice cuando, con la lancha alejándose de allí, ve a Orwell presionar el botón del detonador. El Yate vuela en pedazos instantes después.
-¡Quémate en el infierno!
Le grita Orwell al montón de maderos humeantes que flotan donde antes estuvo el barco.
Tan irritado esta, que no escucha como algo o alguien sube a bordo de la lancha. Es demasiado tarde, cuando una afilada hoja le degüella por la espalda. Sam había sobrevivido, y aprovechado que Orwell había detenido la embarcación para jactarse de su victoria.
Sam se pone a los mandos de la lancha, y se aleja de allí.