PORNOGRAFFITY (Capitulo 2)
Bueno, para quienes se pregunten como ocurrió aquel accidente con mi madre (Me refiero a la deflagración dentro de su coño, y no a que me viera obligado a follar con ella ¡uffggg! Aún me da repelús pensar en ello), solo diré que no soy un chico corriente. Bueno, vale, esa crítica puede dictarla cualquiera que vea aun tío de 19 años vestido siempre de negro, lleno de piercings, y, con el cráneo rapado, a excepción de un mechón decolorado de rubio y al estilo Tintin. Pero bueno, digamos que ahí no se quedan las rarezas, a ojos de la humanidad cartesiana y aborregada, también soy practicante de magia. Aunque, claro, eso no lo elegí yo: mama y papa hicieron cosas muy malas antes de y mientras me concebían Hasta aquí puedo leer. Andrea se acerca, y parece muy indignada.
-¿Por qué huías ayer de mi?
-¿Eso hice?
Me hago el sorprendido, mientras se lo digo.
-Si.
-Ni me di cuenta me encojo de hombros -, perdona si te moleste.
-Eres incorregible.
Se marcha corriendo a los lavabos, y, yo, no se porque la sigo.
Aunque me cierra la puerta en las narices, puedo verla a través de una fisura en la puerta. La veo bajarse los pantalones, y las bragas, y sentarse en el retrete, me quedo mirando extasiado aquel coñito bien rasurado. Entonces, no puedo evitarlo.
-Bueno, ¿me vas a enseñar esos muslito?
-Pues si quieres no se ofende por mi allanamiento, ni por haberla pillado en
esa situación. No lo hace porque yo no la dejo -, como negarte a ti algo así.
Se pone de pies y me coloca las manos sobre sus muslos, carnosos y bien redondeados. Esto me esta poniendo, pero no puedo perder la concentración, pues perderia mi control sobre ella.
-Quiero ver otras partes que estén igual de apetecibles.
La ordena verbalmente, aunque una orden mental hubiera bastado, pero prefiero usar mi voz No se, es una manía, y ya esta.
Me lleva las manos hacia sus pechos, igualmente carnosos, además de duros y bien redonditos.
Andrea suelta una risita que se interrumpe con pequeños gemidos, he de decir que todo es obra de mi control mental sobre ella No soy tan diestro en las lides del sexo como lo soy en la magia, jejejejeejejejeje.
La subo la camiseta y me sorprendo de que no lleve sujetador. Me meto un pezón en la boca, y comienzo a chuparlo y lamerlo: sabe dulce y suave. Paso al otro pezón, para encontrarme con un durito fruto que se deshace, dulce y sabroso, en mi boca.
Andrea gime, y yo, por supuesto, ya me he puesto a tono.
-¿te gustaría comerme la polla?
Bueno se lo pregunto, pero realmente lo que hago es obligarla a agacharse, bajarme la cremallera, y sacarme la polla.
-Ummm, esto si que esta bueno.
la hago decir.
Lo coge entre sus manos, y lo coloca frente a su boca. Lo lame de arriba abajo, incido en su olfato para que el olor de mi polla la excite aún más. Se lo introduce, gradualmente, lo más profundo que puede, dentro de su boca... Pronto mi polla se hunde y emerge de aquella boca a una velocidad excitablemente rápida, controlada por mí (Claro).
Me corro abundantemente en su boca.
Desgraciadamente, los hombres solo tenemos un orgasmo cada vez, así que, en cuento me corro, pierdo el interés por Andrea. La dejo allí arrodillada, con la lefa resbalándola por las comisuras de los labios. Por supuesto, espero a haber desaparecido antes de devolverla su voluntad.
Si, soy un cabrón y un mal amigo. Pero si tengo poderes, no tengo que seguir normas de moralidad. Haz tu voluntad, esa es la única ley; dijo Aleister Crowley, y, si lo dice un ilustre mago, habrá que hacerle caso.