PORNOGRAFFITY (Capitulo 9)
No me dirige la palabra durante una hora, y eso que la he dejado mi cazadora y hemos robado unos vaqueros para que se los pusiera. Ahora estamos en una cafetería, tomando un almuerzo típicamente (Enormes cantidades de hidratos de carbono, y un café infecto). Cada vez que la sorprendo mirándome, veo la ira, mezclada con la vergüenza, en sus ojos.
-Ok, si quieres te llevo a la comisaría y lo contamos todo. Ya veras que gracia les hará a los que te concedieron la beca la digo -, por no nombrar a tu familia, claro.
-Que te jodan.
-Eso llevas deseando desde que me viste muñeca.
Y la dedico mi mejor sonrisa. Ella me escupe en la cara su último bocado.
-Oh Gracias.
La digo mientras me limpio con una servilleta.
-Pudrete Puto salido de mierda ¿Quién te ha metido en esto?
Aguanto su retahíla de insultos, mientras la miro fijamente Me levanto, y me marcho, dejándola a pagar lo de los dos sinceramente, me recuerda mucho a mi, así que decidí deshacerme de ella lo antes posible.
Comienzo mi búsqueda por las calles de Berlín, y, a decir verdad, cuando la persona, a la que buscas, no tiene nombre, se complican aún más las cosas (He hablado ya de la importancia de los nombres en el mundo de la magia ¿No?).
El azar me lleva, cuando ya ha caído la noche, a un club nocturno, nadie parece verme, y, eso, en parte me gusta. Me siento en un taburete de la barra, y pido un martín rojo. Enciendo un cigarro mientras el camarero me trae lo que he pedido. Una mano se posa sobre mi hombro.
A veces aquello que buscas te encuentra a ti primero.
--Hola.
-HOLA R.I.P.
Su voz suena cavernosa y profunda, desentonando con su
aspecto: rasgos delicados y sensuales, cabellos morenos y largos, viste una
túnica transparente que deja al descubierto su cuerpo desnudo.
-¿Que tal, cielo?
Me muestro igual de familiar con ella, que ella se ha
mostrado conmigo. Esto hace que un atisbo de ira cruce, solo por un instante,
sus hermosos rasgos.
-AQUÍ, BIEN tira de algo a alguien que esta cogido de su mano, para mi
sorpresa es la muchacha de erasmus - ¿Y TU?
-Bien
Ella nota mi nerviosismo, juraría que puede olerlo.
-¿POR QUÉ ESTASSUDANDO?
-Bueno, el calor, la gente los focos.
-AH SI, VERDAD Mira a la chica, luego me ira a mi -, AHORA LO RECUERDO
OS
CONOCISTEIS ESTA MAÑANA.
Me deja entrar en su mente, imagines en las que no llevo la camiseta puesta, y
tengo todo el torso sudado
-UYYYY
QUE PROVOCADOR HAS DE ESTAR
Dice ella sin importarla que la chica no sepa a que se
refiere la mujer que la sujeta de la mano.
-¿Tu no crees que este lugar no es demasiado publico?
Ella capta mi indirecta enseguida, me coge del brazo, y, nos
condice a un salón privado. En el centro hay un jacuzzy en funcionamiento, y un
recipiente de hielos donde descansa una botella de Champagne sin descorchar.
-¿Y que te provoca hacer aquí? doy una calada al cigarro - ¿He interrumpido tu
cena privada con esta muchachita?
De nuevo hago, fugazmente, desequilibrarse sus equilibrados rasgos.
-Donde caben dos, caben tres.
Dice finalmente, y ahora advierto que su tono se ha humanizado, mientras deja caer, al suelo embaldosado, su túnica, quedando totalmente desnuda. Se acerca a mi, y, con un toque de su dedo derrite mi camiseta.
-¿Qué crees que me provocarías hacer o hacerte? No espera mi respuesta - ¡Ummm! Tu torso, así, descubierto como que me abre el apetito ¿Ya sabes del cual hablo?
Por supuesto que yo lo sabía, aunque la otra chica no parecía
sospechar, siquiera, en que lío se había metido por dejarse engatusar por
aquella tentadora.
Sus lujuriosos labios, y su ardiente lengua empiezan su exploración desde mi
boca hasta el inicio del vello pubico que se anuncia sobre la cintura de mis
pantalones
-¡Ummmm! se reincorpora, y, se lleva a la boca un dedo, que se chupa con
deleite delicioso.
Coge a la muchacha, y, la desviste con suaves roces de sus manos, luego, con la misma maestría, pellizca las mejillas, pesa los pechos, cachetea el trasero y los muslos, y con un pase de su dedo mide la jugosidad y carnosidad de los labios vaginales. Con un gesto de su diestra, la túnica se levanta unos centímetros del suelo y cuando vuelve a caer aparece una enorme bandeja de plata. La estudiante, parece hipnotizada, se deja tumbar sobre la bandeja flotante. Luego la mujer con pases de manos rápidos y precisos, hace aparecer, frutas, recipientes con licores o con salsas, y por ultimo algo parecido a una fresa (pero de forma fálica y flexible) que aloja, introduce suave y lúbricamente, entre los labios de la hipnotizada estudiante.
-¿Qué te parece un asado?
Al alzar la mano, se alza un panel de la pared que deja al descubierto un llameante horno.
Me invita a acercarme, yo obedezco atraído por la belleza de todo aquel macabro espectáculo.
-Pruébalo.
Me dice señalándome el palpitante sexo de la inmóvil estudiante. Acerco mi boca, y lo beso y lo lamo.
-Tócalo.
Y cogiéndome de la mano, me lleva hacía aquella flor de pétalos carnosos y húmedos.
-Penétralo.
Primero introduzco un dedo, pero ella me indica que hay algo mejor con lo que penetrarlo. Me abro la bragueta, y dejo que aquellos labios me absorban, de golpe, mi miembro.
Algo me hace separarme, romper nuestra unión (Algo que parece tirar de mi) mientras todo a mi alrededor se vuelve oscuridad.
Estoy en la calle, fuera del club y de aquella sala No se que será de la muchacha, aunque, conociendo a la bruja, me imagino su destino. Aún así, pronto comprendo que no me voy de vacío Algo dentro de mi se ha despertado.