LA TORRE Y LA PRINCESA (JUANA)
Se enciende un cigarro, el color naranja invade la zona prendida. Ella deja caer su cuerpo contra el respaldo de la silla. En una mano el periódico gratuito, en la otra el café, sostenido entre sus carnosos labios: el cigarrillo ¿Podéis imaginar una imagen mas sexy? Bueno, quizá si, pero a mí me ponía. Conforme bajabas la vista podías deleitarte con sus deliciosos pechos, y perderte en el canalillo que se adivinaba en su escote.
El cigarro se consumía en sus labios, mientras pasaba las hojas del diario. De vez en cuando separaba el cigarro de sus delicias, y daba un sorbo al café.
Jaime: ¿Algo interesante?
Ella se encoge de hombros.
Juana: Nada del otro mundo
Jaime: Ah
Y volvió el silencio entre nosotros.
No puedo decir que no la deseara, porque creo que se notaba mucho. Juana es toda una delicia, como habréis, quizá, podido comprobar por como la describo. Había vuelto a sus estudios universitarios, y hacía poco que nos habían presentado.
Juana: Se retrasa
Jaime: Suele hacerlo
Juana: Lo se, ya son muchos años que la conozco
No podía dejar de mirar esos labios moviéndose, creando palabras y sonidos que aquella voz, tan pausada y dulce, enriquecía.
Jaime: Ya llegara
Juana: Eso espero, tengo que estar en la facultad dentro de media hora
Jaime: Aja
La verdad es que no se me ocurría nada inteligente que decirla. Así que me calle.
Y así pasaron los minutos, hasta que se acabo el café, y se levanto para marcharse
Juana: Me tengo que ir, cuando llegue, dila que la llamare
Jaime: Ok
Se acercó, y nos dimos dos besos para despedirnos... Dios que cálidos eran sus labios, que suave y reconfortante la piel de su mejilla.
Apenas me di cuenta de su marcha, embrujado por su esencia como estaba.
Lo que si me di cuenta es que se había dejado olvidada su carpeta. Me levante para cogerla, y salir corriendo para ver si la alcanzaba. Pero cuando la levante, los papeles se cayeron. Me maldije, y cuando me estaba agachando repare en uno de los dibujos que había hecho. Eran los planos de una especie de torre, pero desde luego no una torre que se hubiera visto nunca. Aquel dibujo me lleno de sensaciones contradictorias, y hasta mas tarde no conseguí descubrir por que.
LA JAULA (EL PAJARILLO PRISIONERO)
El móvil no sonó en todo el rato que estuve esperándola en aquella cafetería, esperaba una llamada que me explicara el porque de su retraso, o, si al final no acudiría a la cita. No hubo nada de eso, a mi lado aun estaba la carpeta de Juana, con aquel dibujo, tan turbador, en su interior.
De pronto sonó el teléfono. En la pantalla aparecía: TELEFONO RESTRINGIDO. Aun creyendo que pudiera ser ella lo cogí.
Jaime: Hola
Pero nadie contestaba, solo se oían unos extraños ruidos, como los miles de tubos de órgano sobre los que entrara el aire a la vez.
Jaime: ¿Hola?
Pero siguió sin haber respuesta.
Iba a colgar cuando escuche algo entre la melodía de los tubos... Un sollozo. Reconocí el tono: era ella.
La conocía desde hacía casi un año, coincidimos en un seminario sobre literatura maldita. Allí enseguida intimamos, ella cuenta nuestro encuentro de una forma diferente a como yo la recuerdo, pero lo que esta seguro es que desde entonces ella es como mi hermana.
No suele gustarme hacer lo que tuve que hacer, y menos aun fuera de Rivas, pero, temía por que la hubiera pasado algo malo. Así que me puse a hablar con las calles.
Jaime: Hola
Calles: Hola
Jaime: ¿Qué tal estáis?
Calles: Bien ¿Y tu?
Jaime: Bien... Perdonad lo de ayer, si os moleste, juro que no quería tirar aquel envoltorio, pero es que no encontraba una papelera, y, estaba pringoso.
Calles: No te preocupes
Jaime: Ok
Calles: ¿Para que nos necesitabas, chaman urbano?
Jaime: Una amiga mía, necesito que la encontréis... Creo que esta en peligro.
Calles: ¿Crees que esta dentro de nosotras?
Jaime: Tengo ese palpito
Calles: Haremos lo posible.
Jaime: Os lo agradecería, por ciento ¿Qué tal os va el día de hoy?
Calles: Muy malo
Jaime: ¿Por?
Calles: Problemas en las casas
Jaime: Espero que se arreglen. Si queréis hablar, soy bueno escuchando y aconsejando
Calles: No queremos hablar del tema, en verdad
Jaime: Ok
Calles: De todas maneras, gracias
Jaime: Hoy por mi mañana por ti, chicas
Calles: Creo que hemos encontrado a tu amiga ¿Quieres que te la mostremos?
Jaime: Por supuesto
Tengo una conexión psitica con los núcleos urbanos, al principio tan solo era con mi lugar de origen: Rivas, pero con el tiempo he ido ampliando mis capacidades.
Lo que veo, a través de los ojos de las calles, me hiela la sangre. Mi amiga desnuda y presa dentro de una enorme jaula de tubos de órgano... Pero es la habitación donde se encuentra lo que aun me perturba mas. Es una de las habitaciones dibujadas por Juana dentro de los planos de aquella torre.
Jaime: ¿Como puedo llegar hasta allí?
Calles: Nosotras te guiaremos
Jaime: Entonces pongámonos en marcha cuanto antes
Solo deseo, aunque me parece improbable (las pruebas están bajo mi brazo, dentro de aquella carpeta), que Juana no tenga nada que ver con esto.
LAS MASCARAS (ANALIA)
Nunca podré olvidar la mirada triste de sus ojos, y eso me recuerda mi traición:
Llegue a Málaga muy temprano, allí me esperaba ella, bajita, curvilinea, morena,... deliciosa. Nada mas verla desee saborear sus mejillas y su boca, ella introdujo toda su lengua en mi garganta.
Era temprano y decidimos dar un paseo, parar en una cafetería y hablar.
Luego me arrastra por el puerto, los parque repletos de palmeras, allí me devora la boca, y, yo me resisto a no devorarla a ella.
Las calles se suceden, así como la pasión de los besos y las caricias.
Me tira sobre la arena abrasante de la playa, me placa y comienza a simular el coito conmigo... Me deshago de la camiseta para que devore mi torso.
Cambiamos de postura, y yo llevo el mando... Es raro que nadie advierta nuestros jueguecitos.
En su casa me enseño la cocina, dude si meter en el horno a ese lechoncito o comérmelo crudo.
Se desnuda en su habitación, a mi mente regresa el revolcón que acabamos de echar en la playa. Me extiende after-sun por la espalda quemada, la tumbo en la cama y la propongo follar... No quiere... La hablo de comérmela... No quiere... Solo desea rebozarse contra mi.
Nuevo paseo, me lleva arrastrando (es puro fuego) por las calles y los autobuses. Me sienta en un banco de un parque... Me cabalga hasta llegar al orgasmo... "Jaime, te quiero".
Se levanta la camiseta, y, le ofrece sus pechos a mi boca, los muerdo y chupo con deleite... Carne con sabor a tortilla de patatas (tenia razón Bardem en "Jamon, Jamon"), mmmm.... que delicia.
Conduce mi mano bajo sus pantalones, me indica como masturbarla y yo obedezco... Mientras navegan mis dedos entre sus muslos, disfruto con los labios, la lengua y los dientes, del resto de su anatomía.
En el sillón de cuero, ya de noche, sigo obedeciéndola, sus orgasmos se suceden pero yo no lo logro... Me aburre. Muerdo sus labios, insisto en que me la coma, pero no...
Me la como yo, devoro su sexo con lujuria, ella inunda mi boca con sus jugos... Casi vomito. Ella jadea como una perra...
Luego todo se vuelve oscuro.
Jaime: ¿Donde estuve cuando se marcho?, ¿Donde estuve cuando me necesitaba?, No debí estar donde debía pues nunca volveremos a ser los mismos de antes. Sustituí su amor por el neón, la frivolidad, el alcohol, el tabaco, y el hachís, y aproveché los raros momentos en que me sentía vacío para llorarla y autocompadecerme. Ahora comprendo que el neón solo sirvió para anestesiarme y hacerme perder la trayectoria que empecé a seguir junto a ella, el neón siempre exige algo a cambio y en el camino de los excesos siempre se pagan altos peajes. Hoy, alejado del neón, aunque no de las compañías que el me mostró, Te veo en este reino de Morfeo, tan guapa y radiante como cuando te bese por ultima vez. Sumergidos en estos raros parajes podemos pasear como los amigos que nunca pudimos ser, ¿Nos abrazamos, jugábamos, y nos contamos lo que ha sido de nuestras vidas hasta este momento? (Se acerca y la abraza) Dame una segunda oportunidad,
Analia: (Mas dulce que nunca le rechaza, susurrándole al oído bellas palabras) Ya es tarde, Chaman, ya es tarde. Mas nunca voy a olvidarte.
Jaime: No comprendo, mi amor
Analia: ¿Acaso no has emprendido ya el camino que me prometiste que emprenderias, acaso ya no eres un hombre nuevo?
Jaime: (Baja su mirada, ya comprende a que se refiere: porque es tarde) Si, quizá sea cierto.
Analia: Me alegro por ti, eres un cielo
Posa su mano, suave y cálida, sobre la temblorosa mejilla de él.
Jaime: Tu también has cambiado
Analia: Si. Todos hemos cambiado
Jaime: ¿Y ahora qué?
Ella le regala su mas dulce sonrisa.
Analia: Ahora solo nos queda la muerte
Antes de que Jaime pueda reaccionar, una daga dorada surgen de entre las telas, del mismo color, que visten a Analia.
Jaime: (Sintiendo la hoja penetrando su piel, sin hacer herida, hasta su corazón. El frío le invade por completo) Analia...
Analia: Se que no fue tu intención traicionarme, tampoco es que me hubiera importado. Deje de amarte en cuanto cruzaste aquella puerta. No me importa lo de la otra, fue parte de tu evolución como ser... Es natural.
Jaime: ¿Entonces?
Analia: Ya te lo dije antes... Entre nosotros ya solo queda la muerte.
Jaime se desploma con sus manos apretándose una herida en el pecho de la que no surge sangre.
Jaime: Lo siento
Analia: No hay nada que debas sentir
Jaime: (Entrecerrando sus cansados párpados) Pero, lo siento
Analia: Si así te sientes mejor... Estas perdonado
Jaime esta a punto de entregarse al sueño eterno, cuando ve en su asesina algo que no encaja.
Jaime: (Abriendo los ojos como platos, el fuego de la furia los invade) ¿Quién eres?
Analia: ¿Deliras? No te preocupes, pronto pasara
Jaime: No eres Analia
Analia: ¿Ah no?
Jaime: ¿Qué has hecho con ella?
Analia: Nada, tan solo es una mascara... Como todo este lugar... Bienvenido a la gran mascarada... La mascara viviente...
Jaime: ¿Qué clase de monstruosidad...?
Analia: ¿Monstruosidad? Vosotros creasteis monstruos que simbolizarán vuestros miedos mas arcaicos, yo soy mucho mas que eso... Acaso no eres capaz de verlo con tus moribundos ojos.
Era cierto, aquello era y no era Analia... Era la Torre, y, a la vez era la carne músculos y huesos que él bien conocía, y había amado. Vio como todo el cuerpo de su antigua amada estaba recorrido por los tubos de órgano donde vio encarcelada a aquella a quien venía a rescatar.
Jaime: ¿Dónde esta Widow?
Analia: Aquí y allí, como tu... Una vez entras dejas de estar aquí, y a la vez te has repartido por todo el lugar.
Jaime: ¿Cómo la hayas dañado?
Analia: ¿Dañó? ¿Dolor?... ¿Tortura? Estoy mas allá de eso
Jaime: (Comenzando a sudar, temiéndose que aquello le superara en demasía) Muéstramela
Analia: Esta a tu alrededor, y, a la vez, tu la estas rodeando a ella... Como yo os rodea a cada uno, y, vosotros, me rodeáis a mi.
Jaime: ¿Qué clase de locura es esta?
Analia: Una que ni siquiera tu mente, algo mas abierta que la de tus congéneres, podría soportar si llegaras a atisbarla en su totalidad... aunque solo fuera un instante.
Jaime: Ponme a prueba
Analia: Estaré encantada, siempre he deseado a un macho en mi interior... Unido a mi para siempre... Fundidos...
Ella le toma en sus brazos, apoyándole la cabeza entre sus turgentes pechos...
La cerradura de la mente de Jaime es abierta de golpe, y por la ranura de la puerta se cuela la verdad sobre toda aquella inmensidad...
¿Quién sabrá nunca lo que aquella mente vislumbró antes de quedar catatónica, y unida por siempre a aquel ser colosal?